Infokrisis.- Siempre me ha llamado poderosamente la atención esa sobreactuación en materia patriótica y el desconocimiento sobre el mismo tema que la suele acompañar. La conclusión a la que he llegado es que resulta triste -sino tristísimo- defender una determinada doctrina -en este caso el "patriotismo"- y no termina de saber en qué consiste ni lo que implica. Estas notas, realizadas apresuradamente intentar resumir y definir claramente este orden de ideas en torno al patriotismo y responde a dos cuestiones fundamentales: ¿Qué es el patriotismo, su origen y su causa primera? y ¿Cuál es su futuro en el siglo XXI?.
I Parte: la teoría del patriotismo
1ª Tesis: El patriotismo es una virtud del espíritu
- El origen del término “patriota” es suficientemente ilustrativo sobre su contenido: Deriva de la unión de los términos “patris” y “otes”, indicando lo perteneciente o relativo a la tierra del padre. Su significado es similar al término “arraigo”, esto es la capacidad de unión entre un hombre y la tierra que la ha visto nacer. El novelista J.R.R. Tolkien decía razón al decir que “las raíces profundas no se congelan jamás”: contra mayor es el arraigo de un hombre en su tierra natal mayor es su capacidad de sobrevivir a los desafíos de la modernidad
- Hay distintas formas de vivir el patriotismo. La más completa es, sin duda, aquella que consiste en identificarse con la tierra en donde se ha nacido y con sus valores, donde están enterrados los padres y es pisada por la comunidad a la que se pertenece. Esto implica un conocimiento y una fidelidad a los de la tierra natal, a su tradición, a su sustrato etno-cultural, esto es, en definitiva, a su identidad.
- El patriotismo no es ni una emoción, ni un sentimiento. Cualquier sentimiento y carga emotiva que se da en un individuo dependen solamente de procesos químicos que alteran los equilibrios hormonales en el interior de su cerebro. Las situaciones de miedo, tensión o euforia surgen de descargas de determinadas hormonas en el cerebro. El patriotismo es otra cosa muy diferente y mucho más profunda que una filia o una fobia momentánea que dura lo que duran los 90 minutos de un encuentro de fútbol o la celebración de una victoria deportiva, por ejemplo.
- Llama la atención que en la modernidad tardía las muestras más exaltadas de “patriotismo” se den en los estadios de fútbol y en las competiciones deportivas en donde se producen fenómenos de hipnosis colectiva en donde las masas son “seducidas” por una figura del deporte o por los colores de un equipo, produciéndose un fenómeno de exaltación irracional y una descarga de emotividad que están muy lejos del patriotismo tal como se entendió en las Ciudades Griegas o en la Antigüedad Romana.
- El “patriotismo” que aparece en los estadios no es, en rigor, patriotismo, sino un estado de exaltación que no surge de la identificación con la tierra natal, sino de un espectáculo que entra dentro del entartainment y de la modernidad de más bajo nivel.
- Para vivir el patriotismo es preciso que el individuo identifique y viva los valores de su comunidad. Esto implica un cierto grado de educación y de comprensión de cuáles son esos valores. No se trata de que el patriotismo dependa del mayor o menor nivel cultural de una población, sino de su capacidad para identificar y vivir los valores como propios y transmitirlos en el decurso de las generaciones. Y precisamente por todo esto es una “virtud del espíritu”, entendiendo por “espíritu” el principio generador de carácter íntimo que es su esencia y sustancia.
2ª Tesis: El patriotismo es la modulación humana del instinto territorial presente en las especies superiores
- ¿De dónde surge esta cualidad del espíritu? Para responder a esta pregunta debemos recordar lo que es la naturaleza humana: de una parte un sustrato biológico que comparte con los animales y de otro un soplo de genialidad superior y racionalidad, ausente en otras especies. En tanto que compartimos un sustrato biológico con las especies superiores compartimos también los instintos presentes en estas: instinto de reproducción y de placer, instinto de agresividad y supervivencia, instinto territorial.
- Estos instintos presentes en las especies biológicas superiores, se modulan en el ser humano dando forma a valores, comportamientos y actitudes concretas y civilizadas. El instinto de reproducción y de placer tienen que ver con la sexualidad; el instinto de agresividad pasa a ser el valor fundamental del estamento guerrero y de la milicia; y el de supervivencia es una síntesis de los dos anteriores. Derivan de la época en la que el ser humano era cazador-recolector.
