En el curso
de las reuniones que llevaron al armisticio con Francia del 18 de junio de
1940, Hitler y Ribbentrop informaron a Mussolini y a su Ministro de Asuntos
Exteriores, el conde Ciano, del nuevo Plan–Madagascar. Inmediatamente
algunos estamentos alemanes empezaron a plantear problemas. El Almirante Reader,
dos días después, informó que iba a resultar complicado realizar un trasvase
por mar a Madagascar mientras los ingleses tuvieran superioridad en los océanos.
Reader sugirió entrar en contacto con Portugal para plantear que ese trasvase
se realizara en la zona norte de Angola a pocos kilómetros de la isla, pero
Hitler rechazó la idea. Existe el testimonio irrefutable de Joseph Goebbels
quien anotó en su diario el 17 de agosto de 1940 esta frase: “queremos despachar a los judíos a
Madagascar. Allí podrán ellos construir su propio Estado”. Cuando
Goebbels escribía estas líneas Ribbentrop ya había encargado a Franz Rademark (28)
la redacción de un plan detallado sobre la cuestión.
Rademark empezó
a trabajar solicitando informes estadísticos y demográficos sobre la isla que
le fueron facilitados por Fiedrich Burgdorfer cuyo memorándum demostraba que
aún con la presencia de los judíos alemanes en Madagascar la isla no superaría
la densidad demográfica del Reich. Por su parte, Heydrich comunicó el
plan de Adolf Eichmann para que lo trasladara a la comunidad judía. Poco
después Eichmann se reunía con representantes sionistas de Berlín, Praga y
Viena para sondearlos. En realidad, tras la caída de Francia el gobierno
del Reich daba por hecho que los ingleses pactarían la paz o bien que, de no
hacerlo, la Operación León Marino (plan de invasión de las islas británicas)
resolvería la cuestión y esto facilitaría la ejecución del plan.
El 3 de julio de 1940, Rademark presentó el memorándum en el que resumía los aspectos esenciales del proyecto:
La victoria da la posibilidad a Alemania (y en mi opinión el deber) de resolver la cuestión judía en Europa. La solución más aceptable para todas las partes es: todos los judíos deben abandonar Europa. Para ello la tarea del Ministerio de Relaciones Exteriores consiste en:
a) Incluir esta demanda en el Tratado de Paz e insistir también por medio de negociaciones por separado con los países europeos que no participan en el Tratado de Paz;b) Asegurar el territorio necesario en el Tratado de Paz, y determinar los principios para la cooperación de los países enemigos en este problema;c) Determinar la posición en el derecho internacional de los nuevos asentamientos judíos en el extranjero;
En cuanto a las “medidas preparatorias” las enumeraba de la siguiente manera:
1) Clarificación de los deseos y los planes de los departamentos correspondientes del Partido, el Estado y las organizaciones de seguridad alemanas, y la coordinación de estos planes con los deseos del ministro de Exteriores del Reich, incluyendo las siguientes:2) Preparación de un estudio de los datos reales disponibles en distintas fuentes (número de judíos en los distintos países), uso de sus activos financieros a través de un banco internacional;3) Negociaciones con nuestro amigo, Italia, sobre estas cuestiones.
Con respecto al inicio de los trabajos preparatorios, la sección D III ya comunicó al ministro de Relaciones Exteriores del Reich a través del Departamento de Alemania, y ha sido instruido por él para iniciar los trabajos preparatorios sin demora. Ya se han producido conversaciones con la Oficina del Reichsführer de las SS en el Ministerio del Interior (…). Estos departamentos aprueban el siguiente plan de la sección D III:
La Sección D III propone como una solución de la cuestión judía: en el Tratado de Paz con Francia debe hacerse constar la isla de Madagascar como solución de la cuestión judía, y reasentar y compensar a los aproximadamente 25.000 ciudadanos franceses que viven allí. La isla será transferida a Alemania en virtud de un mandato. La bahía de Diego Suárez y el puerto de Antsirane, de importancia estratégica, se convertirán en bases navales alemanes (si la Marina desea, estas bases navales podría extenderse también a los puertos de Tamatave, Andevorante, Mananjara , etc.) (…) La parte de la isla que no se requiere para fines militares estará bajo la administración de un gobernador alemán de policía bajo la administración del Reichsführer de las SS. Aparte de esto, los judíos tendrán su propia administración en este territorio: sus propios alcaldes, policía, servicios postales, administración del ferrocarril, etc. Los judíos serán solidariamente responsables del valor de la isla. A tal fin sus antiguos activos financieros europeos será transferido para el uso de un banco europeo que se establezcan para tal efecto. En la medida en que los activos no sean suficientes para pagar por la tierra que van a recibir, y para la compra de materias primas necesarias en Europa para el desarrollo de la isla, los judíos podrán recibir créditos bancarios del mismo instituto financiero.
