Infokrisis.- La publicación de la última obra de León Klein, "Marruecos, el enemigo", llega en un momento en el que la llamada "crisis de las vallas" parece olvidada y en un momento idílico de las relaciones hispano-marroquíes, al menos según Zapatero. Pero la realidad es muy distintas. Por eso entrevistamos al autor para que nos hable sobre este libro y sobre las cuestiones de fondo
Título: "Marruecos, la amenaza"
Subtítulo: "Su guerra de baja cota contra España"
Editado por: PYRE, SL
Dimensiones: 16 x 23 cm.
Número de páginas: 288 páginas
PVP: 16,00 €
Pedidos a Editorial PYRE
Infokrisis.- ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro? ¿es una revisión de tu obra anterior “Marruecos, el enemigo del Sur”
León Klein.- Editorial PYRE me comunicó hace año y medio que “Marruecos, el enemigo del Sur” estaba completamente agotado y que las librerías y distribuidoras seguían pidiéndolo. No estaba muy motivado para escribir una revisión de la obra, hasta que por motivos profesionales tuve que viajar varias veces a Marruecos durante el verano y el otoño de 2005. En el curso de esos desplazamientos empecé a agrupar notas y materiales sobre mis impresiones. Cuando la asociación “Tierra y Pueblo” me ofreció la posibilidad de que diera una conferencia sobre Marruecos en el curso de su coloquio de noviembre, decidí ordenar todo este material y fue así como cobró forma la idea de “Marruecos, la amenaza”.
Pero no se trata de una “revisión” sino de otro planteamiento completamente diferente. No solamente se han tocado aspectos que no se habían reflejado en “Marruecos, el enemigo del Sur” (por ejemplo, el tema de las fuerzas armadas en conflicto, o la situación argelina, o el tema del terrorismo), sino que, se ha incorporado la información surgida en los cuatro últimos años. Y que no es poca, especialmente en el terreno político.
El resultado ha sido una obra nueva con tesis nuevas que hemos ido elaborando a medida que avanzábamos en nuestro trabajo.
Infokrisis.- ¿Qué tesis son esas?
León Klein.- La primera parte de una constatación innegable, a saber: que en todo el norte de África, en los últimos cuatro años ha aparecido una nueva fuerza política y social que ya hoy es mayoritaria, el Islamismo. El Islamismo se ha configurado como una fuerza político-social de primer orden, siguiendo una tendencia iniciada desde principios de los años noventa. Y esto ha ocurrido desde Marruecos, en donde la victoria del Partido de la Justicia y del Desarrollo solamente ha sido ocultada por las artimañas del mejzén y del sistema político que gestiona, hasta Egipto en donde las elecciones de 2005 han dado la victoria a los islamistas. Los datos objetivos nos permiten constatar que el islamismo es la fuerza político-social hegemónica en el Norte de África.
Ante los islamistas se encuentran los viejos regímenes, corruptos y desprestigiados, desde Mohamed VI, el que fuera presentado durante el primer año de su gobierno como “el rey de los pobres”, hasta Mubarak, el válido de EEUU en Egipto. Estos regímenes son verdaderos cadáveres ambulantes. Se mantienen a costa de una red de intereses oligárquicos y de la represión más feroz y primitiva. Pero esto no durará siempre. Y Occidente se equivocará –tal es nuestra tesis- si en el momento de la crisis terminal de estos regímenes, decide contribuir a apuntalarlos. Europa no puede verse implicado en el avispero que se avecina en África del Norte. Eso queda para los EEUU, verdaderos especialistas en entrar de pies y manos en avisperos. Europa, como la Roma antigua, debe ser realista y pragmática y reconocer el hecho consumado: el islamismo es la fuerza politico y social hegemónica en la zona.
