viernes, 23 de diciembre de 2011

Nuevo gobierno: primera impresión (I de III). Economía, Interior y Defensa



Infokrisis.- Ha sido o más parecido al “parto de los montes” pero, finalmente, habemus gobierno. No nos cabe la menor duda de que el nuevo gobierno del PP tiene un perfil mucho más alto que los distintos gobiernos del zapaterismo en los que la zafiedad, la ignorancia, la inadecuación para el cargo contrastaban con la necesidad de disponer de técnicos y expertos de calidad. Así que decir que el nuevo gobierno es superior a los gobiernos zapateristas no es decir gran cosa, sino tan sólo constatar una obviedad. Este es acaso el único elogio que se puede hacer al primer gobierno de Rajoy (que precisará de aquí a un año un reajuste porque las cosas no están nada bien para que su gestión produzca efectos inmediatos sino que más bien se verá erosionado entre mayo y septiembre del 2012).


Desde hace casi tres semanas en esta misma web habíamos augurado que el ministro de economía sería Luis de Guindos y acertamos de pleno. Era inevitable. Había sucedido lo mismo en Grecia y en Italia: funcionarios de confianza de los “señores del dinero” ocupaban o bien la cartera de economía o incluso (como ha ocurrido en Italia con Monti), la presidencia del consejo de ministros. En aquella España que llegó a 440 puntos de diferencial de la deuda soberana, era inevitable que ocurriera lo mismo. A decir verdad, lo que más puede doler a un ciudadano español es que los “señores del dinero” conocieran hace quince días el nombre del nuevo ministro de economía y nosotros tuviéramos que esperar dos semanas para conocerlo. ¿Que por qué decimos estos? Porque solamente tras conocer el nombre del ministro cesaron los ataques contra nuestra economía y el diferencial de la deuda empezó a bajar (y en eso sigue) lo que implica que “los mercados” daban una tregua al nuevo equipo.

De Guindos, como se sabe fue consejero asesor para Europa de Lehman Brothers y posteriormente responsable de la división financiera de Priceaterhouse-Coopers. Ambas entidades han sido esenciales en el desencadenamiento de la actual crisis económica y no olvidemos que la luz roja empezó a aparecer con la quiebra de Lehman Brothers que pronto se contagió por todo el sistema financiero mundial. 

Digamos pues que De Guindos va a ser el encargado de aplicar las reformas en materia económica que exige la alta finanza, los grandes consorcios bancarios y las instancias económicas internacionales empezando por el BCE y el FMI. No había muchas más posibilidades: o era De Guindos o era Rodrigo Rato. Rato, en nuestra opinión, se ha querido resguardar en esta primera fase de la “era Rajoy”. Rato aspira a bastante más que un puesto ministerial: lo quiere todo. Y pasar de la presidencia del FMI a un ministerio no era lo que más le tentaba. Rato será el hombre clave –el “tapado”- en los próximos meses y la alternativa a un presumible fracaso de Rajoy en materia económica que, como a Berlusconi en Italia, le obligaría a dimitir haciéndose cargo del gobierno Rodrigo Rato. Tal es uno de los escenarios posibles. El otro es que De Guindos se inmole en el altar de los intereses de la alta finanza, quede absolutamente desprestigiado pero consiga hacer su trabajo de expolio de la sociedad española para pagar la deuda y lograr que los acreedores respiren tranquilos.

Más problemática será la gestión de Fernández Díaz al frente de Interior. No ha empezado con buen pie. En principio porque el susodicho no deja de ser un superviviente del precedente del PP, Alianza Popular, hijo predilecto de Fraga, sin carisma, sin capacidad de comunicación y sin experiencia en materia de seguridad. Un político, en realidad, irrelevante al que le tocará convencer al electorado pepero de la conveniencia de seguir negociando con ETA.

