martes, 30 de enero de 2024

BUKELE, NOBOA, MILEI LO TIENEN CLARO. SÁNCHEZ NO (2 de 2)

EL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA EN EUROPA OCCIDENTAL

El eco está llegando a Europa Occidental. Se ocultan cifras reales de delincuencias, se adulteran y se enmascaran, hasta el punto de que el ciudadano ha dejado de creer en las estadísticas oficiales ofrecidas por sus gobiernos y se fía mucho más de lo que ve directamente en su día a día: y estas indican a los ciudadanos que la delincuencia está disparada en todos los países de Europa Occidental y que las causas son de todos conocidas:

- llegada masiva y descontrolada de inmigrantes ilegales

- “efecto llamada para delincuentes” generado por la permisividad europea occidental

- ausencia de una política de expulsiones inmediatas y automáticas para cualquier inmigrante que haya cometido un delito

- absurda idea de que un menor -delincuente o no- debe ser “tutelado” por el Estado en el que ha llegado ilegalmente, en lugar de ser devuelto al consulado de su país para que lo entreguen a sus padres o sea ese Estado el que asuma su tutela.

- procesos judiciales garantistas incluso para flagrantes delitos que ralentizan los juicios y las sentencias, acompañados por decisiones judiciales de “libertad a la espera de juicio”, aprovechadas para seguir delinquiendo y acumulando detenciones e, incluso, hasta algunos casos extremos en los que se ha detenido a sujeto más de ¡1.000 ocasiones!

- ocultación por parte de los gobiernos y de los medios de comunicación de las cifras reales de delincuencia y de su origen, a pesar de lo cual, hoy se tiene la convicción de que el 80% de los delitos y faltas cometidas en España son realizados por “nacidos fuera de España” o por “hijos de nacidos fuera de España”, nacionalizados españoles.

A pesar de los esfuerzos "estadísticos" por negar la realidad y la obstinación del ministerio del interior para evitar considerar como "delitos", a las "faltas", lo cierto es que, tras la "pandemia" se ha asistido a un aumento de la delincuencia en España

Los recursos policiales en Europa (y no digamos las fuerzas armadas) son, como mínimo tan eficientes como en El Salvador o Ecuador, sin embargo, en Europa Occidental la delincuencia ya domina barrios enteros. Mafias nigerianas, mafias argelinas, delincuentes marroquíes, mafias albanesas y kosovares, bandas latinas, etc, etc, etc, están empeñadas en convertir a Europa Occidental en “zona de combate” y teatro de sus depredaciones. Y lo están consiguiendo. Porque en ningún país de Europa Occidental existen gobiernos con “voluntad política” de aplastar a la delincuencia y restablecer el primer derecho humano: el derecho a la seguridad. Ningún gobierno de Europa Occidental está dispuesto a enfrentarse a los profesionales de los derechos humanos porque un policía no ha leído sus derechos a un delincuente antes de detenerlo o porque se ha expulsado del país a un delincuente llegado ilegal… Y así, estamos como estamos.

2024 NO VA A SER UN AÑO COMO OTRO CUALQUIERA

Creo que 2024 va a ser el año decisivo: decisivo por muchos motivos. En primer lugar, porque en junio se celebrarán elecciones europeas y todo induce a pensar que los partidos que han generado esta situación (de centro-derecha y de centro-izquierda) sufrirán un varapalo notable. Europa entera pide más “seguridad” y ya no se fía de quienes han mirado a otro lugar ante el aumento de la delincuencia (no fuera que algún “chiringuito humanitario” les censurara su celo ante los criminales).

Por otra parte, las Olimpiadas a celebrar en julio en París van a suponer una ocasión que ni pintada para que las bandas de delincuentes magrebíes y africanos hagan lo que ya han hecho en muchas ocasiones: ensayar niveles nunca antes vistos de delincuencia ante fenómenos de masas. Veremos cómo queda tocada la presidencia de Macron y de las parejas gays que constituyen su gobierno, lo que unido a los resultados de la coalición ecoloco-progresista que gobierno en Alemania, constituirá un test para todo el continente. No olvidemos que, un poco por toda Europa, incluso en el ámbito de la izquierda, empiezan a aparecer opciones anti-inmigración que reclaman medidas urgentes contra la delincuencia y contra lo que califican de invasión.

Finalmente, porque a lo largo de 2024 se va a ser el resultado de la lucha contra el crimen en Ecuador y en Argentina. Si estos países se convierten en balsas de aceite, después de haberse visto azotados por décadas de delincuencia, ya no habrá dudas: cuando hay voluntad política, hay un camino para restaurar el primer derecho humano.

EUROPA OCCIDENTAL E IBEROAMÉRICA: EL FACTOR DIFERENCIAL

Una observación final. La lucha contra la delincuencia en Iberoamérica no tiene los mismos rasgos que en Europa. Allí existe una criminalidad muy diferente a la que se da en Europa Occidental. Seamos claros y dejémonos de medias tintas y de palabras huecas: en Europa Occidental criminalidad e inmigración ilegal, en estos momentos, van de la mano. Negarlo es negar que existe la gravedad. Si se trata de abordar la solución del problema de la criminalidad, hay que solucionar igualmente el problema de la inmigración ilegal y masiva.

No hay dos soluciones diferenciadas. Estamos ante el mismo problema y ante una solución que debe partir de tomar partido ante este dilema: si la política de puertas abiertas y de inexpulsabilidad garantista, conduce a un aumento asindótico de la delincuencia: las dos únicas dos vías para solucionarlo son: o tolerancia (y delincuencia creciente) o mano dura y control de la inmigración. No hay una tercera vía.

En esta primera mitad de 2024 vamos a ver como partidos que hasta ahora han sido los más proinmigracionistas, pedirán medidas para el “control de fronteras”. Lo harán para no ser abandonados por sus electores. Vale la pena no olvidar quienes trajeron la inmigración a Europa Occidental: partidos de centro-derecha y de centro-izquierda. Lo que puedan decir ahora ya no va a compensar el destrozo que ha supuesto la alteración del sustrato étnico y cultural de nuestros países. Ellos son culpables, pero van a intentar que lo olvidemos.

EL INDEPENDENTISMO CATALÁN Y LA INMIGRACIÓN

El primer y más vergonzoso ejemplo es Junts per Cat que ahora reivindica el que la gencat tenga la “última palabra” en materia de inmigración… Vale la pena no olvidar que el Junts de hoy no es más que la nueva sigla de fortuna de CDC, el partido de Jordi Pujol, que ya desde finales de los 80, favorecía la llegada masiva de inmigración marroquí para realizar las obras de las instalaciones olímpicas de 1992. Y querían que fuera “marroquí y no iberoamericana”, juzgando que los primeros se esforzarían en aprender catalán, mientras que los segundos, al hablar castellano, serían más refractarios. Así pues, todo era cuestión de que los magrebíes tuvieran un “buen nivel de catalán” para que cualquier problema se resolviera

Hasta ahora, el “control de la inmigración” era la única tarea de la Policía Nacional en Cataluña. Esa tarea le permitía intervenir en temas íntimamente relacionados con la inmigración: lucha contra el terrorismo yihadista y lucha contra el narcotráfico. La exigencia de que la cuestión de la inmigración fuera transferida a la gencat no tenía, en realidad, como objetivo es alcanzar una mayor eficiencia en este terreno, sino restar a la Policía Nacional esta competencia y las agregadas que, a fin de cuentas, deslucían la actuación de los “mossos d’esquadra”, una policía “de proximidad” carísima que sigue sin ser apreciada por la población catalana, con unos niveles de eficiencia todavía bajos que los partidos independentistas se niegan a reconocer y cuya principal visibilidad es la imposición de multas de tráfico (o al menos esa es la imagen que tiene de ella buena parte de la población catalana).

