jueves, 10 de enero de 2019

365 QUEJÍOS (240) – ESPAÑA: ÚLTIMA PUERTA ABIERTA A LA INMIGRACIÓN EUROPA


¿Quién iba a decir que Pedro Sánchez es la última esperanza de la izquierda europea? En efecto, el “doctor cum fraude”, el “okupa de la Moncloa”, el “Zapatero versión 2.0.”, el “hombre que nunca fue elegido”, “falconeti”, es lo que queda de la izquierda europea, aquella que se llevó la crisis de 2007. Se entiende perfectamente esa obstinación del que merece todos estos adjetivos, porque España, es hoy por hoy, la última puerta abierta a la inmigración en Europa. Todas las demás, sistemáticamente, se han cerrado. Repasemos un poco:

Lo peor de la crisis económica generó el que las puertas de Grecia, uno de los países más afectados por la crisis, gobernado casi de continuo por la izquierda, se cerraran. Además, los inmigrantes no quieren llegar a cualquier país, sino a uno en el que los subsidios y las subvenciones estén a la orden del día y ningún gobierno, ni siquiera el de la nueva izquierda griega estaba en condiciones de atreverse a subsidiar el fenómeno mientras reducía los salarios a los funcionarios y a los jubilados.

Luego estaba Serbia, país que tenía una cuenta pendiente con los países de la OTAN (y, con los de la Unión Europea) a causa de los bombardeos gratuitos de que fue objeto en 1999. Como se sabe riadas de inmigrantes turcos y chinos, entraban a través de la frontera Serbia a la Unión Europea, especialmente en dirección Hungría. Pero, desde que Viktor Orban ocupó la presidencia de aquel país y se enfrentó decididamente a la entrada de riadas de inmigrantes, por allí ya no entran más inmigrantes.

A partir de ese momento, la migración se orientó hacia Italia, país que desde principios de la década ya presentaba fuertes resistencias a la llegada de inmigrantes. Las escenas de barcos procedentes de Libia en las inmediaciones de Pantelaria y Lampedusa, generaron el que cada vez más italianos se concienciaron del riesgo. Unos años después, la llegada al poder de la Lega Nord en coalición con el Movimento 5 Stelle y el hecho de que el presidente de aquel partido fuera nombrado Ministro del Interior, cerró definitivamente la “puerta italiana”.

La puerta alemana y, más en concreto, la irresponsabilidad de Angela Merkel a la hora de forzar la llegada de dos millones de inmigrantes en el verano de 2015, haciéndolos pasar como “refugiados políticos”, no solamente comprometió la mayoría absoluta de la Merkel sino que, además, generó la irrupción de Alternativa por Alemania, un nuevo partido cuyo primer punto consistía en oponerse a esta práctica. Las manifestaciones de PEGIDA demostraron que una fracción creciente de la población alemana se oponía activamente a la invasión. En los dos últimos años, la puerta que representaba Alemania se ha cerrado.

Las puertas en Francia y en el Reino Unido permanecen también cerradas. El Brexit y las elecciones presidenciales francesas, supusieron nuevos aldabonazos. De hecho, lo que se votó en el referéndum inglés no fue tanto la permanencia de aquel país en la Unión Europea, sino si se deseaba que la Unión Europea siguiera siendo un colador de inmigración ilegal hacia el Reino Unido. Y la población votó no. El 40% de votos que obtuvo la candidatura de Marina Le Pen en las pasadas elecciones francesas, probablemente hubiera sido todavía mayor, si el Front National hubiera seguido insistiendo en su programa anti-inmigración que recogió el consenso de franceses llegados de todos los horizontes políticos.


Cerradas las puertas francesa e inglesa ¿cuál quedaba abierta? Sólo la española. Apenas han bastando ocho meses del gobierno de Pedro Sánchez para que Vox coagulara a la opinión pública contraria a la inmigración. Pero éste, no se ha dado por enterado y la atávico de los argumentos que sigue presentando para lograr ese fin es sorprendente.

