Todo induce a pensar que las cosas se están acelerando en la
política española. El miércoles 21 de febrero pudimos ver distintos episodios
que así lo confirman. Por este orden:
1) La protesta de los agricultores que es bastante más que una protesta por la crisis del campo.
2) El viaje de Sánchez a Marruecos sin justificación ni explicación (confesable).
3) La detención de Koldo García, brazo derecho de Ávalos, por corrupción.
4) La llegada de pateras a Formentera e Ibiza.
En realidad, ninguno de estos episodios es nuevo:
- La protesta de los agricultores se prolonga ya dos semanas
- Las relaciones de Sánchez con Marruecos figuran ya entre los misterios más insondables de la democracia española.
- Las detenciones por corrupción -hoy relacionadas con el Covid- ya son tradición en el PSOE.
- El goteo de inmigrantes es diario en Canarias y por goteo en Baleares.
Ahora bien, en otras ocasiones, el pedrosanchismo ha podido
alardear de algún “triunfo” en materia económica capaz de anular el efecto
negativo de noticias de este tipo. Pero, ahora, estas noticias llegan después
del desastre sufrido por el gobierno (PSOE+Sumar) en Galicia y en un momento en
el que todavía está vivo el asesinado de dos Guardias Civiles en Barbate que ha
revelado algo que el gobierno se preocupaba por ocultar: que aquella es “zona
de cárteles” de la droga y que, Marlaska, cumpliendo órdenes de Sánchez, no
solamente no ha dotado a la Guardia Civil del Estrecho de medios para combatir
el narcotráfico, sino -lo que es aún más sospechoso- ha disuelto unidades de
probada eficacia y escatimado fondos.
GOBIERNO A LA DESESPERADA
En estas condiciones -con la polémica sobre la amnistía
inconclusa, con “aliados” que, a la vista de la desesperación socialista tras
las elecciones gallegas, van a tratar de obtener, más y más beneficios de su
apoyo en cada votación parlamentaria, con una perspectiva económica muy
complicada por la recesión económica en Alemania- parece cada día más
difícil que Sánchez pueda mantenerse mucho tiempo más en La Moncloa. Y
mucho menos se entiende el porqué de una resistencia numantina que ya está
resultando perjudicial para la supervivencia de su propio partido (salvo que
atendamos a motivaciones psicopatológicas).
La situación recuerda extraordinariamente los últimos meses de
agonía del zapaterismo, que parecieron interminables para la sociedad
española justo en el momento en que la crisis económica era más grave y un
gobierno inoperante y desnortado era incapaz de adoptar medidas resueltas para
paliarla. Esa situación se está repitiendo en estas semanas y todos,
absolutamente todos, salvo quizás algún socialista, saben cómo va a terminar.
Ministros como Marlaska, de probada inutilidad desde el día uno de tomar
posesión, y otros como Luis Planas (que, probablemente, es el único que conoce
a fondo la problemática de su ministerio, agricultura, pero que no puede hacer
nada más que “seguir órdenes superiores” de Sánchez y de la UE) o Margarita
Robles (suficientemente inteligente como para saber que el camino del
pedrosanchismo está concluido), están literalmente “abrasados” y,
especialmente Marlaska, es incomprensible que siga en su cargo.
Pensar que, en junio, las elecciones europeas supondrán un balón
de oxígeno para el PSOE es como creer en Papa Nöel: lo más probable y lo que, de momento, indican las encuestas, no
es solamente que el PSOE va a recibir un nuevo varapalo, acaso tan demoledor
como el gallego, sino que toda la izquierda europea va a retroceder y el propio
panorama de la UE puede alterarse en profundidad.
Por otra parte, está por ver el resultado de las elecciones
regionales vascas y catalanas. Y también en ambas comunidades pueden producirse
trasvases de votos significativos y pérdidas para el PSOE, especialmente en
Cataluña, en donde las encuestas indican que una cuarta parte de los
votantes del PSC se oponen a la amnistía a Puigdemont y a sus tsunamis. También
en el País Vasco, la mano tendida a Bildu genera náuseas en buena parte del
electorado socialista.
