miércoles, 11 de octubre de 2017

“CRISIS CATALANA” – PARADA Y FONDA - 1





Venciendo mi natural pereza para escribir sobre temas políticos, aporreo el teclado para comentar el inicio de la última etapa del “sainete catalán”. Hoy, en Cataluña hay dos tipos de reacciones: los que se están riendo de todo lo que ocurrió ayer en el parlament y los que lo lamentan. Incluso en reacciones emotivas, Cataluña está partida en dos. Pero el que unos se regocijen y otros experimenten en crujir de dientes, no quiere decir que hayan entendido lo que ha ocurrido, ni que prevean lo que puede ocurrir –y, de hecho, ocurrirá- en los próximos meses. Trataremos de resumir.

Lo que va a ocurrir:

1. CONVOCATORIA DE ELECCIONES REGIONALES ENTRE EL DÍA DE DIFUNTOS Y EL TURRÓN

Esperábamos la declaración a las 17:00 y se retrasó una hora. ¿Motivo? La CUP que no estaba de acuerdo con la tibieza del documento y forzó que se “radicalizara”. La CUP, con su 8% de los votos, ha dado un plazo de 30 días al pobre Puigdemont (hoy convertido en irrisión en la prensa mundial y no digamos en las redes sociales) para que “negocie” y “declare la independencia”, de lo contrario, le restarán su apoyo parlamentario, con lo que, inevitablemente, su gobierno deberá adelantar las elecciones regionales… Lo que traducido quiere decir que el “gobierno Puigdemont” tiene fecha de caducidad. El 11 de noviembre. Tratará de resistir de manera numantina, pero el realismo puede que se imponga y desde hoy ya se esté preparando la convocatoria electoral a falta de poder preparar otra cosa.

2. EL FRENTE INDEPENDENTISTA HECHO PEDAZOS

El “frente independentista” está roto. En primer lugar, los “moderados” son cada vez más conscientes de que se han dejado arrastrar por los “radicales” a una aventura que, desde el principio, tenía pocos visos de terminar bien y que, para colmo, ha despertado al nacionalismo español. Los “moderados” son conscientes de que se ha creado una nueva realidad en la que el Estado, ante una ofensiva final, mal preparada, ha reaccionado con moderación y sin necesidad de emplear el “big stick”. Los “moderados” saben que, a partir de ahora, ya no van a poder actuar con las manos tan libres como durante el pujolato: han generado desconfianza en el gobierno del Estado y, lo que es peor para ellos, ya no son necesarios para la gobernabilidad. Por otra parte, los “radicales” están escindidos entre “posibilistas” (que creen que se puede negociar la independencia o algo parecido) y “radicales” (que quieren independencia ya). De hecho, estas mismas posiciones estaban presentes en 2006, y si se nos apura, en los años 80 e incluso en 1977-8. Así que no ha variado nada, salvo que se ha reconocido que hay tres grupos y no un “frente unido por la independencia”.  

3. NEGOCIAR A LA BAJA, EL DESTINO DEL QUE VENGA DETRÁS

Las nuevas elecciones son inevitables. La nueva convocatoria demostrará el espacio real que controlan, aquí y ahora unos y otros, a la vista de que nadie en Europa, ni siquiera en España, se ha tomado en serio el 1-O. El PDCat quedará descompuesto. Todo induce a pensar que en el “área independentista” ERC será hegemónica… pero el misterio es hasta qué punto los no independentistas habrán crecido, cuál será la correlación de fuerzas entre ellos y cómo quedará la izquierda podemita. Pero lo que está claro es que “tot plegat” se estará muy lejos de los 2/3 de consenso para alcanzar una situación que permitiera pasar a una fase de “independencia” real con garantías de éxito. Lo que no ha entendido Puigdemont, ni por supuesto la CUP, es que el margen para el “diálogo” y la “negociación”, palabras sagradas en las próximas semanas, es tan reducido que el Estado lo único que puede ofrecer es no aplicar el artículo 155 a cambio de que la gencat convoque elecciones. Aunque gane ERC y pueda formar gobierno (veremos con quién) lo cierto es que la sensación general es que el nacionalismo ha llegado al límite, a la mejor situación a la que podía aspirar y solamente le queda recular, esto es, negociar a la baja.

