Infokrisis.- Iniciamos la publicación de nuestros escritos realizados en los años 70. Hace años donamos nuestro fondo de textos y documentos escritos por nosotros a una institución universitaria. En aquella época, por supuesto, no existía ordenador por lo que no conservamos estos textos en ningún soporte. Recientemente, una editorial ha publicado estos textos, lo que nos ha dado la ocasión de recuperarlos y reproducirlos para nuestros amigos. Hemos reproducido estos textos sin alterar una coma. En lo personal, la revisión de estos textos me ha producido la sensación de leer artículos juveniles, poco meditados, con elementos viscerales, pero que, en cualquier caso, representan lo que era la extrema-derecha durante la transición. Tales textos son en absoluto aprovechables en la actualidad y, si el editor en cuestión, nos hubiera consultado le hubiéramos desaconsejado reproducirlos.
MANIFIESTO DE POLíTICA INTERNACIONAL
(Patria y Libertad, 1, noviembre de 1977)
Terminada la segunda guerra mundial y destrozadas las potencias del eje y sus aliados, ensangrentada la vieja Europa por una guerra de seis cruentos y largos años, se inicia el actual cielo histórico presidido inmediatamente por la infame traición a Occidente que fue el "Pacto de Yalta".
Las conferencias de Yalta y Postdam sellaron el reparto de Euro¬pa en dos bloques de influencia bajo la tutela, protección y explotación de los dos imperialismos desde entonces dominantes: Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde entonces, la política de estos dos aliados no ha cesado de tender al reforzamiento de sus posiciones respectivas y al mantenimiento del status quo.
Si la guerra fría pudo hacer creer en serias rivalidades entre los dos aliados, los años posteriores mostraron la perfecta entente exis¬tente entre los capitalistas y el faro socialista, en lo referente a la ("cuestión europea". Una cuestión de la que España no es ni geográfica, ni política, ni militarmente ajena...
La Europa del Este no es más que una colonia soviética. Los dirigentes del Krem1in aprovechando su victoria militar empezaron la "construcción del socialismo" anexionándose directamente los Estados independientes de Lituania, Letonia y Estonia, las provincias polacas de Polonia y Galitzia Oriental, la alemana Prusia Oriental, la Rutenia Eslovaca, Besarabia y Bucovina rumanas, la Carelia finlandesa constituyendo gobiernos títeres en Alemania Oriental, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria.
El "Pacto de Varsovia", sobre el plano estrictamente militar y el "COMECON" en el terreno económico, aseguran a la URSS su dominación absoluta en el Este de Europa.
La Europa del Oeste no es más que un protectorado americano y el dominio del capitalismo internacional. En esta zona de Europa, a la que España pertenece, se otorga unos visos de libertad inexistentes en la Europa del Este. Sin embargo esta libertad se ve ensombrecida por cinco factores:
1º) El Chantaje americano sobre la defensa de Europa: desprovista de toda defensa autónoma y de un armamento atómico comunitario y operacional, Europa es incapaz de asegurar su propia defensa.
La creación de la OTAN colocaba la defensa europea en manos de los estrategas americanos. La contrapartida de esta protección está constituida por la subordinación en materia política de las naciones europeas (alineamiento de las posiciones americanas en política internacional), económica y militar (ejemplo típico, la obligación de hacer comprar a Alemania los cazas Starfighter que han costado la vida a un centenar de pilotos germanos).
2º) La dominación económica de los Estados Unidos y del Capitalismo internacional. La protección atómica se traduce en medidas económicas compensatorias que se concretizan en los privilegios acor¬dados a los productos americanos en el comercio exterior europeo y por la despreocupación ante la penetración de las sociedades americanas. El capitalismo americano no cesa de engrandecer sus conquistas en el mercado europeo, interesándose por la gran industria (automóviles, motores), luego por la más ligera (electrónica), o por los productos alimenticios. Los USA detentan el monopolio en la tecnología moderna (fabrican el 95% de los circuitos impresos en el mundo). Hoy los Estados Unidos son capaces, desde el punto de vista económico de "deglutir" de "digerir" a Europa Occidental y de imponer su concepción de la vida, sus mitos de la sociedad de consumo y su estilo. La dominación económica se traduce en una dominación cultural.
