martes, 17 de octubre de 2017

A “Los 2 jordis” les ha tocado la pedrea




En este momento, los únicos que apuestan por la independencia catalana son las bases movilizadas después de siete años de publicidad machacona de la gencat en esa dirección. Esos y la CUP. En el PDcat ya se ha “abandonado toda esperanza” y en la dirección de ERC empieza a cundir la desmoralización. La detención de los “dos jordis” y su ingreso en prisión era algo que estaba cantado. Los “síntomas” de hoy no son diferentes a los de ayer. Pasamos a enumerarlos:

Primer síntoma: primera noticia en el telediario, los fuegos en Galicia

El telediario de anoche fue significativo. TVE1 anunciaba en segundo plano la detención de los “dos jordis” y la imputación de los “dos mozos”. Los fuegos en Galicia se llevaron los titulares. ¿Señal de que se intenta que la noticia “pase desapercibida? En absoluto: se intenta transmitir a la población que las detenciones son el resultado de una situación previa sobre la que el gobierno había advertido durante semanas: “habrá consecuencias al 1-O”. El gobierno tiene claro cómo actuar frente al proceso independentista. Con el “frente interior” tranquilo (el pacto PP-PSOE-Cs para la reforma constitucional), con una hoja de ruta decidida, ahora solo queda ponerla sistemáticamente en práctica. No hace falta dar, pues, mucho relieve a la detención de dos dirigentes de asociaciones, sin cargo oficial. Es el resultado de las advertencias previas. No es noticia “de máximo relieve”.

Segundo síntoma: los “arrepentidos de La Vanguardia”

La Vanguardia de hoy titulaba uno de sus artículos relevantes: “El plan de independencia unilateral admite problemas para pagar las nóminas”… lo que traducido quiere decir que la propia Vanguardia (“boletín interior” de CiU durante años y portavoz oficioso de la gencat) “alerta” del riesgo del DUI, esto es, de su inviabilidad. Y lo hace de la forma que más puede disuadir a los afectados: recordándoles el bolsillo. Pero es que, además, la fuente primaria de la información es la oficina de la Consellería d’Economía dirigida por Oriol Junqueras, comentando los “dos escenarios” presentados en el famoso papel encontrado por la Guardia Civil en la oficina de Lluis Salvadó (y que ahora se atribuye a Francesc Sutrias, director de Patrimonio de la Generalitat), contemplando dos escenarios “el de guerra” y “el de guerrilla”. Lo que se sugiere en el artículo es que todos los intentos de estas oficinas por tratar de pagar los sueldos de los funcionarios de la Generalitat van a resultar inviables. Así que estarán obligados a emitir “bonos patrióticos” (que todo el mundo sabe que no darán ningún resultado) y a más presión fiscal. O como han propuesto, “trasladar las cuentas a París” (completamente inviable). Dicho de otra manera: la estructura funcionarial faraónica de la gencat seguirá cobrando sus salarios… si quien está pagando desde mediados de septiembre (el Estado Español), sigue teniendo voluntad de hacerlo. La información no es ingenua: es otro torpedo de “los arrepentidos” de La Vanguardia para liquidar la fantasía independentista.

Tercer síntoma: las detenciones de “los jordis” y las imputaciones “al mozo y a la moza”

Las imputaciones por “sedición” no son pecata minuta. De avanzar pueden generar condenas de 15 años de prisión a los imputados. De momento son cuatro: dos se quedan en prisión y otros dos se les retira pasaporte y deben pasar por el ominoso trance de firmar dos veces por semana… ¿Quiénes son primeros? Funcionarios de los mozos, en este caso, un “moro y una moza”. Detalle: funcionarios de un organismo sensible de la gencat, su policía. ¿Quiénes son los segundos? Los dirigentes del tejido asociacionista amamantado por la gencat y convertido en ariete del independentismo entre la población… Así pues, la diferente entre unos y otros es que los que han salido “menos perjudicados” y ayer cenaron en sus casas, son funcionarios de un organismo oficial. Los que ayer comieron rancho taleguero son ciudadanos de a pie. Mensaje que se transmite: el gobierno no quiere apuntar contra la Generalitat de Catalunya, sólo contra el proceso. 

Cuarto síntoma: pérdida de papeles de Rufián

La desintegración del frente independentista se manifiesta también en las declaraciones de sus personajes públicos. Sin duda, Gabriel Rufián es uno de esos personajes que se ha ganado a pulso una hostilidad de los sectores anti-independentistas: está en el parlamento porque lo puso ERC en un intento de demostrar lo indemostrable, que los no catalanoparlantes tenían un lugar también en el “procés”. Pero el muchacho estaba escasamente integrado en ERC y poco identificado con su estrategia. Todo ha ido bien hasta la crisis: antes el frente independentista sabía como tenía que actuar y lo que tenía que decir. Ahora, resulta evidente que se empiezan a perder los papeles: mientras gentes de ERC filtran papeles a La Vanguardia que permiten a ésta torpedear el procés, otros como Rufián se unen a la estrategia numantina de la CUP: “todo lo que empezó en la calle, acabará en la calle”. La propuesta de Rufián de realizar una “huelga general” en toda España para protestar por las detenciones indica su grado de ignorancia de la realidad. Es lo que suele ocurrir cuando ya no se sabe por dónde salir.

Quinto síntoma: Ada Colau tranquilizando a unos y a otros.

