domingo, 25 de febrero de 2024

CRÓNICAS DESDE MI RETRETE - SÁNCHEZ: IMPOSIBLE HACER FRENTE A CUATRO CHANTAJES AL MISMO TIEMPO.

 

Lo que ha constituido el inicio de la última parte del pedrosanchismo se caracteriza por la imposibilidad de soportar los cuatro chantajes a los que está sometido el presidente del gobierno:

1) El chantaje a que está sometido por parte del gobierno marroquí

2) El chantaje al que está sometido por parte de los socios independentistas

3) El chantaje al que está sometido por los que hasta ahora han sido sus cómplices en el “magnum latrocinium” que ha realizado desde la pandemia

4) El chantaje siempre presente de la cúpula de su propio partido

Nos explicamos más detenidamente:

1) El chantaje a que está sometido por parte del gobierno marroquí: es imposible dudar que las concesiones de Sánchez a Marruecos -más allá de todo límite, más allá de todo intento diplomático de cultivar la amistad con el “enemigo del Sur” y eliminar un riesgo para nuestra seguridad nacional- se deben a “algo” que está en poder del gobierno marroquí, tan inconfesable que su revelación acarrearía el desprestigio y la infamia para él. Esta posibilidad “conspiranoica” cobra cada vez más cuerpo a falta de una explicación oficial satisfactoria y creíble.

2) El chantaje al que está sometido por parte de los socios independentistas: seguirán siendo “socios” de Sánchez en tanto puedan muñir la vaca y obtener ventajas. Y saben que les quedan muy pocos meses y que, luego, vendrá una reacción en sentido opuesto. Los socios de Sánchez están dispuestos a apoyarlo unas semanas más, pero no eternamente: cuando se publiquen los resultados de las elecciones vascas y las encuestas más fiables sobre las catalanas, sabremos en qué punto Sánchez será abandonado a su suerte: pero durante todo el tiempo que esté en la Moncloa no le queda más remedio que conceder al independentismo cualquier cosa que pida, aun a sabiendas de que el Constitucional no lo admitirá.

3) El chantaje al que está sometido por los que hasta ahora han sido sus cómplices en el “magno latrocinio” que ha realizado desde la pandemia. El caso Koldo-Ábalos tiene muy mala pinta: no existe “honor” entre ladrones y nadie duda -a la hora de escribir estas líneas- que ni Koldo está dispuesto a “comerse el marrón”, y Ábalos tampoco lo está: el primero descargará responsabilidades en el segundo a cambio de inmunidad, pero el segundo ¿aceptará pasar como un corrupto, ver incautadas cuentas incluso en paraísos fiscales, mansamente? A fecha de hoy, todo induce a pensar que no será así.

4) El chantaje siempre presente de la cúpula de su propio partido: a pesar de haber constituido un comité federal a su hechura, lo cierto es que lo que queda dentro del socialismo español, no está ahí ni por ideales ni por identificación con programa “socialista” alguno. Está para ejercer “carrierismo”. Y eso implica que, han apoyado a Sánchez, no por sus valores ni por sus principios, sino porque cabalgando con él pueden seguir disponiendo de los beneficios que implica el control sobre el Estado. Pero cuando se está haciendo cada día más evidente que ese futuro está comprometido por el desprestigio, el aroma de traición, las corruptelas y los fracasos electorales y de las políticas de alianzas, es cuando, el primero que se atreva a gritar públicamente “¡Sánchez nos llevará a la ruina!”, empezará la rebelión interna. Y esta semana, el “caso Koldo-Ábalos” ha sido el primer toque a rebato.

Cualquier político puede soportar uno, o como máximo, dos de estos chantajes, pero no los cuatro al mismo tiempo. En especial cuando los augurios de futuro son cada vez más negros, las cifras macroeconómicas más decepcionante, la delincuencia, la pobreza, el narcotráfico, el paro, y el prestigio de España en el marco internacional son cada vez más alarmantes.

El hecho de que se haya sabido que Sánchez votó a favor de Frankfurt y no de Madrid en la elección de sede del Agencia Europa contra el Blanqueo de Capitales (AMLA), es, psicológicamente revelador. Demuestra que:

- Sánchez se siente culpable quiere una “agencia anticorrupción” lo más lejos posible de Madrid, y

- Sánchez quiere vengarse de Madrid, en donde sus apoyos se pueden contar con los dedos de la oreja

Todo esto confirma que nos encontramos en el inicio de la última parte del pedrosanchismo. Esperemos que su conclusión no sea una larga agonía como la del zapaterismo, sino una muerte súbita (que puede ocurrir en cualquier momento y hace falta estar atento al IBEX y a las reacciones en Europa). Pero, es bueno recordar que la culpa de lo que está pasando, no debe personalizarse solamente sobre Pedro Sánchez, sino muy especialmente sobre aquellos que vieron en él al “líder carismático”, “al jefe que nunca se equivoca” y a la “gran esperanza del socialismo español”: al PSOE. 

Estas siglas son las verdaderas responsables de lo que constituye uno de los momentos más tristes en la historia de España. Deben pagar y pagarán. Deben desaparecer de una vez por todas de la historia de España. Y debe recordarse, finalmente, que desde los años 30 estas siglas han constituido una VERDADERA MALDICIÓN para nuestro país.