viernes, 1 de junio de 2018

365 QUEJAS (33) – HAY MUCHO DESAPRENSIVO POR LAS REDES


… Sé por experiencia que la red es un basurero de resentimientos y el terreno privilegiado para que mierdecillas de todos los pelajes intenten aguijonear al objeto de su odio. No me quejaré de estos que, en el fondo, no hacen sino confirmar algunas de las intuiciones que todos tenemos (que entre los gilipollas, los canallescos y los hijoputescos, el aforo ya está completo). De lo que me quejo es de esa gente que te pide algo por Internet como la cosa más natural del mundo y te trasladan la carga de buscar algo que a ellos mismos les correspondería realizar. Y en este sentido, me ha pasado de todo.

Un día, el hijo de un conocido me pidió si le podía informar de un trabajo sobre uno de esos temas que conozco. La criatura tardó poco en decirme que el trabajo debía de ser tres folios y estar listo para dentro de hoy para mañana. Por la amistad que me unía con su padre, se lo envié. Ni se dignó hacer el acuse de recibo. No ha sido un caso único. Cuando, por primera vez, en 1996 alguien me enseñó cómo funcionaba eso de Internet y pude elegir entre ver la web del Vaticano o la del Play Boy (en España, lo que entonces se llamaba “bbs” (que hoy vienen a ser los blogs) se podían contar con los dedos de la oreja. Desde entonces he recibido decenas, seguramente más, de peticiones de gente que se ha puesto en contacto conmigo para que le facilitara lo que, buscando un poco, podría encontrar por sí mismo en Google. Se trata de gente –habitualmente estudiantes– que se han encontrado un procedimiento todavía más fácil que el “cut&paste” para elaborar sus trabajos: simplemente te lo encargan o te piden si tienes algo escrito sobre tal o cual tema. Y si cuela, cuela. De estos sí que me quejo. Pero hay algo todavía peor.

Me quejo especialmente de las propuestas, cada vez más frecuentes que te formula tal o cual web para que les envíes material elaborado… Como si escribir un artículo de uno o dos folios no se llevara su tiempo. En los seis meses me han propuesto en cuatro ocasiones cuatro el que envíe colaboraciones a distintos medios digitales recién estrenados. Dado que he colaborado con varios, alguien piensa que puedo colaborar con muchos más… ad honorem, es decir, sin ningún tipo de remuneración. Porque, hoy escribir 25 líneas para un digital es algo que ¡se paga! (poco, claro está, pero se paga: creo recordar que entre 1 y 5 euros… así es como está el mercado). Sin embargo, hay unos cuantos digitales que van sobreviviendo a condición de que sean otros los que aporten contenidos. He aceptado acuerdos de enviar contenidos a cambio de publicidad de productos propios y solamente con unos pocos digitales "simpáticos"… pero lo sorprendente es que, en los últimos tiempos, hay gente que te propone proyectos "kolosales" y de “gran calado”, dando por sentado que serás tú quien los ejecute y quien aporte los contenidos... ad honoren, en román paladino, “por la patilla”.

Seamos claros: NADIE DA ALGO –algo con mínima calidad- A CAMBIO DE NADA, NI SIQUIERA EN LA RED. Yo pediría a los amigos y conocidos que habitualmente suelen escribir, que se nieguen a entregar sus artículos a coste cero: les saldría más rentable abrir ellos mismos un blog, colocar publicidad contratada a través de Google y ganar, al menos, unos euracos al mes por el fruto de su trabajo. Pero eso de enviar, día tras día, semana tras semana, artículos de opinión y noticias para que los beneficios se los coman otros, eso sí que no. Pues bien, esa práctica es habitual en la red. De eso me quejo, de que hay mucho parásito y buscavidas por estos pagos.

Claro está que luego te dicen que los costes de “hosting”, que sí el local, que si el software, que si la publicidad para promover la web, todo ello (y las bravas con el gin-tonic que se atiza el “directos del medio digital”), absorbe costes y que “cuando haya beneficios” ya se pagarán los artículos”. Mentira: un digital digno se puede llevar por menos de 1.000 euros al año, todos los gastos, incluido el famoso “hosting” y el “software” (que incluso puede ser gratuito a poco que se tengan mínimas habilidades de programación). Si no hay beneficios… es que no hay lectores y en ese caso ¿para qué seguir con el “digital”? Si hay los millones de lectores que proclama cada digital –fácilmente comprobables en alexa.com- es que hay ingresos y si hay ingresos el autor de los artículos debe recibir una contraprestación. ¿Los ideales? Primero págame el artículo y luego decidiré si entrego ese beneficio “para la causa”…

Hace unos años, alguien me dijo que ponía al mes 2.000 euros para mantener un digital escandaloso y de nula credibilidad. Le contesté a esa persona que estaba siendo víctima de una estafa: cualquier iniciativa que, tras el lanzamiento, no se financia a sí misma, es mejor abandonarla. Si algo no es rentable a los dos años de nacer, nunca lo será. Salvo que algún parásito lo convierta en medio de vida, a condición de que otros pongan los contenidos… ad honorem, claro. De eso es de lo que me quejo y bien alto, porque son varios los amigos que han picado en otra edición del “consabido timo del camarada”.