A las 9:22 de hoy, Ada Colau se ha reunido con “empresarios, sindicatos, patronales, colegios profesionales y entidades educativas ante la continua fuga de empresas». No es que, en sí misma, Ada Colau sea un personaje que haya tenido algo que ver con el proceso independentista. De hecho ha dicho A y no-A en apenas unas horas y se trata de un personaje políticamente irrelevante, visiblemente superado por los acontecimientos y cuyas sonrisas acompañadas de indecisiones, ya no son tomadas en serio por independentistas ni por unitaristas. Pero lo curioso es que algunos han recurrido a ella alarmados por la fuga de empresas como si, sectores crecientes de la sociedad catalana, “soberanistas – no independentistas” y “unitaristas moderados” recurrieran a ella para que los consolara. Nadie duda que la Colau mantendrá su indefinición hasta última hora. Para ella lo más duro –el 1-O- ya ha quedado atrás y ha salido indemne judicialmente. La cuestión es cómo quedará electoralmente con su actitud en momentos de polarización.

Conclusiones:

1. Si Rajoy quería transmitir la idea de que la crisis está controlada, lo está consiguiendo. Lo ha conseguido en España y el desgaste puede hacer que termine consiguiéndolo también en Cataluña.

2. La imputación a dos funcionarios y la detención de los dirigentes de la “trama civil” va a hacer que unos y otros vean las orejas al lobo. Habrá protestas en la calle, pero está claro que después de los imputados de ayer vendrán más y más… todo depende de la actitud de Puigdemont. O desmoviliza el procés o la presión judicial seguirá adelante.

3. Hoy se comprobará si la CUP tiene “punch” o se le puede aplicar lo de “perro ladrador, poco mordedor”. Después de amenazar con actitudes numantinas, la CUP ya no tiene ninguna excusa para retrasarla: ahora, hoy, mañana, pasado, tiene que dar la medida de lo que puede movilizar, o perderá el rédito radical que ha ido acumulando. Es más: cuanto más tiempo pase, el radicalismo corre el riesgo de verse más aislado. Las detenciones de ayer indican que: si se tiende al radicalismo, se termina en la cárcel; pero la CUP es la única dirección que puede tomar si quiere seguir existiendo como opción. Por lo demás, la CUP está deshojando la margarita: tiene que ejecutar lo que tantas veces ha amenazado y para lo que había dado un plazo: ayer. Si ayer Puigdemont no declaraba la independencia real, la CUP lo dejaba caer…

4. La inseguridad se extiende por Cataluña, no solo entre las empresas: también empieza a afectar a los funcionarios de la gencat: empiezan a albergar dudas sobre quién les pagará a fin de mes. Y no lo duden: trabajarán para quien les pague. La endeblez del proceso soberanista reside en los sectores sociales que lo componen: gentes de pueblos (ERC), borrokas (CUP), asociacionismo amamantado por la gencat (OC, ANC) y funcionarios (exCiU). Ayer el Estado “golpeó” al asociacionismo independentista. Las fugas de empresas, los rumores sobre inviabilidad económica del proyecto soberanista cada vez más acredentados, van dirigidos contra los sectores más débiles de la sociología independentista. Sin carburante económico ni la ANC ni el OC existirían. Cuando se les acabe el dinero, simplemente, desaparecerán. Los borrokas son fácilmente neutralizables… a los mozos les va a tocar bregar con ellos y si Trapero quiere zafarse de multas y cárcel, va a tener que ordenar cargas contra ellos. Y en cuanto a los secotres independentistas de la “Cataluña profunda”, simplemente, pesan poco. Rajoy lo que está haciendo es poner en práctica la “teoría del salchichón”: ir cortando el independentismo a rodajas.

Conclusión:

Tenemos la sospecha de que hay negociación o como mínimo intercambios de mensajes entre Rajoy y, sino Puigdemont, algunos responsables de la gencat. El gobierno quiere evitar escenificar una aplicación del artículo 155, pero, en la práctica eso es lo que está haciendo… a plazos. Desde mediados de septiembre, la gentcat ya no es dueña de sus dineros: son administrados y controlados por el Estado. Las detenciones de ayer son un simple aviso de lo que puede ocurrir. Parece evidente que, bajo cuerda, se está llegando a algún tipo de acuerdo. Pero el problema básico para los independentistas es que están cada vez más arrinconados y las nuevas simetrías políticas en España, empequeñecen su papel en el congreso de los diputados: España ha pasado de ser un régimen de bipartidismo imperfecto en el que CiU era una peiza clave, a un país multipartidista en el que los diputados nacionalistas son un grupo más entre otros muchos. 

Por otra parte, repasando la historia de España en estos últimos cuarenta años, se verá que, ya sea por la vía del terrorismo o de las tensiones centrífugas, el tan cacareado “Estado de las Autonomías” es una irrisión internacional. Simplemente, no funciona, es faraónico e insostenible, absorbe excesivos recursos y carece de futuro… La crisis catalana ha subido el nivel de oposición en todo el Estado a este modelo de vertebración del país. Obviamente, no es que sus mentores (PP y PSOE) vayan a reconocer su fracaso, pero sí que van a proceder a reformas que hagan imposible el que cada año aparezca un foco de tensión autonómico y centrifugador. Tal es la gran lección de la “crisis catalana”: una vez más se ha producido una “heterotelia” de resultados: el proyecto político independentista, paradójicamente va a tener como resultado final el reforzamiento de la unidad del Estado.