Acabo de ver en TVE1 como el portavoz de seguridad Vox, Samuel
Vázquez, dejaba literalmente KO al periodista-pesebrista Javier Ruiz Pérez, a
propósito de la violación de una joven por parte de menas que ha tenido lugar
en Alcalá de Henares. Al pesebrista en cuestión le resulta imposible aceptar
que la mayor parte de violaciones que tienen lugar en España sean realizadas
por “nuevos españoles” o por ilegales. Eso le ha costado el ridículo más
absoluto delante de su propia audiencia. El representante de Vox lo tenía fácil:
no todos los inmigrantes son violadores… pero la mayoría de violadores son de origen no europeo. Es así de simple.
¿PORQUÉ VOX SIGUE SUBIENDO EN LAS ENCUESTAS? FEIJÓO, EL AMBIGUO
¿Qué por qué sube VOX en las encuestas? Sube porque los destrozos
de la inmigración ilegal y masiva no remiten.
Esta es la única realidad. Y estoy convencido que, después del último congreso
triunfal del PP, esta tendencia no va a cambiar. Las sombras y ambigüedades que
planean sobre el futuro programa electoral del PP, se han concretado en este
congreso. Se percibe que el partido de Feijóo intenta una larga marcha hacia el
“centro”, que se está convirtiendo en un “partido atrápalotodo” que lanza unas
propuestas ecologistas, por un lado, feministas por otro, que trata de seducir
a los indepes de centro-derecha, que evita que alguna propuesta radical se
cuele, especialmente en materia de inmigración y que, sobre todo trata de
convencer de que podrá gobernar solo "con moderación" y no accederá en ningún caso a formar un
“gobierno de coalición”…
Feijóo no se ha dado cuenta de que si el PP progresa en las
encuestas, no es por méritos propios, sino porque el sanchismo y sus
corruptelas están yendo demasiado lejos. Y en esta España, constitucionalmente
diseñada como bipartidista, por tradición, si no se vota al PSOE, se vota al
PP, diga lo que diga, proponga lo que proponga y tenga la intención que tenga.
Porque, a fin de cuentas, ambos no son más que las dos caras de la misma
moneda. Pero esto está cambiando. El PP ha logrado tener “enemigos a la derecha”.
Fraga se hubiera horrorizado.
Nada, absolutamente nada, nos asegura que Feijóo, pasadas las
elecciones y obtenida su rutilante victoria… hará lo que ha prometido.
¿Convocar nuevas elecciones si no obtiene mayoría? No hay un analista que
garantice que en otras elecciones mejoraría su posición ¿No pactar con Vox? De
eso estamos mas seguros. Feijóo, antes, ahora y con toda probabilidad
mañana, tiene como primera opción de pacto, el PSOE. Tras el varapalo
desmoralizador que se va a llevar esta sigla tras las elecciones: sin
liderazgo, sin programa, con el lastre de la corrupción y decenas de juicios
pendientes, el que sustituya al psicópata agónico que lo dirige, deberá estar
dispuesto a cualquier pacto si aspira a tocar poder.
Por otra parte, la postura de Feijóo tiene precedentes: el más
reciente, en la República Federal Alemana, cuando el día después de realizar
una campaña antisocialdemócrata, Friedrich Merz, optó por formar gobierno del
ya tercer partido del país, el SPD. La Democracia Cristiana se desdijo de
todo lo dicho hasta el día anterior. Lo normal y lo que hubieran querido buena
parte de sus electores, era, precisamente, que gobernara en coalición con
Acción por Alemania (AfD), especialmente en el Este del país, cuando ya es el
segundo partido de Alemania y el “jefe de la oposición”. A esto siguió una
campaña de desprestigio de AfD, considerado como “partido extremista”…
Pero lo esencial del caso alemán es que, desde que se celebraron
las elecciones en Alemania, AfD no ha retrocedido: de hecho, ha seguido
avanzando, especialmente en el noreste del país. ¿Qué ocurre? Pues ocurre que,
desde que se celebraron las pasadas elecciones generales, los apuñalamientos
protagonizados por musulmanes no han cesado: ahora son prácticamente semanales.
Y esto nos lleva, de nuevo, al futuro de la derecha en España.
Año 2000: El Ejido ->TRES ASESINATOS.
2025: EL PROBLEMA HA ALCANZADO
DIMENSION NACIONAL
El PP trata de eludir por todos los medios afrontar el gran
problema que tiene España: la inmigración irregular y masiva. Si no fuera por
la existencia de Vox, Feijóo ni siquiera mencionaría el asunto.
Hoy mismo, se ha producido un apuñalamiento doble en El Ejido,
protagonizado por un subsahariano; resultado: un muerto y un herido grave.
Si se coloca en el buscador de Google: “apuñalamiento en El Ejido”
el resultado es escalofriante, aparece todo el historial de incidentes que
se han desarrollado en los últimos 25 años en esa ciudad almeriense: fue
allí en donde tuvieron lugar en el año 2000, 3 asesinatos a manos de dos
islamistas en menos de una semana, se produjeron graves incidentes y protestas
que certificaron que la inmigración empezaba a ser un problema. Desde entonces
-y os pido que miréis el buscador de Google- se han producido, con una pasmosa
regularidad, incidentes similares en la misma población que confirman que aquellos tres asesinatos
iniciales no fueron fruto de desgraciadas circunstancias puntuales, sino que
iniciaron una línea de tendencia que se sigue agravando de día en día, una
gangrena que se ha ampliado a toda España.
No sabemos ni quiénes son, ni cuáles son sus antecedentes o su estado de salud, no sabemos ni siquiera cuáles son sus intenciones. Y no, la economía española no necesita a la inmensa mayoría: mientras se van nuestros enfermeros y médicos, nuestros licenciados, nuestros investigadores, llegan personas que no aportan nada a nuestra cultura, a nuestro país, a nuestras tradiciones, que son una bomba aspiradora de recursos públicos, que rompen la cohesión social... y los mantenemos por tiempo indefinido.
En 2000 gobernaba en España José María Aznar y fue él quien
entreabrió las puertas a la inmigración para favorecer su modelo económico
(salarios bajos, acceso fácil al crédito, inmigración masiva y ladrillo).
¿Qué conclusión podemos extraer de lo sucedido en los últimos 25
años en El Ejido? Muy simple: los problemas, cuando no se afrontan decidida y
“radicalmente” (esto es, yendo a las raíces) terminan pudriéndose y
convirtiéndose en insolubles.
Esto es lo que ha pasado durante los gobiernos del PP (Aznar y
Rajoy) y del PSOE (Zapatero y Sánchez). Han mirado a otro lado hasta el
punto de que hoy el problema de la inmigración ilegal y masiva tiene una
difícil solución. Nadie quiso prever lo que algunos estábamos convencidos de
que iba a ocurrir. Todos se limitaron a subvencionar a la inmigración, sugerir
a los medios que ocultaran el origen de la mayor parte de la delincuencia “para
evitar brotes de xenofobia” (si querían seguir recibiendo subsidios). Que
trataran el tema de la Okupación como vinculado al alza de los precios de la
vivienda (cuando está vinculado, de nuevo, a la llegada masiva de inmigrantes
ilegales). Y, sobre todo, que ocultaran hasta el ridículo, el hecho cierto y
comprobado que se estaba comprando la paz étnica (y Sánchez su futura tierra de
exilio en Marruecos) mediante un régimen de subsidios que mantenía tranquilos a
los inmigrantes ilegales, operaba como “efecto llamada” e, incluso, que les
dejaba cometer delitos una y otra vez, hasta cientos de detenciones, sin entrar
ni un solo día en la cárcel.
DE LO ACCIDENTAL A LO SISTÉMICO. UNA SOLA SOLUCIÓN
Y todo esto ha ido creciendo día a día y superando las barreras de
lo accidental, para convertirse en un fallo sistémico.
Hace unas semanas revelábamos que la “okupación” ilegal, como
mínimo, afectaba 500.000 de personas, en su inmensa mayoría inmigrantes. Feijóo
ha dicho que “solucionará el problema de la inmigración”… ¿cómo? De la noche a
la mañana, 500.000 okupas ¿se convertirán en propietarios de pisos?, ¿habrá
alguien que acepte pagar alquiler?, ¿construirá el estado 100.000
viviendas para ellos? No. Una y mil veces no: solucionar la okupación es
paralelo a solucionar el problema de la inmigración masiva. Son vasos
comunicantes. No hay solución para uno, sin solucionar el otro.
¿Va a cerrar Feijóo el grifo de los subsidios a la inmigración? Si
lo hace, el país y, algunas zonas (Cataluña, Andalucía, Valencia, La Rioja)
pueden estallar. La concentración de africanos
en esas zonas es tal que lo que no salga de las arcas del Estado, lo sacarán de
algún otro sitio, con el riesgo de que ejerzan distintos tipos delictivos del código penal en el
peor de los casos y trabajo negro masivo en el mejor.
La ponencia del último congreso del PP, se pierde en lo que todos
sabemos y en lo que todos aceptamos: que las siglas PSOE sanchista encubren a
una “banda criminal”. Elude, por supuesto, responder al “y tu más”, pero no
consigue eliminar el “y tú también” que podría lanzarse contra el partido que
hace siete años protagonizó idénticos escándalos de corrupción.
