El año acaba y no es mi propósito realizar un balance de lo
que ha sido este año. Lo hacen muchos, así que supongo que el lector de info|krisis
tiene inteligencia y capacidad crítica suficiente como para hacerse una
síntesis de lo que ha constituido 2018. Lo único que puedo hacer desde aquí es
recordar porqué he decidido proseguir el blog en forma de quejíos y qué es lo
que más me ha llamado la atención. Espero que coincidamos.
No ha sido un gran año en política internacional. El 20 de
enero, el gobierno de los EEUU cerraba parcialmente sus actividades por falta
de fondos para mantenerlas y de que el Congreso no alcanzase un acuerdo para
habilitar presupuestos. Elecciones en Finlandia y gana el centro-derecha. El Partido
de los Finlandeses obtiene el 7% de los votos y 17 diputados. Y en Costa Rica,
el candidato evangélico (antiglobalización, antimundialista, antiunesco, antiLGBT)
de Restauración Nacional, queda en segundo lugar por el 40% de los votos en la
segunda vuelta. Económicamente, en el mes de febrero se registra una convulsión
financiera que hace pensar que la crisis económica iniciada en 2007 no ha
terminado todavía o que, como nosotros mismos decíamos, la globalización supone
la inestabilidad permanente en la economía mundial. Pero la fiesta, de verdad,
empezó en marzo con el “paro mundial de las mujeres feministas” y, a partir de
ese momento, las “ideologías de género”, pisaron el acelerador sin ningún
límite. El resultado fue que muchos comprobaron hasta qué extremos podían
llegar la locura sexista de algunos. Fue el mejor revulsivo que amplió la
brecha entre “progresistas” y “conservadores” y demostró que las “ideologías de
género” son una forma de neurosis extrema, incluso con rasgos psicóticos en
muchos de sus exponentes. La muerte de Stephen Hawking nos hizo intuir que
jamás podríamos conocer todos los misterios del Universo (o de los Universos)
porque es algo demasiado complejo. A medida que se avanza más… los
interrogantes son mayores y van creciendo exponencialmente.
Elecciones en
Rusia: vencedor Putin, claro está, con casi el 77% de los votos. ¿Qué es Rusia?
Respuesta: un país estable y con una línea política más estable aún. Terrorismo
yihadista en Francia en marzo: esta vez 5 muertos y 15 heridos en Trèbes. En Abril, EEUU anunció contramedidas
comerciales contra China cuando este país subió los aranceles para 128 productos
norteamericanos. Pregunta: ¿Por qué China y EEUU puede subir aranceles y la UE
no? Respuesta: porque ellos dictan las reglas. El icono de la izquierda
brasileña Lula da Silva inicia su estancia de 12 años en prisión, por chorizo.
La agitación antisandinista en Nicaragua hace que éste país se convierta en el
principal exportador de inmigración a Costa Rica (donde hay 1 millón de nicas y
3 millones de ticos). Y en Toronto otro atentado de marca yihadista: 10 muertos
y 15 heridos. Mayo: ETA anuncia oficialmente su disolución. ¡Maldita la hora en
la que esta banda de matarifes se constituyó! Hablando de terrorismo: en Lieja,
un islamista asesina a dos policías y a un estudiante.
La impresión que da la UE es de estar paralizada y ser un
gigante incapaz de reaccionar porque cada uno de sus miembros tiene una intención
diferente y ya resulta imposible fomentar la ilusión en que la “federación”
puede ser algo más que la “pieza europea” de la globalización. Y debería ser
cualquier cosa menos eso. Es más, debería ser el ariete contra la globalización.
Hace falta liderazgo, proyecto y energía para poner sacar de la UVI al cuerpo
inerte de la UE. Porque, ya no se trata de negar la necesidad de una Europa
unida, sino de afirmar que la UE para alcanzar ese fin y proporcionar al
continente una misión y un destino históricos, precisa ser reformada en
profundidad. En alguna ocasión hemos recordado que no se trata solamente de
grandes proyectos, sino incluso de iniciativas banales: EEUU tiene a Amazon,
cuyos beneficios mundiales van a parar a aquel país, China se ha convertido en
el principal competidor de Amazon con Alibaba… ¿Y Europa? Y se trata de un
sector económico muy secundario, pero que ni siquiera ha recibido un impulso de
la UE. ¿Por qué? Por qué solamente en Europa se cree en las virtudes del
liberalismo: en aquello de que el Estado no interviene en la economía. Y así
nos va mientras el mapa político de Europa va cambiando de manera
esperanzadora: porque ya hay todo un bloque de países que dicen NO a la
inmigración y NO a la globalización: Austria, Polonia, Chequia, Hungría, Italia…
y el tsunami va creciendo: los “chalecos amarillos” en Francia, la Alternativa
por Alemania, incluso la emergencia de Vox permite pensar que también en España
está ocurriendo algo inédito hasta ahora.
Desde que se inició junio tenemos a un okupa en La Moncloa.
Entiendo que haya mociones de censura y que se tumben gobiernos. El PP, por lo
demás, había demostrado debilidad en casi todo, especialmente en la lucha
contra su corrupción interior y esta fue la excusa para que Rajoy debiera
abandonar La Moncloa… aun cuando, si hubiera tenido algo de iniciativa política,
habría convocado elecciones anticipadas que, desde luego, no hubieran dado
lugar a que un perfecto analfabeto político, segundón en todo “cum fraude”, le
sustituyera. El último error de Rajoy. A partir de junio, la política española
ha adquirido un sesgo surrealista que genera una irreprimible tristeza. El
nombramiento suscita grandes esperanzas entre los independentistas catalanes
que ven al PSOE más “blando” que al PP en materia de vertebración del Estado y que
creen que puede autorizar un referéndum por la independencia y liberar a los
presos. Sánchez, por supuesto, ni tiene respuestas, ni tiene soluciones, ni
tiene programas más allá del traslado de los restos de Franco del Valle de los
Caídos. Lo más cómico en lo que llevamos de gobierno Sánchez fue el “descubrimiento”
de un complot para asesinar a Sánchez por parte de la extrema-derecha…
Al declinar el año, la gran noticia ha sido el vuelco total
en las elecciones andaluzas que ha terminado con el “régimen socialista” de 40
años de gobierno ininterrumpido, marrullero, clientelar y corrupto, que ya en
los últimos cuatro años, había necesitado del apoyo de Ciudadanos y que, ahora,
a la vista de las simetrías electorales, ha optado por desdecirse y formar
gobierno con el PP, con el apoyo exterior de Vox. Pero lo que ocurra en Andalucía
es secundario en relación a lo que puede ocurrir en el resto de España si Vox
sabe jugar bien sus cartas: tras las elecciones andaluzas, se ha convertido en
el “partido de moda” que puede condicionar en breve a toda la política
nacional: el PP ya tiene “enemigo a su derecha” y, a partir de ahora, ya nada
será igual para el partido de Casado que tiene la identidad muy difuminada. El
futuro de Vox depende de un solo factor: que sepa asumir la transversalidad y
que entienda que los votos procedentes del PP deben fluir hacia él de manera
natural, pero son los votos procedentes de la izquierda tradicional los que le
harán convertirse en una alternativa. Así que está obligado a alternar ideas
patrióticas con ideas “justicialistas”.
Hace falta una “recuperación nacional”. Lo cierto es que
este último año, la sensación que tienen los españoles están yendo dem al en
peor, que la izquierda marciana muestra cada vez más una vocación
extraterrestre y exótica. Y esa izquierda marciana está forma por Podemos en su
totalidad y por buena parte de los cuadros del PSOE (los llegados con el zapaterismo).
El “tema indepe”, incluso, en algunos momentos, ha pasado a segundo plano frente
a las excentricidades (y vulgaridades) de los “ideólogos de género” que, parecen
empeñados en acusar al varón español de machista, violento y asesino y caen en
profundas crisis histéricas cuando se les recuerda que la mayoría de asesinatos
producidos por violencia de género son protagonizados por grupos étnicos no
europeos.
A finales de año se confirma con la llegada de un nuevo
barco cargado de inmigrantes que España es ya la única puerta que queda en
Europa para la entrada de más aspirantes a subsidios y subvenciones. Que
aprovechen porque, antes o después, Sánchez tendrá que convocar elecciones (tal
como están las cosas y tal como le está yendo, será después, puesto que parece
difícil que el PSOE logre una cómoda mayoría o, incluso, que la izquierda se
recomponga más allá de su programa LGBT y haga creíble su programa). Las
próximas elecciones municipales serán un primer test. Y en ese momento, el
sentido común dicta una consigna: “todos contra la izquierda marciana”.
¿El independentismo? En el pudridero de la historia. Se ha
operado el fenómeno que habíamos augurado: Kim-Il-Torra, cada vez más solo,
cada vez más aislado, cada vez más debilitado, cada vez más radicalizado, cada
vez más fuera de la realidad, tendrá el honor de sepultar al proceso o de ser
sepultado por él. La movilización del 11-S fue mucho menor que la del año anterior.
La del 21-D, prácticamente imperceptible salvo en la zona portuaria. Nada: cada
vez menos y cada vez más radicales, cada vez menos movimiento político y cada
vez más secta religiosa, cada vez menos inteligencia y cada vez más alucinación…
No les queda a estos nada por sufrir el choque con la realidad. Pero eso ya no
basta en Cataluña: ahora hay que revertir los 40 años de “construcción nacional”
por otros 40 años de “realismo siglo XXI” que deberán estar marcados por la
necesidad de que cada cual sea libre para cultivar su identidad: dos líneas de
enseñanza, una co-oficialidad digna de tal nombre, unos medios de comunicación
abiertos y dentro de 40 años de libertad volvemos a hablar de convocar un
referéndum.
No ha sido un gran año: se ha tratado, más bien, de un año
de transición en el que al desmoronamiento del PP se ha sumado la
exteriorización de un PSOE-Podemos perdidos entre su antifascismo propio de los
años 30 y su ultraprogresismo de carácter LGBT. ¿A alguien le puede extrañar
que Vox sea el partido emergente? ¡Lo raro es que haya tardado tanto en
eclosionar una formación de este tipo!
Y, por cierto, que paséis un buen final de año...
Y, por cierto, que paséis un buen final de año...