Infokrisis.- Entonces, si lo he entendido bien, lo que tu estás proponiendo es un entendimiento con el islamismo radical…
Leon Klein.- Efectivamente. Mira, nosotros no podemos entrar ni salir en los asuntos internos de África del Norte. No podemos meternos a redentores y defensores de causas perdidas. Y los actuales regímenes en el poder allí son eso precisamente: causas perdidas, ruinas completas. Caerán y solamente la intervención occidental lograría prolongar su agonía. Francia se equivocó induciendo el golpe de Estado en Argelia en los años noventa. Al golpe siguió una larga guerra civil aun latente y que no ha logrado restar el protagonismo a los islamistas. Así pues, de lo que se trata no es de inmiscuirse en asuntos internos de terceros, sino en reconocerles su derecho a elegir su destino. El destino que han elegido sus poblaciones, es el islamismo. De lo que se trata es, simplemente, de pactar con los islamistas. “Vuestro territorio está al sur del Mediterráneo, gestionarlo como queráis. Si demostráis un mínimo de solvencia y responsabilidad, incluso podemos ayudaros en vuestro desarrollo. Pero, no lo olvidéis, el Norte del Mediterráneo pertenece a Europa, ahí no tenéis nada que hacer”. Un planteamiento de este tipo tendría mucho más éxito que el de ponerse de parte de los virtuales perdedores de la confrontación. Mira: los regímenes islamistas me resultan ampliamente desagradables, su “doctrina del desierto”, unidimensional, repugna a mi conciencia europea. Ahora bien, los actuales regímenes norteafricanos son depravados, oligárquicos, mentirosos, dictatoriales hasta la crueldad y, sobre todo, irresponsables. Los conocemos demasiado bien como para seguir apoyándolos. Los islamistas moderados son una incógnita, pero creo que responden mucho mejor a la realidad de sus sociedades e, incluso, percibo en ellos mucho más honestidad que en los Mohamed VI, Hassan II, Mubarak o Gadafi. De lo que se trata es de dejar las cosas claras con los islamistas: ni un intento de penetración en Europa, ni un intento de colocar peones en Europa, ni una exigencia en Europa que ellos mismos no estén dispuestos a conceder en su territorio.
Infokrisis.- Lo que estás planteando es un acuerdo sobre la inmigración norteafricana…
León Klein.- Vamos a ser claros de una vez por todas: las bolsas islamistas en Europa son imposibles de integrar. Tienen una tendencia natural a constituirse en guetos. Así pues, integración o repatriación. Tal es la disyuntiva. La integración ha fracasado en los países en los que más lejos se había llegado: en Holanda, el “modelo” por excelencia, no soportó el asesinato de Theo van Gogh, en Francia, país con tradición en inmigración, saltó por los aires con la intimada del otoño de 2005, en Alemania, los guetos se han configurado como islas de países y culturas extranjeras en territorios europeos. No, definitivamente, no. Los turcos son un problema en Alemania, los argelinos lo son en Francia, los marroquíes en España. Las políticas de integración ya han demostrado lo que valen: no son esas políticas las que fracasan, sino la comunidad a la que van destinadas que ha demostrado ser completamente irreductibles a Europa. Así pues, sólo un imbécil –y la política europea tiene inflación de imbéciles- puede seguir pensando que un buen día profundizando en el camino ya fracasado, se logrará alcanzar el paraíso multicultural y políétnico. Abandonemos toda esperanza: solo queda la repatriación masiva de turcos, argelinos y magrebíes a sus países de origen.
Infokrisis.- Eso, además, contribuiría a disuadir a otros de penetrar ilegalmente en Europa.
León Klein.-.Si, el objetivo a pactar con el islamismo es la repatriación –incluso podría aceptarse que fuera incentivada- de los contingentes que han alcanzado Europa. Pero hoy la política de inmigración tiene una urgencia: la contención de los flujos migratorios. Esta contención puede hacerse con facilidad y miente quien diga que es inevitable. Basta con expulsar a la misma velocidad con la que se entra en Europa. Sin miramientos, sin contemplaciones, de manera expeditiva. Cualquier otra política contribuirá a aumentar el “efecto llamada”.
Marruecos ha creado una nueva forma de hacer política internacional, basada en el chantage. Ha abierto la espita de la inmigración y los flujos han asediado nuestras fronteras en Ceuta y Melilla. Mohamed Vi sabe de la pusilanimidad de los gobiernos europeos y del español en particular. Así que, cuando desató la “crisis de las vallas”, sabía perfectamente que durante semanas el gobierno español no respondería, como así fue. Y cuando lo hizo, solamente fue capaz de ofrecer dinero a cambio del cierre de la espita. La crisis de octubre se saldó con cuarenta millones de euros en “ayudas” a Mohamed VI. Al firmar el talón, lo que el día antes había sido imposible de controlar, se resolvió al punto. Caldera decía que los asaltos a las vallas era una consecuencia del “hambre en África”. Pues, seguramente, al día siguiente de firmar el talón, el hambre desapareció de África, porque ya no volvieron a repetirse los asaltos. El problema ha sido que los malos ejemplos cunden. Ahora es Mauritania quien ha comprendido la esencia del chantaje a los sentimientos. Las pateras que salen de Mauritania en dirección a Canarias han causado ya 7.000 ahogados y desaparecidos. El gobierno ZP lo sabía desde enero y no hizo nada hasta que el tema saltó a los medios de comunicación. Y entonces, el gobierno ZP desplazó a la Vicepresidenta Fernández de la Vega, con el talonario. Dentro de poco Malí se decidirá a imitar la estrategia del chantaje a los sentimientos.
