lunes, 11 de diciembre de 2023

LA RELACIÓN DE JULIUS EVOLA CON EL FASCISMO Y EL NACIONALSOCIALISMO (2 de 3)

Al mismo tiempo que colaboraba en estas revistas fascistas, Evola, aprovechando sus conocimientos de alemán y, desmarcándose así del diletantismo de tantos intelectuales fascistas, se interesó a principios de los años treinta por lo que ocurría en su país vecino. Mucho antes de la llegada de Hitler al poder, por ejemplo, en enero de 1930 publicó en la revista Nuova Antologia (nº 1387) un artículo titulado Aspetti del movimento culturale nella Germania contemporanea (21), al que siguieron en 1932 La mistica del sangue nel nuovo nazionalismo tedesco (en la revista Bilychnis) y en 1932 Il nuovo mito germanico del "Terzo Regno" (en Politica, nº 103-104, julio-agosto).

Fue también a través de Preziosi como Evola tuvo la oportunidad más interesante de ejercer cierta influencia cultural bajo el régimen fascista. Preziosi le puso en contacto con Roberto Farinacci, antiguo secretario del Partido Nacional Fascista, miembro del Gran Consejo -el órgano supremo del régimen- y director del diario Il Regime Fascista. De 1934 a 1943, Evola publicó dos veces al mes en este periódico una página especial titulada Diorama filosofico, para la que reunió a un elenco de autores bastante brillante.

Entre los colaboradores de esta página especial figuraban Guido De Giorgio; René Guénon (como en el caso de Lo Stato, hay que precisar, Guénon no enviaba textos originales, sino que autorizaba la publicación de algunos capítulos más o menos modificados de algunos de sus libros, primero bajo el seudónimo Ignitus, luego bajo su nombre); el poeta alemán Gottfried Benn, que se afilió al nazismo tras su periodo expresionista, pero que pronto fue violentamente atacado y difamado por Das Schwarze Korps, el semanario de las SS, y obligado, como Ernst Jünger y otros, al "exilio interior" (parece que Benn estaba muy influido en aquella época por su correspondencia con Evola) (22); Albrecht Gunther -no confundir con el antropólogo e indoeuropeísta Hans F. K. Giinther- y Wilhelm Stapel, editores en Hamburgo de la revista Deutsches Volkstum, que bajo el Tercer Reich defendía las tesis de la tendencia "nacional-católica" de la anterior "Revolución Conservadora"; el escritor suizo e historiador contrarrevolucionario Gonzague de Reynold; el príncipe Karl Anton Rohan, director de la Europeische Revue y figura destacada de la derecha austriaca; Othmar Spann (1878-1950), teórico de la Ganzheitslehre que ocupó la cátedra de economía y sociología en la Universidad de Viena de 1919 a 1938 y fue enviado a un campo de concentración por los nazis tras el Anschluss; etc.

Sin embargo, hay que subrayar inmediatamente un punto: a pesar de la protección política de Farinacci, a pesar de esta reunión casi inesperada de autores cualificados y representativos de varias corrientes de la derecha europea -reunión que hace del experimento del Diorama filosófico un caso muy singular en la historia de las ideas de derecha en el siglo XX-, esta nueva tentativa fue, como escribiría Evola mucho más tarde, "un llamamiento cuya respuesta, en conjunto, iba a resultar (...) negativa" (23). Cuando se trataba de romper con una cultura inspirada en la democracia, el liberalismo o el marxismo, la mayoría de los fascistas eran poco más que retórica pseudorrevolucionaria destinada a asustar a los débiles de corazón. Evola lo reconoció claramente en su autobiografía, y su juicio es inequívoco para los fascistas: "Pero en la esfera cultural en el verdadero sentido de la palabra, la 'revolución' era una broma. Para poder representar a la 'cultura fascista', lo esencial era ser miembro del partido -Evola, hay que subrayarlo, nunca lo fue- y rendir el tributo de un homenaje formal y conformista al Duce (...) En lugar de faltar al respeto a las reputaciones y a los nombres conocidos, en lugar de someter a todos a una revisión desgarradora, el fascismo tenía la ambición provinciana y parvenu de reunir en torno a sí a los 'representantes de la cultura burguesa' existentes" (24).