Y, en cuanto al otro partido de la coalición de gobierno, su
situación no es menos angustiosa. Sumar, simplemente, se ha desmoronado y,
lo que queda de “Unidas Podemos” es aún más minúsculo. En conjunto, es un
sector residual.
LO QUE EVIDENCIA LA MOVILIZACIÓN DE AGRICULTORES
Ni siquiera los informativos de TVE, ni de la Sexta fueron capaces
de ocultarlo: 500 tractores, en cinco columnas, convergieron en Madrid. A
pesar de las molestias que causaron, lo cierto es que los agricultores
recibieron continuas y reiteradas muestras de apoyo popular. La violencia con
que Marlaska ordenó a la policía contener las concentraciones, ha recibido una
censura unánime: una violencia desmedida, odiosa, desesperada, incluso. Y
esto, cuando las protestas ante la “cueva de Ferraz” se prolongan por más de
100 días. La retransmisión de TVE sobre los hechos, resulta igualmente
repugnante: se realizó mostrando la sede del PP en segundo plano, sugiriendo
subliminalmente que el responsable de la agonía del campo es este partido.
Lo importante es que la lucha de los agricultores es lógica,
racional y legítima: entre la Unión Europea y la Agenda 2030, simplemente,
están asesinando al agro europeo… mientras, de manera incomprensible, se
trenzan acuerdos con países extraeuropeos para aumentar las importaciones de
productos a los que sólo les falta el marchamo de “peligro veneno”, mientras
que a los agricultores europeos se les exige (y cumplen) con la “trazabilidad”.
Ni siquiera los agricultores son completamente conscientes de lo
que implica su protesta: están protestando contra un programa elaborado por
los funcionarios de Naciones Unidas (y que, el pedrosanchismo, ha tomado como
de “obligado cumplimiento” a pesar de lo mal concebido, lo ambiguo, lo nulo y
lo suicida que es) y de las iniciativas de Unión Europea (a la que
pertenece España y cuyos gobiernos -socialistas y de derechas- podrían haber
ejercido en tantas ocasiones el derecho de veto a acuerdos con terceros, y no
lo han hecho por razones injustificables e inexplicables).
Cuando una federación como la UE parece no entender que la
autonomía alimentaria es fundamental para su viabilidad y soberanía, es que sus
funcionarios están al servicio de otros intereses y no de los de la población a
la que deberían representar. Hasta ahora, los
funcionarios de la UE han creído que bastaba con habilitar subvenciones para
acallar a los descontentos. Pero las cosas han llegado al límite: la UE, es
evidente que está haciendo todo lo posible para ASESINAR la agricultura y la
ganadería europea (con la excusa, extraída de la Agenda 2030 del “cambio
climático” o de la “descarbonización”). Y las cosas han llegado demasiado
lejos como para que no se reaccione. Las protestas de la agricultura no son
solo españolas. Antes, han estado precedidas por las protestas de agricultores
de toda Europa.
EL VIAJE DE SÁNCHEZ A MARRUECOS
La conspiranoia no es la mejor forma de estudiar la historia,
pero, muy frecuentemente, la conspiranoia rellena huecos que los
protagonistas de la historia se niegan a explicar y justificar. No se
entiende, nunca se ha entendido, el motivo de todos los giros copernicanos
de la política exterior del pedrosanchismo en relación a Marruecos. Ni en
la cuestión del Sáhara. Ni en la cuestión de la lucha contra el narcotráfico
(que, no lo olvidemos, en Marruecos es una de las actividades del “majzén”,
la estructura ligara a la casa real y, más en concreto, a la hermana de Mohamed
VI), ni en la cuestión de la inmigración, ni los constantes envíos de créditos y
de materiales a un país que cualquier estratega sabe que solamente puede ser
considerado como “el enemigo del sur” y del cual hay que protegerse, o los
constantes elogios -más allá de toda medida y tradición diplomática- por parte
de los portavoces del pedrosanchismo de que es objeto un déspota como Mohamed
VI. Y no hay explicaciones oficiales satisfactorias a ninguno de estas
cuestiones. De ahí que vaya ganando fuerza y credibilidad lo que hasta ahora
era la “versión conspiranoica”, pero que se está convirtiendo en la más lógica
y coherente, ganando cada vez más aceptación por parte de los ciudadanos.
