Albiñana, como toda la derecha fascista española estaba muy influida por las experiencias francesas (1) que se estaban dando en esos mismos momentos. No se tiene constancia de que estuviera suscrito a la revista de Maurras, L’Action Française, pero se sabe que conocía perfectamente la obra de Charles Maurras y que la compartía prácticamente sin fisuras. De hecho, en su Partido Nacionalista Español se perciben algunos ecos de esta influencia: la misma táctica activista sobre la que basaba su expansión parece calcada de los Camelots du Roi (2) y la misma orientación doctrinal (nacionalismo, anticomunismo y antisemitismo). Pero, a diferencia de Renovación Español y de la revista Acción Española que también estaban influidas por corrientes francesas, la inquietud intelectual de Albiñana le había llevado a conocer a otras tendencias del pensamiento político francés conservador.
En aquel momento, había un
hombre en Francia que llamaba la atención por tres motivos: por tratarse de un
perfumista millonario y por haber financiado varias publicaciones y movimientos
de carácter anticomunista y por multiplicar sus artículos periodísticos sobre
el comunismo, es decir, contra el comunismo. Se trataba de François Cotty que
en 1928 acababa de escribir Contre le
communisme (3) que cayó en
manos de Albiñana el cual lo transformó en su libro de cabecera. Coy, desde su
diario L’Ami du Peuple animó en 1925
y 1927 dos grandes campañas a favor de un frente único de las democracias
contra los soviets (4). En España las ideas de Coty –bastante excéntricas por
lo demás- fueron divulgadas por La Nación
que se sumó a la campaña de 1927 con distintos artículos de Maeztu y por ABC
que publicó tres artículos de Coty poco antes de las elecciones de 1931 (5).
La idea de que la masonería
y el judaísmo actuaban de común acuerdo se había ido extendiendo en Europa en
la segunda mitad del siglo XIX y, posteriormente, tras el triunfo de la Revolución
de Octubre en 1917, se sumó a la visión conspiranoica el comunismo. La idea
general consistía en que existía una “sinagoga secreta” compuesta por rabinos
que desde tiempo inmemorial intentaba controlar el mundo. Para ello había
creado la secta masónica cuya función no era otra que la de abrir el paso a las
revoluciones bolcheviques (6). Tal era la teoría que, en sí misma, pretendía
reunir los datos objetivos con cierta racionalidad para interpretarlos de
manera irracional. La teoría sedujo a Albiñana que la asumió tanto en sus
escritos anteriores a la creación del Partido Nacionalista Español como poco
antes de ser fusilado y que compartía con el general Mola que lo había
alimentado mientras fue Director General de Seguridad con el “fondo de
reptiles” de este organismo (7).
El nacionalismo del que
hizo gala Albiñana también estaba extremadamente influido por las corrientes
francesas, no sólo por Charles Maurras, sino también por Barrés. En cuanto a su
antisemitismo, se ha comparado al de Déroulede (8) y, para colmo, creía a pie
juntillas en la veracidad de Los
Protocolos de los Sabios de Sión (9). Albiñana daba el documento como
cierto y opinaba como el propio Onésimo Redondo que reflejaba el texto original
de las actas del Congreso Mundial Sionista reunido por Theodoro Herz. Tanto Redondo
como Albiñana, mantenían contactos con los medios jesuíticos que, en aquel
momento, se habían configurado como los máximos difusores en Europa Occidental
de esta obra de pura mistificación.
Su antisemitismo estaba muy
influido también por la figura de Édouard Drumont (10). Él mismo en sus artículos demostraba estar
familiarizado con la situación francesa. Así por ejemplo en el portavoz del PNE
había escrito: "Hay nacionalismo en Francia, que actúa valientemente
frente al brutal imperialismo económico y político de la Rue Laffite, sede
mayor del insolente Rostchild” (11) …
Por
si todo esto fuera poco, cabe decir que Albiñana dedicó su obra Confinado en Las Hurdes a León Daudet,
autor francés de prestigio y uno de los líderes más celebrados de Action
Française, así como habitual redactor del semanario del mismo nombre (12).
