miércoles, 10 de febrero de 2021

CATALUÑA 14-F (2 DE 3): PONGA UN ISLAMISTA EN SU CANDIDATURA

Ayer recibí los últimos envíos de “propaganda electoral”, mezclados con publicidad de supers, con la de un tipo que hace “trabajos de magia”, y con la de un cerrajero. En total ocho candidaturas electorales. Dado que no he visto la publicidad electoral en televisión y que evito los programas de radio que no difundan en las ondas música clásica o relajante mientras trabajo, me temo que estos envíos de publicidad electoral es mi único contacto con estas elecciones. Ya he dicho que me siento “apolítico”, esto es distante, pero no apático, en relación a la política. Vale la pena examinar lo que nos comunican estas ocho formaciones políticas.

Lo primero que llama la atención es que todas las candidaturas, salvo Vox, colocan, como mínimo a un apellido de solera islámica en la candidatura. Bien es cierto que, la mayoría están en lugares en los que ni la ayuda de Alá sería suficiente para que salieran elegidos, pero en unos pocos casos están en lugares de los que se puede estar seguro de que, en los próximos cuatro años, vivirán del no despreciable sueldo de diputado del parlament catalán.

¿Cuánto sueldo es éste? 59.000 euros al año, más una cantidad variable que oscila entre 1.500 y 2.000 euros al mes como dietas, según kilometraje (con un mínimo de 18.625 euros anuales mínimos y sin necesidad de detallar los desplazamientos realizados). Por supuesto, si el diputado tiene alguna responsabilidad -ser portavoz en alguna comisión- su sueldo supera al sueldo “oficial” de los ministros y del capo del gobierno del Estado. En cuanto a los miembros de la “mesa del parlament” y al “president del parlamento”, su sueldo alcanza 157.261 euros más los complementos de kilometraje (aunque no se muevan del parque de la Ciudadela).

Se entiende que los apellidos árabes, que figuran en cabeza en toda la UE como aspiradora de recursos sociales, se preocupen también de estar en las listas electorales a ver lo que pillan… Ahora bien, el PP coloca a su primer apellido árabe en el lugar 20 de la lista. Ciudadanos, lo coloca en el puesto 23. Y, Vox, como hemos dicho, es la única lista en la que no aparecen apellidos “muslimes” (o presuntos tales). Así que podemos establecer que no habrá en ese sector del arco parlamentario -el “constitucionalista” o “estatalista”- nadie con ese origen.

Luego está la izquierda en la que encontramos un Fouan Ahmad en la lista socialista, ocupando el número 27 y otro apellido musulmán en la de En Comú Podem en el puesto 18, hasta ahora el mejor situado para obtener escaño. Hay que recordar que el PSC fue el primer partido en incorporar, ya en los años 90 a un musulmán en sus listas. Me contaron una anécdota al respecto. Un buen día, en e l local del PSC de Barcelona, apareció un paquistaní que se quería afiliar al partido. Era el primero y le recibieron como correspondía, con todos los honores. Al día siguiente volvió y dijo si podía afiliar a otros 400 paquistaníes. La dirección del PSC (era el período de Obiols) se inquietaron: con esos niveles de afiliación, serían los paquistaníes y no ellos los que dirigirían el PSC en Barcelona. Así que declinaron la oferta. Sigamos con los indepes.

Las tres candidaturas del sector nacionalista-indepe, Junts per Catalunya, CUP y ERC, resultan sorprendentes, porque dos de ellas -CUP y ERC sitúan apellidos árabes en posiciones en las que seguramente saldrán elegidos diputados. En la CUP (que para la ocasión se ha hecho bautizar Cantidatura d’Unitat Popular – Un nou cicle per guanyar) la quinta posición de la lista por Barcelona está ocupada por un nombre con poca raigambre catalana y en la de ERC, los puestos 4 y 9 están ocupados por dos nombres de origen, mujer y hombre, respectivamente, que ya habían sido diputados en la anterior legislatura. La mujer es Najat Driouech Ben Moussa, ataviada con el tradicional y piadoso velo islámico (ella lo justifica con toda la razón del mundo: “tengo el derecho a la diferencia, exactamente igual que si una compañera decide ir vestida de rosa”). Nació en Marruecos en 1981 y es filóloga. En cuanto al varón en la casilla 9, se trata de Chakir El Homrani, de origen marroquí, aunque nacido en Barcelona. Estudió sociología y, fue elegido concejal de Granollers en 2015 y luego en 2018, tras la renuncia de tres mujeres que estaban antes en la lista, ocupó su escaño en el parlament, siendo designado luego conseller de trabajo. Ahora, El Homrani está situado en una lista en la que puede estar seguro de que ninguna mujer tendrá que dimitir para dejarle paso. En la misma lista de ERC encontramos a otros candidatos con los apellidos de resonancia musulmana en los puestos 36, 49, sin esperanzas de salir elegidos.