- Junto a estos instintos se moduló también el instinto territorial que hace que una especie superior o un individuo perteneciente a esa especie considere determinado territorio como propio y esté dispuesto a defenderlo (con el instinto de agresividad) y a sentirse seguro para cumplir la ley de su especie (mediante el instinto de reproducción). Los avances de la etología desarrollada especialmente en los años 60 y 70 estudiaron este instinto y no permiten discutir científicamente esta conclusión.
- Los instintos son imprescindibles para la supervivencia de una especie. Si se pierden o se atenúan eso significa que la especie que padece este adormecimiento de lo instinto, corre peligro de extinguirse. El instinto territorial nos proporciona la sensación de que el territorio que ocupamos es inviolable. Cualquier intruso que penetre en él desencadena inmediatamente el instinto de agresividad ante la posibilidad de que pueda suponer un peligro para nuestro instinto de supervivencia y reproducción.
- En la medida en que la naturaleza humana es biología pero va más allá de la biología, tiende siempre a modular estos instintos y a darles un significado mucho más concreto que en el medio animal: el “territorio propio” es la habitación que poseemos en un hogar, es el barrio e el que hemos nacido, es la comarca que conocemos bien, la tierra chica, la Patria, y en acepciones superiores, todo nuestro entorno cultural.
- Si el instinto territorio trasladado a lo humano constituye el desencadenante inevitable del patriotismo, es evidente que negarlo implica negar también la naturaleza humana o, como mínimo, desconocerla. De ahí que todo lo que suponga una negación intelectual del patriotismo sea siempre una construcción teórica deshumanizada y despersonaliza que ignora el impacto de los instintos en nuestra naturaleza.
3ª Tesis: El patriotismo es completamente diferente al nacionalismo.
- Se tienen tendencia a confundir “patriotismo” con “nacionalismo”. Históricamente, el “nacionalismo” aparece con la nación y ésta lo hace en un momento reciente de la historia (el último cuarto del siglo XVIII con la Revolución Americana y la Revolución francesa). La transformación de los “reinos” en Estados-Nación y la sustitución del vínculo de fidelidad para con la figura del Rey por la doctrina de los Derechos y Deberes del Ciudadano implicó insertar en el concepto “nación” y en su derivado el “nacionalismo”, una carga ideológica que dependía precisamente del marco intelectual en el que se produjo la transformación de los Reinos en Estados-Nación: la ideología liberal.
- El “nacionalismo” está íntimamente unido a una serie de fenómenos históricos concretos: el advenimiento de la burguesía como clase hegemónica, la revuelta del burgués y del comerciante contra las aristocracias guerreras, la democracia como forma política, el liberalismo como su traducción económica, y al individualismo como forma de concebir el mundo. No hay más nacionalismo que el vinculado a todas esta tendencias que aparecen en un momento reciente de la historia, perfectamente identificable.
- En lo que se refiere al patriotismo, su origen se pierde en la noche de los tiempos. Si bien en el mundo clásico ya existía esta concepción, todo induce a pensar que en formas de civilización anteriores ya estaba presente.
- Fundamentalmente, el nacionalismo aspira a la hegemonía de su nación y como Napoleón en el caso francés, aspira a imponer los valores de la ideología burguesa a todo el mundo. Por eso todo “nacionalismo”, a la postre es en cierta medida “internacionalismo” en la medida en que asume una tarea misional de extensión de sus valores nacionales a todo el orbe.
- El patriotismo es todo lo contario. Sabe cuál es su tierra y que valores le corresponden. Básicamente los regímenes patrióticos tienen tres vertientes en las que suelen insistir: la preservación de la soberanía y de la unidad del territorio; el culto a los héroes y a los antepasados como formas de unir el pasado con el presente y proyectarlo hacia el futuro; y, finalmente, conservar los valores propios calificados como “valores patrios”. No hay pues, en el patriotismo, forma alguna de expansionismo, ni de imperialismo. Aspirar a dominar a tal o cual nación carece de sentido para un patriota interesado únicamente en aquella tierra en donde están enterrados sus antepasados y en donde se encuentra la forma de vida que ha conocido desde su nacimiento.
- En la medida en que se ha definido al nacionalismo como el individualismo de los pueblos los choques entre naciones han sido una constante en los dos siglo XIX y XX que pueden ser considerados en rigor como los siglos de las luchas nacionalistas, cuando cada nación ha querido imponerse sobre el vecino, fundamentalmente por intereses económicos, en la medida en que la clase hegemónica en los Estados-Nacional es la de la burguesa y la comerciante. Esta tendencia solamente ha terminado cuando la propia dinámica del sistema capitalismo-liberal ha terminado considerando que los intereses oligárquicos del sistema se defienden del hoy mejor en el marco de un mundo globalizado en el que la ideología dominante es el humanismo universalista difundido por la Unesco, la economía ha dejado de ser liberal para ser financiera, la cultura ha pasado a ser entertaintment y el Estado-Nación se va disolviendo progresivamente y ve limitada su soberanía por la oligarquía financiera internacional.