Tengo que reiterar que los problemas de España tienen hoy mala
salida. De todos los programas de los partidos políticos, sin duda, el que
refleja más claramente la situación del país es el de Vox:
- ¿Quiere solucionar el problema de la okupación? Expulsión de ilegales.
- ¿Quiere evitar apuñalamientos y delitos propios del salvajismo tercermundista? Expulsión de ilegales.
- ¿Quiere aligerar la losa fiscal que pesa sobre el ciudadano español? Empecemos por reducir los subsidios a la inmigración y a las ONG-chiringuito que han hecho del tema su modus vivendi.
- ¿Quiere que bajen los precios de la vivienda y de los alquileres? Repatríe a inmigrantes ilegales.
- ¿Quiere reforzar la cohesión de la sociedad española? Pues no entregue la nacionalidad como si fuera una tómbola, déjese de “multiculturalidad” y aplíquese el refrán español “donde fueres haz lo que vienes”.
- ¿Quiere reducir la factura de la sanidad y de la educación, aumentando la calidad de estos servicios? Esta cuadratura del círculo tiene fácil solución: no más inmigración que la necesaria, no más inmigración que la que entra legalmente.
- Ah, por cierto: ¿quiere bajar drásticamente las tasas de delincuencia? Retire la nacionalidad a delincuentes de origen extranjero que la han recibido en la tómbola; sitúe como motivo de expulsión inmediata la pertenencia a una banda latina o a un grupo criminal organizado; aplique la expulsión a los delincuentes llegados del exterior al primer delito juzgado justo tras cometerlo, exija antecedentes penales y policiales a los países de origen, repatríe inmediatamente a los que llegan sin pasaporte o mienten sobre su situación, no acepte ni una sola petición de “asilo político” que no se haya solicitado en el consulado español más próximo al país de origen, habilite cárceles low cost para “asilar” a delincuentes extranjeros (sin piscinas, sin celdas individuales, sin televisión, sin “presos de confianza”, sin “beneficios penitenciarios”), lo más parecidas a las que sus países de origen, que no sean cómodas pensiones en donde se lo dan todo hecho.
Y, sobre todo, aplique el principio de “el que entra ilegalmente,
sale inmediatamente”.

EUROPA OCCIDENTAL: DE PAÍSES CIVILIZADOS A PARAÍSOS DEL SALVAJISMO
Pues bien, a medida que avanza la flecha del tiempo, la
inmigración es cada vez más masiva y la sociedad española cada vez más débil en pérdida completa de cohesión.
Puede discutirse sobre si la inmigración será mayoritaria en 2040 o en 2050,
pero, de lo que no cabe la menor duda es que Europa Occidental está pasando de
ser un país civilizado de origen cristiano, cultura clásica y formado por
fusión de distintos pueblos blancos, a ser una prolongación inestable de África.
Y no es como para estar orgulloso.
En todo el territorio del Estado Español solamente Vox reconoce el problema en su dimensión más
realista. Esta es la cuestión. El sanchismo y el zapaterismo, pasarán, ya no son cuestión política, sino de los tribunales.
Ni Sánchez ni Zapatero pueden ya andar sin una nutrida escolta por las calles
de España. Tenemos la certidumbre de que ambos acabarán en el exilio marroquí a
los pies de Mohmed VI al que tanto y tan bien han servido, con el que tanto y
tan bien se han congraciado. Bettino Craxi marca su sendero. Preocupémonos menos por ellos y más por España.
Dejemos a los jueces que resuelvan en el plazo mas breve posible los casos de
corrupción de unos y de otros.
Lo que cuenta ahora es el “gran problema”: están entre nosotros,
gentes con unas costumbres y unas creencias muy alejadas de las nuestras,
diametralmente opuestas. En algunos casos, incluso se trata de gentes que portan costumbres primitivas y salvajes (ablación del clítoris, por citar
la más odiosa de todas), con poco respeto por su vida y por la de otros (bandas
latinas, norteafricanos que “tiran de cuchillo” para robar una caja de
cigarrillos), que suelen despreciar y/o minusvalorar a la mujer, gentes que
consideran que “trapichear” con drogas es lo más normal, o, en el colmo, del
absurdo, individuos que están dispuestos a morir y matar por el “sexto pilar
del islam”, la yihad, y que creen que apuñalar o atropellar a no importa quien
en esta Europa Occidental es un acto “yihadista” que les reportará siete
palacios de jade, con siete harenes y setenta y siete huríes cada uno, todas
vírgenes… Por no hablar de delincuentes y gentes
con trastornos psiquiátricos conscientes de que en España se vive mejor
delinquiendo que permaneciendo en su país. O lo que es aún peor: pensando que
aquí puede hacerse todo sin riesgo alguno…

ALIANÇA CATALANA: LA RESPUESTA IDENTITARIA INDEPE
Solo Vox está reconociendo el problema en toda su magnitud. Y
Aliança Catalana (AC), claro está. Pero hay una diferencia sustancial entre ambas
formaciones: Aliança es independentista. Cree que todavía es viable la independencia
de Cataluña y que, si en esta región hay más inmigración, se debe a la política
migratoria del Estado Español. No vamos a formular una crítica a esta idea
-errónea-, en primer lugar, porque el campo de aplicación de Aliança se reduce
a los que, habiendo apoyado el “procés”, son conscientes del embrollo
migratorio. Por otra parte, el discurso de Sílvia Orriols representa el único sector particularmente
moralista y regeneracionista dentro del catalanismo.
