El “jueves negro” tuvo como consecuencia el alejamiento de Masana de la política activa así que la dirección de Fuerza Joven quedó en manos de Ramón Graells., siempre dispuesto a encaramarse a espaldas de otros, incluso para acceder a cargos de muy escasa rentabilidad. Se vivían años de politización extrema. Uno se afiliaba a un partido como quien compraba un casette de Dyango, Camilo Sesto o Dire Straits, Emerson, Lake & Palmer o Blondi o los más tirados lograban hacerse con uno ful de Sex Pistols. Así que no había que esforzarse mucho para que ingresaran algunas decenas de nuevos afiliados. En ese contexto se producen violentos episodios en las Ramblas que también propiciaron el cambio de local . El partido compró, si no recuerdo mal, por tres millones de pesetas, toda una planta de un piso situado a la izquierda del Eixample, en torno a 200 metros cuadrados sobre un antiguo bar que había frecuentado bastante en otro tiempo, el Chiu-Chiu, a 300 metros de mi hogar familiar. Un segundo piso en el mismo edificio fue alquilado para albergar las oficinas centrales del partido en Catalunya.
La continuación de éste texto se encuentra en el libro de Ultramemorias