(…) Los judíos que vivan allí no adquirir la ciudadanía alemana. Por otra parte, los judíos deportados a Madagascar perderán su ciudadanía de los países europeos a partir de la fecha de la deportación. En su lugar, se convertirán en residentes del Mandato de Madagascar.
Esta disposición impediría el posible establecimiento en Palestina por parte de los judíos (…) y la oportunidad de que exploten para sus propios fines la importancia simbólica que tiene Jerusalén para los cristianos y mahometanos de todo el mundo. Por otra parte, algunos judíos se mantendrán en manos de los alemanes como promesa para el futuro buen comportamiento de los miembros de su raza en Estados Unidos.
Se puede hacer uso con fines de propaganda de la generosidad mostrada por Alemania al permitir a los judíos tener autonomía cultural, económica, administrativa y jurídica de y se pueden destacar, al mismo tiempo, que nuestro sentido de la responsabilidad alemana hacia el mundo nos prohíbe hacer el regalo de un estado soberano de una raza que no ha tenido un estado independiente desde hace miles de años.
Berlín, 03 de julio 1940
firmado Rademacher
La responsabilidad para ejecutar el Plan Madagascar recayó en el SS Obergruppenführer Reinhard Heydrich, máximo responsable de todas las cuestiones judías y en el SS Obersturmbannführer Adolf Eichmann, director del Referats IV–D–4 bzw. IV–B. Eichmann había calculado que cada año deberían ser trasladados hasta la isla un millón de judíos y el proyecto debía consumarse en cinco años.
Pero las
condiciones que se pensaba iban a facilitar la migración no se concretaron en
los meses siguientes. Inglaterra siguió manteniendo el dominio de los mares y
se mostró inexpugnable durante la llamada Batalla de Inglaterra y,
consiguientemente el Tratado de Paz al que aludía Rademacher no se firmó jamás.
La intervención en los Balcanes, la preparación de la Operación Barbarroja, la
guerra en el Norte de África, supusieron retrasos para el proyecto y,
finalmente, el hecho de que la marina tuviera que estar más preocupada en cortar
el cordón umbilical entre la fortaleza industrial norteamericana y el Reino
Unido, fueron hechos que impidieron que el Reich controlara las rutas del Atlántico,
condición sine qua non para el libre
tránsito de los barcos alemanes transportando judíos a una isla tan lejana. El
gobierno de Vichy tampoco aceptó jamás la idea de ceder Madagascar a Alemania
(y, para colmo, dos años después, la isla sería invadida por los ingleses que
un año más tarde la entregarían al gobierno de la “Francia Libre” presidido por
De Gaulle).
Al parecer
Hitler mencionó el Plan Madagascar a Mussolini tres semanas antes de la
invasión de la URSS. Más o menos de esa fecha es el testimonio del ministro
eslovaco de defensa, Salvko Kvaternik quien tras una conversación con Hitler se
llevó la impresión de que en ese momento (finales de 1941) la alternativa sobre
la que se movía el Reich para resolver la “cuestión judía” era “Sibería o Madagascar”.
El febrero de 1942, el propio Rademacher reconoció que el proyecto ya había
sido completamente abandonado. Tanto él como Adolf Eichmann había trabajado en
el proyecto hasta diciembre de 1940, cuando el último cifró en 5.000.000 de
judíos europeos los que deberían haber sido trasladados a Madagascar.
Después de más
de sesenta años de existencia del Estado de Israel, puede parecer hoy increíble
e incluso descabellado el que hasta 1942 alguien pensara en la posibilidad de
establecer el “hogar nacional judío” en otro territorio alejado de Palestina.
Sin embargo, ya hemos visto que incluso los propios sionistas no se oponían a
esta idea. También es significativo que el III Reich a través de sus organismos
especializados negociara con los judíos su evacuación de Alemania.
Nuestra
excursión por las distintas versiones nacionales del plan Madagascar nos ha
llevado a la convicción de que el antisemitismo estaba ampliamente extendido en
Europa Central (Alemania y Polonia) y en Rumanía o el Reino Unido. También es
posible que haya causado sorpresa el que en Polonia existiera un fuerte
movimiento antisemita que impulsaba a los judíos de aquel país a escapar… hacia
el III Reich. Este recorrido nos ha servido también para señalar el tránsito
del “viejo” antisemitismo, al “moderno”, realizado por Paul de Lagarde.
