jueves, 8 de noviembre de 2018

365 QUEJÍOS (191) – MANUEL VALLS, EL HOMBRE Cs en BARCELONA (1). VALLS EN LA MASONERÍA


¿ Ciudadanos no tiene nada mejor que recurrir a Manuel Valls para enfrentarlo a Maragall en las próximas elecciones municipales? Pues no, parece que no. Además, el hecho de que sea nacido en Barcelona (aunque no con presencia, participación y conocimiento de lo que ocurre en la Ciudad y de su actual nivel de degradación), parece menos importante que el que haya sido ministro de interior en Francia (de 2012 a 2014) y primer ministro de aquel país (de 2014 a 2016). ¿Quién es Manuel Valls? ¿De que va por la vida desde que se afilió en 1980 al Partido Socialista de Francia y se situó del lado de los más “pragmáticos” (¿o cabría decir de los más oportunistas?). Vamos a iniciar una serie de artículos sobre tan curioso personaje. Alguien preguntará: ¿cómo diablos se ha logrado postular como alcaldable un tipo que apenas ha vivido en Barcelona? Respuesta: en buena medida por su militancia masónica. Así que será bueno empezar por ahí.

UN HISTORIAL MASÓNICO INCUESTIONABLE

En 1989, Manuel Valls, después de casi nueve años de militancia socialista, cuando ya es consejero regional de Isla de Francia (lo será desde 1986 hasta 2002) y es concejal por Argenteuil, se afilia a la masonería, concretamente a la logia Ni Maîtres, ni Dieux. El tránsito de Valls por esta logia es su gran secreto. Pero no hay ni duda de él y muestra su mejor rostro oportunista. No es que se le pueda acusar de “conspiradores judeo-masónIco-bolchevique” ni demás zarandajas: cuando alguien con el historial de Valls, cuando se afilia a la masonería, no lo duden, es que pretende encontrar atajos y apoyos para escalar.

El periplo masónico de Valls en el Gran Oriente de Francia se prolongó desde 1989 hasta 2005. Cuando sentó sus posaderas en una poltrona en la Asamblea Nacional y comprobó que su situación era sólida e inconmovible se dio de baja. ¿Las fuentes? Sin ir más lejos el semanario L’Express,  que titulaba en portada a toda plana: “Un franc-maçon nommé Valls” con el subtítlo “L’étonnant parcours d’un “frère” pas comme les autres dans la loge Ni Maitres ni dieux” (Un masón llamado Valls – El sorprendente recorrido de un “hermano” diferente a los demás en la logia “Ni amos, ni dioses”).

Lo primero de lo que se sorprendía el semanario era que Valls, desde que se convirtió en ministro del interior, jamás aludiera a ese tránsito por las logias y que en su biografía oficial y en los datos de su currículo, no apareciera el nombre de su “logia madre”. Hay abundante documentación sobre esta logia. Como se sabe, el Gran Oriente de Francia (GOF) forma parte de la masonería republicana, laica, liberal, progresista y agnóstica, a diferencia de la Gran Logia de Inglaterra, con conservadora, ritualista, y deísta. Pero, dentro del GOF, la logia “Ni amos, ni dioses” estaba considerada como una logia a la que iban a parar -siempre según L’Express- “alborotadores, rebeldes, libertarios, anarquistas, socialistas autogestionarios o comunistas” lo que contrasta con el “look” que adoptó Valls durante su estancia como ministro del interior y como primer ministro de Francia: encarnación del liberalismo social fanático de la seguridad.

LA LEYENDA DE ALAIN BAUER

La leyenda afirma que fue Alain Bauer quien lo introdujo en la masonería. Y, en efecto, en este personaje se une el que tenía una larga amistad con Valls, y que era masón. Bauer alternaba sus trabajos sobre criminología (muy contestado por la validez científica de sus trabajos) con su estudios sobre la masonería (en tanto que masón) y fue consultor en materias de seguridad y terrorismo para Sarkozy. Bauer, cuyos padres eran judíos originarios de Europa del Este, llegó a París a los 15 años y se afilió al Partido Socialista. Desde 1980 entabló amistad con Valls y ambos se sumaron a la tendencia de Michel Rocard en contraposición al dogmatismo socialista de Mitterand. Se ha visto implicado en distintos escándalos judiciales.

Bauer había entrado en la masonería en 1981 y hay que reconocer que en pocos años escaló hasta la cúpula de la orden convirtiéndose en “consejero de la Orden” y adjunto de Philippe Guglielmi, Gran Maestre del GOF, entre 1996 y 1999 y miembro también del Partido Socialista. Curiosamente, Buer dimitió también de la masonería el mismo año en que Valls entró en “letargo”. Bauer reconoció en una entrevista al diario Corse-matin que “La masonería siempre ha sido una caja de herramientas de la República”, completando esta información con otra extraída en otra entrevista, esta vez emitida de televisión el 19 de febrero de 2011 en el curso del programa Ce Soir (ou jamais!) consagrado a la masonería: “La masonería es, de alguna manera, la iglesia de la República”.

JEAN PIERRE ANTEBI, EL AVALISTA MASÓNICO DE VALLS

Sin embargo, L’Express disocia a Bauer de la entrada de Valls en la masonería. En efecto, Bauer declaró que hasta 1995 no había hablado con él sobre esta asociación y que ignoraba que perteneciera a ella. Es posible. Lo que parece confirmado es que el “avalista” de Valls en la logia “Ni amos, ni dioses” fue otro personaje curioso: Jean-Pierre Antebi, oficial de esta logia y tesorero de la Ligue Internationale contre le Racisme et l’Anhtisemitismo, una veterana organización del lobby pro-inmigracionista y que también ocupó un alto cargo en el GOF.

Antebi era también miembro del Partido Socialista y adscrito a la corriente de Rocard. Ambos se conocieron gracias a Yves Colmou que llegó a ser uno de los consejeros más próximos a la presidencia del gobierno.  

¿Y que hay de la logia? Se sabe que ella que recibió la patente el 10 de abril de 1986 en París. En el documento fundacional -publicado también por L’Express en otro artículo- puede leerse:
  • "Cualquier poder, incluso si es el que contiene con más firmeza un ideal de igualdad, corre el riesgo de no frenar o encontrar un contrapeso y convertirse en sepulturero del ideal. El hombre sin amos no alberga ilusiones sobre los poderes liberadores, la igualdad no puede ser hija de la autoridad. Pero también sabe que negar un solo poder es dar a otros poderes la oportunidad de ocupar su lugar (…) El hombre sin dioses reconoce como valores sólo aquellos forjados por el Hombre y para Hombre. Pero también sabe que, si nada es eterno o sagrado, la necesidad de lo sagrado y el cuestionamiento metafísico son dos componentes de la aventura humana. Proclama que cualquier paso nuevo en la explicación de todos los fenómenos humanos solo puede ser realizado por hombres libres, dispuestos a incluir sus propias creencias y valores en el campo del conocimiento (…) El hombre sin amos ni dioses, está dispuestos para cuestionarse cualquier cosa y debe poner sus energías al servicio de la construcción de utopías que aseguren el progreso social de la humanidad. [...] Enfocado resueltamente en el futuro del Hombre, confiado en su libertad creativa, la Francmasonería progresista, fiel a sus principios, debe ser uno de los lugares privilegiados donde se elaboran las nuevas utopías constructivas que fertilizarán las futuras sociedades. Imaginativo y libre de todo prejuicio, el masón, sin maestros ni dioses, debe integrar, incluso en sus sueños más salvajes, las limitaciones de la competencia y las exigencias de la razón que se imponen a cada constructor”.
La pregunta del millón es: ¿creía Valls en todo este planteamiento que casi parece un eco de los positivistas con olor a naftalina del siglo XIX? ¿O se trató solamente de un trance más, necesario para su escalada en la política francesa? Por que hoy se acepta en Francia que, fuera como fuese, la militancia masónica supuso un “acelerador” en la carrera política de Valls.

Vale la pena también recordar que cuando el semanario L’Express elaboró su dossier sobre la militancia masónica de Valls, le pidió una entrevista sobre el tema… a lo que se negó.

EL HISTORIAL MASÓNICO DE VALLS

Valls permanecerá durante seis años y medio en esta logia y luego, a finales de 1995 dimitirá alegando que la asistencia a dos “tenidas” mensuales no era compatible con sus demás obligaciones políticas. Pero no “entra en letargo” sino que pide -ahora sí- a Bauer, la transferencia a la Logia L’Infini maçonique en la que discurrirá el resto de su historial masónico.

Resulta indudable es que quince años dentro de la masonería para un hombre de 56 años, es decir, de los 27 años 43 años, supone permanecer en los años de madurez intelectual absorbiendo el ideario y las prácticas masónicas.

El nombre de la logia “Ni amos, ni dioses” derivaba de la consigna dada por el carbonario, socialista utópico y masón, Luis-Auguste Blanqui en 1880. Originariamente la consigna era “Ni Dios, ni Amo”, pero al constituirse la logia de Valls y Antebi, se aplicó el plural y las minúsculas para evitar que la referencia a Blanqui fuera demasiado directa y explícita. La logia se llenó de personajes con ideas, no de izquierdas, sino de extrema-izquierda utópica y autogestionaria. Era la típica logia que existe en toda obediencia masónica, a la que van a parar, no solamente, los más radicales, sino también los más revoltosos y que peor se adaptan a los rituales y a la vida masónica, cuestionando prácticas y rituales alegando que no responden a los principios de la logia.

