sábado, 15 de agosto de 2015

Marruecos espía en España, mientras ZP tendía la mano

 

Info|krsisis.- [subtítulo] La información estratégica recopilada por Rabat sobre los países europeos es un mal síntoma. El siguiente artículo fue publicado en la Revista IDENTIDAD con el seudónimo de León Klein (… servidor). Desde entonces otros muchos datos han ido avalando la información publicada aquí. Lo reproducimos a título de inventario y para que quede constancia de los datos incestionables que acompañan al artículo

Cada día que pasa la “comunidad de inteligencia” española dispone de más datos sobre la actividad del espionaje marroquí en nuestro país. Moratinos no presenta una reclamación y ZP hace la vista gorda: cualquier roce con Marruecos puede dar al traste con la Alianza de Civilizaciones o remitirnos al “desencuentro”, cuando los corresponsales de prensa españoles en Rabat eran sistemáticamente expulsados tachándolos como “espías de Madrid”. El fondo de la cuestión es ¿por qué Marruecos aumenta la actividad de sus redes de espionaje en España?

En noviembre de 2008, 160 imanes y jefes de comunidades islámicas de España e Italia se reunieron en Marraquech con Yassin Mansouri, de 46 años, jefe del servicio secreto exterior de Marruecos. Éste tuvo el cinismo de explicar que la asamblea aspiraba a garantizar la "protección espiritual" de los emigrantes marroquíes en los países europeos. Mansouri, director de la Dirección General de Estudios y Documentación, el nombre oficial del espionaje marroquí, es ante todo un predicador islamista. Nacido al pie de la cordillera del Atlas, en una familia religiosa, aprendió de pequeño de memoria el Corán. En su casa construyó una pequeña mezquita para poder orar con más comodidad. Lo político y lo religioso se encuentran estrechamente relacionados en Marruecos cuya constitución señala que el monarca es no sólo jefe de Estado, sino comendador de los creyentes, es decir, jefe espiritual de sus súbditos.


Servicios secretos marroquíes en Europa

En diciembre de 2008, el jefe de los servicios de información belgas, Alain Winants, había pedido al gobierno marroquí la retirada de tres funcionarios de los servicios secretos belgas presentes en el país. ¿El motivo? Realizar tareas de espionaje bajo cobertura diplomática. Este incidente llevó a la ruptura entre los servicios secretos belgas y marroquíes. El detonante de toda esta escalada fue la detención en Casablanca el 18 de febrero de 2008 de un ciudadano belga de origen marroquí, Abdelkader Beliraj, acusado de seis asesinatos en Europa y con vinculaciones con los servicios secretos de aquel país.

En Holanda la situación es parecida. Los imanes de la numerosa comunidad marroquí en ese país fueron “invitados” a acudir a Marruecos para asistir a lo que fue una “sesión de adoctrinamiento”… y de paso aportar informaciones sobre el país de residencia. La propia comunidad de inmigrantes marroquíes ha denunciado que Rabat “utiliza el miedo al extremismo religioso como excusa para manipular a la comunidad de inmigrantes”. Paralelamente a esto, el AIVD (inteligencia holandesa) reveló que algunos de sus propios agentes vendían información a la DGED, el espionaje marroquí. Hubo incluso protesta diplomática. Uno de los miembros de la red era un sargento de la policía holandesa de origen marroquí, Redouane Lemhaouli que, en septiembre de 2008 fue incluso recibido por la princesa Máxima, esposa del príncipe de Orange, y el ministro de Juventud y Familia holandés, André Rouvoet.

En Francia, la situación es muy compleja. Los agentes de Rabat tienen el control del Reagrupamiento de los Musulmanes de Francia y del Consejo Francés del Culto Musulmán, organismo mediador entre las autoridades francesas y la numerosa comunidad inmigrante magrebí. Las autoridades francesas fingen tranquilidad, argumentando que estas ingerencias están motivadas por el interés de Rabat en controlar al “terrorismo islámico”. Sarkozy, como ZP, mira a otra parte.

De asuntos del corazón a espionaje militar

Las alarmas se recrudecieron a raíz de una inofensiva operación de desprestigio de José María Aznar que estaba cerca del cotilleo a pesar de ser mera intoxicación informativa. En efecto, la vida amorosa de Aznar se convirtió en noticia. Poco después de que un juzgado de Madrid ordenase a Telecinco pagar 240 mil euros por informar en 2007 que él y su esposa, Ana Botella, se iban a separar por sus supuestas infidelidades, se extendió el rumor de que Aznar era el padre del bebé de la ministra de justicia francesa, Rashida Dati. El País informó que esta información procedía de espías marroquíes.

