viernes, 4 de noviembre de 2016

Diario de un pobre diablo (7)


Renovación en el nuevo gobierno Rajoy: decepción dentro del PP.Lo he dicho en varias ocasiones: la política ha terminado aburriéndome y las escasas posibilidades de renovación del marco político español, me aburre, todavía más. De hecho, hoy ni siquiera tenía interés en escribir nada sobre este tema. La vida es bella y la política una plasta. Es así de simple. O vives de la política o la política no te ofrece nada interesante: simplemente, te limitas a sufrir la política que otros quieren imponer a tu país, a tu sociedad y a tu familia. Los que no estamos afectados por el virus de la “morriña” tenemos por cierto que cualquier lugar es bueno para vivir y que éste rincón de la galaxia, que ayer contó con un nuevo gobierno, no es el mejor del mundo. A las pruebas me remito.

Después de este desahogo inicial, formularé una pregunta: ¿Qué es lo peor que le puede pasar a un votante del PP o a uno de sus probos militantes? Respuesta: haber ganado unas elecciones y tener un gobierno que no parezca del PP. El elegido ayer podría haber sido uno de aquellos gobiernos socialistas cuya composición siempre decepcionaba a los miembros del PSOE a partir de 1986 o los grisáceos que tanto gustaban a Adolfo Suárez. De hecho, los elegidos ayer casi componen un gobierno “centrista”, mucho más que de centro-derecha que es la opción que, a fin de cuentas, ganó en las elecciones.

La presencia de Cospedal en Defensa es la única concesión al “aparato” del PP, el resto están tan integrados en el partido como puede estarlo uno que pasaba por allí. El saber que controlará el CNI y las FFAA en una legislatura en la que seguramente habrá que dar el toque de atención definitivo al soberanismo catalán, puede tranquilizar al votante medio y al militante del PP. Los peperos andaluces también se considerarán afortunados de tener a uno de los suyos al frente de interior, logrando desplazar a un catalán… Si bien nadie apostaba porque Fernández Díaz continuara al frente del departamento, con el paso de los años había logrado cierta experiencia y un buen nivel de sintonía con los responsables de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Su sucesor, Zoido Álvarez, no lo olvidemos no ha logrado que el PP pudiera romper la férrea defensa socialista; es un fracasado político al que Rajoy le ha dado una patada para arriba. Ni la Cospedal en Defensa, ni Zoido en interior, por cierto, tienen la más mínima idea ni de defensa ni de interior…

El resto son, más o menos, técnicos: Dastís, en exteriores, diplomático, tiene experiencia sobre todo en la UE, pero nula en sus relaciones con los EEUU, ni tampoco tiene una visión particular de Oriente Medio, foco de tensiones permanente. Íñigo de la Serna, ingeniero de caminos, va a parar a Fomento, y abandonando Santander. Mendez de Vigo al frente de educación no parece tener propuestas para reformar la enseñanza; su tránsito profesional se ha limitado a la enseñanza superior. El nombramiento de Álvaro Nadal al frente de industria, energía y turismo, se debe sin duda a su proximidad a Rajoy durante los últimos cuatro años. Finalmente, y como corresponde a la tradición de los últimos años, al frente de Sanidad se coloca a alguien que carece completamente de experiencia en este terreno, Dolors Montserrat. ¿Su mérito? Hacer nacido en Sant Sadurni d’Anoia y ser hija de su madre, una conocida empresaria catalana. Cataluña ha perdido influencia en el gobierno con la desaparición de Fernández Díaz.

¿Sensaciones? La política económica no variará en absoluto (repiten el trío Montoro – Guindos – Báñez), ni ocurrirá nada parecido en Educación ni en Exteriores, en donde más necesarios serían golpes de timón que nos desenganchasen de las tendencias de los últimos años (quiebra de la enseñanza, inmigración masiva, seguidismo en relación a la política belicista de los EEUU). Escuderos fieles (pero inexpertos) en Interior y Defensa, la becaria de siempre (Sáenz de Santamaría) y poco más. Un gobierno pepero pero que no parece excesivamente pepero, con vocación centrista, rutinario, sin grandes proyectos, sin reconocer que nuestro país tiene retos no resueltos por delante y que no hará historia.

