Infokrisis.- Es curioso como, siempre, en momentos de desánimo, casi de desesperación, presión y soledad, una simple música nos da fuerzas para aguantar el peor de los golpes. Siempre, ante las crisis, una determinada música puede recordarnos quien somos, lo que somos, de donde venimos (de muy lejos) y a dónde vamos (más lejos todavía). Me di cuenta de todo esto de todo esto escuchando una canción de La Compagnia dell’Annello.
Teníamos un amigo común, Almerigo Grilz. A alguien le podrá resultar sorprendente la vida de Almerigo, muerto a los 34 años en Mozambique tras haber combatido como miembro de la resistencia afgana. La vida de Almerigo era la propia "de uno de los nuestros". Tenía un año menos que yo y desde muy joven había destacado como miembro del Fronte della Giuventù de Trieste, cuando esta organización era dirigido por Gianfranco Fini. Fue éste quien lo elevó al cargo, si no recuerdo mal, de vicesecretario del Fronte. Murió víctima de una bala perdida en Mozambique. Personalmente creó que llevaba mucho tiempo buscando esa bala. Me lo presentó un querido camarada padovano -Marcello Orpianesi- que un día, misteriosamente, desapareció sin dejar rastro y aún hoy sigue en la lista de "desaparecidos" de la democracia italiana. Ya se sabe que los amados de los dioses mueren jóvenes.
Almerigo había realizado tareas como free lancer de alto voltaje en Afganistán donde estuvo junto a la resistencia tocado con turbante, babuchas y bombachos propios de los pastunes y con el consiguiente lanzagranadas RPG, cuentan, que destruyó algunos T-72 soviéticos, aunque otros prefieren verlo sólo como corresponsal de guerra. Era concejal de Trieste, pero optó por dejar el cómodo butacón del Ayuntamiento y optó por acudir voluntariamente a los escenarios más cálidos del planeta. A diferencia de Roger Coudroy del que, realmente nadie sabe a ciencia cierta ni quien era, ni para quién trabajaba, ni cuál fue su verdadera historia y sus motivaciones, ni siquiera si es cierto que murió al frente de un comando de Al Assifa, o bien ajusticiado por ese mismo comando como espía de Israel, o falleció durante un entrenamiento, con Almerigo todo está claro y transparente.
Teníamos un amigo común, Almerigo Grilz. A alguien le podrá resultar sorprendente la vida de Almerigo, muerto a los 34 años en Mozambique tras haber combatido como miembro de la resistencia afgana. La vida de Almerigo era la propia "de uno de los nuestros". Tenía un año menos que yo y desde muy joven había destacado como miembro del Fronte della Giuventù de Trieste, cuando esta organización era dirigido por Gianfranco Fini. Fue éste quien lo elevó al cargo, si no recuerdo mal, de vicesecretario del Fronte. Murió víctima de una bala perdida en Mozambique. Personalmente creó que llevaba mucho tiempo buscando esa bala. Me lo presentó un querido camarada padovano -Marcello Orpianesi- que un día, misteriosamente, desapareció sin dejar rastro y aún hoy sigue en la lista de "desaparecidos" de la democracia italiana. Ya se sabe que los amados de los dioses mueren jóvenes.
Almerigo había realizado tareas como free lancer de alto voltaje en Afganistán donde estuvo junto a la resistencia tocado con turbante, babuchas y bombachos propios de los pastunes y con el consiguiente lanzagranadas RPG, cuentan, que destruyó algunos T-72 soviéticos, aunque otros prefieren verlo sólo como corresponsal de guerra. Era concejal de Trieste, pero optó por dejar el cómodo butacón del Ayuntamiento y optó por acudir voluntariamente a los escenarios más cálidos del planeta. A diferencia de Roger Coudroy del que, realmente nadie sabe a ciencia cierta ni quien era, ni para quién trabajaba, ni cuál fue su verdadera historia y sus motivaciones, ni siquiera si es cierto que murió al frente de un comando de Al Assifa, o bien ajusticiado por ese mismo comando como espía de Israel, o falleció durante un entrenamiento, con Almerigo todo está claro y transparente.