- El “nacionalismo” está íntimamente unido a una serie de fenómenos históricos concretos: el advenimiento de la burguesía como clase hegemónica, la revuelta del burgués y del comerciante contra las aristocracias guerreras, la democracia como forma política, el liberalismo como su traducción económica, y al individualismo como forma de concebir el mundo. No hay más nacionalismo que el vinculado a todas esta tendencias que aparecen en un momento reciente de la historia, perfectamente identificable.
- En lo que se refiere al patriotismo, su origen se pierde en la noche de los tiempos. Si bien en el mundo clásico ya existía esta concepción, todo induce a pensar que en formas de civilización anteriores ya estaba presente.
- Fundamentalmente, el nacionalismo aspira a la hegemonía de su nación y como Napoleón en el caso francés, aspira a imponer los valores de la ideología burguesa a todo el mundo. Por eso todo “nacionalismo”, a la postre es en cierta medida “internacionalismo” en la medida en que asume una tarea misional de extensión de sus valores nacionales a todo el orbe.
- El patriotismo es todo lo contario. Sabe cuál es su tierra y que valores le corresponden. Básicamente los regímenes patrióticos tienen tres vertientes en las que suelen insistir: la preservación de la soberanía y de la unidad del territorio; el culto a los héroes y a los antepasados como formas de unir el pasado con el presente y proyectarlo hacia el futuro; y, finalmente, conservar los valores propios calificados como “valores patrios”. No hay pues, en el patriotismo, forma alguna de expansionismo, ni de imperialismo. Aspirar a dominar a tal o cual nación carece de sentido para un patriota interesado únicamente en aquella tierra en donde están enterrados sus antepasados y en donde se encuentra la forma de vida que ha conocido desde su nacimiento.
- En la medida en que se ha definido al nacionalismo como el individualismo de los pueblos los choques entre naciones han sido una constante en los dos siglo XIX y XX que pueden ser considerados en rigor como los siglos de las luchas nacionalistas, cuando cada nación ha querido imponerse sobre el vecino, fundamentalmente por intereses económicos, en la medida en que la clase hegemónica en los Estados-Nacional es la de la burguesa y la comerciante. Esta tendencia solamente ha terminado cuando la propia dinámica del sistema capitalismo-liberal ha terminado considerando que los intereses oligárquicos del sistema se defienden del hoy mejor en el marco de un mundo globalizado en el que la ideología dominante es el humanismo universalista difundido por la Unesco, la economía ha dejado de ser liberal para ser financiera, la cultura ha pasado a ser entertaintment y el Estado-Nación se va disolviendo progresivamente y ve limitada su soberanía por la oligarquía financiera internacional.
4ª Tesis: El patriotismo está situado más allá del racionalismo y del irracionalismo
- De la misma forma que el nacionalismo está vinculado a la ideología que arranca con el racionalismo cartesiano, prosigue luego con la Ilustración y está presente en el romanticismo alemán, el patriotismo se sitúa fuera de las corrientes ideológicas: es simplemente un instinto humano derivado del instinto territorial propio a los animales superiores.
- El patriotismo, no es, pues, desde luego, una forma de racionalismo (doctrina que sostiene que todo lo real es racional y sólo lo racional puede aspirar a ser real, por tanto todo lo que es material es, a la postre, real y no existe más realidad que la material), pero tampoco es irracionalismo, ni mucho menos emotividad y sentimiento. El patriotismo es esa sensación mesurada y objetiva en la que el sujeto se identifica con la tierra y con la comunidad que reside sobre esa tierra así como con sus antepasados que están allí bajo esa misma tierra. Su origen remoto es el sustrato biológico modulado por el genio de lo humano.
- En unos momentos de fuerte cambio social, científico y cultural, en donde adaptarse continuamente a la corriente de las innovaciones se hace cada vez más difícil, es cuando el arraigo y el patriotismo se configuran como el único valor capaz de mantener la cadena entre las generaciones.
- Al situarse en el terreno de la instintividad –que es un automatismo del comportamiento-, el patriotismo es una sana reacción y una base sólida para el desarrollo de las comunidades y un mecanismo que les da coherencia y continuidad generacional, situado por encima de las ideologías y de las concepciones propias de cada individuo. Es un dominador común presente en todas las estructuras horizontales y verticales de la sociedad y, por tanto, un factor de estabilidad, coherencia y orden social y político.
© Ernest Milà – infoKrisis – infoKrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen