miércoles, 16 de mayo de 2018

365 QUEJÍOS (17) ¿PERO ES QUE NO HAY SOPLADORES DE AIRE SILENCIOSOS?


Me ocurrió hace ocho años: estaba durmiendo y, de repente, a eso de las 6:00 horas oigo un ruido ensordecedor. Cinco minutos de estruendo que arruinaron mis mejores sueños de madrugada. No le hubiera dado mucha importancia, de no haber sido porque al día siguiente a la misma hora ocurrió lo mismo. Y el siguiente, y al otro y así sucesivamente. Durante unos días estuve preocupado por averiguar quién generaba ese estruendo. Finalmente lo vi: si hasta entonces se había limpiado la calle con una de esas escobas enormes de eficacia demostrada a lo largo de generaciones, el encargado de compras del ayuntamiento se ve que había decidido transformar a los simples y honestos barrenderos en “técnicos de limpieza urbana” dotados de un artefacto infernal que se conoce como “sopladores”.

Se trata de uno de los inventos más satánicos de la modernidad. Consiste en un motor de dos tiempos que mueve una bomba de aire, la cual, mediante un tubo lanza una corriente contra las hojas, los papeles, las colillas y los desperdicios, arrinconándolos hacia un lado de la calzada en la que luego pasa otro artefacto motorizado, igualmente ensordecedor, que se lo traga. 

Y digo yo: ¿ES QUE HACE FALTA EMITIR 70-75 DECIBELIOS PARA LIMPIAR LAS CALLES? ¿ES QUE NO SE HA HECHO SIEMPRE CON UN SILENCIO REVERENCIAL Y UN RESPETO POR LA GENTE QUE SE OBSTINA EN APROVECHAR SUS ÚLTIMAS HORAS DE SUEÑO?

ME QUEJO DE ESO: DE QUE LOS AYUNTAMIENTOS HAN DEJADO DE PENSAR EN LOS VECINOS, tal como demuestra esa máquina infernal. No se puede si la compra de dos o tres docenas de estos artefactos rinde suficientes comisiones al concejal que firma la adquisición (los de dos tiempos están entre 400 y 500 euros cada uno). Han sustituido a la pareja de barrenderos, el primero con la consabida escoba y el segundo con la bolsa recogedora. Será un avance tecnológico pero para los vecinos es un martirio.

Más ejemplos:

- estaba el otro día sentado en un parque con mi nieto (porque servidor es abuelo por partida doble). Niños jugando. De repente el rumor consabido, luego el estruendo que se aproxima, más tarde la visión propia de una película de ciencia ficción de dos “técnicos de limpieza municipal” armados con sopladores avanzando entre las brumas, luego todos los niños, los abuelos, las madres, todos tosiendo… Hablo con una de las “técnicos de limpieza”, una chica simpática que estudió diseño gráfico; va provista de mascarilla como si estuviera expandiendo un gas químico letal y con los oídos tapados por orejeras industriales; en la NASA no irían mejor provistos: “Es que se levanta mucho polen…”, me dice. Añadiendo “… y hace mucho ruido”. Pero le han ordenado hacer eso y eso es lo que está haciendo: no limpia, levanta polen.

- otro más: es viernes, me voy al mercado del pueblo. Está justo al lado de un parque con el suelo arenoso. Estoy comprando frutas y verduras que están al aire libre cubiertas sólo por un toldo. El ruido amenazador se oye lejos, luego va avanzando; bruscamente una nube de polvo nos envuelve: el género expuesto, cambia de aspecto, se cubre por una capa de polvo y polen depositados uniformemente. La niebla impide ver lo que compramos. Los ojos de resecan. El del soplador se excusa: hace lo que el ayuntamiento le ha ordenado.

NO ME QUEJO DEL “TECNICO DE LIMPIEZA MUNICIPAL”. Es gente enrollada que bastante tiene con lo que tiene. DE LO QUE ME QUEJO ES DE QUE ESTAS MÁQUINAS SOPLADORAS INFERNALES ESTÁN SIENDO ODIADAS EN TODA LA GEOGRAFÍA NACIONAL Y, SIN EMBARGO, AHÍ SIGUEN, A DESPECHO DE LA OPINION DE LOS VECINOS, SIN TENER EN CUENTA SU BANALIDAD, OLVIDANDE QUE ERA CIEN MIL VECES MÁS ECOLÓGICO LIMPIAR CON ESCOBA (Y NO DIGAMOS SI ANTES SE HA MOJADO EL SUELO) Y RECOGER A MANO

UTILIZAR ESTOS ARTEFACTOS QUE, EN SI MISMOS, SON MUESTRA DE QUE LES INTERESAMOS UN CARAJO A LOS GESTORES MUNICIPALES.

ME QUEJO DE QUE LOS AYUNTAMIENTOS NI PIENSAN EN NOSOTROS, NI PIENSAN EN NADA, o lo que es peor QUE PARECEN EMPEÑADOS EN HACER LA VIDA IMPOSIBLE A LOS CIUDADANOS: y estos, para demostrar su agradecimiento, les votan (prometedme que no lo volveréis a hacer). DE ESO ME QUEJO.