Así se comprende mejor que Evola se sintiera tan fascinado como atraído por la mayor coherencia mostrada en el ámbito cultural por los nacionalsocialistas, que hacían hincapié en la "lucha por una visión del mundo" (Kampf urn die Weltanschauung), por no hablar de la existencia en Alemania de una cultura de derechas con raíces mucho más profundas que en Italia. A principios de 1933, justo antes de que Hitler llegara al poder, se publicó una edición alemana revisada y ampliada de Imperialismo pagano. En 1935, una importante editorial de Stuttgart publicó una versión alemana revisada de Revolte contre le monde moderne (26). La obra recibió críticas muy favorables en varias revistas neoconservadoras, mientras Evola viajaba a Berlín para dar varias conferencias en el círculo cultural de la nobleza prusiana, el Herrenklub, dirigido por el barón Heinrich von Gleichen. En Le Chemin du Cinabre, Evola resumió la actitud de este sector de las fuerzas conservadoras alemanas (el ejército, los grandes terratenientes y ciertos industriales) que optaron por apoyar al nacionalsocialismo con la esperanza de condicionarlo desde dentro: "Cuando el nacionalsocialismo llegó al poder, algunas de estas fuerzas se unieron a él para convertirse en un componente importante, manteniendo al mismo tiempo una distancia precisa, porque para estos elementos conservadores muchos aspectos del hitlerismo, sospechosos y peligrosos, populistas, plebeyos y fanáticos, destacaban claramente. Debido al éxito inesperado de las iniciativas del dictador alemán, tanto en el interior como en el exterior, estas reservas no se hicieron patentes hasta más tarde, cuando se habían producido una serie de situaciones críticas. Antes de eso, se trataba más bien de mantener posiciones, de esperar a actuar adecuadamente sobre la base provisional e imperfecta que representaba el Estado nacionalsocialista, el Tercer Reich, en la medida en que había cumplido ciertas tareas preliminares eliminando el socialismo, el comunismo y la democracia, y había tratado también de asumir ciertos principios de la tradición prusiana que le había precedido" (27).

Ahora debemos examinar más detenidamente una serie de juicios de Evola sobre tal o cual aspecto del nacionalsocialismo. En julio de 1935, Evola informó en Lo Stato sobre el panfleto de Rosenberg, An die Dunkelmiinner unser Zeit (A los oscurantistas de nuestro tiempo), cuyo título dice mucho por sí solo sobre la ortodoxia tradicional, y en el que el teórico nazi respondía a las reacciones provocadas, sobre todo en el bando católico, por su libro El mito del siglo XX. El artículo de Evola se titula Paradossi dei tempi: paganesimo razzista = illuminismo liberale? (28). La respuesta de Evola a esta pregunta fue en gran parte afirmativa, y este juicio de la época se confirmó más tarde en Le Chemin du Cinabre, donde leemos de Rosenberg: "Le faltaba toda comprensión de la dimensión de lo sagrado y de la trascendencia; de ahí, entre otras cosas, una polémica muy primaria contra el catolicismo, polémica que, en una especie de Kulturkampf renovado, no rechazaba los argumentos más anticuados de inspiración iluminista (29) y liberal" (30). En 1936, Evola declaró ante la Kulturbund de Viena que las tesis neopaganas defendidas por algunos bajo el régimen nazi podían "hacer que incluso aquellos que estarían mejor dispuestos a llamarse paganos se convirtieran en católicos".

El 10 de diciembre de 1937 pronunció una conferencia en el Studienkreis de Berlín. La traducción francesa de esta conferencia (publicada bajo el título Restauration de l'Occident dans l'esprit aryen originel), que constituye un documento muy valioso, apareció en los números 21-22 de la revista Totalité. Aunque esta traducción no se presenta con el rigor que cabría esperar (por ejemplo, no se da el título original), creo que no hay motivos para dudar de la autenticidad de este documento. He aquí los extractos que me han parecido más significativos para el tema que nos ocupa: "(...) Las mayores posibilidades de victoria pertenecen a aquellos que son plenamente conscientes de las ideas por las que luchan, que no paralizan estas ideas diluyéndolas o transigiendo, sino que están decididos a defenderlas de la manera más rigurosa, radical y ascética (...) El pensamiento nórdico, el paganismo, los símbolos originales, etc., que resucitan hoy con demasiada frecuencia en nombre del "nuevo mundo", son hoy demasiado a menudo tergiversados por una incompetencia inquietante y bajo la presión de intereses inmediatos, pasiones personales y eslóganes (...). (...) La tradición nórdica no debe considerarse como seminaturalista, es decir, basada en la sangre y el suelo, sino como una categoría cultural, como una forma original y trascendente del espíritu (...) ¿Pero es posible presentar tales ideas en ciertos círculos sin parecer un agente del universalismo alogénico, del romanismo germanófobo o incluso del judaísmo? (…) No es posible combatir el cristianismo apoyándose en mitos que no son más que construcciones personales y artificiales de medio filósofos y periodistas, que no dudan, a la hora de polemizar, en recurrir a los mismos argumentos profanos, racionalistas y modernizadores que la masonería, el liberalismo y el Siglo de las Luces utilizaron contra toda creencia tradicional y toda doctrina trascendente (...). (...) Repetimos: el espíritu y la Tradición son primordiales; la raza viene después (...) Debemos, pues, desembarazarnos de toda mística del mundo sensible, de toda adoración de la naturaleza y de la vida, de todo panteísmo (...). Después del hundimiento de nuestra vieja Europa, después de las devastaciones del individualismo y del racionalismo y de todo lo que ha traído el levantamiento de las masas y la demonización del colectivismo materialista, bolchevismo incluido, los poderes oscuros se preparan para el asalto final" (31). En una conclusión inspirada en una especie de dualismo tajante, Evola apela a la solidaridad espiritual y supranacional del frente de la Tradición para derrotar a la Internacional de la Revolución.

