En este momento, los únicos que
apuestan por la independencia catalana son las bases movilizadas después de
siete años de publicidad machacona de la gencat en esa dirección. Esos y la
CUP. En el PDcat ya se ha “abandonado toda esperanza” y en la dirección de ERC
empieza a cundir la desmoralización. La detención de los “dos jordis” y su
ingreso en prisión era algo que estaba cantado. Los “síntomas” de hoy no son
diferentes a los de ayer. Pasamos a enumerarlos:
Primer síntoma: primera noticia
en el telediario, los fuegos en Galicia
El telediario de anoche fue
significativo. TVE1 anunciaba en segundo plano la detención de los “dos jordis”
y la imputación de los “dos mozos”. Los fuegos en Galicia se llevaron los
titulares. ¿Señal de que se intenta que la noticia “pase desapercibida? En
absoluto: se intenta transmitir a la población que las detenciones son el
resultado de una situación previa sobre la que el gobierno había advertido
durante semanas: “habrá consecuencias al 1-O”. El gobierno tiene claro cómo
actuar frente al proceso independentista. Con el “frente interior” tranquilo
(el pacto PP-PSOE-Cs para la reforma constitucional), con una hoja de ruta
decidida, ahora solo queda ponerla sistemáticamente en práctica. No hace falta
dar, pues, mucho relieve a la detención de dos dirigentes de asociaciones, sin
cargo oficial. Es el resultado de las advertencias previas. No es noticia “de
máximo relieve”.
Segundo síntoma: los “arrepentidos
de La Vanguardia”
La Vanguardia de hoy titulaba uno de sus artículos relevantes: “El plan de independencia unilateral admite
problemas para pagar las nóminas”… lo que traducido quiere decir que la propia
Vanguardia (“boletín interior” de CiU durante años y portavoz oficioso de la
gencat) “alerta” del riesgo del DUI, esto es, de su inviabilidad. Y lo hace de
la forma que más puede disuadir a los afectados: recordándoles el bolsillo. Pero
es que, además, la fuente primaria de la información es la oficina de la
Consellería d’Economía dirigida por Oriol Junqueras, comentando los “dos
escenarios” presentados en el famoso papel encontrado por la Guardia Civil en
la oficina de Lluis Salvadó (y que ahora se atribuye a Francesc Sutrias,
director de Patrimonio de la Generalitat), contemplando dos escenarios “el de
guerra” y “el de guerrilla”. Lo que se sugiere en el artículo es que todos los
intentos de estas oficinas por tratar de pagar los sueldos de los funcionarios
de la Generalitat van a resultar inviables. Así que estarán obligados a emitir “bonos
patrióticos” (que todo el mundo sabe que no darán ningún resultado) y a más
presión fiscal. O como han propuesto, “trasladar las cuentas a París” (completamente
inviable). Dicho de otra manera: la estructura funcionarial faraónica de la
gencat seguirá cobrando sus salarios… si quien está pagando desde mediados de
septiembre (el Estado Español), sigue teniendo voluntad de hacerlo. La
información no es ingenua: es otro torpedo de “los arrepentidos” de La
Vanguardia para liquidar la fantasía independentista.
Tercer síntoma: las detenciones
de “los jordis” y las imputaciones “al mozo y a la moza”
Las imputaciones por “sedición”
no son pecata minuta. De avanzar pueden generar condenas de 15 años de prisión
a los imputados. De momento son cuatro: dos se quedan en prisión y otros dos se
les retira pasaporte y deben pasar por el ominoso trance de firmar dos veces
por semana… ¿Quiénes son primeros? Funcionarios de los mozos, en este caso,
un “moro y una moza”. Detalle: funcionarios de un organismo sensible de la gencat,
su policía. ¿Quiénes son los segundos? Los dirigentes del tejido asociacionista
amamantado por la gencat y convertido en ariete del independentismo entre la
población… Así pues, la diferente entre unos y otros es que los que han salido “menos
perjudicados” y ayer cenaron en sus casas, son funcionarios de un organismo
oficial. Los que ayer comieron rancho taleguero son ciudadanos de a pie.
Mensaje que se transmite: el gobierno no quiere apuntar contra la Generalitat
de Catalunya, sólo contra el proceso.
Cuarto síntoma: pérdida de papeles de Rufián
La desintegración del frente independentista
se manifiesta también en las declaraciones de sus personajes públicos. Sin
duda, Gabriel Rufián es uno de esos personajes que se ha ganado a pulso una hostilidad
de los sectores anti-independentistas: está en el parlamento porque lo puso ERC
en un intento de demostrar lo indemostrable, que los no catalanoparlantes
tenían un lugar también en el “procés”. Pero el muchacho estaba escasamente
integrado en ERC y poco identificado con su estrategia. Todo ha ido bien hasta
la crisis: antes el frente independentista sabía como tenía que actuar y lo que
tenía que decir. Ahora, resulta evidente que se empiezan a perder los papeles:
mientras gentes de ERC filtran papeles a La Vanguardia que permiten a ésta
torpedear el procés, otros como Rufián se unen a la estrategia numantina de la
CUP: “todo lo que empezó en la calle, acabará en la calle”. La propuesta de
Rufián de realizar una “huelga general” en toda España para protestar por las
detenciones indica su grado de ignorancia de la realidad. Es lo que suele
ocurrir cuando ya no se sabe por dónde salir.
Quinto síntoma: Ada Colau tranquilizando a unos y a otros.