3º) Omnipotencia del capitalismo financiero: la evolución del capitalismo, comercial en sus inicios industriales, en un segundo tiempo, ha conducido a su forma actual, casi exclusivamente financiero. El capital al necesitar áreas cada vez mayores de inversión cruza las fronteras y se transforma en internacional. No existe nadie menos ligado a los intereses nacionales que los capitales internacionales. Mientras el capitalismo industrial podía procurar mejorar y defender los intereses de su nación de origen, el capital internacional procura solamente los beneficios de su grupo financiero. La potencia de estas es tal que las economías europeas y sus políticas, están sometidas a su voluntad.
4º) El desarrollo de las sociedades multinacionales: la agrupación internacional de las sociedades industriales y comerciales, acentúan la dependencia económica de las naciones. En efecto, toda actividad económica termina por depender de una nación situada fuera de Europa. Las sociedades multinacionales dominadas por los americanos atan así un poco más a la economía europea. Finalmente se borra todo rasgo de independencia económica.
5º) Crisis de las democracias: la forma de gobierno impuesta por los dominadores americanos fue la democracia que todavía hoy se preocupan de defender en donde se encuentra amenazada (Italia) y de restaurar allí en donde desapareció (España, Portugal). Pero tal sistema no revela sino una quiebra total sobre el plano político. Si bien es cierto que a una economía socialista corresponde una estructura política socialista, a una economía capitalista corresponde un sistema democrático, pero cuando la economía se convulsiona, el marco político tiembla y viceversa. La democracia impuesta no responde ya a las exigencias de nuestro tiempo: las luchas entre fracciones desgarran a la nación, la aparición de fenómenos marginales (terrorismo, selección al revés, corrupción, degeneración ambiental, masificación, etc.) convierte el futuro de las democracias europeas en muy problemático.
Todo esto plasmado y previsto hace treinta años tiende hoy a reforzarse.
En el terreno político militar las maniobras en este sentido son muchas. Citamos entre otras:
- El tratado de Moscú relativo al armamento nuclear, que tiende simplemente a prohibir a las naciones el acceso al armamento (salvo Rusia y Estados Unidos). Solamente China roja y Francia gaullista se han negado a secundar esta pantomima.
- La conferencia sobre la seguridad y cooperación europea que tuvo lugar en 1973, alternativamente en Helsinki y Ginebra, cuyo fin declarado fue la consagración de Yalta.
Contradictoriamente con su situación prepotente las dos naciones imperialistas viven momentos de crisis internas:
1. Crisis del marxismo: el marxismo, inspirador de la política del Kremlin, después de 50 años de experiencia de poder, pasa hoy por una evidente crisis, y su fracaso más estruendoso tiene lugar precisamente en el plano de la economía y la producción, el cual, según sus pretensiones científicas, debería constituir su más seguro éxito.
- La crisis del marxismo no se reduce solo a la "gestión de estado" (reducción de la política a la burocracia, penuria de bienes de consumo, régimen policial, crisis espasmódicas en sus dominios, etc.) tal como es practicada tras el talón de acero. Es también una crisis ideológica, su concepción de la vida y del mundo las que también han fracasado. Sus principios fundamentales eran:
- La pretensión de eliminar las contradicciones internas en una sociedad que se fundaría en la dictadura del proletariado y el internacionalismo.
- La posibilidad de crear sobre esta base, una civilización de tipo superior que impidiera la explotación del hombre por el hombre.
Por el contrario:
- Hemos asistido a la agravación constante de las tensiones internas en el bloque socialista (escisiones trotskistas, maoístas, castrista, tercermundista, yugoslava, etc.)
- Se ha creado un nuevo tipo de estado en el que el poder no pertenece ni a la clase obrera, ni a la burguesía, sino a la nueva clase burocrática de dirigentes del Partido Comunista.