El
albiñanismo era, pues, profundamente antisemita, como la mayor parte de las
derechas de la época, la diferencia estribaba en que para el PNE era el “grande
y único problema de España”. Albiñana estaba convencido de que en España
actuaban 100 “agentes judíos” llegados para promover disturbios (13). La
presencia judía (especialmente en Europa Central y del Este) en los movimientos
revolucionarios de izquierda era extremada e inusualmente numerosa. Sin
embargo, esto se suele interpretar porque los judíos de esas zonas eran, o bien
extremadamente pobres, o bien se trataba de intelectuales desarraigados que
habían abandonado la sinagoga y estaban dotados de un innegable espíritu
destructivo que ponían al servicio de la revolución. En España, donde la
minoría judía era minúscula ni siquiera existía esa posibilidad. El número de
personas de origen judío que estaban presentes en esos movimientos subversivos
hacía imposible que nadie sostuviera las tesis conspiranoicas de estilo
centro-europeo. Albiñana, sin embargo, sí lo hacía y se embarcó en el
desarrollo de campañas antisemitas que tuvo eco en los medios antisemitas
alemanes. El propio diario central del NSDAP, el Völkische Beobachter, se hizo
eco de aquella campaña con estas palabras que reprodujo la revista del PNE: "Aunque el movimiento español tiene una
orientación monárquica, que nosotros no tenemos, nos felicitamos de que también
en España se ha reconocido al enemigo mundial". (14)
Los textos antisemitas de Albiñana no aportan gran cosa al estudio de esta corriente y son del mismo género que luego se volverán a encontrar en Mauricio Carlavilla, autor antisemita y antimasónico de la postguerra. La orientación antisemita de Albiñana es exactamente la misma que la que en aquellos momentos asumían todas las derechas europeas (e incluso un sector de la izquierda) (15) y cabe decir que ni siquiera perdió el tiempo intentando una adaptación. Véase, por ejemplo, este texto: “El judaísmo actúa en nuestro país por medio de la Masonería; ella inspira los planes de la Prensa derrotada y escandalosa; ella se ha infiltrado en la Institución Libre de Enseñanza para dominar el profesorado y en la llamada FUE para movilizar a los estudiantes, copando con catedráticos y alumnos el imperio de la Universidad. Ella, que necesita masas proletarias para provocar conflictos sociales, ha colocado elementos masónicos en los directivos de la Confederación Nacional del Trabajo, Casa del Pueblo, Sindicato Único y Unión General de Trabajadores. Todos estos organismos disponen de fondos inagotables, atribuidos al comunismo, pero que no es más que dinero judío, repartido por manos soviéticas, para promover sangrientas perturbaciones como las que acabamos de presenciar. Triunfante la revolución comunista en España, sería inmediatamente abolido el decreto de los Reyes Católicos y los judíos entrarían triunfantes en nuestra Patria, vengándose de su destino secular. Entonces, gracias a la absorción judía en todos los órdenes de la actividad nacional, España descenderá a simple colonia semita y los españoles seríamos esclavos de Israel. Hay nacionalismo en Francia, que actúa valientemente frente al brutal imperialismo económico y político de la Rue Laffite, sede mayor del insolente Rostchild. Hay nacionalismo en Italia, vinculado en los varoniles fascistas, que han ahuyentado a los judíos. El enérgico Mussolini ha acabado con la Masonería italiana en nombre de la seguridad de su Patria ... En Alemania, el nacionalismo con Hitler al frente, ha tomado carácter de lucha de razas, atacando fuertemente a los judíos, que huyen despavoridos ante el temor de una matanza... Este es el verdadero sentido de la revolución que actualmente presenciamos, ni republicana ni comunista. Es, sencillamente, una revolución judía, elaborada por su predilecto instrumento masónico. ¿Remedio? ¡El nacionalismo español! ¡La unión sagrada de todos los españoles en torno de los valores fundamentales de la Patria!” Y cuando el orden quede restablecido, la paz consolidada y el porvenir en marcha, entonces será ocasión oportuna para abordar con serenidad el problema judío, causa de nuestras perturbaciones anteriores. ¿Cerrando definitivamente la puerta a toda acción semita? ¿Admitiendo a los sefardíes, como proponen algunos núcleos de la derecha? ¿Modificando nuestra legislación civil y política para que puedan desenvolverse en nuestra Patria los errantes judíos españoles? Interrogantes éstos que se ofrecen a nuestros políticos como absurdos problemas nuevos, cuando ya debieran estar resueltos desde hace muchos años. Nos va en ello el porvenir y la tranquilidad de la nación. Descartada la amenaza judía, se acabaron todos los conflictos por ella creados" (16).