4. EL FUTURO DE RAJOY DEPENDE DE CATALUÑA

La aventura independentista se ha saldado con un fracaso rotundo del rupturismo que se percibirá en las próximas semanas en toda su magnitud: desmovilización de efectivos, cese del flujo de subsidios que llegan a las entidades independentistas con el consiguiente descenso de actividades y merma de simpatías, cifras macroeconómicas que irán en detrimento del “procés”, peleas entre las distintas posiciones independentistas y sensación de fracaso en ese sector que aspiraba a “todo” y ya no pueden conformarse con una simple victoria electoral de una de sus siglas. El problema para el independentismo es que ha enseñado sus cartas, su peso, sus técnicas y su poder: y no ha alcanzado la meta (la meta era ayer una declaración de independencia, hoy el imaginario colectivo de los rupturistas creía que se iban a generar manifestaciones de masa y ocupaciones de los restos de la administración del Estado, incluidos cuarteles militares y cadena de reconocimientos internacionales). Y lo que es peor para ellos: se ha desencadenado una reacción nacionalista española en todo el Estado que pesará en la balanza: es una forma de decir a Rajoy “ahora no se te ocurra negociar con esos y darles el oro y el moro para que se calmen…”. A la vista de la reacción popular, Rajoy solamente tiene que mantenerse en las posiciones que ha mantenido hasta ahora para ser elegido en los ocho años que seguirán a las próximas elecciones.

5. EN BUSCA DE MEDIADORES “DE PRESTIGIO”

Difícil negociación cuando no hay nada que negociar: o independencia o sometimiento. Claro está que Rajoy pretende una "victoria tranquila" y que el adversario tenga la sensación de una "dulce derrota" que pueda satisfacer a los "moderados". La gencat, por su parte, está en estos momentos buscando “negociadores de prestigio” que puedan sentar a las dos partes en la mesa de diálogo... Aparecerán como setas premios nobel de la paz olvidados en busca de vuelos en business-class, hoteles de cinco estrellas y dietas (¿tendrán el valor de recurrir a Rigoberta Munchú? ¿aparecerá Pérez Esquivel por Montserrat? ¿o buscarán tipos menos caricaturescos?), aparecerán “especialistas en mediación” que se enfrentarán a una posición que solamente puede ser de fuerza por parte de Rajoy: de esa fortaleza va a depender también su reelección en las próximas generales. Suerte tendrá algún “negociador” si logra ser recibido por algún jefe de negociado de interior. La gencat además, olvida que su estrategia era demasiado burda para haber podido triunfar y que su principal problema ahora es cómo esquivar multas, procesos, juicios y embrollos en los tribunales...

6. EL ESCENARIO AL QUE LA GENCAT QUERÍA LLEGAR

Los manuales sobre “conflictualidad política” indican que la última fase de una crisis es su “internacionalización”, es decir, cuando el problema deja de afectar a una nación para terminar afectando a toda un área geográfica. La gencat lo ha intentado enviando a Romeva a que paseara la calva aquí y allí. Lo único que ha cosechado son esperas, entrevistas con personajes de tercera o cuarta fila y el vacío generalizado: a nadie, seamos claros, a nadie salvo a los independentistas, le interesa la independencia de Cataluña porque a nadie le interesa la atomización de los Estados Nación en entidades todavía menores. 