- Científicamente se ha paralizado la investigación en distintos campos biología, genética, con el grotesco caso Lissenko recluyéndose a la disidencia científica y política en sanatorios, campos de trabajo (los componentes del GULAG).
2. Crisis del americanismo: el estilo de vida americano, caracteri¬zado por hombres sin ideal superior, sin empuje ni entusiasmo, sin fe y sin capacidad de sacrificio, una masa sin alma y sin rostro condicio¬nada por el mito de la productividad a ultranza y de la civilización de consumo, se encuentra en decadencia.
Progresivamente los mejores hombres de cada generación se desvinculan de una u otra forma con el Sistema, produciéndose en el seno del mismo una selección a la inversa, ya que éste se ve alimentado por ambiciosos, tecnócratas, acomodaticios, serviles y despersonalizados.
La llamada "opinión pública" resulta de un lavado de cerebro destructor de las conciencias, obrado en los medios de masas. La irrupción de las drogas y la degeneración física y moral, contribuyen a la desintegración del "estilo de vida americano" que vive la Europa del Oeste.
Económicamente, las crisis periódicas de producción, la incapacidad por absorber a masas progresivamente desarraigadas del campo, la crisis económica internacional provocada por las convulsiones políticas.
Por todas partes surgen voces de protesta contra el status impuesto en Yalta, voces que los mitos capitalistas no están ya en grado de acallar, ni de integrar.
Pero desde la infame traición de Yalta nuevas fuerzas aparecen en el panorama político:
1. Las naciones del África Negra: antiguas colonias europeas: desde la ONU se coreó el slogan de la "descolonización" que básicamente consistía y consiste véase sino el caso del Sahara en expulsar a la potencia colonizadora europea y sustituirla por un régimen títere de cualquier superpotencia, estableciendo así un dominio neocolonial. Todas las naciones aflicanas han sufrido este proceso, integrándose en uno y otro bando en el juego imperialista.
2. Las naciones Árabes: solidarias en su común empeño de batir al criminal expansionismo judío, poseedores del petróleo como arma coactiva, parecen ser uno de los escasos pilares no integrados o no alineados. El florecimiento de Estados como el libio, o de partidos, como el Baas sirio, que contestan simultáneamente al status vigente, asegura una cierta independencia política a esta zona, la única que quizá pueda seguir llamándose "no alineada". La estrategia de las superpotencia consiste aquí en provocar coyunturas traumáticas que favorezcan su intervención, utilizando unas veces al sionismo internacional personificado en el Estado de Israel como espoleta y otras, las querellas intestinas entre los estados árabes.
3. Las naciones de la América Latina: fracasados los esfuerzos de la Organización Tricontinental de repetir la experiencia cubana mediante la utilización de la guerrilla como estrategia y fracasada la ex¬periencia frentepopulista de Allende, no tanto por la intervención de la CIA, como por el desastre y caos increíble que provocó la Unidad Popular en los años de su vergonzante gestión, las naciones americanas se debaten sobre una sima: o liberación nacional o sumisión al "gran amo del Norte". Panarabismo y panamericanismo, fórmulas continen¬tales de una "Tercera Vía", se presentan como la única solución para estas zonas.
4. Las naciones del continente asiático: concentradas en tomo a dos polos absorbentes Japón y China roja, abandonadas por las naciones occidentales en una retirada infamante, los últimos defensores de Saigón y de Phon Pem claman todavía venganza. Indochina vive una situación de represión formal por parte de las victoriosas fuerzas comunistas y el fin de la presencia occidental en aquella zona es claro. China, resueltos sus problemas internos se lanza ahora a la construcción de una potencia atómica y económica pero sin proyección política. Japón invade el mundo con sus productos manufacturados y su tecnología y se instala en las zonas no comunistizadas de Asia, pasando incluso a Europa y África. Pero ni una ni otra presentan fuerza, ni voluntad suficiente para hundir Yalta.