Esta versión sostiene que, a través del espionaje de su teléfono
(el asunto Pegasus), los servicios de inteligencia marroquíes tienen cogido por
los testículos a Pedro Sánchez. Algún medio
español ha ironizado sobre esto justificando así la visita de Sánchez a Mohamed
VI: “Devuélveme mi teléfono”. Quizás por algún tema de
corrupción mayor o quizás por algún escándalo sexual inconfesable, Sánchez
sería objeto de un chantaje que le ha obligado a adoptar todas las iniciativas
que, de una forma u otra, benefician a la monarquía marroquí y a los intereses
del “majzén”. Se alude a la “orientación sexual” de algunos
ministros, a las tres “saunas sexuales” (dos gays y una hétero) de Sabianiano
Gómez Serrano, suegro de Sánchez, (asunto sobre el cuál existe numerosa
documentación, véase GOOGLE)
y, donde, si creemos al comisario Villarejo, se grababa ilegalmente a los
clientes… Todo lo cual ofrece un panorama demoledor sobre la moralidad del
“entorno social del presidente” que permite hacer creíble la interpretación del
“chantaje”.
La política pedrosanchista en Marruecos proyecta sobre él la sombra de la traición
Pero, lo cierto es que resulta inexplicable el giro en la
cuestión del Sáhara y el evidente desinterés en reforzar el control del
Estrecho frente al narcotráfico. En realidad, en la primera cuestión se ha
tratado de una política completamente opuesta a la tradicional mantenida por
todos los gobiernos anteriores en los últimos 45 años y en el segundo no puede
evitarse la sospecha de complicidad con el narcotráfico (reforzada por la noticia
no desmentida del envío de policías a “parlamentar” con los narcos para
encontrar “trapos sucios” a la OCON que justificasen su disolución, o con
la detención de un escolta de Marlaska implicado en una red de narcos).
¿Qué va a hacer ahora Sánchez a Marruecos? Lo sabremos por las iniciativas que tomará en los próximos meses.
La primera impresión es que ha ido a implorar medidas para rebajar la
tensión: una menor cuota de narcolanchas, tratar de pactar los apresamientos
para que no perjudiquen ni los intereses del “majzén” ni los de la Casa Real
marroquí, disminuir el número de pateras, todo ello para acallar la protesta
popular hasta que pasen las elecciones europeas Y TODO ESO TIENE UN PRECIO QUE
SÁNCHEZ PARAGARÁ CON EL DINERO DE TODOS.
¿Conspiranoia?