Porque, el PP, Rajoy, dio el visto bueno a la negociación con ETA y todo lo que ha seguido no ha sido mas que un teatrito infecto en el que ya estaba todo pactado y los papeles repartidos. ¿Por qué nos atrevemos a afirmar esto que podrá parecer a alguno algo más que una infamia? Muy sencillo: porque ETA nunca, y somos tajantes, nunca, habría accedido a negociar con un Zapatero que toda España sabía perfectamente que jamás saldría relegido como presidente el gobierno desde hace tres años, si tuviera la más mínima sospecha de que el PP –el único partido que en buena lógica podría suceder al PSOE en el gobierno- daría marcha atrás en la negociación. Así se entiende las alusiones de Fernández Díaz a la “buena gestión” del faisán Rubalcaba al frente del departamento y por eso mismo se entiende también que Interior y el PP pactaran desde hace dos años el que este partido no se opondría a la política antiterrorista del gobierno. Es decir, que en este frente la actitud del PP va a ser continuista en relación a la de Rubalcaba.

Lógica ha tenido la división en dos ministerios, economía a un lado y hacienda a otro, del mastodonte originario. Cada vez es más evidente que ambas tareas tienden a complementarse pero no a converger. Economía debería de ser el ministerio para guiarnos en la crisis económica y Hacienda debería ser el que disciplinara la recaudación fiscal. Lamentablemente, nos tememos que esta lógica quede pulverizada y ambos ministerios sean lo que han sido hasta ahora bajo el zapaterismo: Economía genera deuda y Hacienda la paga exprimiendo a los españoles.

Con todo, el equipo económico del gobierno si puede ser objeto de alguna crítica es la de ser un instrumento liberal al servicio de una economía globalizada. Ni Montoro ni de Guindos harán jamás crítica alguna a la globalización ni por su mente pasará realizar la propuesta necesaria para reimplantar defensas arancelarias. Tal iniciativa sea considerada como herética y hereje chamuscable quien la efectúe. Ni uno ni otro la van a proponer. Y sin aranceles la economía no reverdecerá…

Uno de los desconocidos del nuevo gobierno es Pedro Morenés situado al frente de la cartera de Defensa, ministerio del cual fue subsecretario con Aznar. No se termina muy bien de ver cuáles son los atributos de Morenés para ir a Defensa, salvo sus buenas relaciones con las navieras del Norte y una breve experiencia en el ministerio entre 1996 y 2000. Morenés es un hombre ligados al capital nacional y a la industria de armamentos española, y seguramente por eso es por lo que está ahí, micho más que por su experiencia.

Es significativo que el CNI haya pasado orgánicamente del Ministerio de Defensa al de Presidencia y esté ahora controlado por Soraya Sáez de Santamaría, fidelísima de Rajoy. Los secretos los tendrá alguien de confianza. Veremos lo que hace con ellos. 

Sí pues, el equipo económico del gobierno está de momento volcado a los intereses de los “señores del dinero”, mientras que el equipo de defensa tiene un perfil bajo y el ministerio ha sido prácticamente dislocado para aumentar las atribuciones de presidencia. Lo primero es malo para nuestra sociedad y lo segundo peor todavía para nuestra seguridad. A este respecto creemos que Rajoy ha actuado con cierta ligereza y no ha meditado la jugada lo suficiente. El que alguien sea fidelísimo no le exime de ser eficaz y ni Soraya ni Fernández Díaz tienen ni la más remota experiencia en seguridad. Al mismo tiempo, Morenés es un comerciante no un estratega, ni siquiera tiene gran experiencia en gestión.

Hay algo en este gobierno que recuerda al zapaterismo: premiar a los amigos por encima de los técnicos eficaces. Es cierto que en el PP actual hay más técnicos que en el PSOE de ZP y que, difícilmente se podrá hacer las cosas tan mal como se han hecho en España entre 2004 y 2011, pero también es cierto que hasta ahora los nuevos ministros han hablado poco sobre sus proyectos y da la sensación incluso de que no los tengan. El único que ha hablado más de la cuenta es Fernández Díaz que es quizás el que lidiará con la cartera más problemática después de Economía. Y lo que ha dicho ha decepcionado.

© Ernesto Milà – Infokrisis – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen – http://infokrisis.bogia.comhttp://info-krisis.blogspot.comhttp://www.identitaria.es.