El día 21, los extremeños están llamados a las urnas. Los dos
grandes partidos se la juegan en esta convocatoria. Uno, el PSOE, está
virtualmente derrotado. El otro, el PP, virtual vencedor, ha hecho una apuesta
arriesgada: ganará, pero el problema es si obtendrá mayoría absoluta o
precisará a de Vox para gobernar. A pesar de que Extremadura tiene muy poco
peso en la política nacional, estas elecciones son decisivas, especialmente,
para Sánchez. Su problema, ya no es solo su posibilidad de verse arrinconado
por la justicia, sino que la debacle de su partido ha abierto un nuevo frente feminista
en el interior del PSOE. A partir del 21, cuando se sepan los resultados
electorales, es muy posible que el PSOE entré en la fase agónica del sanchismo
y se inicie la carrera por la sucesión.
Solamente una encuesta, sin padre ni madre, publicada en Tik Tok,
anuncia que “el PSOE ganará en Extremadura”. Es la vieja táctica
institucionalizada por Tezanos, según la cual, las encuestas no sirven para
reflejar la realidad, sino para “crear tendencias”. En otras palabras, si
se repite con convicción que el PSOE ganará, tiene muchas posibilidades de que
se produzca un trasvase de votos hacia la candidatura ganadora.
Pero esto podía aplicarse a una situación “neutra”, como una
táctica electoral más. No a una situación en la que el PSOE y, concretamente,
su líder, Pedro Sánchez, se encuentra literalmente asediado y con apoyos poco
fiables.
Esta soledad se ha producido por la colusión entre las redadas
judiciales a altos cargos comprometidos con la corrupción sanchista y por las
feministas del interior del interior del partido
(en varios casos, vinculadas más a anteriores etapas del socialismo, que al
sanchismo propiamente dicho).
Las redadas, como se sabe, se han generado a partir de
investigaciones periodísticas, que se han traducido en denuncias y,
consecuentemente, a petición de nuevas investigaciones a la policía judicial. Pero
¡los casos de acoso sexual no son nuevos!: todos se arrastran desde hace, como
mínimo, un lustro. Se dispararon, eso sí, tras las anteriores elecciones
generales, cuando Sánchez en minoría debió recurrir a los indepes para
asegurarse el poder: fue como un “aquí estamos y de aquí no nos vamos pase lo
que pase”. Llegados a ese punto, el PSOE había aceptado el fraude interior para
que un candidato guapete ocupara la secretaria general del partido, pensando
que atraería al voto femenino, mucho más que cualquier proclama feminista.
Todos los candidatos del PSOE apostaron por el feminismo y sólo para atraer el
voto de la mujer… ese que, ahora, ha despertado tras la revelación de que
los casos de machismo y acoso eran habituales en el interior del partido y
habían sido cubiertos por la dirección…
El principio de Sánchez hasta ahora era: “nadie dimite, porque
dimitir implica trasladar al electorado sensación de culpabilidad” y “no
puede reconocerse ni un caso de acoso porque eso supondría perder el voto
femenino”. Y esto ha funcionado porque, hasta ahora, en RTVE, en la
cadena PRISA y en algunos digitales que comían de la mano de La Moncloa (elplural
y eldiario.es) como contrapeso a los “digitales ultras” (El Debate,
OK Diario, The Objective, El confidencial, Vozpopuli y Periodista
Digital), eludían esta espinosa cuestión.
Entre esto y la furia de Pedro Sánchez contra toda oposición
interior, generó dentro del PSOE una situación de terror: el que se movía
del cuadro sanchista, tenía asegurado el pasar a la irrelevancia dentro del
partido, nunca más se le incluiría en listas electorales, nunca tendría voz y
voto en los organismos de dirección y, en la práctica, era un “afiliado muerto”.
Esta táctica, propia de un partido estalinista, junto con el silencio cómplice
de los medios de comunicación, es lo que ha hecho que no existiera alternativa
a Sánchez dentro del PSOE.
Pero la “revuelta feminista” del interior ha hecho saltar por los
aires esta estrategia. Las “mujeres del PSOE” se han revelado. No es que tengan más valor que los hombres del partido, es que,
han visto en el tema de los casos de acoso, la excusa para levantar cabeza. No
albergamos la menor duda de que en torno a algunas de esas mujeres
cristalizará el “pos-sanchismo”. Y es entre las mujeres socialistas donde hay
que buscar a la futura secretaria general de lo que quede del partido.