Para colmo, Canarias está saturada de inmigrantes. Ni caben más, ni hay trabajo para ellos, ni los cabildos insulares pueden atenderlos. Así pues, el gobierno ZP comete la más increíble y surrealista contradicción: lleva en avión a los inmigrantes hasta la Península… provistos de su carta de expulsión. Hasta el último africano tiene más inteligencia que los cerebros pensantes del gobierno ZP. No es raro que en África se vea a Europa como “débil” y “afeminada”.
Infokrisis.- Pongámonos en una hipótesis extrema, pero no descartable en función de lo que has dicho antes: el régimen de Mohamed VI, se ve cada vez en una situación más delicada, abandonado por las fuerzas populares; en ese momento, remite la jugada que su padre ya hizo durante la “Marcha Verde”, es decir, apelar a los sentimientos patrióticos para neutralizar a los islamistas. Y entonces organiza una nueva “Marcha Verde” sobre Ceuta y Melilla. Eso ¿nos llevaría a un conflicto armado?
León Klein.- No, hay que descartar la hipótesis del conflicto armado. El ejército marroquí es débil, mal entrenado y con escasa motivación. Es, además, el colectivo social en el que el islamismo avanza más rápidamente. A pesar de que el Ejército Español tiene sus deficiencias –y en el terreno de los conflictos internacionales, el hecho de que el 7% de nuestros soldados sean extranjeros en busca de la nacionalidad, es, sin duda, la mayor- tenemos la iniciativa absoluta en aire y mar y, a través de la Legión, también en infantería. Así pues, el conflicto armado no es viable. Ningún país inicia un conflicto armado para perderlo.
Ahora bien, creo que nuestras FFAA deben trabajar sobre una hipótesis, la de que, antes o después, terminará realizándose: que Marruecos lance el órdago sobre Ceuta y Melilla. En las actuales circunstancias cualquier ofensiva sobre Ceuta y Melilla sería contestada por el gobierno español con una retirada inmediata. No se llegaría a la guerra, porque el gobierno socialista español, ignora cualquier política de defensa digna de tal nombre. El gobierno ZP es el de la “renuncia permanente”, no lo olvidemos. Para “progres” de la calaña de ZP, Ceuta y Melilla son restos del “colonialismo” español y, por tanto, prescindibles.
El gran riesgo de este momento consiste en que Mohamed VI conoce la debilidad del gobierno español en materia internacional y la mentalidad progresista en la que se mueve. Antes o después se decidirá a rematar la cuestión de las dos Plazas de Soberanía.
Infokrisis.- ¿Por qué no lo ha hecho ya?
León Klein.- Hay una explicación. España tiene todavía un as en la manga: la cuestión del Sáhara. Mientras España se mantenga en su posición tradicional, sostenida por franquistas, socialistas, centristas y populares, desde 1975 a 2004, Mohamed VI se autocontrolará. Le interesa más rematar la cuestión del Sáhara y terminar integrándolo oficialmente en la corona marroquí, que obtener el botín de Ceuta y Melilla. Para recuperar el Sáhara, Marruecos debe contar con que España varíe su posición y termine aceptando la colonización del Sáhara como hecho consumado, a cambio de una autonomía para esa región. Ahora bien, si ZP, por aquello del “diálogo de civilizaciones”, pacta asumir la posición marroquí sobre el Sáhara a cambio de frenar las reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla, Mohamed VI respetará el pacto, solamente el tiempo en el que NNUU tarde en reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.
Infokrisis.- ¿España no puede apoyarse en Argelia para debilitar a Marruecos?
