martes, 15 de mayo de 2018

365 QUEJÍOS (16) MALDITO SEA EL TURISMO MASIFICADO QUE HA DESFIGURADO MI CIUDAD


Uno de los motivos por los que me alejé de Barcelona es por tener conciencia de que el rumbo que le habían impreso los ayuntamientos que la dirigieron a partir de los mundiales de fútbol de 1982 era inviable y conducía directamente a la inhabitabilidad. En aquella ocasión, el ayuntamiento dirigido por Maragall descubrió que los italianos se encandilaban con las Ramblas y la arquitectura monstruosamente kistch de Gaudí. ¿Por qué no organizar unas olimpiadas? El socialista encontró eco en el Presidente del Comité Olímpico Internacional de la época, un franquista de tomo y lomo. Fue la santa alianza entre la socialdemocracia catalana y el desarrollismo franquismo. Pero no es de esto de lo que me quejo.

En 1992 tuvieron lugar aquellas olimpiadas y se urbanizó una zona abandonada de la ciudad que se intentó reconciliar con el mar. Como aquello no era suficiente porque la ciudad seguía hasta el Besós, se convocó un peripatético Forum Mundial de las Culturas doce años después, que supuso un nuevo aporte especulativo en la Diagonal Mar en 2004. A partir de ahí la cosa se desató: el turismo fue creciendo, la ciudad vaciada de sus habitantes de siempre, sus viviendas convertidas en hoteles galácticos, los edificios de barrios enteros transformados en pisos turísticos y la ciudad sufrió una segunda desfiguración en apenas 20 años. En efecto, a la que había aportado la inmigración masiva de carácter magrebí a partir de 1996, se unió la que trajo el turismo masivo e insostenible.

PERO HOY NO ME QUEJO DE TODO ESTO, SINO DEL GANADO QUE LLEGA A LA CIUDAD  CONDAL (y que no es otro que buena parte del que llega, igualmente, a cualquier otro lugar de un país convertido en reserva turística).

Personalmente, me gusta viajar: NO SOY TURISTA, SOY VIAJERO, me repito cada vez que cojo un avión para algún destino. ¿Qué diferencia hay entre ambos conceptos?

1) El turista vaga de una ciudad a otra sin importarle mucho lo que ve, piensa en pasárselo bien, es una actividad ligada a la dinámica hedonista. El viajero, no solamente quiere conocer otros países, sino impregnarse de ellos, observarlos, juzgarlos y entenderlos, aprender un poco más del mundo que le ha tocado vivir.

2) El turista no cambia su estilo de vida, sino que lo afirma allí a donde va: el putero busca putas baratas a cascoporro, el porrero mas canabinoides a menos precio, el alcohólico cervezas a 26 céntimos lata, el gay una buena red y el discotequero impenitente una ruta del babalao que absorba su semana de ocio. El viajero busca conocer otros pueblos y otras culturas, saber algo más sobre su presente y sobre su pasado.

3) El turista se adapta a lo que le ofrecen los paquetes turísticos más baratos y masificados. Si se encontrara en solitario ante unas ruinas históricas se sentiría mal: necesita masificación y proximidad humana, cuanto más agobiante mejor. El viajero busca él mismo organizarse sus viajes, los planifica, los prepara, los disfruta, en una palabra y sabe muy bien que los circuitos turísticos, son siempre trampas para incautas y para gentes poco exigentes.

ME QUEJO DE QUE EL TURISMO QUE LLEGA A BARCELONA HA DESBARATADO SIMPLEMENTE LA VIDA CIUDADANA Y QUE UNA PARTE IMPORTANTE, NI SIQUIERA PRECISABA PISOS TURÍSTICOS (QUE HAN ALTERADO HASTA DEJAR IRRECONOCIBLES ALGUNOS BARRIOS), HUBIERA BASTADO, A LA VISTA DE SU NIVEL DE EDUCACIÓN, CON ARROJARLOS A PORQUERIZAS Y CUADRAS PIOJOSAS. NI MERECEN MÁS, NI CONOCEN MÁS, NI SU NIVEL DE EDUCACIÓN EN LA CONVIVENCIA DA PARA MÁS.