Y, por supuesto,
acaso lo más sorprendente de esta excursión por la historia de la Europa de la
primera mitad del siglo XX haya sido la intención de todas las partes de
resolver la “cuestión judía” a través de Madagascar.
Lo cierto es que
mientras este plan tuvo visos de realizarse (oficialmente es abandonado en
septiembre de 1940, pero Hitler sigue hablando de él hasta poco antes del
desencadenamiento de la Operación Barbarroja (junio de 1941) o incluso hasta
finales de ese año, lo que indica que era el Plan B que siguió al fracaso del
Plan A (a causa del desencadenamiento del conflicto) o Plan Palestina. Y
eso implica que hasta principios de 1942 no existió ninguna voluntad de
exterminar a los judíos europeos, sino que se trabajaba con la hipótesis de
facilitar su implantación fuera de Europa. La idea había sido recuperada por el
régimen nacionalsocialista, pero no le pertenecía en exclusiva: otros antes la
habían defendido y la habían intentado aplicar.
> NOTAS
(15) The
Britons, fundada en 1919, fue la más activa sociedad antisemita inglesa del primer
tercio del siglo XX. Se le considera
como un precedente de los movimientos fascistas británicos. Tras la partida de
Beamish fue presidida hasta su muerte por John Henry Clarke, un médico homeópata. El objetivo de
la asociación era conseguir la emigración de los judíos a Palestina. No se
dedicaron a la propaganda callejera y su principal tarea fue la edición de
revistas y folletos: Jewry Uber Alles,
The British Guardian y The
Investigator (que en 1937 utilizaba como símbolo la svástica). Editó varias
ediciones de Los Protocolos de los Sabios
de Sión a partir de 1921. La sociedad siguió existiendo hasta 1940 en las
islas británicas y prolongó su existencia en Rodhesia hasta la muerte de
Beamish.
(16) Arnold Spencer Leese (1878–1956), a
diferencia de Beamish que no fue propiamente fascista, sí militó en las
organizaciones inglesas que intentaron imitar al movimiento de Mussolini.
Veterinario de profesión, ejerció en la
India y se especializó en el tratamiento de parásitos de camellos. Pertenecía a
ese típico modelo inglés excéntrico, amante de los animales, misionero del
antitabaquismo (no solamente no fumaba sino que no soportaba que se fumara en
su presencia), abstemio militante, etc. Con el grado de capitán del Cuerpo de
Veterinaria, regresó a Inglaterra y publicó algunos libros sobre… camellos
(particular éxito y vigencia hasta no hace mucho tuvo una de sus obras sobre
las jorobas de camellos, publicado en 1928 cuando ya se había involucrado en
las actividades de los primeros grupos fascistas británicos.
Leese
fue elegido concejal en Lincolnshire, Stamford, para separarse definitivamente
de Mosley en 1928, para formar la Imperial Fascist League que siempre fue un
pequeño grupo activista incapaz de rivalizar con la British Union Fascists del
primero. Su movimiento adoptó la esvástica y la camisa negra como uniforme,
publicó la revista The Fascist. En
1936 resultó condenado a seis meses de prisión por la publicación de dos
artículos sobre “Asesinatos rituales
judíos” en su periódico. Su rama paramilitar eran The Fascists Legions dirigidas por Leslie
H. Sherrard. A pesar de que la IFL estaba inspirada por Leese, su presidente
era el General de Brigada Erskine Tulloch. Apenas contó en su mejor momento con
500 miembros. La referencia para Leese no era Mussolini (como lo había sido
para Mosley), sino Julius Streicher.
Durante
esos años distribuyó materiales servidos por la agencia de noticias antisemita Welt–Dienst (Servicio Mundial) dirigida
dese Alemania por Ulrich Fleischhauerand y también informaciones. De
todas formas el estallido de la guerra entrañó el fin de la IFL– Mientras que
Leese declaró lealtad al rey y cambió el nombre del grupo por el de Angles
Circle, una parte importante de sus seguidores, dirigidos por Tony
Gittens, Harold Lockwood y Mills Bertie jugaron la carta pro alemana. Puesto en
libertad por motivos de salud, fue nuevamente encarcelado durante seis meses a
causa de su participación en una red de ayuda a ex miembros de las SS. Tras
pasar un período de internamiento durante la guerra, Leese en 1948 creó el National
Workers Movement (Movimiento Nacional de Trabajadores) y con esta sigla siguió
sus campañas antisemitas hasta su muerte. Fue el mentor de Colin Jordan, uno de
los líderes del fascismo británico de postguerra al que dejó en testamento como
beneficiario su casa de Holland Park (74 Princedale Road, London
W11).