Recuerdo a Fukuyama: “los pueblos sin historia, son pueblos felices”. No es eso: los pueblos sin historia cuando ha llegado el momento de las grandes decisiones, no es que carezcan de historia, es que van directos a la ruina. En exteriores hace falta renegociar el acuerdo con la UE, desengancharse de la OTAN, distanciarse del belicismo de los EEUU (que se hará exasperante si Hillary vence en las elecciones norteamericanas). En Educación hace falta “revolución”, de arriba abajo, total, radical, profunda y definitiva: eso, o cada vez la sociedad española dará más muestras de que las nuevas generaciones no están capacitadas más que para servir cañas o irse al extranjero a ejercer sus carreras. Nadie, absolutamente nadie del gobierno, parece entrar con la idea clara de qué es lo que hay que hacer para superar de una vez por todas la crisis generada por el soberanismo. Ni exteriores, ni agricultura, ni el equipo económico, han presentado un nuevo modelo económico que vaya más allá del turismo y de la construcción, ambos sectores de bajo nivel añadido y con oscilaciones frecuentes. En justicia no hay nada que induzca a pensar que ese modelo garantista, ramplón, lento hasta la exasperación e ineficiente, queda atrás; ni siquiera está claro que cuando termine esta legislatura, se haya visto alguno de los grandes escándalos político-económicos: los Eres y el Caso Pujol). Y en cuanto a la llegada masiva de inmigrantes y al cambio progresivo en el sustrato cultural y étnico del país, es un tema que ni está en la agenda del gobierno, ni se le espera. ¿Reformas constitucionales? Imposibles a la vista de las actuales simetrías parlamentarias.

Nada de nada: un gobierno para la mera gestión del día a día, sin historia. Rajoy parece haberse acostumbrado al año e “gobierno en funciones”. Suerte tendrá de que en estos años no ocurran grandes tragedias económicas (que ocurrirán: crisis brasileña, bajada del PIB chino, decisión definitiva sobre el TIPP), grandes catástrofes internacionales (veremos qué ocurrirá con las elecciones en los distintos países europeos a lo largo del 2007, para ver cómo está la UE en 2020 e, incluso, si existe todavía; veremos qué ocurre en Oriente Medo y si la guerra en Siria no termina por generalizarse), grandes catástrofes sociales (inmigración masiva hasta más allá de lo tolerable, atomización social, toxicomanías generalizadas y banalizadas, demografía bajo mínimos), grandes casos de corrupción (en cada autonomía las redes corruptas siguen funcionando como en sus mejores tiempos sin que esté previsto abordar ningún cambio legislativo para enmendarla la situación) y, suerte tendrá Rajoy, en definitiva, si llega a 2020 en parecidas circunstancias a las actuales… lo que, a la visto de lo visto, no parece muy probable.

La suerte de Rajoy no dependerá solamente de esto, sino del estado de la oposición: la tendencia actual es a la gasificación de la izquierda en una miríada de opciones en fase de recomposición. Y, por supuesto, de cómo acabe el asunto soberanista en Cataluña. La crisis del PSOE no ha alcanzado todavía su nivel más grave, Podemos tiene tendencia a fragmentarse y a que cada grupo regional cobre vida e iniciativa propias. Izquierda Unida o es el furgón de cola de Podemos o sigue en la marginalidad y en cuando a las izquierdas independentistas radicales, su falta de credibilidad no generará grandes problema al Estado, pero si al resto de izquierdas “estatalistas” o “soberanistas”. Unos y otros se desgastarán entre sí mucho más que en su enfrentamiento con la derecha. Rajoy, ante todo esto, no tiene nada más que sentarse a esperar que los cadáveres desfilen ante La Moncloa.

Los nubarrones que anuncian crisis en el horizonte son muchos y muy obscuros. No solo traen sirimiri sino tormenta, acaso granizo y pedrisco, aparato eléctrico. El gobierno nombrado ayer es de gestión, gris, sin ideas, sin ambiciones, sin aspirar ni a realizar grandes reformas necesarias ni a afrontar crisis de las que Rajoy no les ha advertido que podrían producirse, acaso por qué él mismo se ha habituado a gobernar siendo espectador más que actor principal en ese tinglado de la antigua farsa que es la política española.

Y ahora, vamos a lo serio:
SERIE DEL DÍA: NARCOS, LA MEJOR BIOGRAFÍA SOBRE PABLO ESCOBAR EN “REALIDAD AUMENTADA”… En el blog de las series:

SERIE PARA RECORDAR: JIM WEST, 007 EN EL FAR-WEST, en el blog de las series: