viernes, 25 de octubre de 2019

Crónicas desde mi retrete (38) CUATRO DETALLES DE LA "CRISIS CATALANA" QUE NO HAS CONSIDERADO, NI SON NOTICIA.


Los datos que pasan desapercibidos para la opinión pública y que se publican estos días son cada vez más alarmantes. No es que se "oculten", sino que aparecen en lugares muy secundarios en relación a la marejada de información sobre el traslado de los restos de Franco o sobre la solidaridad de los manifestantes de Hong-Kong con los indepes catalanes... Hay más, pero estos cuatro nos parecen esenciales relativos a la economía, a la construcción, a la inmigración y al consumo de drogas. Mientras los manifestantes se desgañitan en las calles pidiendo lo inviable, Cataluña avanza con paso firme, de la mano "amantísima y paternal", eso sí, de la gencat, hacia el despeñadero.

1. - CATALUÑA DESTACADA EN PÉRDIDA DE EMPLEO

La EPA publicada ayer confirma algo que se temía: en lo que va de año se han destruido 15.200 empleos en Cataluña. No es mucho, puede pensar alguno, pero la realidad es que en el resto del Estado se han creado 90.100 puestos de trabajo, globalmente, el número de parados ha descendido 11.800 menos que hace un año.

¿Por qué estas cifras tan negativas para Cataluña? Chakir el Homrani, conseller de trabajo, lo atribuye a la desaceleración del comercio internacional… Ya, pero es que Cataluña solamente exporta el 25% del total del Estado y la economía del Estado ha generado empleo, así pues, la explicación es falsa y mendaz. La caída del empleo y de la actividad industrial en Cataluña se debe, obviamente, al proceso, a la inestabilidad catalana y a la inseguridad que se respira en esta región más que en ninguna otra de España.

Que la economía se está desacelerando es algo evidente y aceptado por todos; que la economía catalana está en vanguardia de esta desaceleración en España es algo que solamente los indepes no pueden ni quieren reconocer. Pero este dato, esencial para los especialistas, vital para el futuro de Cataluña y enésima prueba de la irresponsabilidad del “procés” soberanista, apenas tendrá incidencia en las próximas elecciones, a pesar de que garantizará que ningún economista (salvo la pequeña tropa de funcionarios que jalea a la gencat) votará a una candidatura indepe.


2.- EL FRACASO DEL “PLAN DE ÁREAS RESIDENCIALES ESTRATÉGICAS” DE LA gencat

Sobre la “nueva burbuja inmobiliaria”, cabe decir otro tanto: ha pinchado antes en Cataluña que en España. Hoy se puede alquilar un piso de 90 metros cuadrados, frente al club náutico de Blanes por 600 euros, cuando hace solamente un año se cotizaban a 750. Por otra parte, el precio de la vivienda de obra nueva hace dos meses que remite en Barcelona, mientras que en Madrid, sigue subiendo. “Había subido demasiado y ahora debe bajar. Es el mercado…”, dice la gencat.

Pero lo que la gencat no responde es por qué en Cataluña baja antes que en el resto del Estado: solamente hay una respuesta doble: en primer lugar por el “verano caliente barcelonés” en el que se ha evidenciado la situación de total descontrol del orden público que reina en Barcelona y en otras ciudades, especialmente de la costa Catalana y que se ha traducido en 15 asesinatos en apenas tres meses y la obtención a nivel internacional de la calificación internacional de “ciudad sin ley”. Esto, necesariamente, debería afectar al turismo. El remate han sido las manifestaciones indepes de las últimas semanas que rematarán este proceso.

¿Es bueno para la población la bajada del precio de la vivienda? ¡Es maravilloso y es algo que debería ser impuesto por el Estado y no por la crisis! Pero no serán los ciudadanos los que se beneficien de estas bajadas, sino los consorcios de capital-riesgo que podrán comprar más barato. El ciudadano solamente se beneficia de estas bajadas cuando los bancos tienen abierto el crédito (lo que no es el caso) y cuando el empleo genera buenas perspectivas personales (lo que tampoco se da en momentos previos a la gran crisis prevista para 2020 y ya presente en .cat). Y esto sin conocer todavía el efecto de los incidentes violentos de estos días en BCN.

Por el momento, las cifras de construcción de nuevas áreas residenciales que se habían previsto en Cataluña en 2009 para paliar la falta de vivienda, evidencian lo que está ocurriendo: en 2009, cuando se desencadenó la anterior fase de la crisis económica, se proyectaron 73 “ensanches” para paliar la falta de pisos y la escasez de vivienda. ¡Solamente se han construido 2! Hay que decir que el “ambicioso plan” fue creado por el “tripartito” de la gencat con el pomposo nombre de “Plan de Áreas Residenciales Estratégicas”. De las 73.000 nuevas viviendas, 40.000 debían ser de protección oficial. Hoy, la gencat, dice que aquel plan está “obsoleto” y que se elaboró “en plena efervescencia de la construcción” ¿En 2009? ¿cuándo ya se había hundido el sector y estaban fracasando los “Planes E” de Zapatero?


3.- LA SUSTITUCIÓN DE POBLACIÓN EN CATALUÑA

¿Qué ha ocurrido para un fracaso tan rotundo? En primer lugar, que se ha construido mucho menos de lo previsto ¿Cómo ha sido posible, si la población catalana ha pasado de 7.377.107 habitantes en junio de 2008 a 7.615.000 en 2019? ¿Dónde viven y quienes son los “nuevos catalanes? Respuestas:
- En estos momentos en Cataluña hay 1.250.000 inmigrantes con “tarjeta de residencia” en vigor.

- Ahora bien, solamente en 2018 han obtenido la nacionalidad en Cataluña 20.000 extranjeros (de ellos, 10.000 marroquíes) y, en total, en los últimos 10 años se han concedido 125.000 nacionalidades en la región, a las que hay que sumar otras 250.000 concedidas desde el año 2.000, con lo que la cifra se eleva a 1.675.000 inmigrantes.
- A estos hay que sumar los que han llegado de otras partes del Estado ya con la nacionalidad concedida y los hijos de los que han ido naciendo desde el año 2.000, momento en el que se produce el inicio de la gran inflexión (cuando los primeros recién nacidos de las cuatro provincias catalanas fueron hijos de inmigrantes), cifra difícil de calcular porque los hijos de los inmigrantes nacidos en España “son españoles” (aunque se críen con las tradiciones de su país). El único dato cierto es que, dadas las bajísimas tasas de natalidad de la población española en Cataluña, hay que suponer que de 136.100 recién nacidos en Cataluña entre 2000 y 2018, y dada la desproporción de nacimientos entre españoles e inmigrantes (o naturalizados) es de 1 a 4, de esa cifra, 75.000 son hijos de no nacidos en España.

Todo lo cual permite pensar que en estos momentos en Cataluña hay, como mínimo, 1.750.000 inmigrantes (a los que habría que sumar los que, tras su llegada a España y su naturalización se han instalado en Cataluña, sobre los que no existe absolutamente ningún dato), de los que 350.000-400.000 han llegado o nacido en los últimos diez años ¿Dónde viven? ¡En viviendas que van dejando libres los españoles y catalanes que, o bien abandonan Cataluña o bien fallecen!
Así pues, en Cataluña se está asistiendo, no a un “incremento de la población” como alardea la gencat, ¡sino a una sustitución de población autóctona por población venida especialmente de África!

4.- BARCELONA: CAPITAL MUNDIAL DEL CONSUMO DE DROGA

Por otra parte ¿quién puede desear vivir en la que hoy ha sido declarada como “la ciudad que consume más cocaína del mundo? ¿Exageración? En absoluto, es el resultado de un estudio sobre 120 ciudades en 37 países diferentes y que se ha publicado hoy. Barcelona aparece como líder en consumo de cocaína y, seguramente, lo es también en clubs de cannabis por miles de habitantes. Además, Barcelona aparece como la octava en donde se consume más éxtasis “con tendencia creciente”, según explica el informe. Más aún: Barcelona duplica el volumen de consumo de drogas de otras ciudades españolas (incluida Valencia).

No ha sido una sorpresa: el barcelonés atento podía darse cuenta con solamente ver la orientación de los negocios abiertos en los últimos tiempos. La única limitación que impone el ayuntamiento es que deben estar separados por 100 metros (antes era por 150). En toda Cataluña existían 200 asociaciones de consumidores de cannabis. En la actualidad oscilan (se abren y se cierran de continuo) entre 800 y 1.000, de las que más de 500 están en Barcelona y de esas, la mayoría en el casco antiguo y en torno a las Ramblas.

Así pues, Barcelona puede alardear de competir con Ámsterdam en “turismo de cuelgue”, una “inteligente alternativa” al turismo cultural al que aspiraba y que ha perdido irremisiblemente por una serie de infelices circunstancias.


¿A QUIEN HAY QUE CULPAR DE TODO ESTO?

En democracia, el culpable último es el que vota. Porque todos los errores enumerados anteriormente han sido cometidos por representantes electos de partidos políticos. A diferencia del político que se equivoca o que actúa de manera irresponsable, el ciudadano que entrega su voto alocadamente, lo paga caro con su seguridad, su estabilidad y su tranquilidad. Vale la pena no olvidarlo, aunque solo sea para evitar esa frivolidad simplona a la hora de entregar el voto a unos o a otros.

Luego están las instituciones que parecen embarcadas en una competición a ver quién resulta más ineficaz y tiene menos visión de futuro. Y aquí es difícil establecer si es el Estado, el Ayuntamiento de Barcelona o la gencat, más responsable en el evidente deterioro político, social, económico y cultural que está sufriendo Cataluña.

Y, finalmente, están los partidos y sus clases dirigentes, aunque, ya se sabe, estos engañan sólo a lo que quieren ser engañados. En la misma etimología de “partido” está implícita su función. Procede, en efecto, de “partire”, verbo latino que significa “dividir, cortar o despedazar algo”.
Edmund Burke distinguía entre “partido” y “facción” y entendía que los primeros defendían los intereses de una parte de la población que consideraba que beneficiarían al conjunto, mientras que la facción defendía solamente intereses egoístas y sectoriales. Pero, claro, esta definición es el del siglo XVIII y hoy lo que se entiende por “partido” corresponde a lo que Burke denunciaba como “facción”.

Las “facciones” que han llevado a Cataluña al borde del colapso -porque a eso camina- tienen nombres, rostros, siglas e historial a sus espaldas. Si usted decide ir a votar, lo mejor que puede hacer es mirar a Cataluña, ver en lo que se ha convertido y repasar la historia de las últimas décadas. No es que eso le vaya a indicar la papeleta que debe elegir, pero sí le dirá mucho sobre las responsabilidades.