Más interesante aún, el mismo número de Totalité contiene una traducción resumida de un informe enviado por un oficial de las SS al Reichsführer-SS Heinrich Himmler en 1938, a raíz de tres conferencias pronunciadas por Evola en Alemania ese mismo año. Como en el caso de la conferencia, extraigamos los pasajes más importantes de este informe: "La doctrina de Evola, tal como ha sido formulada hasta ahora en sus libros y conferencias, no es ni nacionalsocialista ni fascista (...). La actitud de Evola hacia el cristianismo sigue siendo ambigua (...) Entretanto se han aclarado las relaciones concretas con Spann (...) El motivo secreto y profundo de Evola parece ser una revuelta de la vieja nobleza contra el mundo moderno ajeno a toda forma de aristocracia. Esto confirma la primera impresión que dejó en Alemania, a saber, que era un "romano reaccionario" (...) De ello se desprende que no hay razón alguna para que el nacionalsocialismo se ponga a su disposición (...) ) Se propone, pues: 1) no dar ningún apoyo concreto a los esfuerzos actuales de Evola por crear una Orden supranacional; 2) suspender su actividad pública en Alemania después de esta serie de conferencias; 3) obstaculizar sus intentos de entrar en contacto con las autoridades superiores del Partido y del Estado; 4) observar su actividad propagandística en los países vecinos" (32).

Podría pensarse que, tras semejante informe, las puertas de ciertas altas esferas nacionalsocialistas se cerrarían definitivamente para Evola. En realidad, no fue así. Pero para entenderlo, debemos saber que existía una profunda rivalidad personal e ideológica entre Rosenberg y Himmler, una rivalidad que es una confirmación más de la naturaleza "policrática" (33) del fenómeno nazi, oculta tras la fachada unitaria del totalitarismo. Se puede ver que Evola jugó esta rivalidad con cierta habilidad, a veces buscando las buenas gracias de Rosenberg, a veces las de Himmler. También hay que señalar que, por lo que respecta al "clan Himmler", Evola pudo contar al parecer con el apoyo de un oficial de alto rango de las SS, Karl Maria Weisthor, apodado en un libro reciente "el Rasputín de Himmler" (34), que había enviado a su jefe un informe en general favorable a Evola.

Gracias a este apoyo, en 1938 Evola pudo visitar los famosos "Castillos del Orden" (Ordensburgen) de las SS, que le proporcionaron el material para un artículo publicado en la revista de Preziosi. En él, Evola escribía: "Tendemos (noi incliniamo) a ver en el "Cuerpo Negro" (...) en los hombres que llevan la "runa de la victoria" y la "runa del rayo", así como la calavera que simboliza su voto de fidelidad hasta la muerte, el germen de una Orden en el sentido tradicional y superior del término, y por tanto de una solidaridad espiritual que podría llegar a ser supranacional" (35).

El ritmo de las conferencias y textos de Evola en alemán se intensificó: todavía en 1938, habló sobre las Armas de la Guerra Oculta a oficiales del Servicio de Seguridad (36); en 1940, un folleto suyo fue publicado por la Ahnenerbe (Herencia de los Antepasados) (37), el instituto cultural de las SS fundado en julio de 1935 y dirigido desde 1937 por el indianista Walter Wüst, instituto sobre el que escribió Alain Schnapp: "De este modo, junto a germanófonos patentes, Himmler reunió a especialistas de cierto renombre, cuya integración en el mundo universitario debía serle de gran utilidad" (38). Pero, y esto confirma lo que decíamos más arriba, ese mismo año apareció otro texto de Evola en una publicación controlada por Rosenberg (39). El 7 de diciembre de 1940, Evola habló en Roma, ante dignatarios italianos y alemanes, sobre la concepción tradicional de la guerra (40), antes de pronunciar conferencias en abril de 1942 en Berlin, Brunswick, Hamburgo y Stuttgart, ante la "Deutsche-italienische Gesellschaft", titulada ll significato di Roma per lo spirito "olimpico" germanico (41).

Pero hay que reconocer que no fue hasta estos años cuando alcanzó por fin el estatus de autor casi oficial, aunque sólo en un ámbito muy limitado. En 1941, Evola publicó Sintesi di dottrina della razza (42): la obra fue aprobada muy abiertamente por Mussolini, que aprovechó la ocasión para distanciarse del racismo nazi; al año siguiente se publicó una traducción alemana con el significativo título de Grundrisse des faschistischen Rassenlehre (Fundamentos de la doctrina racial fascista) (43).

Sin embargo, Evola no dejó de encontrarse hasta el final con la incomprensión y la hostilidad de la inmensa mayoría de los fascistas y de una gran mayoría de los nacionalsocialistas, hay que señalar que Sintesi di dottrina della razza fue acogida en estos términos en febrero de 1942 por la revista Civiltà Fascista, órgano del Instituto Nacional de Cultura Fascista: “El antimodernismo apriorístico de Julius Evola -escribió el crítico- hace que el fascismo sea ajeno a Occidente: es una interpretación decadente que el fascismo no puede adoptar (...). Como fascistas, sólo podemos negar el valor de una doctrina 'autónoma' de la raza: sobre todo cuando la palabra raza oculta un punto de vista que se relaciona con una metafísica ajena a nuestro mundo cultural (...). Por eso, quien lee a Julius Evola experimenta un desasosiego (disagio), el desasosiego que hace ver el fascismo como lejano, casi diría pasajero, el fascismo adoptado como instrumentum regni para la afirmación de otros principios, que sólo tienen un impacto puramente accidental en la política. Aquí, el fascismo ya no es un fin, sino un medio" (44). Los mismos fascistas, unidos, según Evola, a ciertos elementos católicos que tenían cuentas pendientes con él desde hacía tiempo, frustraron el último intento de un hombre decididamente inaccesible al desaliento: la creación de una revista italo-alemana que debería haberse llamado Sangue e Spirito l Blut und Geist (45).

NOTAS

21. Traducción: Aspects du mouvement culturel de l'Allemagne contemporaine, en Totalité, 23, otoño de 1985, pp. 8-27.

22. Cf. la reseña de Révolte contre le monde moderne de Gottfried Benn: Sein und Werden, en Die Literatur, 3, 1935.

23. Julius Evola, Le Chemin du Cinabre, cit, p. 99.

24. Ibidem, p. 100.

25. Cf. Julius Evola, Heidnischer Imperialismus, Armanen-Verlag, Leipzig 1933.

26. Cf. Julius Evola, Erhebung wider die moderne Welt, Deutsche Verlags-Anstalt, Stuttgart 1935.

27. Julius Evola, Le Chemin du Cinabre, cit, p. 134.

28. Este artículo, aparecido en Lo Stato, VI, 7, julio de 1935, pp. 530-532, no está firmado, pero su atribución a Evola es casi segura. Fue reimpreso en Saggi di dottrina politica, cit. pp. 229-232.

29. Recuérdese que el iluminismo italiano es a menudo sinónimo de "Ilustración" y del alemán Aufklärung.

30. Julius Evola, Le Chemin du Cinabre, cit, p. 145.

31. Julius Evola, Restauración de Occidente en el espíritu ario original, en Totalité, 21-22, p. 16, pp. 22-27, p. 31, p. 34.

32. Cf. Informe sobre Evola a la atención del Reichsführer-SS, en Totalité, 21-22, pp. 39-41.

33. Para una bibliografía sobre el carácter "policrático" del nacionalsocialismo, véanse las obras citadas en el artículo de Michael Pollak, Des mots qui tuent, en Actes de la recherche en sciences sociales, 41, febrero de 1982, pp. 29-45; y, para un público "evoliano", mi artículo Considérations sur l’oeuvre d'Evola en France et l'action traditionnelle, en Totalité, 21-22, pp. 181-188.

34. Cf. Rudolf J. Mund, Der Rasputin Himmlers, Volkstum Verlag, Wien 1982, en particular las pp. 275-289 dedicadas a Evola.