NOTAS A PIE DE
PÁGINA
(1) Cfr. Revista de Historia del Fascismo,
artículo Renovación Española y Acción
Española, aparecido en los volúmenes II, III y V.
(2) Sobre los Camelots du Roi, Cfr. Revista de Historia del Fascismo, nº I, artículo Maxime Real del Sartre y los Camelots du Roi.
(3) François Coty, Contre le
Comunisme, B. Grasset, París 1927. Joseph
Marie François Spoturno (1874-1934), conocido como “François Coty”, nació en Córcega y fue el principal financiero de todas
las experiencias de la extrema-derecha francesa de los años 20 y 30.
Fascinado por el material químico de un amigo, éste le regaló la receta del
“agua de Colonia, que Coty ensayó y comercializó, estudiando luego química y
perfumería. Tal fue el origen de su fortuna. El gran hallazgo de Coty fue
comprender que, en el siglo XX, el perfume sería un objeto de consumo y que,
por tanto, precisaba una industria de investigación y comercialización e
incluso se adelantó a su tiempo aplicando marketing
y packaging a sus productos. Cuando
estalló la guerra de 1914-18, Coty ya era inmensamente rico y en 1920 ya
apareció en las listas de los hombres más ricos del mundo. Políticamente
conservador, se enfrentó, sin embargo, a Action Française (a la que
inicialmente había financiado con dos millones de francos entre 1924 y 1928).
Fundó en 1933 su propio movimiento, Solidarité Française, que participó en las
revueltas parisinas de febrero de 1934. Se suele decir que su aspecto físico y
su mirada eran enigmáticas. Murió a raíz de un derrame cerebral después de un
divorcio que literalmente le arruinó junto a la crisis de 1929. La editorial de
Georges Valois (cfr. Revista de Historia
del Fascismo, nº VIII, artículo sobre Georges
Valois y le Laisceau), a quien había financiado su Faisceau, publicó una
biografía suya: Un ami du Peuple,
Monsieur Coty, Louis Latzarus, Librairie Valois, París 1929. Actualmente
accesibles puede consultarse: Un politicien au parfum, François Coty (Historama, no 48, febrero 1988) y Parfum
d'Empire, la vie extraordinaire de François Coty, Alain Duménil, Ed. Plon, París 2009.
(4) Información, miedo y
propaganda: el peligro comunista en España, 1918-1936, ponencia presentada
en el seminario de Historia Contemporánea de la Fundación Ortega y Gasset
celebrado en Madrid el 25 de marzo de 2003, pág. 6. http://www.ucm.es/info/historia/ortega/3-03.pdf
(5) Información…, op. cit., pág. 6. Los artículos de Coty en ABC de 8, 11 y 12 de
marzo de 1931; ver también editorial: “El
peligro comunista en España”, ABC 14 de marzo de 1931. Gil
Pecharromán, J: “Sobre España inmortal, sólo Dios”. José María Albiñana y el
partido Nacionalista Español (1930-1937), Madrid, UNED, 2000, p. 71.
Albiñana, J. M: Los cuervos sobre la tumba, Madrid, Compañía
Iberoamericana de Publicaciones, 1930; y España bajo la dictadura
republicana, Madrid, 1933.