La publicación marroquí L'Observateur fue utilizada por los servicios marroquíes como vehículo para difundir la información en septiembre de 2008. La publicación Bakchich Info, por su parte, desveló que el servicio secreto marroquí indagó la vida privada de Dati. En 2006 esta misma publicación informó sobre la "pinza" que el rey de Marruecos, Mohamed VI, y el entonces presidente francés, Jacques Chirac, formaron contra Aznar tras el desalojo, en julio de 2002, de los marroquíes del islote de Perejil del que se habían adueñado. Esta información tenía como fuente al DST, el servicio secreto francés. Éste atribuía a Chirac la siguiente frase dirigida a Mohamed VI en octubre de 2002: "Es ahora o nunca cuando hay que actuar para oponerse a la penetración española en Marruecos". Los servicios marroquíes todavía se la tienen jurada a Aznar por el “asunto Perejil”.

Pero éste no fue el único caso de intervencionismo de la inteligencia marroquí en los asuntos internos de España. En 2006 fue detenido en Melilla un espía marroquí que se hacia pasar por periodista fotografiando instalaciones militares melillenses. Esta detención sirvió para que el Centro de Inteligencia y Seguridad del Ejército de Tierra (CISET) pusiera al descubierto una red de espionaje de los servicios secretos militares marroquíes en Ceuta y Melilla. Fuentes de este mismo organismo –la máxima instancia en información estratégica en España– declaró que este episodio era un síntoma más de “la creciente infiltración del espionaje de Mohamed VI que trata de reclutar a soldados españoles de origen marroquí” destinados en Ceuta y Melilla. El falso periodista fotógrafo se vino abajo al ser interrogado. Declaró que pertenecía al servicio de inteligencia marroquí y que tenga la misión de fotografiar instalaciones militares de Melilla. La inteligencia militar española no se muestra sorprendida de la "agresividad" de los servicios secretos de Rabat. El gobierno ZP, en cambio sigue mirando a otra parte.

Este episodio desmiente que el “único interés” de la inteligencia marroquí sea la penetración del fundamentalismo islámico en la inmigración marroquí residente en España. Estamos, pues, ante una actuación agresiva del servicio de inteligencia de un país que reivindica territorios españoles: lo que está en juego es la seguridad del Estado y ésa debe ser la principal línea de defensa de un gobierno, y no la defensa cerrada de la Alianza de Civilizaciones.

El servicio secreto del vecino país intenta infiltrar a sus agentes, pero en los últimos años Rabat trata de reclutar espías entre los soldados españoles de origen marroquí destinados en Ceuta y Melilla. "Les presionan para que colaboren diciéndoles que de no hacerlo sus familias en Marruecos pueden tener problemas", explican las fuentes. Son hijos de padres españoles de origen marroquí, considerados por la constitución de aquel país como súbditos que han heredado la nacionalidad de los padres: la marroquí. Lo más grave es que las autoridades españolas, ensimismadas en su “buenismo” y en su política de “renuncia preventiva” a la defensa nacional, se niegan a percibir el peligro a pesar de que la información militar ha alertado en reiteradas ocasiones sobre la gravedad de los episodios descubiertos: los agentes marroquíes infiltrados en nuestro ejército están informando sobre el despliegue de nuestras unidades, el número de soldados en cada momento o las reservas de munición y carburante. La utilidad de estas informaciones solamente es militar y ofensiva. A esto hay que añadir que el 30% de nuestras tropas desplegadas en Ceuta y Melilla es de origen marroquí. Se albergan serias dudas sobre la actitud de estas tropas en caso de conflicto.

Objetivos del espionaje marroquí en España

Estas relaciones no son nuevas. En 2002, la embajada marroquí había reclutado como informador a Abdelkader el Farssaoui, ex imam de la mezquita de Villaverde (Madrid), más conocido por Cartagena, que resultó ser un “agente doble”. Cartagena explicó a la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) que los servicios secretos marroquíes, para los que trabajaba desde hacía tiempo, le pidieron que buscara las «debilidades» del marroquí Abdehamid Beyuki, dirigente de la organización Atime, para después «poder chantajearle a cambio de su colaboración con sus servicios de inteligencia» y explicó a la policía española los métodos que utilizaban los servicios marroquíes para obtener información: «le solicitaban que se ganase su confianza y les consiguiera información sobre sus actividades y posibles 'debilidades' por los cuales poder chantajearles a cambio de su colaboración con sus servicios de Inteligencia; entre dichas personas se encontraba Abdelhamid Beyuki, miembro de la directiva del MDOM y Atime».

En la «nota informativa número 11» de la UCIE, el imam revela interioridades de su propia mezquita: «De Idriss, el famoso y poderoso de la mezquita de Villaverde Bajo, todo el mundo sospecha que trabaja para algún servicio, bien marroquí o español, toda vez que viaja a menudo a Marruecos y no tiene medios para sufragar el gasto que conlleva tantos viajes, ya que no tiene un trabajo estable». La Embajada de Marruecos en Madrid conseguía información para chantajear a inmigrantes marroquíes con el fin de captarles para su red de espionaje en España. Rabat dispone en estos momentos de una extensa red de informadores –muchos de ellos, imanes– por toda la geografía española, que le proporcionan un exhaustivo conocimiento de las actividades de la inmigración. Cartagena identificó a cuatro de esos espías.
Nadie recopila y paga información, ni crea una red de espionaje sino es para utilizarla en algún momento. ¿Es solamente información sobre la inmigración lo que busca Marruecos? Y si es así ¿por qué no recurre a los servicios españoles, por qué, en cambio lo hace a espaldas de España? Es fácil entenderlo: porque se trata, no sólo de información sobre la inmigración, sino especialmente de información sobre la sociedad española, sobre España: el enemigo geopolítico de Marruecos y el único país del mundo que todavía hoy reivindica territorios como propios territorios españoles.

La sombra del 11-M

La sombra de los servicios secretos marroquíes ha planeado siempre sobre el 11-M a pesar de que no se ha aportado ningún dato objetivo. En el fondo esta implicación es lógico si la investigación de un asesinato parte del clásico “¿a quién beneficia el crimen?”. Nunca gobierno alguno ha ganado tanto como el marroquí con la sustitución de Aznar por ZP a raíz de aquellos atentados. ¿Existe algún dato objetivo que contribuya a ver la sombra de los servicios marroquíes en aquella masacre? Sí y de primera magnitud.

A poco de ser detenido Jamal Zougam y presentado como “autor material” de la masacre, la prensa española publicó varias informaciones tendentes a demostrar la “colaboración y la buena voluntad” de las autoridades marroquíes. Esta “sintonía” se tradujo en el desplazamiento de varios “policías” a España para “ayudar en las investigaciones”. Lo sorprendente es que las informaciones que trajeron estos “policías” era completamente falsa y hoy se sabe que lo era. Esto ocurría el 15 de marzo de 2004. Para estos “policías” estaba claro que algunas células próximas a los autores de los atentados suicidas de Marruecos vivían en España y desarrollaban un trabajo de proselitismo.

Fuentes de la seguridad marroquí aseguraron a la policía española –y Efe lo difundió- que Zougam había tenido relación con los atentados de Casablanca. Así mismo aportaron datos de pura intoxicación informativa que tendían a hacer a los atentados de Casablanca y de Madrid hijos de la misma madre: el salafismo. Los “policías” marroquíes llegados a España no tenían otro interés que aportar datos que vincularan a los detenidos con los atentados de Casablanca. Se insinuó que la presencia de Zougam en Tánger hasta abril de 2003 tuvo que ver con los atentados de Casablanca que tuvieron lugar un mes después y que no tenían ninguna similitud en el modus operandi con los del 11-M. Se llegó a publicar que Zougam fue indagado en 2001 por tener en su poder numerosos teléfonos de supuestos miembros de Al Qaeda y un vídeo en el que aparecerían los hermanos Benyaich junto a los jefes del terrorismo checheno… todo esto, absolutamente todo, era falso. Nadie difunde informaciones falsas sin un interés estratégico. Nadie, por supuesto, ha investigado de dónde procedían esas intoxicaciones informativas aun a pesar de que, indudablemente, el foco difusor tenía alguna participación en los atentados.

De hecho, en Marruecos se sospechaba que los servicios de inteligencia habían tenido algo que ver con los atentados de Casablanca que causaron una veintena de muertos (entre otros en la Casa de España) en un intento de frenar el ascenso del Partido para la Justicia y el Desarrollo. Lo más grave es que la prensa española publicó que los “policías” marroquíes llegados a Madrid tras el 11-M llevaban los historiales terroristas de los primeros marroquíes detenidos. Hoy se sabe que todas estas vinculaciones eran falsas. ¿Por qué este interés de los marroquíes en participar en la investigación y, sobre todo, por qué este interés en difundir informaciones que hoy se han confirmado como falsas?

Cocaína colombiana en España vía Marruecos

En el año 2003 el CNI fue alertado por primera vez de que los narcotraficantes colombianos habían llegado a un acuerdo con sus homólogos marroquíes para aprovechar las consolidadas redes de tráfico de hachís para introducir cocaína en España. Esas fuentes alertaron incluso de la proximidad de miembros del majzén (en entorno de la casa real marroquí) a esta operación. Sorprendentemente, el CNI explicó que entre sus funciones no se encontraba la lucha contra el narcotráfico, a pesar de que una táctica de la guerra de baja cota es precisamente debilitar la sociedad del enemigo impulsando el consumo de drogas.

Con el tiempo, aquellas primeras informaciones recibidas por el CNI se han ido confirmando: en 2007 Interpol informó a los cuerpos de seguridad marroquíes de la inminente llegada a las aguas del Sáhara Occidental de grandes cantidades de cocaína colombiana en barcos pesqueros cuyos dueños son generales marroquíes y sus familias. A raíz de la presión internacional, las autoridades marroquíes se vieron obligadas a aprehender considerables cantidades de cocaína que estaban guardadas en un barco propiedad de un general marroquí de alto rango, apenas una mínima parte de la que había ido llegando a este país magrebí.

El periodista español Pedro Canales, afirmó que este asunto está relacionado con importantes generales del ejército marroquí como el General Abdelaziz Banani, Inspector General de las Fuerzas Armadas de la monarquía marroquí, el general Hassni Bensleiman, Director de la Gendarmería marroquí y el general Abdel-Hag Gadiri, ex-director de la Seguridad Marroquí y uno de los consejeros más consultados por el rey Mohamed VI.

La cuestión es si este narcotráfico se realiza solamente con fines de lucro personal o si tiene un objetivo estratégico mucho más importante. La presencia de altos oficiales del entorno de Mohamed VI apunta a la segunda opción. Esta estrategia consiste en debilitar a las sociedades del Norte del Mediterráneo para que acepten sumisamente la exportación de inmigración marroquí. Marruecos exporta solo inmigrantes, droga y terrorismo… y luego chantajea a los países receptores para que aporten fondos para combatir la inmigración ilegal, el narcotráfico y el terrorismo islamista. Una hábil estrategia que sería inútil si en Europa gobernaran verdaderos estadistas en lugar de políticos de perfil bajo con la vista puesta en su imagen antes que en los intereses de de sus naciones.

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La actividad agresiva de los servicios marroquíes en Europa es la gran muestra de que ese país, amparado en su relación preferencial con los EEUU, practica una política de hostigamiento hacia Europa y, particularmente, hacia España que la Unión Europea contesta tendiendo cada vez más la mano hacia Marruecos y permitiendo sus exportaciones hortofrutícolas hacia el viejo continente, debilitando aún más la agricultura europea. Y todo esto, ante la vista de unas autoridades que se niegan a considerar la evidencia: Marruecos es el “enemigo del Sur” y así debiera ser considerado.

[recuadro fuera de texto]

La “comunidad de la inteligencia marroquí”

Los servicios de seguridad marroquíes son muchos y multiformes, desde luego mucho más floridos que en cualquier otro país africano. Las tres grandes ramas dependen del rey de Marruecos e inevitablemente están dirigidas por miembros del “majzén” (red de influencias de la Casa Real): el Ministerio del Interior, la Gendarmería y las Fuerzas Armadas. En realidad, esta estructura es muy similar al francés. Las principales estructuras de la “comunidad de la inteligencia marroquí” son:

Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN)
Dirigida por Hamidou Lâanigri.
Dependiente del Ministerio del Interior.
De esta estructura depende la Policía Judicial, la Brigada de Información General (RG) y la Dirección de Seguridad del Territorio (DST).
DST: servicio de inteligencia interior, creado en 1973 después del golpe de Estado frustrado dirigido por el General Ufkir contra Hassan II. Su función es "velar por la salvaguarda de la seguridad del estado y de sus instituciones". Dividido en tres departamentos: Contra Inteligencia, Contra Terrorismo y Protección del Patrimonio Económico y Científico. Está organizado en brigadas territoriales. Su sede central se encuentra en Témara. Encargado de espionaje en las comunicaciones. Compuesto por 9.000 agentes distribuidos en toda la sociedad marroquí incluidos aeropuertos, hoteles, clubs privados....

Dirección General de Estudios y Documentación (DGED)
Depende del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales.
Encargado de la inteligencia exterior y de participar en el mantenimiento de las seguridad del Estado.
Formado por 4.000 profesionales del espionaje y con un presupuesto de 10.000 millones de dírhams
Director: general de brigada Ahmed Harchi.
Tiene agentes operativos en Africa, el mundo árabe, Europa y Asia/Oceanía.
Cooperan con servicios nacionales e internacionales.
Se le ha vinculado a operaciones violentas y de terrorismo con fines de intoxicación y provocación.

Dirección de Inteligencia Militar (DRM)
Depende del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales.
Se trata de tres secciones cuya misión es recabar información.
La Sección 2ª se dedica a la información militar, la 3ª al contraespionaje militar y la 5ª a la lucha antiterrorista.

Servicio de Información General (RG)
Depende de la Gendarmería Real.
Es un servicio policial con tareas parecidas a la DGSN.


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