La gencat aspiraba desde su fundación a ser “paritaria” en sus relaciones con el Estado: no en ser considerada como “entidad colaboradora del Estado en la gobernabilidad de Cataluña”, sino como un ente igual al Estado Español. Buscaba sentarse en plano de igualdad con el Estado y para ello necesitaba un Estado propio… ahora lo tiene: ¿lo tiene? Sí, lo declaró ayer formalmente Puigdemont. Ahora es cuando cree que, “siendo Estado”, puede negociar con “otro Estado” en condiciones de igualdad. Fantasías de alucinados. Tres días antes Artur Mas había dicho: “Cataluña todavía no está preparada para la independencia, requiere poder judicial propio, control sobre el territorio, recaudación de impuestos…” (Financial Times recogido por El Mundo). Lo que quiere decir que… Cataluña será independiente cuando sea independiente… según la lógica absurda del nacionalismo. 

Nadie, absolutamente nadie en Europa duda de que la gencat es una entidad SUBORDINADA al Estado, NO UN EMBRIÓN de “Estado independiente”. Nadie, salvo los nacionalistas que han defendido esta idea en los últimos 40 años y a los que, hay que decirlo en su favor, ni PP ni PSOE, se lo han recordado para obtener su apoyo.

CONCLUSIÓN: EL CAMINO A NINGUNA PARTE

Todo ha sido, a fin de cuentas, una tormenta en un vaso de agua. Lo venimos diciendo desde hace muchos años basado en nuestro conocimiento de la sociedad catalana que podemos reivindicar por nuestro árbol genealógico que arranca en el siglo XV cuando un pastor occitano llamado "Milà" terminó afincándose en esta parte de los Pirineos y dando lugar a mi linaje (del que estoy orgulloso y cuya continuidad está asegurada). Siempre hemos dicho que todo esto terminaría en nada, que la "unidad de España" no estaba en peligro... En cierto sentido nos hemos equivocado: “todo esto” lo que ha generado la iniciativa rupturista es una crisis que ha revitalizado el nacionalismo español. No era difícil preverlo y resumimos nuestros argumentos:

1) Los independentistas carecían de fuerza social suficiente para alcanzar la independencia: la sociedad catalana está atomizada más que la de cualquier otra parte del Estado.

2) Los tiempos de creación de nuevas naciones han quedado atrás: hoy, en plena globalización, pensar en términos nacionalistas indica un error de perspectiva y un desenfoque absoluto: cuanto más pequeño es un Estado más ilusoria es su independencia.

3) La “catalanización” hace dos décadas llegó a su punto culminante y, desde entonces, está estancada y no avanza.

4) Los niveles de uso del catalán como lengua cotidiana están entre un 30 y un 35%, estabilizados con cierta tendencia a la baja.

5) La Unión Europea no quería ni quiere saber nada de aventuras regionalistas. El independentismo ha desaparecido de Europa o se bate en retirada (incluso en Flandes).

6) La economía catalana es inseparable de la española incluso en materia turística, sin olvidar que Cataluña ha perdido un tercio de su tejido industrial desde principios de siglo.

7) El control de la gencat sobre los medios de comunicación choca con la despolitización de la sociedad, la desconfianza en la clase política y la brecha entre el “país real” y el “país oficial”.

8) El fenómeno independentista ha sido artificialmente estimulado por inyección de fondos públicos por parte de la gencat y ha avanzado a causa de la crisis económica de 2008.

9) Puestos ante el abismo de una independencia inviable, querida como máximo con un 30-35% de la población, los independentistas deberían ser capaces de redimensionar sus posiciones y mutar en una especie de "federalismo" antes de iniciar su declive definitivo que ocurrirá el día que pierdan el control de la gencat.

Utilizando términos casi existencialistas podríamos decir que la aventura (porque ha sido eso, una simple aventura de un grupo en el estaban presentes una mezcla de fanáticos enloquecidos, honestas gentes de pueblo con visiones desfiguradas de la realidad, funcionarios de la gencat y tejido social subsidiado) ha sido un viaje a ninguna parte. Viaje del cual nos encontramos ya en la estación término.