(17) El Kashrut agrupa a todas las
leyes prescritas en la Torah y
codificadas en el Código Legal Judío Shuljan
Aruj que tienen como resultado la llamada “comida Kosher”, literalmente “comida apta”, ingerida por quien
practique la religión judía (los alimentos prohibidos, en cambio, son los taref). Mientras que las frutas y
verduras son kosher, no todos los
animales tienen esta categoría que depende, no sólo de su especie sino también
de cómo han sido criados y sacrificados. Para ser kosher los animales deben tener la pezuña hendida y ser rumiantes.
Son pues, kosher la vaca, el toro, la
ternera, la oveja, el cordero, etc. Y, a la inversa, se consideran taref al cerdo, al burro, al caballo, al
conejo, la rana, etc. El camello es pues taref.
La forma kosher de matar a los
animales se llama Shejitá y contiene
complejas leyes que describen minuciosamente la forma en la que se debe
realizar el sacrificio. Este ritual atribuye particular importancia a la sangre
del animal cuyo consumo está completamente prohibido por el judaísmo ortodoxo.
Los animales una vez degollados deben ser lavados y enjuagados y finalmente
salados antes de ser cocinados.
(18) Llego a apodar a
Oswald Mosley, el jefe más conocido del fascismo británico, de "kosher fascista" y la BUF
la “Jewnion Británica de Fascistas”.
Con el paso del tiempo esta hostilidad mutua se iría recrudeciendo hasta que en
1933 las milicias de la BUF hostigaron los mítines de la IFL culminando en el grave
incidente de Great Portland Street, cuando una cincuentena de milicianos de
Mosley disfrazados de comunistas invadieron el escenario para atacar Leese
destrozando la sala. Más adelante, el BUF llegaría incluso a filtrar pruebas
falsas de un complot del IFL para atacar su sede. El paso de los años y el
agravamiento de las tensiones internacionales hizo que hacia 1939 estas
tensiones hubieran disminuido aunque jamás se olvidaron.
(19) El III
Reich entregó cantidades indeterminadas de dinero a la IFL a través del
corresponsal del Völkischer Beobachter
en Londres, Hans Wilhelm Thost. Las propuestas de acercamiento entre la BUF de
Mosley y el IFL fracasaron a la vista de que el antisemitismo era el centro de
la concepción política de Leese. Mientras para Mosley el “problema judío” se
reducía a su dominio de las finanzas, para Leese la cuestión era racial y
afectaba a la totalidad del pueblo judío. Los judíos étnicamente, no sólo
diferentes, sino inferiores, tal como sostenía Streicher.
(20) La obra de Leese, Devilry
in the holy Land ha sido reeditada en varias ocasiones por los neofascistas
británicos después de la Segunda Guerra Mundial. Nos constan como mínimo dos
reediciones, una de ellas editada por el National Socialista Mouvement de Colin
Jordan, publicada en Londres, 1962 y la otra publicada por Steven Books,
Londres 2006. La cita se encuentra en página 14 de la primera edición
(21) George Bonnet, diputado radical socialista
fue ministro varias veces entre 1925 y 1940. Durante el ejercicio de su
ministerio fue partidario de una política de apaciguamiento con Alemania y de
hostilidad hacia la URSS. Se mostró partidario de los Acuerdos de Munich y
firmó con Ribbentrop un “compromiso de no agresión” con Alemania el 6 de
diciembre de 1938. El 25 de febrero de 1939 firmó los Acuerdos Bérand–Jordana que reconocían la legitimidad del régimen
de Franco en España y la neutralidad española en caso de guerra. Entre el 1 y
el 3 de septiembre de 1939 intentó desesperadamente evitar que Francia e
Inglaterra declararan la guerra a Alemania. Cuando se produjo el conflicto,
Bonnet fue nombrado ministro de justicia y tras la derrota francesa se alineó
con el Mariscal Pétain siendo uno de los diputados que acordaron concederle
plenos poderes el 10 de julio de 1940. En 1941 pasó a ser miembro del Conseil
National, órgano ejecutivo del gobierno de Vichy. Tras la guerra debió huir a
Suiza para evitar la detención. De regreso a Francia volvió a ser diputado
entre 1956 y 1968.
