martes, 1 de mayo de 2018

365 QUEJÍOS (2): ¿SINDICATOS HORIZONTALES? ¡NO! ¡SINDICATOS INCLINADOS!



¿De qué se puede quejar uno el 1º de mayo? ¿De que no hay sindicatos? Los hay. Están ahí y los pagamos usted y yo a través de un gobierno que desde mediados de los 80 entendió que la carne de sindicalista sale barata. Desde entonces, los sindicatos “horizontales” (CCOO y UGT) han ido firmando “en nombre de los trabajadores” (“agentes sociales”) leyes y medias contrarias a los trabajadores. Se representan a sí mismo, en absoluto a ti y a mí, ni a los que son como tú o como yo. 

El sindicalismo es hijo del siglo XIX. Sirvió para moderar la ansiedad de rentabilidad de los capitalistas. De no existir los sindicatos, el capitalismo se habría hundido antes víctima de sus propias crisis de crecimiento. Los sindicatos hicieron que los patronos redujeron beneficios, aumentaran el nivel de vida de la clase obrera y convirtieran a los “trabajadores alienados” de los que hablara Marx, en “productores integrados” a los que aludió Umberto Eco. Pronto, los sindicatos se convirtieron en parte del engranaje del capitalismo, una especie de freno de zapata.

Hoy no son ni eso. Son arcaísmos vivos, productos de otro tiempo. Residuos de la época del capitalismo industrial, innecesarios e inadaptados a la época del capitalismo globalizador. Lenin entendió perfectamente que el “sindicalismo” jamás sería revolucionario… salvo que fuera un apéndice –una estructura horizontal- del “partido revolucionario”.

¿No conocéis el himno de UGT-CCOO? Sí, hombre, es aquella canción de Miguel de Molina, La bien pagá. Os la pongo para que la ensayéis.

Me quejo de unos sindicatos que hablan en mi nombre, cuando no tienen nada que ver ni conmigo ni con los míos. Si hablan de alguien que lo hagan de sus afiliados (si es que les queda todavía tontorrones que paguen la cuota), que lo hagan en nombre de sus cargos sindicales (los bienpagaos), que lo hagan en nombre de su patrimonio (que nos pertenece a usted y a mí), que hablen en nombre de sus “logros”: cero sobre cero en las últimas décadas; que se recuerde sus traiciones a los trabajadores, su venta al neocapitalismo. Sobre todo, hablan por sí mismos cuando:

1) Piden más inmigración y más libre… cuando los trabajadores españoles, sus afiliados, son los primeros afectados y
2) Piden la libertad de los “presos políticos” y se despreocupan de los jubilados teniendo como resultado su abandono del terreno sindical y su instalación en la vitrina del independentismo, como meros figurones a precio de ganga.

DE AHÍ QUE ME QUEJE DE QUE EN ESPAÑA  LOS “INTERESES DE LOS TRABAJADORES” NO ESTÁN DEFENDIDOS POR LOS “INTERLOCUTORES SOCIALES” QUE SE SIENTAN CON SUS AMIGOTES DEL GOBIERNO DE TURNO Y CAMBALACHEAN UNOS EURACOS DE AQUÍ Y DE ALLÍ A CAMBIO DE FIRMAR LO QUE SE LES PONGA BAJO LAS BABAS.

De eso me quejo. ¿Queda alguien con carné sindical? No seáis canelos y romperlo.  No más sindicatos inclinados.