Era un camarada de la cúpula del Fronte della Giuventù y del MSI que falleció en un país remoto. Dada su calidad humana, su amistad con Fini, lo exuberante de su carácter, su personalidad de líder nato, hoy seguramente sería ministro, subsecretario o, en cualquier caso, ocuparía un alto cargo en la administración italiana. O quizás no. Por que Almerigo era de los seres tocados con el dedo de Marte. La aventura era la razón de su vida. Una vieja leyenda drusa dice que todos tenemos en alguna parte del mundo una daga que lleva escrito nuestro nombre. Quien se topa con ella y muere, llega al paraíso de los justos. Almerigo la buscó por todo el mundo, incluso por la montaña libanesa donde los drusos tienen sus santuarios, por el valle de la Bekaa y por Zalhé, por los barrios cristianos de Beirut, buscó esa daga en Etiopía en lucha contra Mengistu Haile Marian, entre la guerrila camboyana y en el Mozambique. Finalmente la encontró.
Como periodista sus imágenes habían sido reproducidas por la CBS, la NBC y por las mejores cadenas de TV. A cuenta de la NBC, Almerigo estuvo con la guerrilla comunista filipina. Junto con otros dos amigos, uno de ellos viejo camarada, Fausto Biloslavo, fundó Albatros Press Agency, agencia especializada en zonas de conflicto. En Italia se vivían los últimos años del centro-izquierda y el MSI y todo aquel que hubiera militado en él, pasaba a ser un apestado. La APA debió vender sus reportajes a las televisiones del mundo anglosajón. Debió caer el centro-izquierda ya en estado putrefacto por sus corruptelas y sus miserias a mediados de los 90, para que el papel de Almerigo Grilz fuera reconocido en su propio país. Hasta entonces solamente el diario comunista L’Unitá se había hecho eco de su muerte: "Muerte de un mercenario", lo había titulado el infamante libelo stalinista, hoy un verdadero despojo. Almerigo tiene una calle dedicada a él en su ciudad natal y de cuya ciudadanía fue concejal.
La historia de Almerigo Grilz viene a cuento en una serie de artículos sobre canciones, porque en 1987, poco después de su muerte, la Compagnia dell’Annello le dedicó un homenaje fruto del cual surgió un long-play: Concerto per Almerigo, hoy agotado. Una de las canciones de aquel disco era precisamente Dedicato all’Europa.
En aquel tiempo -principios de los 80- existían en Italia dos grupos musicales "alternativos" que, de una forma u otra, habían entrado en competencia. De un lado Amici dal Vento, de otro, la Compagnia dell’Annelo. Era difícil decidirse por uno o por otro, pero por algún motivo yo siempre me sentí mucho más atraído por los segundos desde que oí la primera canción de su primer álbum Terra di Thule. No es que su música fuera técnicamente perfecta -que lo era- sino que el espíritu que destilaban las letras era el mismo del que yo me había nutrido en aquellos años: la Tradición tal como nos la había expuesto Julius Evola.
Se suele decir que Evola es un pensador árido y difícil. No es cierto. Evola nos recuerda simplemente lo que sabíamos, aquello que teníamos impreso en los genes de nuestra raza y que olvidamos. Nada más. Su lectura no exige más esfuerzo que el recuerdo de lo que éramos originariamente. A decir verdad, las canciones de la Compagnia dell’Annelo eran Evola musicado.
La historia de Almerigo Grilz viene a cuento en una serie de artículos sobre canciones, porque en 1987, poco después de su muerte, la Compagnia dell’Annello le dedicó un homenaje fruto del cual surgió un long-play: Concerto per Almerigo, hoy agotado. Una de las canciones de aquel disco era precisamente Dedicato all’Europa.
En aquel tiempo -principios de los 80- existían en Italia dos grupos musicales "alternativos" que, de una forma u otra, habían entrado en competencia. De un lado Amici dal Vento, de otro, la Compagnia dell’Annelo. Era difícil decidirse por uno o por otro, pero por algún motivo yo siempre me sentí mucho más atraído por los segundos desde que oí la primera canción de su primer álbum Terra di Thule. No es que su música fuera técnicamente perfecta -que lo era- sino que el espíritu que destilaban las letras era el mismo del que yo me había nutrido en aquellos años: la Tradición tal como nos la había expuesto Julius Evola.
Se suele decir que Evola es un pensador árido y difícil. No es cierto. Evola nos recuerda simplemente lo que sabíamos, aquello que teníamos impreso en los genes de nuestra raza y que olvidamos. Nada más. Su lectura no exige más esfuerzo que el recuerdo de lo que éramos originariamente. A decir verdad, las canciones de la Compagnia dell’Annelo eran Evola musicado.
En 1983, regresé clandestinamente a España. Tuve que permanecer durante varias semanas en un apartamento sin más compañía que un casete con canciones que me habían grabado algunos camaradas. El más reciente, acababa de salir, era el Terra di Thule. A partir de entonces me hice asiduo de los longs-play de este grupo, el segundo de los cuales, aparecido en 1987, fue el Concerto per Almerigo.Dedicato all’Europa forma parte de esta segunda recopilación.