Obviamente no se entiende con otras formaciones indepes: su
discurso tiene el aroma de la sinceridad y de haber identificado los grandes
problemas de Cataluña: clase política, corrupción, inmigración masiva,
delincuencia, imposibilidad de integrar a la inmigración, okupación,
despilfarro, etc.
Podemos apostar que, a lo
más, en un par de elecciones, Junts se habrá disuelto y el sólo nombre de "Puigdemont" suscitará carcajadas, ERC sufrirá una contracción notable, la CUP desaparecerá (de hecho ya ha desaparecido) y AC será el portavoz indiscutible del independentismo, a poco que TV3 se vea forzada a liquidar el “muro del silencio” en torno a este partido.
Pero nosotros somos españoles, nacidos en Cataluña, o españoles de Cataluña (algunos de nosotros con familias que remontan su linaje catalán al siglo XV. Podemos entender que haya catalanes que quieran mantener su identidad, no creemos que ahora sea el momento de juzgar un fenómeno que pertenece al pasado (el debate sobre la independencia) y que para nosotros está muy claro. Un salafista no nos va a preguntar si hablamos en catalán o en castellano a la hora de declararnos la yihad.
La historia no da marcha atrás y desde el Imperio
Romano, la península Ibérica ha sido considerada como una unidad geopolítica-administrativa, Hispaniae, y
desde el reino visigodo una unidad política. No es el momento de discusiones
que pueden esperar y que siempre son posibles entre gentes honestas, razonables
y sensatas. Ahora es el momento de unir fuerzas para detener la catástrofe
étnica que tenemos ante la vista. La ciudadela está sitiada, la peor
política es la de entrar en disputas internas: hay que aprestarse a defenderla.
Disfraces solo en Carnaval. No en mi país.
LA ÚNICA SOLUCIÓN: ¡¡REPATRIACIÓN!!
Vox lo ha visto claro y sus propuestas son razonables y
coherentes: solo un mazazo detendrá la desfiguración étnico-cultural de
España. Y el mazazo tiene un nombre: REPATRIACIÓN. Repatriación, única
solución. Sin ambigüedades, sin términos medios, sin medias tintas, sin
timideces: solución radical, única solución. El resto -incluida la sarta de
ambigüedades peperas- no son soluciones, sino parches vergonzantes.
Por eso mismo, deducimos que Vox seguirá subiendo -por eso mismo
está subiendo- y el PP no podrá hacer nada para evitar su propia lenta merma de
votos en cuanto la sociedad perciba su impotencia ante el fenómeno migratorio. Es fácil de entender: cada día, cada hora, cada minuto, algún
ciudadano español es objeto de algún robo, hurto, puñalada, violación o
molestia por parte de ilegales, de “nuevos españoles” o de menas asilvestrados
(hasta el punto de que el mero rumor de que se va a instalar un centro de
Menas en tal barrio o ciudad desencadena instantáneamente una revuelta cívica y acciones de
protesta). Esto no va a cambiar: como no ha cambiado en ningún país
europeo. Esto irá a peor. Siempre va a peor. Resulta sorprenden que la
experiencia llevada en Europa entre 1990 y 2020, demuestra que, cuanto más
dinero se inyecta en “integración”, más se agrava el problema. De minuto en
minuto.
Cuando te toque a ti (y, entérate, porque estadísticamente, antes o después serás
“víctima”), votante del PP, votante del PSOE, votante de Sumar, despertarás y
te darás cuenta de que ya no puedes eludir tomar partido: o con la
inmigración ilegal y masiva, arrostrando sus consecuencias más deletéreas, subsidiándola eternamente o en defensa de la seguridad y de la identidad tradicionales y
europeas de nuestro país.
No hay una “tercera vía”. Si crees en la “tercera vía” estás muerto.
