Hay que leer entre líneas la
noticia de El Mundo para advertir la gravedad del asunto. La
noticia da cuenta de un repugnante delito cometido en un pueblo de Huesca
(de esos pueblos en los que, hasta no hace mucho, todo el mundo se conocía y se
podía dejar la puerta abierta de casa sin miedo a que nadie te saqueara). Esos
tiempos quedan ya lejos y han sido sustituidos por una realidad cotidiana
que la mayoría de ciudadanos conocen y deploran, pero que el gobierno y los
medios de comunicación, están interesados en ocultar.
Hay noticias tan
repugnantes que es imposible ignorarlas. Esta es una de ellas. Básicamente se
trata de que un
gambiano de 24 años ha agredido sexualmente a una anciana de 94. En
condiciones normales, el periodista debería informar sobre
- el qué (una violación),
- el cómo (mediante allanamiento de morada y empleo de violencia),
- el quién (un gambiano, no un extraterrestre, ni un vecino de toda la vida y, lo normal, sería informar sobre sus antecedentes penales, sobre cómo se ha ganado la vida en los últimos seis años),
- el cuándo (ayer 18 de enero de 2021) y
-el por qué (se trata de un asocial que lo demostró ampliamente desde que llegó a España).
Al menos eso es lo que se
recomienda al redactar una noticia y elaborar un titular que debe ser el “condensado”
de la noticia. Se codifica así que entender, con el menor esfuerzo posible, la
noticia.
Ahora bien, en el
último cuarto de siglo y, especialmente, en los últimos años, cualquier noticia
que genere alarma social en relación a la inmigración masiva, o bien, es
censurada y no aparece, o bien aparece con los parámetros adulterados de tal
manera que lo que queda en el subconsciente del lector es vago y con un alto
grato de indeterminación.
No es algo
casual, sino que tiene que ver con la ingeniería lingüística. Hay que estar muy
atentos a las palabras: las palabras crean ideas y no al revés. Poniendo máxima atención en las
palabras utilizadas, en su disposición y en los titulares, se consigue que una
noticia grave se convierte en algo casi banal.
Observamos la
noticia de la violación ocurrida anteayer en Huesca, tal como la trata el
diario El Mundo (que no es en absoluto diferente de cómo la tratan otros medios, lo que
indica a las claras que el Ministerio de la Verdad vigila el comportamiento de
las redacciones: o cumplen las normas establecidas o no hay publicidad
oficial, se retrasan las subvenciones, no llegan, disminuye su cuantía, etc,
etc.
El Mundo
nos dice en el titular que el detenido es un hombre de 24 años, que fue
expulsado de un centro de menores de Lérida, que agredió a una abuela, y que ha
sido detenido. Eso es todo.
Ahora bien…
1) El "hombre de 24 años" detenido es gambiano (prohibido decirlo en el titular).
2) El "hombre de 24 años" entró en España como MENA (prohibido el uso la palabra MENA). Se indica en la noticia que fue acogido en un "centro de Lérida" (para MENAS), del que "fue expulsado a causa de su comportamiento"... pero en lugar de ser enviado a su país junto a su familia, se quedó aquí.
3) En el titular se evita decir que la "agresión" fue "sexual" (prohibido mezclar agresiones sexuales con inmigración, no sea que la ministra de igualdad tenga un sofocón). Podemos imaginar la sexualidad del gambiano (24 años y la abuela 94).
4) Si el autor fue "expulsado" del centro de MENAS a los 18 años ¿de qué ha vivido de los 18 hasta los 24 y qué ha hecho en este tiempo? Misterio: no se dice nada ni sobre su historial laboral, ni de cómo vivía, ni qué paguita, ni ingresos tenía, pero de lo que no cabe la menor duda era de que se trataba de un ladrón y violador... no creemos que éste fuera su primer delito (prohibido mencionar historiales delictivos de inmigrantes.
5) La noticia de El Mundo está desordenada: los que tenemos experiencia en redacciones conocemos el motivo. El redactor la ha redactado como le enseñaron en la carrera de periodismo, pero el jefe de sección la ha retocado, y el jefe de redacción, seguramente, la ha vuelto a retocar para no incurrir en las PROHIBICIONES a las que se ven sometidos los medios. Y de, entre todas las prohibiciones, las que rodean a la inmigración masiva, son EXTREMAS. Se trata de imbuir la "creencia" de que la "inmigración es buena". Noticias como ésta contribuyen a generar justo la sensación contraria. Así que, los medios que han decidido informar sobre la noticia (pocos, en realidad) han debido hacerlo casi de tapadillo...
Recomiendo
leer la noticia y los comentarios que siguen: demuestran que los MINORITARIOS
SON LOS PROGRES por mucho que Google relegue noticias como ésta a las
profundidades, el Caralibro no la reproduzca fuera del muro de quien la coloca
y el Twit la ignore. Aún así, ello son MINORÍA.
Mi dolor, mi pesar, mi solidaridad y el deseo de que se restablezca a esta víctima del Ministerio de la Verdad y de la inmigración masiva, la globalización y el multiculturalismo.