Acaba de aparecer el primero de
los tres volúmenes de los que constará la Historia de la Revolución Nacional
Socialista y que abarcará desde la fundación del Partido Obrero Alemán en 1919
hasta la acción del Wehrwolf en los
primeros años de la postguerra. El autor ha intentado separar la increíble “propaganda
de guerra” que todavía impide percibir el fenómeno del nacional-socialismo tal
como fue y restituir en su lugar una visión mucho más objetiva y desprovista de
tópicos. Por otra parte, ha intentado contextualizar la historia del NSDAP
dentro de la historia de la República de Weimar, la única forma en la que pueden
entenderse las distintas etapas que le llevaron a la conquista del Estado. Se
trata de una obra elaborada según el criterio que ha estado presente desde el
primer número en la Revista de Historia del Fascismo: “Ni apologistas ciegos,
ni detractores sistemáticos: así fue un período del siglo XX”. En este primer
volumen de la obra (el segundo aparecerá en Enero y el tercero en el verano de
2016) se engloba un estudio sobre las ideología nacional-socialista y su
propuesta a la sociedad alemana y el desarrollo del NSDAP entre su fundación y
su reorganización en 1928. Unos anexos nos ayudan a entender el espíritu de la
época y complementan la visión de conjunto sobre los primeros años del
nacional-socialismo. No se trata de una biografía de Hitler, sino de un intento
de comprensión histórica sobre aquellos años. El objeto de estudio es un
movimiento político-doctrinal en un contexto concreto de la historia europea.
Sumario e Introducción
1) Sumario del Volumen I:
Introdución
PRIMERA PARTE.
Los principios del
nacional-socialismo............................. 9
El
nacional–socialismo como fenómeno revolucionario......... 11
SEGUNDA PARTE.
El desarrollo de
la revolución ....................................... 77
CAPÍTULO I. La
fundación del NSDAP............................... 79
CAPITULO II. El
camino hacia el golpe de Múnich................ 148
CAPÍTULO IIII.
NSDAP 1924–1928. La reconstrucci ............... 204
ANEXOS y DOCUMENTOS
ANEXO I
Ibsen y el origen de la crítica antidemocrática de Hitler........ 271
Ibsen y el origen de la crítica antidemocrática de Hitler........ 271
ANEXO II
Schlageter: leyenda con fundamento............................... 278
Schlageter: leyenda con fundamento............................... 278
ANEXO III
Combates de cervecería: experiencia vital......................... 293
Combates de cervecería: experiencia vital......................... 293
ANEXO IV
La fundación de las SS.................................................. 316
La fundación de las SS.................................................. 316
ANEXO V
Michael, un destino alemán. La novela de Joseph Göbbels....... 335
Michael, un destino alemán. La novela de Joseph Göbbels....... 335
ANEXO VI
Nacional–Bolchevismo y nacional–socialismo........................ 353
Nacional–Bolchevismo y nacional–socialismo........................ 353
Anexo VII
Los 25 puntos del NSDAP 1920......................................... 379
Los 25 puntos del NSDAP 1920......................................... 379
2) Introducción a
la obra
En varias ocasiones a lo largo de esta
introducción aparecerá la frase de Ernst Nolte sobre el período
nacional–socialista: «Un pasado que no quiere pasar». Por diversas
circunstancias políticas, el nacional–socialismo no es todavía examinado como
un fenómeno histórico, sino como algo de lo que hay que prevenirse y que, una y
otra vez, amenaza con retornar. Y, sin embargo, el nacional–socialismo es hoy
historia, sólo historia y nada más que historia. Resulta evidente que, más que
«nostálgicos» del nacional–socialismo (algo que existió especialmente hasta los
años 70), lo que aparece hoy son grupos juveniles que adoptan simbología «nazi»
en la medida en que consideran que hacerlo es la mayor provocación que pueden
ofrecer a otras «tribus» de jóvenes, a las autoridades o a sus propias
familias; y lo hacen sin ser muy conscientes de lo que implica tal filiación
ideologica. No estamos, pues, ante un fenómeno político, ni ante una
prolongación de lo que fue el nacional–socialismo histórico, sino ante un
fenómeno cuyo estudio corresponde a la psicología social.
Los partidos a los que, habitualmente,
se tilda abusivamente como «neo–nazis» suelen ser formaciones de derechas, más
o menos radicales y en cuyos rasgos generales no encontramos todos los elementos
que residieron en la ideología nacional–socialista y que, en buena medida, son
irrepetibles en tanto que productos de un momento concreto de la historia. En
cuanto a los que asumen en la actualidad, el nacional–socialismo como
posibilidad política, o bien se trata de una minoría sin posibilidades de
alcanzar el más mínimo peso específico, o bien de soñadores frecuentemente
equivocados en relación a lo que fue el fenómeno histórico del que se reclaman,
o bien grupos que han recibido el calificativo de «neo–nazis» siendo en
realidad, grupos de extrema–derecha convencional. Vale la pena, pues, insistir
de partida que consideramos al nacional–socialismo como un fenómeno histórico,
único e irrepetible.
* *
*
Estructura de la obra y método de trabajo
Con cierta insistencia se ha aludido a
la «excepcionalidad del nazismo», tema que estuvo en el origen de lo que se ha
llamado «la querella de los historiadores». Evidentemente, si se
atribuye al NSDAP y al gobierno del Reich la autoría del «holocausto», resulta
claro que el resto de fascismos no estuvieron vinculados a masacres de tales
proporciones. La incorporación del tema del «holocausto» a la historia del
nacional–socialismo es tardía; se remonta a mediados de los años 60, no aparece
antes. Se produce por etapas, vinculadas mas al periodismo que a la historia:
primero aparece la obra de Anna Harendt Eichman en Jerusalén (1963),
luego, quince años después se filma la serie de TV Holocausto (1978) y
es a partir de ahí, cuando este elemento se convierte en determinante en la
valoración global del nazismo.
