Cataluña pasa
por ser “tierra del seny”, que es algo así como de la sensatez.
Tradicionalmente, en Cataluña, lo contrario al “Seny” es “la rauxa”, la rabia.
La historia de Cataluña oscila entre lo uno y lo otro. Al menos es lo que suele
decirse. Lo lamentable es que, con demasiada frecuencia (y desde luego en las
últimas décadas), ha sido la “rauxa” la que se ha instalado en el butacón de la
Plaza de Sant Jaume y, bajo el aspecto de “seny”, se ha escondido un
comportamiento que no solamente era propio del polo contrario, sino que además,
llegaba incluso a la superstición fronteriza con la locura, la tacañería de más
bajo nivel, la rapacidad incluso a los propios amigos y le credulidad que se
instala allí en donde existe un vacío en la formación cultural. De ese me voy a
quejar.
He podido reunir
unos cuantos datos significativos sobre las actitudes y el comportamiento de
Jordi Pujol en este terreno. ¿Las fuentes? Por una parte, Antena 3, por otra,
medios de comunicación solventes que están presentes en Internet. Ningún dato
ha sido extraído de los digitales de medio pelo que proliferan sin padre ni
madre reconocidos. Quizás algunos se sorprendan de lo que van a leer: “¿se
puede ser tan crédulo?” dirán unos. Aunque, si tienen paciencia y leen hasta el
final, lo más probable es que se pregunten: “¿se puede ser tan ruin?”.
La cosa va de
que Jordi Pujol, mientras estuvo al frente de la Generalitat tuvo como
“consejera áulica”, vidente y curandera a una gallega establecida en Andorra y
a la que se trajo a Barcelona. Esta es su increíble historia.
Siempre que se
ha consultado a los medios oficiales de la Generalitat, no han afirmado ni negado
el dato, pero se han visto obligados a reconocer que si Jordi Pujol dispusiera
de una vidente no sería “algo inusual dado que, otros mandatarios
internacionales recurren a videntes”.
Durante los
largos años que Jordi Pujol estuvo al frente de la Generalitat corrían rumores
sobre su vida privada, todos ellos bien conocidos por los periodistas, pero
nunca aparecían en letra impresa: sistemáticamente, los directores de estos
medios silenciaban cualquier información que pudiera resultar problemática para
el gobierno de la Generalitat a cambio de generosos subsidios.
Sin embargo,
cuando, en la última fase del gobierno Pujol, los escándalos de corrupción
emergieron a la luz pública pudo conocerse la personalidad de la vidente. Un
equipo del programa de Antena 3, Espejo Público, entrevistó a la vidente en
septiembre de 2012.
La vidente era
la llamada Adela García Acosta (a) “Adelina”, una meiga gallega que residió
durante muchos años en la localidad de Engolasters, en el Pirineo andorrano. En
2012 tenía 77 años. Durante un tiempo que unos evalúan en dos décadas y otros
en cinco años, fue visitada por Pujol en su casa. Vale la pena recordar que, ya
entonces, Andorra era uno de los escenarios en donde el clan Pujol realizaba
transacciones bancarias con dineros obtenidos por métodos heterodoxos.
Hoy, la vidente
no parece guardarle mucha simpatía: “Era más agarrado que un chotis”, dijo
textualmente a un periodista que le preguntó por el tema. Añadió, además, que
Pujol la convenció para que se estableciera durante nueve años en Barcelona.
Otra versión dice que el propio Pujol pagó el traslado y la apertura de un
“consultorio” para la bruja por el que desfilaron políticos y empresarios
catalanes a recomendación del propio president.
Lo sorprendente
era que la vidente cobraba por visita 150 euros, pero Pujol, a su vez, cobraba
a los clientes que le enviaba una comisión ¡del 100%! (otras fuentes elevan la
“comisión” de Pujol a 300 euros). Adelina declaró con evidente exageración:
“Pujol se hizo rico a cuenta mía”. En las primeras consultas, Adelina sólo le
cobraba la voluntad: “Me pagada 20 ó 25 euros cuando venía a Andorra”,
añadiendo: “Había obreros que me daban más”.
A través de las
declaraciones de Adelina es posible reconstruir cómo debían ser aquellas
visitas del entonces “molt honorable president de la Generalitat de Cataluña”.
Pujol, además de consultarle sobre asuntos familiares, también le planteaba
cuestiones sobre decisiones políticas. Decía “liberarle” de energía negativas
realizando “limpieza de chakras”. Para ello utilizaba un huevo de gallina que
le pasada por la columna vertebral: El huevo absorbía las “energías negativas”
que, en el caso de Pujol y al decir de la vidente, eran descomunales. El huevo
terminaba —según Adelina— poniéndose negro al abrirlo, lo que la vidente
atribuía a las “muchas envidias”. La vidente se jacta también de haberle curado
el tic nervioso que tenía en un ojo.
El equipo de
Antena 3 pudo contactar con la vidente y conocer su existencia gracias a varios
de los “testigos protegidos” que declararon contra el “clan Pujol” en el marco
del “Caso Pretoria”. Philip MacMahan, directivo de Banca Catalana en los años
80 y que trabajó para el cuñado de Pujol, Francesc Cabana, declaró a la UDEF que
el entonces president estaba “obsesionado” con la vidente y que cada vez le
pagaba más para que le adivinara el futuro.
Afirmó que el president “creía en las brujas” y él mismo fue quien lo llevó a ver a Adelina. Por su parte, Victoria Álvarez, novia del hijo de los Pujol, confirmó también lo relativo a la “limpieza de chakras” y a que, al romper el huevo, su contenido salía completamente negro. Añadió que “toda la cúpula de CiU” había pasado por la consulta de la vidente.