Ha vuelto a ocurrir: en una ciudad española ha estallado la cólera
de los vecinos por la oleada de palizas, robos y molestias generadas por un
pequeño grupo de magrebíes. Ahora ha sido en Torre Pacheco No era la primera
vez. Hay que remontarse al año 2000 para comprobar el primer efecto
indeseado generado por la inmigración ilegal: tres asesinatos de vecinos de El
Ejido en el plazo de dos semanas, ¿los asesinos? Un palestino y un marroquí. Un
cuarto de siglo después, sucesos similares se han repetido: un anciano apaleado
por tres marroquíes, después de dos meses de robos continuos y molestias al
vecindario, han hecho estallar a la ciudad de Torre Pacheco. La explicación de
los medios oficialistas ha sido la misma que en 2000: “es un problema de
xenofobia y racismo generado por la extrema-derecha”. Hubiéramos esperado
una explicación más consecuente con los hechos…
NO SON “PROBLEMAS AISLADOS”, SON CHISPAZOS DE GUERRA CIVIL
Desde hace veinte años venimos advirtiendo en este mismo blog de
los riesgos que tienen los países de Europa Occidental de sufrir una guerra
civil con un triple carácter:
- étnico (porque estará protagonizada por gentes cuyas raíces están en África (independiente de la nacionalidad que tengan),
- religioso (porque el sexto pilar del islam que profesan casi todos ellos es precisamente la “yihad”) y
- social (porque multimillonarios como Zinedine Zidane o Lamine Yamal hay pocos y los sectores llegados con la inmigración quieren tener acceso a los escaparates del consumo… cuando su preparación profesional es deficiente y, por tanto, sus salarios son bajos, completados en muchos casos por las subvenciones y el trapicheo).
Hace veinte años decíamos: “Francia está al borde de la guerra
civil”. En esos momentos había en el vecino país 2.000 barrios conocidos como
“zonas particularmente sensibles”, eufemismo piadoso que otros preferían llamar
como “zonas de non-droit”, esto es, zonas en donde la república francesa ya es
una entelequia: ni entra la policía para evitar
incidentes, gobiernan las mafias, la enseñanza de ha convertido en algo
imposible (los centros son saqueados y los ordenadores robadas, como por arte
de magia, aparecen en África del Norte), las inversiones sociales son dinero
tirado a la basura y la “discriminación positiva” no ha servido para avanzar ni
un milímetro en la “integración” de bolsas étnicamente procedentes de África.
Puede entenderse que el “cordón sanitario” formado en torno al
Front National (hoy Rassemblement National) esté a punto de saltar por los
aires). Su crecimiento ha sido tan espectacular como las maniobras de las
distintas administraciones para detenerlo, reprimirlo, disolverlo, cancelar a
sus dirigentes o ignorarlo: sigue creciendo. Otro tanto ha ocurrido en Alemania
con la AfD, en Italia con Fratelli d’Italia, en Holanda con el Partido por la
Libertad, en Portugal con Chega!, en Flandes con el Vlaams Belang y así
sucesivamente…
Es fácil ver en estos partidos el futuro de Europa por mucho que
los restos de la Internacional Socialista y la moribunda Internacional
Demócrata de Centro, y sus corifeos de extrema-izquierda, se esfuercen en
obstaculizar el avance de estos partidos, en 10 años, el futuro de Europa
dependerá de siglas hoy denostada como “xenófobas y racistas”.
POR QUÉ LOS PARTIDOS POPULISTAS AVANZAN DE FORMA IMPARABLE
Fundamentalmente por tres factores:
1) El problema de la inmigración masiva, lejos de solucionarse se va agravando. Cada día menos ciudadanos son inmunes al problema y se ven afectados directamente por él: cada minuto que pasa, los medios oficialistas podrán seguir alardean de que no hay una incidencia significativa de la inmigración en episodios de delincuencia… pero, cada minuto que pasa, unas cuántas decenas de ciudadanos europeo dejarán de creer en ese “angelismo” a la fuerza, tras haber sido robados, desvalijados, violados, vejados, apalizados, por gentes de aspecto africano. Y ese número no descenderá: irá aumentando y vaciando de votos a las opciones que no contemplen medidas radicales para atajar de una vez por todas el problema. De forma más simple: ni las timoratas medidas propuestas hoy por la derecha liberal, ni los datos falseados difundidos por los ministerios del interior, sirven ya para encubrir la realidad: cada vez más gente les resta apoyo, confianza y credibilidad, porque han sufrido algún zarpazo en su propia persona o en gentes de su entorno que ha supuesto para ellos un baño de realidad.