Se conoce incluso la fecha en la que Valls “recibió la luz” masónica: el miércoles 26 de abril de 1989 cuando era consejero de Michel Rocard, primer ministro, en la rue Cadet, sede de la GOF. Su “avalista”, Antebi comentó: “He realizado una buena captación”, “Este muchacho llegará lejos”… Desde entonces, todos los segundos y cuartos miércoles de cada mes a las 20:30 horas, Valls dará la “palabra de paso” y entrará en la logia para las tenidas provisto de su mandil y de sus guantes blancos.

Pero la logia “Ni amos, ni dioses”, era demasiado turbulenta para él y en 1995, de la mano de Bauer transfiere su expediente a “L’Infini maçonique” de la misma obediencia. Bauer, a todo esto, era padrino del segundo hizo de Valls, Ugo, y era el Gran Maestre de este taller masónico. Se trata de una logia más estable, serena y tranquila que la precedente que se reúne los segundos y cuartos jueves de cada mes a las 18:30. Es ahí donde alcanza el grado de “maestro masón”, el tercero de la orden y le abre la posibilidad de asumir mayores responsabilidades, o como se dice en masonería, “aumentar el salario”. Le van bien las cosas, porque en 1997, Valls pasa a ser consejero de comunicación de Lionel Jospin, jefe del gobierno.

EVRY: NAVEGANDO ENTRE MASONES E ISLAMISTAS

A partir de 2001, su actividad masónica va disminuyendo. Se ha convertido en alcalde de Evry. Aún tardará cuatro años más en presentar su petición de pasar a “durmiente”. Lo hará en 2005. Al parecer desde hacía dos años no acudía a las tenidas de L’Infini maçonique. Lo importante de este período es que, si pudo ser alcalde de esta ciudad, fue gracias a la masonería.

En efecto, el anterior alcalde de la ciudad, Jaques Guyard, era también miembro del Gran Oriente de Francia. En “Ni amos, ni dioses”, gracias a Antebi, había asumido que todas las religiones son igualmente falsas, pero si se trataba de promocionar alguna, era necesario que fuera la de los recién llegados: el Islam. Basó su campaña para la alcaldía de Evry en el original y consabido tema del Islam fuera tratado con la consideración debida a cualquier otra religión, para lo cual insistió en la reforma de la ley de 1905.

Y luego, claro está, predicó, ya una vez como alcalde, la laicidad. Tras aparecer como defensor de los derechos del islam en período electoral, no tuvo el menor inconveniente en pedir a los almacenes Franprix que volvieran a colocar productos de cerco y alcohol en las estanterías. También acudió en defensa de una guardería que había despedido a una empleada con el velo islámico. ¿Por patriotismo? Más bien en nombre de la laicidad asumida en la masonería.

A pesar de haber entrado en “letargo” en 2005, Valls siguió ayudando y apoyando a la masonería. Em 2014, hace dos días como quien dice, cuando todavía era ministro del Interior, Valls ofreció a la masonería una “ceremonia de saludo” en el Hôtel de Beauvau a la masonería, exhortándoles a combatir a los extremismos… especialmente al Front National. Asistieron, como mínimo, tres grandes maestres del GOF (Guglielmi, Bauer, y Jean Michel Quillardet) . En esta ocasión, además de los miembros del GOF estuvieron también presentes elementos de la Gran Logia Nacional Francesa y de otras dos obediencias masónicas. Entre ellos había 35 masones procedentes del Ministerio del Inferior que dirigía en ese momento. Es sólo un ejemplo, porque en aquel período, también llamó a algunos de los antiguos miembros de la “maison Cadet” (sede del GOF) para que ocuparan altos cargos en su administración.  

EL HOMBRE DE CIUDADANOS EN BARCELONA

¿Por qué candidato para la alcaldía de Barcelona? Respuesta: porque es la ciudad de España en la que la presencia masónica, desde el inicio de la democracia, ha sido más consistente.

No es por casualidad que fue en Barcelona en donde 12 años después de las Olimpiadas tuvo lugar el Foro Internacional de las Culturas, cuyo pabellón central -todavía existente- tiene forma triangular, alternando en su fachada la piedra sin desbastar propia del grado de Aprendiz y las superficies pulidas a espejo, propia del grado de Maestro.

Si hay una ciudad en la que un tipo con el historial masónico de Valls pudiera postularse como Alcalde es, desde luego, en Barcelona.

¿Y por qué Ciudadanos? El partido, promovido, inicialmente desde los ambientes de La Caixa, para contrarrestar la ofensiva independentista tuvo en esta temática solamente su excusa y razón suficiente para existir. Pero, luego, tras el despegue en Cataluña, algunos consideraron que recuperar el viejo “centrismo” podía ser una buena alternativa, los oportunistas de todos los colores acudieron en masa a este partido que es hoy: en Cataluña anti-independentismo y en su conjunto oportunismo… justo el estilo que ha caracterizado siempre la carrera política de Manuel Valls.