El País y el diario.es:
cambio de actitud
Ahora bien, como decimos, los casos de agresiones sexuales y
abusos dentro del partido son viejos. Entonces ¿por qué se ha producido esta
súbita emergencia casi diaria de casos de abusos justo ahora? Es fácil de
explicarlo: no solo el PP y Vox, augura el fin del “ciclo sanchista”, sino
también los medios de comunicación que hasta ahora han defendido a capa y
espada al presidente corrupto, permisivo con la corrupción, y él mismo
corruptor. El “frente unido mediático” que ha apoyado al sanchismo, va
perdiendo fragmentos: primero ha sido la Sexta, la que ha dado una amplia
cobertura en sus informativos a estos casos de corrupción y de violencia sexual.
Se mantienen algunos tertulianos que todavía intentan balbucear algunas excusas
y repetir las consignas emanadas por el gobierno: “son casos aislados”, “el
partido ha actuado contundentemente en cuanto ha tenido noticia”, “están
protagonizadas por gentes que ya no son del PSOE”, y la peor de todas
ellas, “el PSOE ha reaccionado contundentemente contra estos casos”…
Pero la tónica general de la línea editorial de programas como Al rojo
vivo, ha cambiado radicalmente.
A esto se une el que en otros dos medios que,
significativamente, han ejercido siempre como muros de contención mediáticos
del sanchismo, concretamente El País y eldiario.es, parecen haber dejado
en la estacada al sanchismo: súbitamente, le están recordando sus
vergüenzas, han abierto sus columnas a las temáticas declaradas “malditas” por
Sánchez y se han convertido en los más peligrosos medios para la erosión de su
electorado. En efecto, si bien ha sido la prensa conservadora la que ha
iniciado, desde el origen mismo del sanchismo, los ataques, siempre
justificados, contra su bestia negra, esto no afectaba al electorado del PSOE
que bebía en otras fuentes informativas: RTVE, El País, La Sexta,
elPlural, elDiario.es, etc. Pero ahora, son algunos de esos medios los que
desvelan a los sorprendidos electores socialistas, algo que la otra España, ya
conocía desde hace entre dos y cuatro años. Y esta erosión electoral ya no hay
Tezanos que la rectifique.
Como siempre, no hay un solo motivo para este cambio de actitud,
sino muchos: por una parte, El País registraba una pérdida creciente de
lectores y de influencia, tanto en su edición convencional como en su edición
digital y el grupo PRISA se encontraba con problemas internos. El País
vende en estos momentos apenas 50.000 ejemplares en toda España y no llega a
los 790.000 lectores diarios entre sus ediciones convencional y digital. El
mismo medio de comunicación, según la OJD, disponía ¡del doble! de lectores en
2019. El año anterior, 2018, imprimía diariamente 188.065 ejemplares. Por
su parte, eldiario.es se habia estabilizado entre 2023 y 2025 en 770.000
lectores y su único mérito había sido desbancar a elplural.es como medio
más leído entre los votantes de izquierdas.
En 2025 se ha hablado mucho de la lucha interior entre grupos de
accionistas de PRISA (propietario de El País y de la SER). La cadena
está en una difícil situación económica con 770 millones de euros de deuda y
solamente en 2025 ha registrado 50 millones en pérdidas. La sociedad ha
estado en permanente guerra civil interna desde que se inició la actual etapa
socialista: desde 2021, Joseph Oughourlian, es presidente PRISA y se ha mostrado partidario de rectificar
la tradicional línea del grupo partidaria de apoyar siempre al PSOE. El sanchismo ha intentado interferir
constantemente en la trayectoria del grupo, inyectando capital y comprando
acciones a través de empresas dirigidas por socialistas como Telefónica. La
permanente guerra civil que dura ya dos años, del grupo PRISA, está teniendo un
efecto de desgaste. La familia Polanco no quiere que la cadena realice un giro
“centrista”, pero Oughourlian no está dispuesto a seguir apostando por el
“caballo perdedor”, por mucho que los accionistas prosanchistas alerten de que
esta es la mejor forma de seguir recibiendo subsidios, evitar que Hacienda meta
las narices en las cuentas del grupo y aumentar la publicidad oficialista.
