Infokrisis.- La corrupción en
Cataluña no es algo nuevo. El Caso Banca Catalana demostró hace treinta años
que los bribones se vuelven invulnerables cuando se enfundan pijama
nacionalista. Es solamente ahora cuando casi todos los medios de comunicación denuncian
la corrupción anidada en la dinastía Pujol. El por qué se produce esto ahora y
no antes es evidente: ahora existe un independentismo catalán desafiante al que
hay que responder. Y Rajoy responde sacando a la superficie lo que ya se sabía
que existía desde hacía décadas y nadie se había preocupado por sacar a la
superficie.
Las denuncias contra la
corrupción en Cataluña han hecho mucha pupa a CiU que en las últimas semanas ha
reculado en sus ínfulas independentistas. En la última encuesta realizada en
Cataluña sobre intención de voto, ERC y C’s subían y el resto de los partidos o
se mantenían o bajaban, pero CiU se desplomaba.
Como se sabe, existen nexos de
unión entre Prisa y la familia Pujol. Al parecer fueron los Pujol los que
compraron el edificio en el que se redacta diariamente El País… Así que los Pujol son los caseros de una empresa que está
haciendo aguas por todas partes, con bajadas espectaculares de ventas, que poco
a poco se va deshaciendo de partes o las va cerrando y que está en una crisis
permanente. No es raro que haya sido El
País (junto con El Mundo) quien
haya venido en ayuda de los Pujol demostrando que el PP también es una olla de
corruptos y un foco de corrupción. Hasta aquí nada nuevo.
La fase siguiente ha sido la
denuncia de que una fundación vinculada al PSOE pagó a los altos cargos sobres
con un total de 600.000 euros… Los hijos de Maleta, Filesa y Time Export, al
parecer, siguen como en sus mejores tiempos.
No albergamos la menor duda de
que en las próximas semanas el anecdotario de la corrupción irá creciendo hasta
hacernos olvidar la prima de riesgo, la independencia de Cataluña y lo aburrido
de una liga del que ya se sabe quién será el vencedor. Pero todo esto tiene
algunos riesgos.
Rajoy se ha equivocado de
estrategia y los dirigentes del PSOE y de CiU que han arrojado al rostro de
Rajoy sus vergüenzas, están jugando con fuego. Ellos lo hacen con la intención
de desprestigiar al contrario, pero el ciudadano lo que percibe es otra cosa:
que todos los partidos tienen por práctica habitual la corrupción y que toda la
clase política es corrupta y corruptora. Buena lectura, porque es justamente
así: el régimen nacido en 1978 fue creado por los “padres de la constitución”
con la sana intención de durar y con la insana voluntad de que fueran ellos
quienes permanecieran eternamente gestionándola.
Cuando la constitución ha
superado la edad de Cristo, está envejecida y desvencijada. Las fuerzas
políticas y sociales que la alumbraron, así como las esperanzas que suscitó, ya
no son las mismas. Los 34 años de régimen han dejado como recuerdo la
corrupción. De la misma forma que el período de la “restauración” estuvo
marcado sobre todo por el caciquismo y en su momento no se reconoció, ahora, el
rasgo más acusado del actual régimen es la corrupción… y, por supuesto, nadie
lo reconoce entre la clase política.
La Razón proponía la creación de un “pacto anticorrupción” entre
todos los partidos… hay que atarse los machos ante propuestas como estas. En
las actuales circunstancias un “pacto anticorrupción” solamente puede ser un
pacto de silencio y la revalidación de la omertá
entre la clase política para taparse mutuamente sus vergüenzas. Hay que releer
a Platón para saber que en La República,
en el siglo VI antes de Cristo, el filósofo ya alertaba sobre la realidad de
que ningún político ha votado nunca una ley que le pudiera perjudicar. El
panorama político español demuestra que 2600 años después no hay nada nuevo
bajo el sol.
© Ernesto Milá – Infokrisis –
ernesto.mila.rodri@gmail.com