En efecto, parece increíble, pero 23 años después del inicio del fenómeno migratorio, cuando Aznar abrió las puertas alegando que gracias a la inmigración se lograrían pagar las pensiones de los abuelos, todavía algunos siguen pensando de la misma manera, a pesar de que está muy claro que la inmigración recibe mucho más de lo que da y que la inmigración es hoy un fenómeno subsidiado que, para colmo, tira a la baja en los salarios por un simple efecto estadístico. Sin olvidar que la llegada descontrolada de inmigración ha generado efectos secundarios perversos en la sociedad española y especialmente en la seguridad ciudadana.

Todavía hoy, una institución inútil, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, creada en 2013 por el gobierno español “como desarrollo de un mandato constitucional” y encargado de la “estabilidad presupuestaria”, organismo, por supuesto, siempre en manos del partido de gobierno y que avala sus propuestas, ha declarado que “La inmigración se presenta como una de las soluciones más efectivas contra el problema del envejecimiento de la población. La llegada de personas en edad de trabajar y fértil puede ser una de las mejores armas de España para luchar contra el déficit de la Seguridad Social, que amenaza con dispararse en las próximas décadas”...

¿En cuántos inmigrantes cifra ésta “autoridad”, las necesidades de España en materia de inmigración? Sorprendámonos: ¡¡en 270.000 al año! ¡¡hasta 2048!! Lo que… permitiría reducir en un 2,2% del PIB el déficit de la Seguridad Social. Y añaden para avalar el disparate: “La inmigración se presenta como un instrumento más efectivo que la natalidad o la caída de la tasa de paro para reducir el grave agujero de la Seguridad Social. De hecho, sin inmigración, España corre un grave riesgo de entrar en un escenario de ‘japonización’ de la economía, con bajos niveles de crecimiento y altas tasas de ahorro ante el temor de la quiebra del sistema público de pensiones”…

A la vista de noticias como esta, que proliferan cada día, cabe pensar que la única finalidad del gobierno de Pedro Sánchez es el mantenimiento de la única puerta abierta a la inmigración ilegal y masiva en Europa. ¿Dónde está la mentira estadística en las cifras datas por la “Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal”? Es simple: calculan de manera optimista que los 270.000 inmigrantes que entren hasta 2048 -8.000.000 de inmigrantes más que se sumarán a los 9.000.000 que ya se encuentran en nuestro país (entre legales, ilegales, nacionalizados e hijos de todos ellos, lo que supondría ¡¡un tercio de la población española!! De origen no europeo), todos ellos encontrarán trabajo... A nadie se le ocurre pensar que la totalidad de este contingente carece por completo de capacitación profesional y solamente puede realizar trabajos agrícolas o de la más baja cualificación en el sector servicios, su aportación a la seguridad social será mínima; muchos de ellos, incluso, llegan en mal estado sanitario y, para colmo, recibirán salarios propios de tiempo parcial inferiores al mínimo: todo lo cual hará que puedan estar entre nosotros, en el umbral de la pobreza, recibiendo subsidios y subvenciones. Además, no se calcula que, en 2048, incluso la población inmigrante se habrá envejecido y muchos ya estarán jubilados, la mayoría con edad para ello, prejubilados y el resto, cobrando subsidios como hicieron desde el primer día de su estancia en España

Llama la atención como la izquierda europea está alertando sobre lo que supondría la irrupción de Vox en la política española (de momento, sin campaña previa, las encuestas le reconocen una intención de voto del 10% y en algunas comunidades se de como hecho el “surpasso”, es decir el que el PP obtendría menos votos que Vox), mucho más que el PSOE o Podemos. La izquierda europea sabe que, en el continente, ahora solo puede entrar inmigración masiva por España: y no pueden olvidar que han sido comisionados por los agentes de la globalización para este fin, es decir, para hacer digerible el fenómeno migratorio. 

Entendamos bien este punto: Sánchez resiste contra viento y marea unos meses más en La Moncloa, para facilitar la llegada de más inmigrantes al continente europeo. Obviamente, también para lograr que los próximos presupuestos se desvíe una cantidad espectacular de dinero para “políticas de género”, “subsidios a la inmigración” y apoyo a las ONGs que, en un 5-10% serán devueltos bajo mano a los que han firmado las entregas, y en cualquier caso contribuirán al último “reparto de beneficios” siguiendo estas prácticas. Porque, enterémonos, el mapa político de Europa ha dado un vuelco que se confirmará en las elecciones europeas de mayo y también en España está a punto de darlo.