Ambas corrientes, siempre en conflicto, hacían que
cualquier rectificación, en un sentido u otro, quedara bloqueada y los medios
controlados por PRISA fueran perdiendo más y más cuota de mercado. Considerar
a PRISA como una “empresa española” es algo aventurado. Los medios de PRISA y,
especialmente, El País, siempre han sido medios vinculados al
progresismo internacional, y al capital globalizador.
Por eso es sintomático que, en las dos últimas
semanas, El País se haya convertido en otro de los focos de difusión de
críticas al sanchismo (y lo mismo ha ocurrido con eldiario.es). Esto demuestra varias cosas (de la más
importante a la menos importantes):
1) Sánchez ya no cuenta con el apoyo del capital internacional progresista y globalizador. Se ha convertido en un paria que solamente lucha por su supervivencia personal y cuyo futuro judicial es, cada día que pasa, más problemático.
2) Lo anterior ha dado vía libre y libertad a los medios controlados por PRISA, para que se sumen a las ráfagas de proyectiles mediáticos disparados contra el sanchismo, conscientes de que el fin del ciclo está irremisiblemente próximo.
3) La tarea de PRISA consiste ahora -y lo veremos en las próximas semanas- en generar de la nada a un “líder” (que, sin la menor duda, será una “lideresa”) capaz de asumir la secretaría general del PSOE antes de la debacle final y de que se convoquen nuevas elecciones generales anticipadas.
4) La excusa para este cambio de orientación de cara a los grupos de accionistas de PRISA favorables al PSOE, han sido los escándalos sexuales protagonizados por miembros dirigentes del partido. Se seguía apoyando al “socialismo”, pero no al “sanchismo”. Todos contentos dentro de PRISA.
5) El futuro del PSOE dependerá a partir de ahora de la nueva “santa alianza” entre el feminismo y el poder mediático progresista. El “feminismo socialista” es la única posibilidad que tiene el PSOE de recuperar el voto de la mujer y evitar su desaparición.
Elecciones extremeñas (1): el peor de todos los
candidatos posibles
Las elecciones extremeñas cogieron a contrapié,
tanto a PP como a PSOE. Se convocaron mientras Feijóo valoraba sobre si
convocar al unísono elecciones anticipadas en varias comunidades controladas
hoy su partido. Pero fue María Guardiola la que se adelantó. La Guardiola es la única dirigente regional que
procede de la “era Casado”, es decir, representante de un centro derecha
liberal-progresista, casi intercambiable con el PSOE. Desde el principio se
entendió mal con Vox. Y cuando este partido dejó de apoyarla en los
presupuestos regionales, la Guardiola, por su cuenta y riesgo, convocó
elecciones anticipadas con la intención de obtener una mayoría absoluta y
aplicar una política “progresista” libre de cualquier tributo pagado a Vox.
Además, a su favor contaba con que Extremadura
es esa región, gobernada permanentemente por los socialistas en donde se ha
centrado uno de los más chuscos casos judiciales del PSOE, que afecta al
“hermanísimo”, un músico mediocre (óigase La Danza de las Chirimoyas,
compuesta por él, en este
enlace y júzguese la calidad…) enviado a Extremadura a como protegido del
presidente y encumbrado por el presidente de la diputación como "Coordinador de actividades de los conservatorios de
música" (solo existía uno y, posteriormente
renombrada como Jefe de la Oficina de Artes Escénicas), plaza creada
específicamente para él. El caso se verá en mayo de 2026. Los acusados
deberán responder a irregularidades en la contratación, absentismo laboral,
delitos fiscales, uso de influencias, prevaricación administrativa… El
“hermanísimo” se sentará en el banquillo junto a Miguel Ángel Gallardo,
presidente de la Diputación de Badajoz y líder del PSOE extremeño. El
juicio promete ser mucho más chusco que el del fiscal general, pero con un
resultado análogo. Parece difícil que ambos acusados salgan indemnes del
profeso.
