Infokrisis.- Hace veinte años, uno de los fenómenos más interesantes de la New Age era todo el grupo surgido en torno a José Argüelles y su Arte Planetario. En la época realizamos algunas entrevistas y pudimos reunir documentación sobre esta corriente. A decir verdad, hoy puede añadirse poca cosa, salvo que el movimiento se “apagó”. El vídeo introductivo es un resumen de las ideas de Argüelles.
José Argüelles y el Arte Planetario
Una de las componentes más interesantes de la Nueva Era, es José Argüelles y sus "Días de Convergencia Armónica". Y lo hemos colocado en último lugar por que en el pensamiento de José Argüelles entra la misma componente universalista que en el caso de Sri Aurobindo, el chamanismo latinoamericano de corte castanediano y el telurismo propio de los seguidores de la teoría Gaia y de la espiritualidad femenina.
Argüelles nació en Méjico en 1939. Cursa estudios de historia y bellas artes, se doctora igualmente en Filosofía y pasa a ser docente en la Universidad de California. Se cría en los ideales del ecologismo y del universalismo y una estas perspectivas a su vocación de artista, poeta y chicano. Interesado particularmente por la cultura maya, en 1972 fue alumno de Chgyam Trungpa Rimpoche, un budista tibetano absolutamente desconcertarte Luis Racionero conoció en su periplo californiano. Argüelles trabajó con Trungpa en el marco del Instituto Naropa, primera universidad budista de los EE.UU. Racionero dice y dice bien que Trumgpa iba, como su nombre indica, habitualmente trompa; solía asistir a fiestas induciendo a que la gente se despojara de sus ropas siendo él el primero en hacerlo. Racionero recuerda que "El lama emanaba ese tuvo característico que he notado en varios gurús que le olivdo: una mezcla de ajo, sudor y semen". Con todo Trungpa es considerado como uno de los más brillantes introductores del budismo tibetano en Occidente. He leído la mayoría de sus libros -"Abidharma", "Shambala", "El amanecer del tantra" y varios más en francés- creo que una cosa es la teoría y otra la práctica. En la teoría Trungpa era el mejor... en la práctica apenas un desmadrado.
Y su alumno José Argüelles es considerado como uno de los intelectuales más brillantes de la Nueva Era. En 1987 promovió la celebración del "Día Mundial de Convergencia Armónica" que sucedía al "Festival del Día de la Tierra" una celebración que alcanzó gran consenso entre los movimientos ecologistas norteamericanos de los setenta. Preside el movimiento Ecología 2000 que recluta fundamentalmente en el medio artístico norteamericano a partir del cual ha estructurado su escuela "Planet Art", fundada en 1983.
Para Argüelles el arte es justamente el redentor de la humanidad y lo que la salvará de cualquier tentación autodestructiva. El viejo lema hippi "haz el amor no la guerra", es sustituido por "La vida es Arte, la Tierra es el planeta del Arte". Cada ser humano, en tanto que "terrícola" tiene un precioso bagaje en su cerebro, su mente, capaz de segregar pensamientos y hacer de ellos arte verdadero. Su idea de arte es fundamentalmente ecológica y es tanto más válido contra más arraigado está el hombre en la Tierra.
Junto a este ecologismo, las otras tres líneas de investigación de Argüelles están ligadas a su percepción del tiempo, al papel de la tradición maya y al universalismo. Argüelles acepta que el tiempo sea la cuarta dimensión y afirma que no fue Einstein quien le convenció sino el desvelamiento del calendario maya, una tarea que le llevó más de treinta años. Nuestro calendario gregoriano -y por tanto la percepción del tiempo que deriva de él- se basa en la división del tiempo en doce meses y en unidades horarias de senta minutos cada una y que Argüelles hace coincidir con la percepción de la tercera dimensión. Pero la proporción 12:60 no es la correcta por que limita nuestro universo al de las tres dimensiones y hurta la cuarta. A esa se puede acceder mediante una reforma del calendario y la instauración de la proporción 13:20 que Argüelles reconstruye a partir del calendario maya. "La frecuencia temporal maya correspondería a la cuarta dimensión", sentencia Argüelles.
La frecuencia natural del tiempo correspondería a la observación, no del recorrido del sol a través de los 360º de la elíptica, sino de las trece lunaciones. De ahí surge la proporción 13:20 que sería la originaria. Esa sustitución se hizo efectiva en 1583 con la destrucción del calendario maya y la negativa a una percepción en cuatro dimensiones. Es precisamente en esto y no en otra cosa que Argüelles encuentra el origen de las distintas patologías sociales que se han producido en los últimos cuatrocientos años y que han terminado por generar desequilibrios profundos en Gaia y en todo lo que vive sobre ella. Si los hombres no disponemos sino en forma muy atenuada de capacidad de telepatía y clarividencia esto se debe a que nuestra realidad se desenvuelve en tres y no en las cuatro dimensiones originarias.
En este punto Argüelles propone una serie de "happenings" planetarios para dar a la humanidad una nueva conciencia de su unidad. Son los "Días de Convergencia Armónica" realizados bajo la bandera de la paz ideada por Nicolás Roerich cuyos tres puntos son interpretados por Argüelles como los indicativos de la ciencia, el arte y el espíritu. También aquí, como en el caso de Buena Voluntad Mundial y de los discípulos de Alice A. Baile, las Naciones Unidas y demás organismos internacionales son aprobados entusiásticamente por este sector como embriones de un "gobierno mundial".
En EE.UU. los sectores "New Age" atribuyen cualidades milagrosas a estos festivales. Gracias a ellos, afirman, el comunismo ha desaparecido y las tensiones mundiales tienden a suavizarse. Me pregunto si en Ruanda opinarán lo mismo o si los bosnios no tomarán esto como una cínica burla. Por no recordar a los afectados por el SIDA o los "meninos da rua" brasileños... Argüelles sostiene -contra toda lógica- y manejando los datos extraídos del desciframiento del ccalendario maya, que hemos entrado en un nuevo ciclo "El Primer Ciclo Celestial" iniciado el 17 de agosto de 1987. Lo que hubo antes, el período negro y turbulento que precedió era el "Noveno Ciclo Infernal". Este nuevo ciclo en el que nos hallamos tiene su equivalente en la Edad de Oro paradisíaca propia de las tradiciones clásicas. Los festivales mundiales -hay varios: "Día de la Nave Tierra", "Convergencia Armónica", "Portal 11:11", "Día para la Paz, etc."- generan "vibraciones positivas", que liberan "principios arquetípicos" en el cosmos. Todo esto parece completamente abstruso y, desde luego, lo es; y a medida que uno va penetrando más y más en su temática y prácticas -"Acupuntura planetaria", "Siembra de Cristales", "Anagnorisis", etc.- va creciendo la idea de que aquí hay mucha fantasía nacida al calor del cannabis y demás alucinógenos. O mucha ingenuidad. Y mucha más credulidad. Sin embargo estos "festivales" son lo más característico de la New Age. Es como para desconfiar de la totalidad del movimiento...
El primer "Día de Convergencia Armónica” tuvo lugar el 16 de junio de 1986.
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