(22) Cfr. Das Auswärtige Amt und der
holocaust. Die drängende Sorge, überflüssig zu werden, documentación colocada en Internet
en la web http://m.faz.net/. La cita se encuentra en el parágrafo Gesamteuropäischer Antisemitismus
(Antisemitismo pan–europeo)
(23) Hannah
Arendt, Eichmann à Jérusalem, Un
estudio sobre la banalidad del mal, Editorial Lumen, Barcelona 1999, pág. 49.
En 1939 Chamberlain y Roosevelt preguntaron si Mussolini podría instalar judíos
en Etiopia. Aunque la idea de enviar judíos a la Guayana británica, Etiopía o
Madagascar. El III Reich estimó que estos proyectos demostraban la existencia
de un consenso antisemita internacional y por tanto eran prueba de la
existencia del “problema judío” en sí mismo. Michael Burleigh, El tercer Reich, Taurus–Santillana,
Madrid 2002. Capítulo V, pág. 223.
(24)
Los
datos sobre el Plan Madagascar han sido extraídos de la obra que
exhaustivamente aborda la cuestión Der
Madagaskar – Plan die
beabsichtigte Deportation der europäischen Juden nach Madagaskar,
Hans Jansen; con prólogos de Simon Wiesenthal y de los holandeses Markus Jung,
Ulrike Vogl y Elisabeth Weissenböck. Editorial Herbig, Munich 1997, así como de
Politik der Vernichtung. Eine Gesamtdarstellung der nationalsozialistischen
Judenverfolgung, de Peter Longerich, Editorial Piper, Munich 1998.
(25)
En
esa época era presidente de la República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo.
La oferta que realizó en Evian el delegado dominicano no era “generosa”: había
sido previamente negociada por empresarios judíos de Nueva York que acordaron
entregar a Trujillo un millón de dólares. Éste, a su vez, donó 110 km2
en la zona de Sosua para el asentamiento de exiliados judíos… de los que
solamente llegaron 750… Cfr. Sosúa: una colonia hebrea en la República
Dominicana de Josef David Eichen,
Universidad Católica Madre y Maestra, Santiago 1980.
(26) A.J. Sherman, Island Refuge,
Britain and the Refugees from the Third Reich, 1933–1939, Elek Books Ltd,
Londres 1973), p.112
(27) En su célebre discurso en el
Reichstag conmemorativo del sexto aniversario de la subida del NSDAP al poder,
el 30 de enero de 1939, Hitler dijo: “Es
un vergonzoso ejemplo observar hoy cómo el mundo democrático se disuelve en
lágrimas de lástima, pero, después y a pesar de su obvio deber de ayudar,
cierra su corazón al pobre y torturado pueblo judío". Citado en La destrucción de los judíos europeos,
Raúl Hilberg, Akal, Madrid 2005, pág. 434)
(28) Franz
Rademacher (1906–1973). Estudió derecho en Rostock y Múnich, y empezó a ejercer
en 1932. Ingresó en las SA en 1932 y en 1933 pasó a la Organización Política
del NSDAP. Entre 1937 y 1940 fue miembro del servicio diplomático alemán
destinado en la embajada de Montevideo.
En mayo de 1940 pasó a dirigir la Sección D III, o Judenreferat, dependiente del Ministerio de Exteriores del Reich y
de su titular Joachin von Ribbentrop, siendo su superior inmediato Martin
Luther. Desde ese puesto, en la primavera y el verano de 1940 rescató la idea
de forzar la emigración judía a Madagascar.
En 1943, su superior conspiró contra Ribbentrop por lo que Rademacher
fue enviado a la Kriegmarine con el
grado de oficial donde permaneció hasta el final de la guerra. Al acabar la
guerra, en noviembre de 1945, Rademacher fue detenido por los británicos y
posteriormente liberado, sin embargo en 1952 se le incoó proceso por las
deportaciones de judíos serbios. Fue puesto en libertad bajo fianza y huyó a
Siria en septiembre de ese año, siendo condenado a 3 años de prisión. En 1962, Eli Cohen envió un sobre bomba al
domicilio de Rademacher que no logró su objetivo de acabar con él. Al año
siguiente fue detenido en Siria acusado de espionaje pero resultó liberado en
1965 cuando contaba 59 años por motivos de salud. Al regresar a Alemania en
1966 un nuevo juicio por “crímenes de guerra” lo condenó a cinco años de
prisión que no llegó a cumplir. La sentencia sería anulada por el Tribunal
Supremo alemán y ordenó un nuevo juicio que no llegaría a celebrarse a causa de
su muerte
el 17
de marzo de 1973, antes del inicio del procedimiento.