Pero este episodio no generaría nada más que irrisión general, e
incluso cierta conmiseración por la figura del “hermanísimo”, un pobre diablo
embarcado en una aventura programada por el presidente del gobierno junto al
jefe del PSOE extremeño. Éste, ha intentado zafarse del proceso de todas las
formas posibles, convirtiéndose en “aforado” y, ahora, apareciendo como el
número 1 en la lista electoral socialista para las elecciones del 21 de
diciembre. Pura locura. Si hay alguien desprestigiado ante la sociedad
extremeña, ese es Miguel Ángel Gallardo. Será diputado aforado, pero lo que
ocurra con su partido ya es harina de otro costal.
Elecciones extremeñas (2). Las tres únicas incógnitas de Extremadura
Ningún político suele convocar elecciones
anticipadas sabiendo que va a perderlas. Es el caso de María Guardiola que, con
esta decisión ha despejado dudas sobre su capacidad intelectual. Progresista,
pero no idiota del todo. Así pues, está más que claro que el PP seguirá
gobernando en Extremadura. Ahora bien, si esto es incuestionable, quedan por
resolverse tres incógnitas que las que hacen de unas elecciones, en
principio, bastante intrascendentes, algo inédito y digno de analizar por los
expertos:
1) ¿Cuánto retrocederá el PSOE? Está claro que retrocederá. Ni una sola encuesta -salvo la mencionada de padre y madre desconocidos publicada en Tik Tok- da al PSOE como vencedor. Todas las encuestas le auguran entre un 27% y un 33%, lejos del 39’90% que obtuvo en 2023. Si el PSOE se sitúa por debajo de esa cifra mínima, próxima al 25%, las elecciones suponen un descalabro sin precedentes para el partido.
2) ¿Cuánto avanzará el PP? Que ganará esta sigla, está claro y que lo hará a pesar de que las políticas de la Guardiola hayan sido erráticas, mezcla de medidas “progres” y conservadoras y que algunos de los altos cargas hayan sido ocupados por antiguos socialistas, incluso de que la propia guardiola está poco integrada en el PP y se siente así misma como un “verso libre” de cualquier disciplina, la incógnita es si su orientación personal habrá “estirado” hacia arriba suficientemente a su partido cuya horquilla de intención de voto figura entre un 37% en la peor hipótesis y un 44,7% en la mejor, rozando la mayoría absoluta (33 escaños, de los que las últimas encuestas le otorgar 32). El éxito de Guardiola solamente podría ser considerado si lograra mayoría absoluta y no necesitara de ningún partido para gobernar.
3) ¿Cuánto conseguirá avanzar Vox? En las elecciones autonómicas de 2023, Vox consiguió entrar en el parlamento regional con 5 diputados y un 8,13% de los votos. Ahora, todo induce a pensar que, no solamente, revalidaran este éxito, como mínimo duplicando el número de escaños e, incluso, probablemente, el de votos. En efecto, las distintas encuestas le atribuyen un mínimo del 12% y un máximo del 17’3% y entre 9 y 12 diputados.
Por tanto, las hipótesis son: o bien el PP
obtiene mayoría absoluta y logra formar gobierno, o bien le falta entre 1 y 9
diputados, lo que implica que Maria Guardiola se vería al frente de un gobierno
en el que Vox estaría más reforzado y, por tanto, su proyecto personal de un
“centro-progresista”, mas debilitado. Dando, claro está, por supuesto de
que la Guardiola aceptara formar gobierno con Vox, porque no puede descartarse
que termine haciéndolo con un PSOE “liberado” de Gallardo y de los
pedrosanchistas.
Quedaría hablar de “Unidas por Extremadura”, la
coalición de residuos electorales de extrema-izquierda, ecolocos y demás. Las
encuestas les auguran entre un 8% y un 10%, mejorando los resultados obtenidos
en 2023 (un 6%), pero muy lejos de ser decisivos para contribuir a conformar
cualquier mayoría. Por otra parte, no se trata de un partido, sino de una
adición de grupúsculos y coaliciones previas, prácticamente desahuciadas, sino
olvidadas por el electorado: Alianza Verde (los ecolocos de Podemos, a pesar de
que se presentaron con Sumar en las últimas elecciones generales), Izquierda
Unida (aquel frente ochentero promovido por el PCE), Podemos (verdadero
agregado de siglas y círculos locales a cuál más minoritario, en el que están
presentes todas las variedades del archipiélago LGTBIQ+).