Así pues, la primera observación que puede hacerse es que: cuanto más nacionalista e indepe es una lista, mejor situado está el candidato con resonancias musulmanas (con todo, hay que hacer constar que es posible que algunos nombres sean musulmanes de origen, pero no de fe, aunque no es el caso de Najat Driouech cuya fe se expresa explícitamente en su atuendo). A pesar de que los partidos estatalistas y los de la izquierda tengan a gala sus diferencias, lo cierto es que, en la práctica, han colocado a los candidatos de apellidos musulmanes, más o menos en las mismas posiciones (puesto 27 el PSC, puesto 18 En Comú Podem, puesto 20 el PP y puesto 23 Cs). Del 18 al 24 apenas median 5 lugares, siendo la media el puesto 23.

Está claro que en estos casos figuras en puestos “difíciles” en los que no está claro si saldrán elegidos o no. Pero, lo más sorprendente es que los partidos nacionalistas que, en realidad, deberían ser los más fieles defensores de la tradición catalana y de las señas de identidad de esta tierra, son los que han colocado a los apellidos musulmanes en lugares en los que sí saldrán elegidos (al menos, los de CUP-G y, sobre todo, los de ERC), mientras que JuntsxCat tiene en las profundidades de la lista (puesto 30). Se trata de una jurista que entró en el parlament en la anterior legislatura al renunciar Clara Ponsati (en Waterloo) y que era alto cargo de la UNESCO en Cataluña (directora de “departamento de drets humans i diversidad cultural”).

Claro está que existen otras muchas candidaturas que se han presentado a las elecciones catalanas (Familia y Vida, por ejemplo y cuatro o cinco candidaturas más de carácter independentista, un par de izquierda comunista clásica y otras dos tipos new age, de animalistas, ecolocos y demás). En vano buscaríamos nombres de resonancias musulmanas.

Todo lo cual lleva a algunas conclusiones:

- Solamente los partidos con posibilidades de obtener diputados (salvo Vox) han incorporado a musulmanes.

- Ya sea por desinterés o porque los partidos minoritarios no tienen contactos con musulmanes, o porque estos se mantienen alejados de los partidos sin posibilidades de obtener representación, el hecho es que solamente están presentes en los partidos mayoritarios.

- La presencia de islamistas responde al cambio demográfico que se ha operado en Catalunya desde mediados de los 90. En la actualidad son casi 600.000 (la mitad que en Madrid). Los partidos mayoritarios deben contar necesariamente con esta clientela electoral.

- A pesar de eso, lo cierto es que la comunidad islámica -como, por lo demás, el resto de ciudadanos- por estas elecciones y es una constante el no tener interés por lo que ocurre o puede ocurrir en el país de residencia (que no de origen). Su corazón -y es comprensible- está en otros lugares.

- ERC, además de “encarnación de las esencias de la catalanidad”, aspira, paradójicamente, a ser el partido “de los islamistas catalanes” (en realidad el Islam tiene vocación universal y nada más lejos de la realidad pensar en que existe un “islam catalán”, hasta ayer, la única relación de Cataluña con el Islam fue la ocupación islámica de la Edad Media y los piratas berberiscos que asolaron las costas catalanas hasta el siglo XVIII).

- Ningún partido ha cuestionado si los 600.000 islamistas residentes en Cataluña están o no  “integrados”, ni se ha permitido opinar sobre si se trata de la comunidad más subsidiada de todas las que conforman el mosaico catalán.

Pero esto último atañe ya al análisis de los programas electorales que abordaremos antes de la “jornada de reflexión” (¿alguien “reflexiona” en esa jornada sobre su voto?)