miércoles, 4 de octubre de 2017

ESTO (el independentismo) VA PARA LARGO...





¿Qué queréis que os diga? Valorar el discurso de Felipe V-1 es fácil: es la última advertencia antes de que caiga el "big stick" contra el núcleo duro del independentismo. Poco importará si se aplica el cacareado Artículo 155 o si detienen a Junqueras, a la presidente del parlament y al "major" de los mossos por negarse a declarar. El Rey ha marcado el tono: la acusación de "deslealtad" y de "dividir a los catalanes" ha sido clara, así que ahora solamente falta que actúe el poder judicial (es decir que, éste envíe a los Mossos a detener al “núcleo duro”, luego a los picos, si fallan, a los GEOS y si la cosa se pone dura a los tanques estacionados en Zaragoza. Por este orden. ¿O es que alguien pensaba que no había “plan de contingencias” para esta eventualdiad?

¿Y ya está? ¿resuelta la crisis? En absoluto: esto va para largo.

No llegará la sangre al río, porque en Cataluña, salvo un núcleo minúsculo de alucinados, la mayoría productos de la LOGSE, nadie quiere tiros en las calles (si algunos porrazos el domingo generaron estupor y crujir de dientes, podéis imaginar lo que supondría un fiambre). Esta no es tierra para tiros, ni siquiera para redentores armados. Desde Muret la energía bélica pareció agotarse en Cataluña. Incluso los Almogávares, un siglo después, estuvieron dirigidos por un alemán e, incluían en sus filas a aragoneses, occitanos, gascones. Eso sí, el cronista era catalán. Tiene gracia que las energías belicosas que quedaban en Cataluña afloraran en la “guerra del francés” y en la defensa de Cuba y Maracaibo. No en vano, el siglo XIX fue el siglo “más español” de Cataluña. Y de los curas trabubaires y del viejo carlismo catalán, dueño de las bendita "montanya" de esta tierra en el XIX, tampoco queda nada. En la guerra civil, el nacionalismo solamente estuvo presente en las oficinas de una Generalitat que no controlaba nada, salvo la recogida de cadáveres. Terrorismo, en Cataluña, nunca ha habido: lo de Terra Lliure fue un mal chiste y lo del FAC en los primeros 70, más de lo mismo.

Este no es un pueblo belicoso. Pero el nacionalismo siempre ha prosperado asumiendo el papel de víctima (Carod Rovira se quejaba de que no hubiera co-oficialidad en Madrid y de que nadie le ofreciera la ficha del hotel en La Castellana redactada en catalán...). El nacionalismo ha construido una Cataluña después de Muret (en el 1213, que va para más de 700 años...) especializada en ir de victimismo en victimismo y tira por que le toca. Sería bueno que un psiquiatra diagnosticara esta obvia dolencia nacionalista que, en la práctica, junto con la figura del cagané, evidencian lo que los psiquiatras llaman un "complejo sádico-anal" no resuelto.

El discurso de Felipe V-1 ayer, fue el anuncio de que, de la misma forma que la historia de los últimos 200 años en España es una "gigantesca pirámide de fracasos", la historia nacionalista de Cataluña va a poder añadir un nuevo hito en su historia hecha de lamentos y victimismo.

Pero esto no acaba aquí. ¿Existe un "problema catalán"? En realidad sí: en el siglo XIX el "proteccionismo" impuesto por la alta burguesía al resto del Estado, no fue la mejor opción, pero sí la que permitió que una burguesía pujante empezara a considerar a Cataluña como su "jardín privado". La Generalitat de 1979 fue su culminación. Pero luego, todo cambió: el mundo se globalizó a partir de 1989-90 y esa burguesía catalana dejó de invertir en Cataluña. Se dejó las riendas de la Generalitat a "segundones" (Puigdemont y Mas lo son, casados además con rumana y alemana respectivamente), a "charnegos" (Montilla), llevaron sus dineros a paraísos fiscales e invirtieron sus exacciones en bolsas internacionales. Hoy ya no es, ni de coña, la alta burguesía catalana la que "mueve los hilos" del nacionalismo. Salvo en el sector hostelero, ya no están presentes en la economía catalana como lo estaban desde los tiempos del proteccionismo. El dinero nunca termina de creerse del todo los ideales nacionalistas, por mucho que quienes lo detenten lo sean.

El hecho de que la alta burguesía catalana haya perdido el control del nacionalismo y que éste se haya escorado, final y definitivamente, hacia el independentismo, es el elemento nuevo de la situación y el motivo por el que cualquier entendimiento con él es imposible.

Así pues, lo que va a caracterizar los próximos años es:

1) Victimismo independentista elevado a la enésima potencia, persistente y sempiterno, aburrido, reiterativo, machacón, difundido en los medios de comunicación oficialistas (todos los que existen en Cataluña, subvencionados por la Gencat) y enseñado en la escuela de manera obligatoria dentro del programa de estudios, casi como rasgo antropológico.
2) Persistencia del independentismo mientras se prolongue la crisis económica, en tanto que hijo bastardo de la crisis y, paralela desaparición del “nacionalismo moderado” considerado como el “interlocutor” con el Estado.
3) Debilidad e inestabilidad del Estado Español por incapacidad para seguir existiendo en Cataluña (el Estatuto se basaba en la “lealtad” de la Generalitat hacia el Estado), y como producto final del inviable "Estado de las Autonomías",
4) Imposibilidad de construir un nuevo Estado independiente, una "República Catalana", con los mimbres sociales y con los apoyos internacionales de que disponen los independentistas,

Todo ello implica, finalmente, AGOTAMIENTO DEL MODELO POLÍTICO GENERADO DURANTE LA TRANSICIÓN. Lo que implica, en la práctica, el fracaso de otro modelo que, nuevamente, no ha podido superar los 40 años de vida útil... Pero, a diferencia de lo que ocurrió en 1977, ahora ya no es posible establecer nuevos consensos: ¿o es que creéis que Echenique o Iglesias es el Carrillo del siglo XXI? ¿que Rajoy es Suárez o que existen las mismas fuerzas económicas, mediáticas de la transición o la misma situación geopolítica que entonces? Y, a diferencia de lo que ocurrió en 1936, tampoco existe la posibilidad de que media España aplaste a la otra media. Ni siquiera de crear una sistema de alternancia amparado en el caciquismo y con la bendición de la Corona como se hizo durante la restauración…

Cuando se está en una crisis política que deriva de una crisis social, surgida como resultado de la inseguridad y el miedo provocada, en última instancia, por una crisis económica, la única salida es superar ésta última y esperar a que la realidad social, por sí misma, aleje de soluciones freakys, alocadas o "desleales". Y este es justamente el problema: que en un mundo globalizado, nada ni nadie está a salvo de la crisis económicas y estas son, en última instancia, insuperables. Por eso siempre hemos dicho que la globalización es la "madre de todas las crisis".

Por eso decía antes que esto iba para largo.