¿Anticipación? Lo sabremos en los próximos meses. De momento, la noticia de que
España va a enviar 45.000 millones a Marruecos para el “desarrollo de sus
infraestructuras” y la declaración de Sánchez de que su gobierno está “contento”
con las acciones marroquíes contra el narcotráfico (¡!) y la inmigración (¡!),
son elocuentes y refuerzan aún más la tesis del “chantaje” y de que Mohamed VI
está en posesión de un secreto inconfesable que hundiría al gobierno español…
Ya no se trata de tener o no pruebas, sino de que no existe ninguna explicación
razonable para tantas concesiones en tan poco tiempo (todas posteriores al
descubrimiento del espionaje telefónico…)
EL ENÉSIMO CASO DE CORRUPCIÓN SOCIALISTA
El ciudadano tiene memoria corta. Ha olvidado lo que pasó durante
el COVID, y todo lo que implicó la distribución masiva de vacunas -de casi
obligado cumplimiento- que ni siquiera eran vacunas y que no estaban
suficientemente testeadas. Desde el zapaterismo
no se hacen censos en España, así que no sabemos el Estado actual de la
sociedad española y el aumento de “muertes súbitas” que ha seguido desde
entonces. Dando por sentado que todavía queda mucho que decir y que
investigar sobre aquella campaña de terror masivo, aprovechando la
aparición de un virus cuyo origen nunca ha quedado del todo claro, lo cierto es
que sirvió de excusa para que “espabilados” trataran de dar “pelotazos” y
alcanzar “enriquecimientos súbitos”. Fue una ocasión ideal para ello,
mientras la población aprendía a lavarse las manos como un cirujano o aceptaba
las más abracadabrantes e inútiles medidas para “evitar la difusión del virus”,
se le confinaba, se le aseguraba que las mascarillas solucionarían todo o que
las vacunas eran “seguras”, e incluso hasta el primer trimestre de 2023 se le
obligó a llevar mascarilla en determinadas circunstancias…
Muchos se lucraron aprovechando el miedo sembrado previamente entre
la población. Las sospechas acompañarán siempre al ministro de sanidad de la
época, hoy mandamás del socialismo catalán,
alguien que jamás tuvo la más remota idea de sanidad, ni de lo que era el
covid, pero cuyo nombre quedará unido a una compra de 200 millones de
mascarillas que tardaron diez meses en llegar (véase
la noticia). Ahora, la UCO ha realizado una redada contra otra red de
corrupción, uno de cuyos detenidos es Koldo Aguirre, brazo derecho del ex
ministro de transportes pedrosanchista José Luis Ávalos. Al parecer
consiguieron hacerse con 10 millones de euros mediante el cobro de comisiones
ilegales por venta de mascarillas. De momento se han producido 20 detenciones.
Veremos hasta dónde llega la investigación.
Muchos se lucraron aprovechando el miedo sembrado previamente entre
la población. Las sospechas acompañarán siempre al ministro de sanidad de la
época, hoy mandamás del socialismo catalán,
alguien que jamás tuvo la más remota idea de sanidad, ni de lo que era el
covid, pero cuyo nombre quedará unido a una compra de 200 millones de
mascarillas que tardaron diez meses en llegar (véase
la noticia). Ahora, la UCO ha realizado una redada contra otra red de
corrupción, uno de cuyos detenidos es Koldo Aguirre, brazo derecho del ex
ministro de transportes pedrosanchista José Luis Ávalos. Al parecer
consiguieron hacerse con 10 millones de euros mediante el cobro de comisiones
ilegales por venta de mascarillas. De momento se han producido 20 detenciones.
Veremos hasta dónde llega la investigación.
Koldo era un segurata antes de convertirse en brazo derecho de
Ávalos. Había integrado la plataforma “Stop Desaucios” y, en un abrir y cerrar
de ojos, pasó a ser “consejero de RENFE” gracias a la munificencia del
ministro. Su esposa también fue promocionada a la misma velocidad. Se ve que no
les bastó el sueldo y optaron -¿por iniciativa propia? Es lo que ha declarado
su exjefe…- por el negocio de las comisiones, aprovechando el miedo
artificialmente creado y ensanchado hacia el Covid.
Nada nuevo bajo el sol, que confirma lo justo de la insistencia en
rebautizar a la sede socialista madrileña como “la cueva de Ferraz”. Aquello, en efecto, parece la sede de una banda de salteadores.
Y el nuevo escándalo llega en un momento de abatimiento y derrota para el
PSOE. Recordemos que uno de los motivos que produjeron el descalabro
socialista en las municipales y autonómicas de 2023 fue el “Caso Tito Berni”,
diputado socialista canario, más conocido como “el Mediador”, hoy a la espera
de juicio. Y, aunque todos nos hayamos habituado a la corrupción política,
no deja de ser significativo el que, aunque se dé en todos los partidos, en el
socialista haya un repunte muy superior al resto (con permiso de la extinta CDC
pujoliana). El caso es que la investigación promete ser larga y la figura
de Ávalos está, de nuevo, en el candelero. Tampoco se entiende, por cierto, el
porqué de su destitución y no así la de Marlaska a la que también ha afectado
el mismo escándalo.