(6) Los principales exponentes de la derecha española compartían
este punto de vista. El propio Ramiro de Maeztu identificaba a Alcalá Zamora
como “el Kerensky español”, es decir, el liberal-masónico que abría la puerta a
los bolcheviques. Estos ambientes cotejaban la casuística política y percibían
una línea de continuidad democracia-bolchevismo que, efectivamente existía en
la realidad, sin embargo, la explicación que daban a este proceso era meramente
conspiranoica: las partes implicadas eran conscientes del papel que estaban
jugando y, por tanto, eran “doblemente traidoras”, primero por traicionar a su
pueblo y en segundo lugar por traicionar al ideario liberal que decían defender.
Maeztu denunciaba este proceso y
el “peligro ruso” en diciembre de 1930, en el artículo El Estado y la ciudadanía, publicado en la revista Ahora, 17
de diciembre de 1930, reproducido en Liquidación de la monarquía
parlamentaria, Madrid, Editora Nacional, 1957, pp. 265-269.
(7) Citado en Revista de Historia
Contemporánea
– número 11, Artículo: Camisas de fuerza,
fascismo y paramilitarización, parágrafo Precursores y falsos profetas, Eduardo González Calleja, Págs. 56-58, http://www.historiacontemporanea.ehu.es/s0021-con/es/contenidos/boletin_revista/00021_revista_hc11/es_revista/adjuntos/11_04.pdf.
Así mismo el tema del antisemitismo del PNE ha sido tratado también en El antisemitismo en España, Gonzalo Álvarez Chillida, Ediciones de historia,
Madrid 2002, pág. 332-333
(8) Camisas de fuerza…, op.
cit., pág. 57. Paul Déroulede, tras abandonar la carrera militar se dedicó
a su carrera literaria y política; se unió al general Boulanger y su Liga de
los Patriotas. Diputado en varias legislaturas, católico con tintes
antisemitas, ataca especialmente a Clemenceau en especial por el escándalo de
corrupción del Canal de Panamá. En 1899 intenta un golpe de Estado, se exilia a
España hasta 1905 cuando es amnistiado.
(9) Cfr. Revista de Historia del Fascismo, nº VI,
Artículo: Un siglo de los Protocolos de
los Sabios de Sión.
(10) Édouard Drumont, escritor, periodista, político y antisemita
francés (1844-1917). Dirigió el semanario antisemita La Libre Parole y fundó la Liga Nacional Antisemítica de Francia.
Agnóstico pasó a las filas del catolicismo a causa de sus conversaciones con el
jesuita Stanislas du Lac que le convenció para que escribiera su obra más
conocida, La France Juive y le
financió el lanzamiento de su revista La
Livre Parole. Sus orientaciones fueron asumidas en España, prácticamente
sin variaciones, por Albiñana: crítica al cosmopolitismo y nacionalismo
presentado como antítesis del primero. Las correspondencias doctrinales entre
Albiñana y Drumont han sido estudiadas en Pasado Memoria. Revista de Historia Contemporánea, Nº 2 –
2003, Universidad de Alicante 2003, artículo Aproximación a las subculturas violentas de
las derechas antirrepublicanas españolas (1931-1936), pág. 48-49.
(11) La Legión,
órgano del Partido Nacionalista Español, Número 1. Artículo: La ofensiva contra España.
(12) Cfr. Antifalange, estudio
crítico de "Falange en la guerra de España, la unificación y Hedilla"
de Maximiano García Venero, Herbert Rutledge Southworth, Editorial Ruedo Ibérico,
París 1967, pág. 30.
(13) La Legión,
Número 1. Discurso del doctor Albiñana en Acto en Granada ( 4 de diciembre de
1930).
(14) La Legión, Número 5. Citado en http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-ii.
(15) Cfr. Zeev Sternhell, La Droite Révolutionnaire, Les origines
françaises du fascisme 1885-1914, Editions du Seuil, Paris 1978,
especialmente el Capítulo IV (L’Antisémitisme
de gauche) pág 177-212 y el Capítulo V (Les
Structures de l’antisemitisme) págs.215-243.
(16) Cfr. http://
memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-i, extraído, a su vez, de la revista La Legión, número 1.
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (1 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (2 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (3 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (4 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (5 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (6 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (7 de 7)