2) Los partidos de izquierda y de centro-derecha han sido los que han generado esta situación en toda Europa Occidental, sin excepción. Y lo han hecho porque abrir las puertas a la inmigración les aportaba una sensación de “progreso económico” (el PIB crecía, no porque creciera la “riqueza”, sino porque a más población, más PIB), y les hacía “ganar competitividad” (la inmigración abarata, sin discusión posible, el precio de la mano de obra y, por tanto, a menos costes de producción, más “competitividad”. Tales eran los argumentos de la derecha liberal. En cuanto a la izquierda, el “angelismo” (“Welcome refugies”, “no se pueden poner puertas al campo”, “ningún ser humano es ilegal”) encubrían las dos principales razones por los que el PSOE y la extrema-izquierda estaban interesados en “cuentos más inmigrantes, mejor”:
- Electorado de sustitución. La Internacional Socialista, comprobando que la clase obrera descendía en número en Europa a causa de la globalización y que los trabajadores que quedaban habían dejado de ser su principal clientela electoral, vieron en la inmigración una cantera de votos o, mejor, un electorado de sustitución.
- La estafa humanitaria. La izquierda europea monopoliza la “ayuda al inmigrante”: en toda Europa Occidental, cientos de ONGs (sin control, sin auditorias, sin fiscalización) reciben cientos de millones del Estado, de organismos internacionales, de fundaciones vinculadas a centros de poder económico, en lo que se ha convertido en un verdadero negocio del que cada vez viven más parásitos clientelares de la izquierda. El problema en cifras: “alimentar a un ilegal en un centro es tres veces más caro que a un soldado o a un anciano en una residencia” (ver La Gaceta) ¿Conclusión? La inmigración es un “big business” para las ONG y para los gobiernos…
3) En Europa Occidental, salvo en España y Portugal, la inmigración es un viejo problema que data de principios de los 70. Anterior aún en el Reino Unido. Desde entonces, todas, absolutamente todas las políticas que se han empleado, no ya en “asimilar”, sino ahora en “integrar” a los inmigrantes, han fracasado estrepitosamente en toda Europa Occidental, sin excepción. Incluso cuando empezó el fenómeno en España, en 2006, cuando Aznar abrió las puertas, ya era evidente ese fracaso. Sesenta años de fracasos son como para empezar a pensar que las políticas de paños calientes no son la solución. Esa sensación de que los inmigrantes no hacen nada para integrarse es la que va avanzando en toda Europa, así como la de que los gobiernos están “comprando” la paz étnico-religiosa-social a golpe de subsidio y de mirar a otro lado en las estadísticas de delincuencia, prisiones, peligrosidad y terrorismo.
Curva de crecimiento de la inmigración: no se incluyen los nacimientos de hijos de inmigrantes en territorio español, ni las reagrupaciones familiares. Durante el gobierno de Rajoy, la inmigración subió, pero ha sido durante los períodos de gobierno de Zapatero y Sánchez cuando las cifras se han disparado
En Europa Occidental existe una opacidad absoluta para acceder a todos los datos reales y globales de lo que nos está costando la inmigración ilegal y masiva. Siempre se obtienen datos parciales y nadie, incluso, puede asegurar que no estén manipulados. Lo cierto es que crece la sensación de que la inmigración supone una losa económica y que, en lugar del argumento aportado de que “vienen a pagar las pensiones de nuestros abuelos”, se está imponiendo la triste realidad de que “viene porque aquí se reparte la sopa boba”. Y esa sopa boba se podrá repartir mientras haya margen para el endeudamiento: pero ahora ya empieza a circular la idea -muy real por otra parte- de que ese margen se está acabando y que la UE está sobreendeudada. Países como España, en una situación económica catastrófica y con un negro futuro, no estarán en condiciones en los próximos años de mantener una inmigración subsidiada. Así pues, las alternativas en este terreno son tres:
- o bien disminuyen los subsidios a la inmigración (lo que, inmediatamente generaría un estallido social)
- o bien el fisco muñe todavía más a la clase media española (lo que está generando directamente la salida masiva de titulados universitarios (100.000 cada año se van a trabajar al extranjero, donde los salarios son más altos y la presión fiscal más suave, mientras que, anualmente, entre 150 y 300.000 inmigrantes nuevos llegan a España esperando vivir de la caridad del Estado, es decir, de más impuestos a cada vez menos españoles en condiciones de pagarlos).