LA LLEGADA DE PATERAS A IBIZA Y FORMENTERA
Desde la tragedia de Barbate, la inmigración ha disminuido en la
zona del Estrecho. Lo que no quiere decir que haya descendido globalmente: solo
se ha trasladado a otras zonas geográficas menos “quemadas”. Concretamente a
las Baleares. Solamente ayer 20 de febrero, llegaron tres pateras a las costas
de estas islas, algo bastante infrecuente.
Llevamos 25 años con goteo diario de pateras, así que la noticia
no es nueva. Pero también aquí hay cambios. Hace 25 años, solamente unos
pocos “iluminados” denunciábamos la colonización de Europa por parte de la
inmigración y preveíamos lo que iba a ocurrir (véase nuestro trabajo
publicado en 2003 El libro negro de la inmigración, firmado con
el seudónimo de “León Klein”). Ahora las cosas han cambiado: algo más de 3 de
cada 4 ciudadanos, opina que “está llegando demasiada inmigración”. Así como
hace 25 años se decía que venían a trabajar y que eso contribuiría a garantizar
las “pensiones de los abuelos”, hoy se tiene la certidumbre de que, no
solamente no contribuyen a eso, sino que constituyen una losa para nuestra economia.
La opacidad del gobierno hace imposible conocer el volumen
total de subvenciones que se dirige a garantizar la paz étnica y social. El
problema se agrava porque tampoco se sabe con exactitud la cifra de “nuevos
españoles” que han recibido el DNI, pero que siguen sin estar integrados en
España. Las cifras más probables sitúan a estos “nuevos españoles” entre
6 y 7.000.000, una bolsa de votos que el PSOE cultiva y al que pertenece
una parte sustancial de sus votantes. Hoy, ya, algo más de una cuarta parte
de los habitantes del Estado Español, han nacido en el extranjero o son hijos
de extranjeros.
En 1998 se tenía la presunción de que venían a trabajar. Pero
siguieron viniendo en los momentos más duros de la crisis económica de
2008-2011, cuando en todo el mundo se sabía que en España las cosas iban algo
peor que en otros países europeos. Y la riada prosigue todavía hoy, cuando no
hay esperanzas de que, más allá de unas semanas trabajando como barrenderos
municipales gracias a los ayuntamientos), los recién llegados obtengan un
trabajo. Sus cualificaciones profesionales son cero o próximas al cero
absoluto. En algunos sus ganas de trabajar están a la misma temperatura. Y
otros, simplemente, han venido, además de por las jugosas subvenciones repartidas,
por la permisividad y la posibilidad de un sistema jurídico pensado para
situaciones de “normalidad”, pero cuya permisividad y lasitud constituyen un
atractivo para las mafias de los cinco continentes. Sin olvidar que, todos
los que llegan, inmediatamente reciben subvenciones, se convierten en
prácticamente inexpulsables y muy pocos -cada vez menos- se integran
definitivamente en el mercado laboral. No han venido a trabajar: han venido
por el efecto llamada: “Aquí dan subvenciones por llegar y estar y aquí se
puede hacer cualquier cosa y no pasa nada”. Pero esto no es lo peor.
Lo peor es que las cifras de delincuencia se han disparado. No se publican, por supuesto, con la excusa de que pueden
alentar racismo y xenofobia (lo que podría ser aceptable). Pero tampoco se
habilitan medidas para paliar el problema (lo que resulta mucho menos
digerible para los ciudadanos). Y ahora nos enteramos por un funcionario de
prisiones que el 75% de los encarcelados en prisiones españolas son
“extranjeros”, sin que el otro 25% nadie asegure que no sean extranjeros que
han recibido la nacionalidad española. Paralelamente, un comisario de
policía explica que cuando detienen a un español bromean con él: “no
deberíamos llevarte a la cárcel sino a una reserva de especies protegidas”,
confirmando que la INMENSA MAYORÍA de detenidos son de origen extranjero.