A las 9:22 de hoy, Ada Colau se
ha reunido con “empresarios, sindicatos, patronales, colegios profesionales y
entidades educativas ante la continua fuga de empresas». No es que, en sí misma,
Ada Colau sea un personaje que haya tenido algo que ver con el proceso
independentista. De hecho ha dicho A y no-A en apenas unas horas y se trata de
un personaje políticamente irrelevante, visiblemente superado por los
acontecimientos y cuyas sonrisas acompañadas de indecisiones, ya no son tomadas
en serio por independentistas ni por unitaristas. Pero lo curioso es que
algunos han recurrido a ella alarmados por la fuga de empresas como si,
sectores crecientes de la sociedad catalana, “soberanistas – no independentistas”
y “unitaristas moderados” recurrieran a ella para que los consolara. Nadie duda
que la Colau mantendrá su indefinición hasta última hora. Para ella lo más duro
–el 1-O- ya ha quedado atrás y ha salido indemne judicialmente. La cuestión es
cómo quedará electoralmente con su actitud en momentos de polarización.
Conclusiones:
1. Si Rajoy quería transmitir la idea de que la crisis está controlada,
lo está consiguiendo. Lo ha conseguido en España y el desgaste puede hacer
que termine consiguiéndolo también en Cataluña.
2. La imputación a dos funcionarios y la detención de los dirigentes de
la “trama civil” va a hacer que unos y otros vean las orejas al lobo. Habrá
protestas en la calle, pero está claro que después de los imputados de ayer
vendrán más y más… todo depende de la actitud de Puigdemont. O
desmoviliza el procés o la presión judicial seguirá adelante.
3. Hoy se comprobará si la CUP tiene “punch” o se le puede aplicar lo
de “perro ladrador, poco mordedor”. Después de amenazar con actitudes
numantinas, la CUP ya no tiene ninguna excusa para retrasarla: ahora, hoy,
mañana, pasado, tiene que dar la medida de lo que puede movilizar, o perderá el
rédito radical que ha ido acumulando. Es más: cuanto más tiempo pase, el
radicalismo corre el riesgo de verse más aislado. Las detenciones de ayer
indican que: si se tiende al radicalismo, se termina en la cárcel; pero la CUP
es la única dirección que puede tomar si quiere seguir existiendo como opción.
Por lo demás, la CUP está deshojando la margarita: tiene que ejecutar lo que
tantas veces ha amenazado y para lo que había dado un plazo: ayer. Si ayer
Puigdemont no declaraba la independencia real, la CUP lo dejaba caer…
4. La inseguridad se extiende por Cataluña, no solo entre las empresas:
también empieza a afectar a los funcionarios de la gencat: empiezan a
albergar dudas sobre quién les pagará a fin de mes. Y no lo duden: trabajarán para
quien les pague. La endeblez del proceso soberanista reside en los sectores
sociales que lo componen: gentes de pueblos (ERC), borrokas (CUP),
asociacionismo amamantado por la gencat (OC, ANC) y funcionarios (exCiU). Ayer
el Estado “golpeó” al asociacionismo independentista. Las fugas de empresas, los
rumores sobre inviabilidad económica del proyecto soberanista cada vez más
acredentados, van dirigidos contra los sectores más débiles de la sociología
independentista. Sin carburante económico ni la ANC ni el OC existirían. Cuando
se les acabe el dinero, simplemente, desaparecerán. Los borrokas son fácilmente
neutralizables… a los mozos les va a tocar bregar con ellos y si Trapero quiere
zafarse de multas y cárcel, va a tener que ordenar cargas contra ellos. Y en
cuanto a los secotres independentistas de la “Cataluña profunda”, simplemente,
pesan poco. Rajoy lo que está haciendo es poner en práctica la “teoría del
salchichón”: ir cortando el independentismo a rodajas.
Conclusión:
Tenemos la sospecha de que hay
negociación o como mínimo intercambios de mensajes entre Rajoy y, sino
Puigdemont, algunos responsables de la gencat. El gobierno quiere evitar
escenificar una aplicación del artículo 155, pero, en la práctica eso es lo que
está haciendo… a plazos. Desde mediados de septiembre, la gentcat ya no es
dueña de sus dineros: son administrados y controlados por el Estado. Las
detenciones de ayer son un simple aviso de lo que puede ocurrir. Parece
evidente que, bajo cuerda, se está llegando a algún tipo de acuerdo. Pero el
problema básico para los independentistas es que están cada vez más
arrinconados y las nuevas simetrías políticas en España, empequeñecen su papel
en el congreso de los diputados: España ha pasado de ser un régimen de
bipartidismo imperfecto en el que CiU era una peiza clave, a un país
multipartidista en el que los diputados nacionalistas son un grupo más entre
otros muchos.
Por otra parte, repasando la historia de España en estos últimos
cuarenta años, se verá que, ya sea por la vía del terrorismo o de las tensiones
centrífugas, el tan cacareado “Estado de las Autonomías” es una irrisión
internacional. Simplemente, no funciona, es faraónico e insostenible, absorbe excesivos
recursos y carece de futuro… La crisis catalana ha subido el nivel de oposición
en todo el Estado a este modelo de vertebración del país. Obviamente, no es que
sus mentores (PP y PSOE) vayan a reconocer su fracaso, pero sí que van a
proceder a reformas que hagan imposible el que cada año aparezca un foco de
tensión autonómico y centrifugador. Tal es la gran lección de la “crisis
catalana”: una vez más se ha producido una “heterotelia” de resultados: el
proyecto político independentista, paradójicamente va a tener como resultado
final el reforzamiento de la unidad del Estado.