- o bien el Estado resta dinero de otras partidas presupuestarias para seguir comprando “paz étnico-religiosa-social”. Y es fácil suponer que el Estado no va a ahorrar en burocracia, no va a restringir su tendencia al gigantismo (los amigos, los familiares, los cuñaos de la clase política, son muchos y todos aspiran a vivir del Estado), así que el dinero para seguir subsidiando a la inmigración solo puede salir de restringir los emolumentos percibidos por los sectores más débiles de la sociedad: pensionistas, defensa, cuerpos de seguridad, funcionarios…
SI AZNAR HUBIERA SIDO CONSECUENTE EN 1996…
Núñez Feijóo, a la vista de que los sondeos de opinión deban a Vox
un incremento en la intención de voto, con lo que las esperanzas del PP de
gobernar en solitario, van disminuyendo, ha recuperado el tema de la
inmigración: tarde, demasiado tarde… Está claro que, como ha propuesto, los
delincuentes extranjeros que han cometido un delito en España, deben ser
expulsados cuando son ilegales y que los inmigrantes “legales” que hayan
cometido “determinados delitos” también deben ser expulsados… ¿Eso es todo? ¿Y quién
resarce a las víctimas? No, señor Feijóo, el problema es más grave: un ilegal
viola a una chica… ¿basta con expulsarle? En absoluto: primero cumplir la pena
de prisión, trabajar en la cárcel para pagar la indemnización, los costes del
proceso y de la manutención en prisión y luego, naturalmente, expulsión. Y otro
tanto para los inmigrantes “legales”, no por “determinados delitos”, sino por
cualquier delito, incluida la okupación de viviendas.
Feijóo no ha entendido todavía, como no lo ha entendido el
episcopado español que los problemas no se solucionan con medias tintas,
sino con soluciones radicales: Alcatraz y sus cocodrilos, Bukele y su
macroprisión, 800.000 deportaciones desde que Trump subió al poder: esas son
las medidas que han convertido a El Salvador de ser uno de los países con más
criminalidad del mundo, a ser el país más estable, tranquilo y alegre de
Iberoamérica ¡en apenas tres años! En EEUU la inmigración ilegal se ha
reducido un 80% y a poco que siga esta política, se reducirá a cero. Medidas
“blandas” no contribuyen a atajar el “efecto llamada” y este, en España, es
demasiado denso y pesado como para que las medidas propuestas por Feijóo
pudieran tener eficacia alguna.
Por otra parte, es justo pensar que Feijóo ha realizado estas
declaraciones en plena “crisis Montoro” (que da credibilidad a la línea de
defensa del PSOE que se reduce al consabido “y tú más” ante los casos de
corrupción), sin pensar excesivamente y sin comprometerse más allá de la “línea
de seguridad” marcada por el grupo predominante en la UE (socialdemócratas+centroderecha).
Se trataba, para él, seguramente, de restar votos a Vox. Solo eso.
Puestos a recordar, vamos a ejercer la “memoria histórica”: los
incidentes de El Ejido en el año 2000 sucedieron con Aznar en el poder… y los
argumentos utilizados para demostrar que habían sido una explosión de
“xenofobia y racismo” (haciendo todo lo posible por olvidar a los tres
ciudadanos españoles muertos: una cajera de super, un agricultor que había
contratado a su asesino y un amigo de ese agricultor) han sido exactamente los
mismos que tras los incidentes de Torre Pacheco (“xenofobia y racismo”… olvidando
que todo se inició, como en El Ejido, tras una escalada de delincuencia que
culmino con una paliza injustificada e injustificable a un abuelo). Durante
el período de Aznar entraron 3.000.000 de inmigrantes y esa política de puertas
abiertas se justificó con la baja tasa de natalidad de los españoles.
Las palabras del PP en inmigración, como en cualquier otro tema,
son tan increíbles y merecen la misma respuesta que las del PSOE. Hoy más que
nunca es preciso desmontar la “santa alianza” que gobierna en Europa
(socialdemocracia+centro-derecha) y que se alterna en España (PP+PSOE).
Lo más dramático es que, si en 2000, se hubiera abordado una
inteligente política de natalidad (mediante bonificaciones a la maternidad,
ayudas económicas, preferencia de parejas con hijos a pisos de protección, etc,
etc), hoy dispondríamos a una generación de jóvenes españoles de 30 años, una
mayor cohesión social, menos delincuencia e inseguridad y se hubieran evitado
episodios homicidas de terrorismo (11-M, Ramblas), cifras entre la mitad
y dos tercios menores de “violencia doméstica”, actividades mafiosas y, sobre
todo, los innumerables chispazos de agitación étnica (exactamente igual a
la que viene produciéndose en Francia en los últimos 20 años, en cada vez más
zonas: solo este año, recordamos incidentes en Salt por el desalojo de un “imán
okupa”, incidentes en Polinyá hace quince días por detención de un grupo de
menas que actuaba impune y descaradamente robando en la fiesta mayor del pueblo
-al día siguiente, por cierto, ardía ma mezquita de la ciudad-, protestas en
Alcalá de Henares por el centro de menas, polémicas por el odioso reparto de
menas realizado por el gobierno “castigando” las comunidades que no están en
sus manos, y así sucesivamente).
Por el momento, Interior está en condiciones de desplazar a sus
unidades más eficientes en la disolución de disturbios a los lugares de
tensión… pero, ¿y qué ocurrirá cuando ya no se trate de “chispazos”, sino de
una oleada insurreccional como las intifadas que han recorrido Francia desde
principios del milenio…?