Fue, inmediatamente, destituido.
Pero, aunque entre funcionarios policiales impere la ley del
silencio, so pena de degradación y destitución, lo cierto es que es un
secreto a voces. Y esa delincuencia empieza a resultar insoportable para
la población, especialmente en zonas como Cataluña en las que, además de la
masificación de la inmigración, se une el que los Mossos d’esquadra están
desbordados e incapacitados para luchar contra la delincuencia (y los
consellers de interior más preocupados por los derechos humanos de los
delincuentes que por la seguridad ciudadana) y que la gencat todavía “somnia
truïtes” (sueña imposibles) pensando que con un “certificado de catalán”,
los dos millones de inmigrantes instalados en esa comunidad, ya “están
integrados”. Entre eso y una locutora de origen africano en TV3, el
problema está resuelto. ¿No habló Carod-Rovira hace 15 años del “islam catalá”?
Pero la realidad es muy distinta: Barcelona ya figura como una de las
ciudades más peligrosas de Europa y, antes o después, el turismo terminará
resintiéndose. Y, por lo mismo, el gobierno de la gencat, es uno de los
más débiles de Europa, con su permisividad, su falta de autoridad, incluso su
falta de interés en cualquier cosa que no sea “soberanismo”.
El ayuntamiento de Barcelona en 2019: "Bienvenidos refugiados". Iniciativas como esta han convertido a Barcelona en uno de las ciudades más inseguras de Europa.
En Cataluña, como en el resto de España, se extiende como una
mancha de aceite la impresión de que todo esto ha ido demasiado lejos. Las
agresiones sexuales han crecido en Canarias al mismo ritmo que la inmigración
ilegal; los ferrocarriles metropolitanos se han convertido en focos de
actividad para la delincuencia; entre algo más de la mitad y dos terceras
partes de la “violencia doméstica” es protagonizada por inmigrantes, la
enseñanza primaria y el sistema de salud se resienten de la llegada masiva de
inmigrantes, etc, etc, etc. Cada vez son más las voces, incluso de
izquierdas, que piden repatriaciones masivas y que cese el flujo de
inmigración: ¡pero la UE y, en especial Ursula Von der Leyen, hacen todo lo
posible para evitar medidas que corten el flujo de emigración ilegal y hace
imposible la repatriación!
Y este será el elemento decisivo en las elecciones de junio. Junto
a la von der Leyen, solamente Sánchez sigue manteniendo la posición de que
“son refugiados”, “ningún ser humano es ilegal” y “Europa es tierra de
asilo”… Y lo pagaran -electoralmente- caro o muy caro.
* * *
Así están las cosas. La pregunta a plantear es ¿por qué se
obstina Pedro Sánchez en aferrarse al poder? No se le puede escapar que, para
él la situación es, cada día que pasa, más insostenible y que no solamente está
destrozando su propio futuro en algún organismo internacional, sino que está
acabando con las posibilidades futuras de propio partido que, en Galicia, ha emprendiendo
el camino de la marginación. Parece muy difícil que “después de Sánchez”, al
PSOE le quede un futuro. A fin de cuentas, tanto el partido socialista
italiano, como el francés, antaño partidos de gobierno, están hoy completamente
gropuscularizados. Tal es la vía a la que conduce el pedrosanchismo.
Como hemos señalado en el post
en el que comentábamos las elecciones gallegas, la nueva realidad
política española, ya no es de “bloque de las derechas” contra “bloque de las
izquierdas”, sino, antes bien, “bloque de las derechas” contra “bloque
independentista”. ¿Y el PSOE? En la cueva de Ferraz y apurando sus últimas
semanas en el poder…