35. Julius Evola, Le SS, guardia e "ordine" della rivoluzione crociuncinata, en La Vila Italiana, agosto de 1938.

36. Esta conferencia se publicará bajo el título Technique de la subversion. Les instruments de la guerre occulte, en Contre-Révolution (revista dirigida por Léon de Poncins), (diciembre de 1938), pp. 75-87; aparece también en Totalité, 20, otoño de 1984, pp. 10-28. El texto reelaborado de esta conferencia fue reimpreso por Evola en: Les hommes au milieu des ruines, Iª éd (trad.: G. Boulanger), Guy Trédaniel-Pardès, París-Puiseaux 1984, pp. 181-203 (bajo el título Guerre occulte-Armes de la guerre occulte).

37. Lieber das Problem der arischen Naturwissenschaft, en Zeitschrift für die gesamte Naturwissenschaft, Ahnenerbe Verlag, Berlín 1940. Entre los miembros de este instituto, que publicaba la revista Germanien, se encontraban el helenista y latinista Franz Altheim y el escritor Friedrich Hielscher, amigo de Ernst Jünger. Partidario del nacionalsocialismo tras pertenecer a la tendencia "nacional-bolchevique" liderada por Ernst Niekisch, Hielscher apoyó el complot antihitleriano del 20 de julio de 1944. Le fue relativamente bien gracias a ciertos apoyos y murió después de la guerra en Alemania.

38. Alain Schnapp, Le racisme, mythes et sciences, Complexe, Bruselas 1981, p. 293. La obra de referencia sobre los representantes del "pensamiento nórdico" (Hans F.K. Günther, Ludwig Ferdinand Clauss, Bernhard Kummer, etc.) es la tesis de Hans-Jürgen Lutzhöft, Der nordische Gedanke in Deutschland, 1920-1940, Klett Verlag, Stuttgart 1971.

39. Julius Evola, Die Juden und die Mathematik, en Nationalsozialistische Monatshefte, Berlín 1940.

40. Julius Evola, Die arische Lehre vom Kampf und Sieg, Scholl Verlag, Viena 1941. Traducido por P. Baillet: La doctrina aria de la lucha y la victoria, ed. Totalité, 1979; segunda edición: La doctrina aria de la lucha y la victoria, tr. F. Maistre, Pardès, Puiseaux 1987.

41. Julius Evola, Il significato di Roma per lo spirito "olimpico" germanico, en La Rassegna Italiana, 294, noviembre de 1942; ed. por el Centro Studi Evoliani ("Quaderni Evola"), Génova 1975. Reelaborado, este texto se reimprimió, bajo el título La romanité, le germanisme et la "Lumière du Nord", en la colección de ensayos L'Arc et la Massue (trad.: P. Baillet), Guy Trédaniel-Pardès, París-Puiseaux 1984, pp. 163-180.

42. Julius Evola, Sintesi di dottrina della razza, Hoepli, Milán 1941; H' ed.: Ar, Padua 1978. Evola dedicó otros tres ensayos, menos importantes, a la cuestión de la raza y el racismo. Se trata de : Tre aspetti del problema ebraico (Mediterranee, Roma 1936). Il mito del sangue (Hoepli, Milano 1937), lndirizzi per una educazione razziale (Conte, Napoli 1941). Sólo esta última obra fue traducida al francés (por G. Boulanger) y publicada con el título Eléments pour une éducation raciale, Pardès, Puiscaux 1984. Las tesis de Evola sobre este tema estaban muy próximas a las de Ludwig Ferdinand Clauss (1892-1974), el padre de la "psicoantropología". A Clauss, que nunca quiso afiliarse al partido nazi y cuya principal colaboradora era una mujer de origen judío, Margarcte Landé, se le prohibió enseñar en la Universidad de Berlín en 1942. Destituido oficialmente en 1943, Clauss fue transferido automáticamente a las Waffen-SS como medida disciplinaria. Véase el perfil bio-bibliográfico de este autor elaborado por Robert de Herte en Etudes et Recherches, nouvelle série, 2, 4º trimestre 1983, pp. 24-26.

43. Runge Verlag, Berlín 1942.

44. Ugoberto Alfassio Grimaldi, Reseña de Sintesi di dottrina della razza, en Civiltà Fascista, IX, 4, febrero de 1942, pp. 256-261.

45. Cf. el relato de este intento frustrado en: Julius Evola, Le Chemin du Cinabre, cit, pp. 153-155.

ENLACES:

LA RELACIÓN DE JULIUS EVOLA CON EL FASCISMO Y ELNACIONALSOCIALISMO (1)

LA RELACIÓN DE JULIUS EVOLA CON EL FASCISMO Y ELNACIONALSOCIALISMO (2)

LA RELACIÓN DE JULIUS EVOLA CON EL FASCISMO Y EL NACIONALSOCIALISMO (3)