Por otra parte, el campo independentista está hoy multifraccionado: además de los dos partidos independentistas (ERC y Junts) y de lo que queda de la CUP (tras las elecciones municipales, esta formación se volatilizó prácticamente), no hay que olvidar que existen otros dos sectores. De un lado, la Asamblea Nacional Catalana y, por otro, la Aliança Catalana de la actual alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols, un partido de extrema-derecha independentista resueltamente anti-inmigracionista.


A pesar de los esfuerzos mancomunados de la gencat y de Sánchez por adulterar la realidad, hoy se acepta universalmente que Cataluña es la comunidad con más delincuencia. A nadie le puede extrañar, si tenemos en cuenta que la gencat ha convertido a esta región en la meca de la inmigración ilegal y masiva desde los tiempos de Jordi Pujol. 

Si bien es cierto que la ANC depende exclusivamente de las subvenciones que reciba de la gencat y ninguno de los dos partidos independentistas está dispuesto a alimentar una “tercera fuerza”, la Aliança Catalana, en cambio, aparece como el verdadero peligro de un “tercer partido independentista” en concurrencia con los otros dos (ERC y Junts), con un “tirón” especialmente en las comarcas de la “montaña catalana”.

Y es que las cosas, en materia de inmigración -como en materia de delincuencia- han ido demasiado juntas en la Cataluña de la gencat… Bueno es que hasta los independentistas se den cuenta de cuál es la naturaleza del problema, mejor sería que aceptaran el hecho de que el problema de la inmigración y de la delincuencia no se va a resolver dentro de los límites de una Cataluña independiente, sino que solamente puede tener lugar dentro del marco de una solución del problema en toda Europa Occidental y dentro de un Estado fuerte y unido que solamente puede ser el Estado Español.

CONCLUSIONES

Las poblaciones iberoamericanas han ido soportando dos problemas durante cuarenta años: el desinterés de sus clases políticas por cualquier cosa que no fueran sus propias corruptelas y el aumento de la delincuencia. Parecía que nadie iba a reaccionar y que las cosas seguirían así eternamente… hasta que se ha producido, en un pequeño país centroamericano, la reacción. Y ha sido tan brutal como efectiva (cuando la delincuencia o el terrorismo superan determinados límites solamente la brutalidad pueden neutralizarlos).

El ejemplo de Bukele ha generado una oleada de simpatía y de interés en todo el subcontinente. Ahora la “línea del frente” se encuentra en Ecuador y mañana en Argentina. Pero en todos los países del subcontinente -lo estamos constatando directamente en decenas de conversaciones con gentes de Costa Rica, Panamá y Nicaragua- hay interés (y simpatías) por asestar un mazazo definitivo a la delincuencia y al narcoterrorismo.

En los próximos años, va a ser difícil que mensajes como el del “Grupo de Puebla” (agrupación de todas las izquierdas de Iberoamérica y de la Península Ibérica, incluidos Zapatero, Sánchez, Yolanda Días y Podemos) vayan a ser apreciados por la mayoría de las poblaciones: nadie en su sano juicio se decidiría a apoyar los derechos LGTBIQ+, el veganismo, la ideología del cambio climático o la Agenda 2030, cuando no puede salir a la calle por miedo a que le asalten camino al supermercado… Incluso puede ocurrir, como está ocurriendo en El Salvador y empieza a ocurrir en Ecuador, que la opinión pública se ría de los chiringuitos humanitaristas y quiera ver a los delincuentes, no solo encarcelados, sino humillados.

Mucho más difícil va a ser la reacción en Europa Occidental que, en el fondo, es uno de los focos en donde los chiringuitos defensores de los derechos de los delincuentes cuentan con más apoyos institucionales y donde la información está más manipulada por los grandes medios de comunicación. Pero, la posibilidad de que exista una reacción popular es lo único que puede garantizar la supervivencia de Europa Occidental o bien su conversión en un magma étnico y cultural inestable dominado por la delincuencia depredadora llegada de todo el mundo.


BUKELE, NOBOA, MILEI LO TIENEN CLARO. SÁNCHEZ NO (1 de 2)

BUKELE, NOBOA, MILEI LO TIENEN CLARO. SÁNCHEZ NO (2 de 2)