La Compagnia dell’Annello dominaba la técnica de la música medieval, pero sobre todo su letrista, conocía a la perfección la obra de Evola, especialmente el Revuelta contra el Mundo Moderno. Dedicato all’Europa es un viaje a nuestros orígenes: yo siempre me he sentido hijo de Roma hasta el punto de agradecerle que diera nombre a este rincón del planeta: Hispaniae. Creo que el estilo que nos corresponde es el de los legionarios de Roma. La canción nos habla de Europa: canta a la Pax Romana, "de arado y de espada", canta a la sangre ofrecida en su honor, canta a los duques guerreros y a sus trovadores, canta a los hermanos que han defendido las marcas de Europa: las marcas del Este ante los tártaros, las marcas del sur ante el Islam…
En el mismo disco se canta a otro camarada, Alain Escofier. Escofier militaba en el Groupe d’Action Jeunesse, un grupo "solidarista" surgido de la transformación del Mouvement Jeune Revolution. Era un viejo-joven camarada, de esos que habían pasado buena parte de su adolescencia y los primeros años de su juventud militando políticamente. Un buen día, debió ser a principios de 1977, se plantó delante de la oficina de Aeroflot en los Campos Elíseos, se roció con gasolina y se prendió fuego como acto de protesta por la entrega de media Europa a los soviéticos treinta años antes. Escofier militaba en aquel momento en el Parti des Forces Nouvelles. La Compagnia dell’Annello le dedicó otra canción de ese álbum al igual que a Jan Pallach quien a principios de 1969 tampoco pudo soportar la presencia de los T-62 y ardió en la tierra que fue suya, en Praga. Yo tenía en esa época 17 años, pero sería difícil explicar lo que sentí cuando conocí la noticia: luego entendí sus motivos cuando me sentí miembro de una raza que desde muy antiguo consideraba dulce morir por la patria.
La Compagnia dell’Annello dominaba la técnica de la música medieval, pero sobre todo su letrista, conocía a la perfección la obra de Evola, especialmente el Revuelta contra el Mundo Moderno. Dedicato all’Europa es un viaje a nuestros orígenes: yo siempre me he sentido hijo de Roma hasta el punto de agradecerle que diera nombre a este rincón del planeta: Hispaniae. Creo que el estilo que nos corresponde es el de los legionarios de Roma. La canción nos habla de Europa: canta a la Pax Romana, "de arado y de espada", canta a la sangre ofrecida en su honor, canta a los duques guerreros y a sus trovadores, canta a los hermanos que han defendido las marcas de Europa: las marcas del Este ante los tártaros, las marcas del sur ante el Islam…
En el mismo disco se canta a otro camarada, Alain Escofier. Escofier militaba en el Groupe d’Action Jeunesse, un grupo "solidarista" surgido de la transformación del Mouvement Jeune Revolution. Era un viejo-joven camarada, de esos que habían pasado buena parte de su adolescencia y los primeros años de su juventud militando políticamente. Un buen día, debió ser a principios de 1977, se plantó delante de la oficina de Aeroflot en los Campos Elíseos, se roció con gasolina y se prendió fuego como acto de protesta por la entrega de media Europa a los soviéticos treinta años antes. Escofier militaba en aquel momento en el Parti des Forces Nouvelles. La Compagnia dell’Annello le dedicó otra canción de ese álbum al igual que a Jan Pallach quien a principios de 1969 tampoco pudo soportar la presencia de los T-62 y ardió en la tierra que fue suya, en Praga. Yo tenía en esa época 17 años, pero sería difícil explicar lo que sentí cuando conocí la noticia: luego entendí sus motivos cuando me sentí miembro de una raza que desde muy antiguo consideraba dulce morir por la patria.
Almerigo, Escoffier, Jan Pallach tenían varios elementos en común. Los tres habían visto de cerca los tanques soviéticos. Los tres decidieron que no podían permanecer quietos, Almerigo en su prometedora carrera política (¡qué militante digno de tal nombre aspira a tener una "carrera política"! El espíritu militante es el propio del aventurero, no del gestor político), Escofier llegó un momento que quiso hacer algo más que repartir revistas y panfletos o preparar los cafés a sus camaradas en el local de boulevard Sepastopol. Jan Pallach no tenía armas para protestar pero sentía que su deber era hacerlo. Son vidas muy diferentes, pero, en cierto sentido, paralelas y unidas por la música de La Compagnia dell’Annello.
La canción termina: "Me preguntan si conviene / cantar a esta Europa / Sé sólo que es justo / el resto no importa". En efecto, el resto no importa. Si importara Almerigo estaría criando barriga al frente de un ministerio o una subsecretaría, Escofier y Pallach hubieran concluido sus carreras y hoy serían profesionales reconocidos. Pero Evola nos enseñó a todos que por encima del "bonheur", más allá de la felicidad burguesa, existe el honor. Europa es la tierra del honor y de la lealtad: por eso podemos estar seguros de que Europa es un gigante dormido, un gigante que despierta y que no tendrá piedad con sus enemigos de fuera y de dentro. Los pueblos y los hombres se miden por las dificultades que aceptan afrontar. La vieja máxima de "más enemigos, más honor" sigue vigente para nuestra raza. Se equivocan quienes piensan que los herederos de 3000 años de historia de Europa se han vuelto bruscamente multiculturales o políticamente correctos. La última palabra todavía no ha sido dicha. Y probablemente no será una palabra, sino la acción, porque a fin de cuentas en la Biblia de Europa "primer fue la acción".
Agradezco a La Compagnia dell’Annello esta composición que me ayudó a recordar quien era y de dónde venía mi pueblo y mi raza.
© Ernesto Milà - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogia.com - Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen.
Dedicado a Europa
Agradezco a La Compagnia dell’Annello esta composición que me ayudó a recordar quien era y de dónde venía mi pueblo y mi raza.
© Ernesto Milà - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogia.com - Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen.
Dedicado a Europa
La dulzura del fruto maduro
y la aspereza del viento helado
y pan y sal
se ofrece al huesped sagrado
en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
Canto a Europa, la paz romana
paz de arado y de espeda
canto de sangre ofrecida en su honor
de estirpes de hielo y de solen el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
y la aspereza del viento helado
y pan y sal
se ofrece al huesped sagrado
en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
Canto a Europa, la paz romana
paz de arado y de espeda
canto de sangre ofrecida en su honor
de estirpes de hielo y de solen el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
Canto a la gloria de Roma
del Reno el cetro imperial
a los duques guerreros y a sus cantores
errar serenos en pos de su honor
en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
del Reno el cetro imperial
a los duques guerreros y a sus cantores
errar serenos en pos de su honor
en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
Canto a los hermanos que siempre han defendido
del lobo cruel la frontera del Este
Canto a la Europa de los días que vienen
Canto a sus jóvenes caídos en las calles
en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa.
del lobo cruel la frontera del Este
Canto a la Europa de los días que vienen
Canto a sus jóvenes caídos en las calles
en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa.
Me preguntan si conviene
cantar a esta Europa
sólo sé que es justo,
el resto no importa.
cantar a esta Europa
sólo sé que es justo,
el resto no importa.
Canto a una Europa de sangre
a las cadenas que se están cerrando
Canto y mi canto está en el vientoen el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
a las cadenas que se están cerrando
Canto y mi canto está en el vientoen el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en el norte, en el este, en el sur, en el Oeste, en Europa
Dedicado all’Europa
La dolcezza del frutto maturo
e l’asprezza del vento gelato
e pane, e sale
s’offre all’ospite sacro
a nord, ad est, a sud, ad ovest, in Europa
Canto l’Europa, la pace romanae l’asprezza del vento gelato
e pane, e sale
s’offre all’ospite sacro
a nord, ad est, a sud, ad ovest, in Europa
pace di aratro e di spada
canto del sangue offerto in suo onore
da stirpi di ghiaccio e di sole
a nord, ad est, a sud, ad ovest, in Europa
Canto la gloria di Roma
del Reno lo scettro imperiale
i duchi guerrieri e i lori cantori
errare sereni in cerca d’onore
a nord, ad est, a sud, ad ovest, in Europa
Canto i fratelli che sempre han difeso
dal lupo crudele la frontiera dell’est
canto l’Europa dei giorni che vengono
canto i suoi giovani cader nelle strade
a nord, ad est, a sud, ad ovest, in Europa
Mi chiedono se conviene
cantare questa Europa
so solo che e’ giusto
il resto non importa
Canto un’Europa di sangue
le catene che ci stanno chiudendo
canto, e il mio canto e’ nel vento
a nord, ad est, a sud, ad ovest,
a nord, ad est, a sud, ad ovest,
a nord, ad est, a sud, ad ovest, in Europa.