Si las naciones europeas, latinoamericanas o árabes pretenden iniciar una lucha de liberación nacional con objeto de reencontrar su autonomía política, económica cultural y militar, deberán contar única¬mente con ellas mismas o, a lo sumo, con unidades geográficas y continentales.
Es preciso meterse lo siguiente en la cabeza:
Una nación aislada, un movimiento aislado en un Estado determinado jamás podrá realizar una revolución nacional, UNA REVOLUCIÓN COMO LA QUE PRETENDE EL FRENTE NACIONAL DE LA JUVENTUD, sino es abordando una problemática internacional y global: cualquier intento de rebelarse contra el capitalismo o el comunismo, de romper con la traición de Yalta, será inmediatamente reprimido por los bastiones del imperialismo dominante. Hoy una revolución no triunfa en una nación aislada, bien vence en un conjunto geográfico, bien es capaz de desencadenar una serie de movimientos espontáneos en diversos estados, o bien es aniquilada de forma total y para siempre.
De ahí la necesidad de:
Frente al imperio internacional del socialismo marxista.
Es preciso lograr la unidad de acción de todas aquellas fuerzas auténticamente revolucionarias en distintas naciones FUERZAS NACIONALES REVOLUCIONARIAS que se batan contra las dos columnas del status quo hoy imperante, al margen de la latitud geográfica, cultural o lingüística.
Hoy el imperialismo USA/URSS se abre paso y consolida su dominio mediante el empleo de una atrayente fraseología: LA COEXISTENCIA PACÍFICA.
Para los capitalistas americanos la coexistencia pacífica es un pacto social a nivel nacional entre las fuerzas democráticas capitalistas y las fuerzas democrático marxistas, en beneficio de las altas cotas de productividad, eliminando los focos de violencia social por una parte. Por otra parte la coexistencia pacífica proporciona un respiro a los americanos que han debido batirse en retirada en Vietnam, Indochina, parte de África, etc., cediendo estos "terrenos secundarios" a sus hermanos soviéticos.
Para los imperialistas rusos la coexistencia pacífica se explica en función de la imposibilidad por parte de las fuerzas socialistas de construir Estados socialistas en las naciones de capitalismo avanzado Europa en donde, en función de la coexistencia pacífica, intentan la creación de "democracias avanzadas", pactando con sectores de la burguesía y del capital, con objeto de ir mejorando las posiciones propias hasta el momento en que la crisis del capitalismo ofrezca una coyuntura favorable para la construcción de auténticos Estados socialistas.
Esta política dictada y aplicada a nivel nacional, en Italia, marchándose apresuradamente hacia la constitución de un "gobierno conciliar" formado por la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, en España... pactando los comunistas con los representantes de la alta burguesía liberal y democrática en la Junta Democrática primero y en el Pacto de la Moncloa después.
Tal coexistencia no solamente se afirma en lo político sino también en lo ideológico desde el momento que los partidos comunistas renuncian a una cadena a su tesis sobre la "dictadura del proletariado" y sobre la irrupción violenta (revolucionaria) en el poder, para transformarse, por lo menos aparentemente, en agrupaciones moderadas de corte socialista. Se abandona la agresividad por uno y otro lado y todo tiende a converger.
Pensar que esta convergencia es positiva "va en el sentido de la historia" es pensar que las potencias dominantes van a abandonar su privilegiada posición en beneficio de los dominados. Es pensar en un mundo sin gravedad...
© Ernest Milà – infoKrisis – infoKrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen
Tal coexistencia no solamente se afirma en lo político sino también en lo ideológico desde el momento que los partidos comunistas renuncian a una cadena a su tesis sobre la "dictadura del proletariado" y sobre la irrupción violenta (revolucionaria) en el poder, para transformarse, por lo menos aparentemente, en agrupaciones moderadas de corte socialista. Se abandona la agresividad por uno y otro lado y todo tiende a converger.
Pensar que esta convergencia es positiva "va en el sentido de la historia" es pensar que las potencias dominantes van a abandonar su privilegiada posición en beneficio de los dominados. Es pensar en un mundo sin gravedad...
© Ernest Milà – infoKrisis – infoKrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen