El
recorrido que hemos realizado a través de los escritos del “último José Antonio”
nos permiten disponer de una perspectiva relativamente clara de las ideas que
pasaban por su cabeza en las últimas semanas de su vida. Se trata de ideas
mucho más auténticas de las que expresó en el juicio ante el Tribunal Popular
de Alicante, pero que, a diferencia de éstas, apenas han sido consideradas, ni
difundidas, ni siquiera conocidas. Si los últimos pasos de una vida, son los
que definen a la totalidad del personaje, las consideraciones realizadas sobre
estos últimos ensayos escritos por José Antonio nos permitirán tener una visión
más completa de su vida y de su pensamiento. Estas son las conclusiones que
podemos resumir después de haber analizado estos textos finales.
ALGUNAS
CONCLUSIONES
Es
hora de establecer conclusiones:
1. No existió una “concepción falangista de la
historia” propiamente dicha, solamente fragmentos
(reunidos en el Discurso del Teatro Calderón de 1935), pero no un
enunciado que permitiera pensar que José Antonio había sistematizado y dado
coherencia a las distintas influencias que experimentó en este terreno a lo
largo de esos años.
2. El texto Germánicos contra bereberes
es, a diferencia del Cuaderno de Notas de un Estudiante Europeo y de Aristocracia
y Aristofobia, un texto acabado, mientras que estos dos no han pasado del
nivel de apuntes que, como máximo, permiten pensar, entre los tres, en dónde se
situaban las prioridades de José Antonio en esos últimos meses de su vida.
3. Esas
prioridades, a tenor de la lectura de estos textos son:
- Una interpretación de la historia de España desde el siglo VIII en clave étnico-racial.
- La explicación de la teoría de las “dos Españas” mediante el recurso a la lucha entre Germánicos (visigodos) y bereberes (musulmanes).
- La necesidad de que el país fuera dirigido por una élite formada por un “rearme moral” y educativo de la aristocracia de la sangre, una aristocracia “abierta”.
- Un giro favorable al Tercer Reich, en la medida en que los eventos de 1935-36, habían aportado solidez y prestigio al fascismo alemán en el panorama del fascismo mundial y en la medida en que, en el momento de escribir esas líneas, José Antonio conocía el apoyo palpable del Reich a la “causa nacional”.
- La esperanza en que el Reich, al anexionar Austria, reconstruyera el “Imperio Católico” de los Habsburgo. Con eso el fascismo alemán: dejaría de ser una “religión laica” para asumir los valores de la catolicidad en una situación que reconstruyera la unidad católica de Europa perdida tras la paz de Westfalia.
4. Parte de estas ideas están expuestas de
manera explícita en la obra de Oswald Spengler, Años Decisivos, que
acompañó a José Antonio durante su estancia en la prisión de Alicante.
5. Este libro y Una Nueva Edad Media de
Nicolás Berdiaeff, cuyas ideas –especialmente la de “invasión de los
bárbaros”– José Antonio cita con frecuencia, fueron las influencias más
notables en la creación de una “concepción joseantoniana de la Historia” que
apuntó, pero no concluyó.
6. La preocupación por completar la doctrina
falangista, es lo que parece haber estado en el ánimo de José Antonio en la
prisión de Alicante al escribir Germánicos contra bereberes.
7. El interés “social” de José Antonio en sus
últimos meses de cautiverio solamente se evidencia a través de algunas
respuestas que dio al fiscal. El saber que los miembros del jurado pertenecían
a las distintas formaciones de izquierda, fue lo que le indujo a intentar
utilizar “los mejores recursos de su profesión” para eludir la pena de
muerte. Es significativo que en sus escritos de prisión la única alusión a la
temática social sea en torno a la aristocracia de la sangre cuyos valores juzgaba
que debían recuperarse, así como su influencia, como condiciones para un
despertar nacional.
8. La necesidad de una élite (y el hecho de que
en Alemania un sector del régimen hubiera emprendido ese mismo camino uniendo
los valores de la aristocracia de la sangre y a sus representantes, con los
representantes del mundo de la ciencia y de la cultura en el seno de las SS,
unidos todos por los valores de la casta guerrera, es decir, de la
aristocracia), era lo que diáfanamente defiende el “último José Antonio” en
prisión enlazando con la primera parte de su vida política en la que él, hijo
de la aristocracia, quería una España que saliera de su atonía secular
extendiendo a toda la nación los valores de su casta, “abriéndola” a una élite
que fuera capaz de asumirlos. No fue una evolución “obrerista”, “democrática” o
“populista”, esto es “Horizontal” sino
jerárquica, elitista y aristocrática, es decir, “Vertical”...