Hasta ese período estaba muy extendida
la creencia de buena parte de lo relativo al «holocausto» formaba parte del
arsenal de operaciones psicológicas destinado a evitar el renacimiento del
nazismo y los propios historiadores no parecían atribuirle excesiva
importancia. Era eviden que, de haber tenido la guerra otra conclusión, los
rostros de Churchill, Roosevelt y Stalin hubieran aparecido como responsables
de los criminales bombardeos contra las ciudades alemanas.
El problema que se planteó a los
aliados occidentales al acabar la Segunda Guerra Mundial consistía en presentar
la victoria sobre el Tercer Reich como una victoria «ideológica», no como la
victoria contra una nación. Se trataba de evitar que ocurriera lo que pasó tras
la Primera Guerra Mundial (veinte años de interregno hasta llegar a la Segunda)
y de conseguir que la nación alemana apoyara la lucha de «Occidente» contra la
URSS. Había que evitar por todos los medios que renaciera el militarismo e
incluso el nacionalismo alemán. Prusia desapareció literalmente del mapa, su
población fue desplazada completamente y el antiguo territorio de los
Caballeros Teutónicos fue convertido en parte de Polonia, de Rusia y solamente
una fracción siguió siendo alemana. La reordenación europea posterior a mayo de
1945 no solamente liquidó a un territorio, sino a su clase dirigente, los junkers,
eliminándolos físicamente o decretando su muerte civil. Dicha liquidación se
justificó con el argumento de que «eran nazis», cuando en realidad, solamente
una fracción de los junkers apoyó al NSDAP, estando mucho más presentes
en la derecha nacional y entre los «jóvenes conservadores».
Pero, el objetivo final de los aliados
occidentales fue alcanzado: conseguir un socio fiel y acomplejado, temeroso de
que se le pudieran recordar las atrocidades del «holocausto» (las lámparas con
piel humana, los jabones elaborados con grasa de judío, etc). Cuanto más tiempo
pasa, más se insiste en el núcleo duro del antinazismo: la temática sobre el
«holocausto». Cuanto más nos alejamos de 1945 (y especialmente a partir de
1965), más aumenta la presión, mediática y cinematográfica, sobre el
«holocausto», cuando en realidad debería de ocurrir a la inversa: empezar a
considerar al nazismo como un hecho histórico integral, no con especial
referencia a esta temática, sino integrándolo en una perspectiva histórica más amplia.
Por tanto, desde ese punto de vista, si
existe la tan cacareada «excepcionalidad» del nazismo. Pero si se hace abstracción
de este episodio ¿el nazismo sigue siendo algo completamente diferente a otros
fascismos? La mística de la raza está más o menos presente en todas las formas
genéricas de fascismo, si bien en la variante alemana es un elemento central a
causa de la historia pasada de aquel país. El cesarismo y la figura de Hitler
tienen algo de excepcional, pero una sola persona no basta, ni siquiera en un
régimen cesarista, como para influenciar completamente a toda la estructura del
sistema. Así pues ¿qué hay de excepcional en el nacional–socialismo? Tal es la
pregunta a la que aspira a responder esta Historia de la Revolución Nacional
Socialista.
Esta obra está elaborada desde la
perspectiva y la intencionalidad que puede resumirse en los siguientes puntos:
– Necesidad
de normalizar el estudio del NSDAP como fenómeno histórico: neonazismo y
antinazismo están hoy fuera de la historia y son innecesarios a la hora de
valorar el nazismo. El neonazismo no representa ningún riesgo para los
regímenes establecidos, el antinzismo es
apenas una excusa para hostigar a grupos de muy distinta entidad y orientación
adjudicándoles un sambenito.
– Dejar
que el nazismo entre en la historia, evitando, especialmente amalgamar el
«grano» y la «paja», esto es la realidad de aquel movimiento y las
incrustaciones añadidas por las operaciones psicológicas y por la propaganda de
guerra.
– Situar
al nazismo en la historia como rechazo a la ideología de «las luces»,
viendo en él a una doctrina que reaccionó, no sólo a nivel político, sino
también a nivel intelectual, contra el pensamiento liberal y sus derivados.
– Aceptar
que fue producto de una serie de circunstancias irrepetibles. El rechazo a
la guerra perdida y al Tratado de Versalles, a las injusticias liberales y a la
amenaza bolchevique, la crisis del Segundo Reich y la inestabilidad provocada
por la transformación industrial del país, son los elementos que están en el
origen del nacional–socialismo.
– Asumir
que nazismo y bolchevismo son opuestos, en absoluto complementarios y,
especialmente, que uno no se justifica en el otro.
– Revisar
la historia del NSDAP desde el origen y despojarla de los añadidos, las
adjetivaciones y las incrustaciones que tiendan a denigrarlo o a exaltarlo,
manteniendo siempre el criterio de objetividad.
– Realizar
a la vez un análisis ideológico e histórico.
De ahí la estructura de este libro: una
primera parte dedicada al estudio somero, pero esencial, sobre la doctrina
nacional–socialista (Capítulo I); una segunda parte sobre la historia del partido
nacional–socialista (Capítulos II a V), incluidos en el Volumen I. El
Volumen II incluirá el desarrollo del NSDAP desde 1929 hasta el primer año de
gobiernoe nacional socialista; mientras que la tercera parte abordará el
gobierno del Reich (Volumen III).
Ficha de la obra:
Tamaño 15x23 cm
Páginas 380
Cubierta: cuatricomía ocn solapa
Precio: 23,00 € + 4 de gastos de envío
Pedidos: eminves@gmail.com