León Klein.- No, hay un elemento nuevo en el Magreb, el interés de EEUU por la zona en la que alberga fundadas esperanzas de que en breve se producirá un volumen importante de petróleo. Argelia es el principal suministrador de gas natural a España a través del gaseoducto Argel-Marruecos-Sevilla, un canal demasiado sensible como para que pudiera garantizar el bombeo de gas en caso de conflicto. Hace falta establecer políticas energéticas más sólidas. La red europea de gaseoductos que traslada el gas ruso hasta los Pirineos, podría haber prolongado su zona hasta Gibraltar sin que hubiera grandes dificultades técnicas. Y esto hubiera contribuido a afianzas un poco más un eje “euro-ruso” que tiene muchos más posibilidades de futuro que un eje euro-magrebí.
Cuando escribí “Marruecos, el enemigo del Sur”, todavía no existía la “Iniciativa Pan Shael”, programa de ayuda de EEUU a los países de la “franja del Shael”. En “Marruecos, la amenaza”, recojo esta iniciativa “antiterrorista” que, en realidad, es una intromisión de EEUU en la política interior de esta zona estratégica, a causa de los hallazgos petroleros en toda la costa africana, desde el Golfo de Guineas hasta Gibraltar.
Apoyar a Argelia frente a Marruecos, sería una mala forma de inaugurar una nueva política europea en el Magreb. Repito lo dicho: hay que dejar que los propios magrebíes elijan su futuro. Elegirán el Islam, bien, si, pero es su opción. No tenemos nada que decir, al respecto. Es posible que dos gobiernos islámicos en Marruecos y Argelia se entiendan mejor que una democracia disminuida en Argelia y una monarquía chapucera de “derecho divino” en Marruecos. Hay que ser fieles a los principios: decir no ingerencia en asuntos internos del Magreb, quiere decir… no ingerencia en asuntos internos del Magreb y abandonar las políticas maquiavélicas de pesos y contrapesos. El tiempo de esa diplomacia ya ha pasado. Mejor un Magreb unido con el que sea posible dialogar, gobernado por islamistas fieles a la palabra dada, que un Magreb enzarzado en un rosario de conflictos internos que escupirían entre dos y cuatro millones de inmigrantes más hacia Europa.
Infokrisis.- En tu libro hablas muy a menudo del “majzén”, ¿nos puedes explicar la naturaleza de ese concepto y la importancia que reviste en la política marroquí actual?
León Klein.- Algunos estarían tentados de traducir el “majzén” como la “corte”, es decir, el entorno del monarca. Pero nos equivocaríamos. El majzén es una red de intereses y corrupción como no existe igual en ninguna monarquía europea. Imaginemos cien Prado y Colón de Carvajal, miles de Prado y Colón de Carvajal. Eso es el majzén. Por lo demás, una monarquía europea es perfectamente consciente que depende de la constitución, está sometida a la constitución y no puede hacer más allá de lo estipulado en la constitución. En Marruecos, por encima de cualquier límite está la figura del monarca y, por tanto, sus amigos también están por encima de la constitución. Eso es el majzén: el depositario del verdadero poder en Marruecos. No es un grupo de presión: es el poder en sí mismo que actúa por delegación del monarca absoluto. Sin límites, sin cortapisas, sin freno, con una ambición y una irresponsabilidad absolutas.
El poder del majzén es precisamente lo que hace crecer al islamismo moderado. El majzén –y la monarquía que lo tolera y sobre el que se apoya- es el principal factor de desigualdad social. Esta desigualdad genera dos fenómenos correlativos: la inmigración y la islamización de la sociedad marroquí.
Además, el majzén es miope. Frecuentemente ha intentado combatir a las izquierdas fomentando el islamismo radical. El resultado ha sido que las izquierdas son extremadamente débiles en Marruecos, pero el islamismo es extremadamente fuerte. Este proceso lo estudio con detalle en mi libro y creo que es una de las partes mejor documentadas. No albergo la menor duda de que la sociedad marroquí estuvo dispuesta a perdonar cualquier vileza de Mohamed VI, pero no así los excesos del majzén. Estoy firmemente convencido de que el majzén será el principal factor de ruina de la monarquía alahuíta.
Infokrisis.- Muchas gracias por estas respuestas.
Título: "Marruecos, la amenaza"
Subtítulo: "Su guerra de baja cota contra España"
Editado por: PYRE, SL
Dimensiones: 16 x 23 cm.
Número de páginas: 288 páginas
PVP: 16,00 €
Pedidos a Editorial PYRE
© Ernesto Milà Rodríguez – infokrisis – infokrisis@yahoo.es – 02.05.06