jueves, 5 de noviembre de 2015

Diario de la Desesperanza (LVII)


Querido Diario:

La “temporada de lluvias” debería haber disminuido su intensidad por estas latitudes o, simplemente, debería haber pasado. Sin embargo, el diluvio de hoy ha durado más de tres horas. Me cuentan que es que la temporada de lluvias empezó tarde y el tiempo anda como revolucionado. Será eso. Y yo pienso en lo que está ocurriendo en España y me doy cuenta de que el clima allí también es hostil, no tanto por el “problema soberanista” (que, a fin de cuentas, ya está visto para) como por la acumulación de problemas que se ha ido pudriendo en los últimos treinta y ocho años. A fin de cuentas, la solución al problema catalán, ha tardado en llegar –como las lluvias de este año en Costa Rica- tarde, pero ha llegado: ahora sólo falta aplicarla.

El problema soberanista es un falso problema, existe porque existen “nacionalistas”: la razón de ser de todo nacionalista es crear su nación, por pequeña y redondita que sea y era evidente, desde 1978 que el nacionalismo terminaría en donde está terminando: en una revuelta contra el Estado. Si no existieran nacionalistas, la historia no se habría retorcido y falsificado hasta el punto que se ha hecho, las bandas mafiosas de CDC jamás se hubieran constituido y la política catalana no hubiera llevado como 20 años estancada con la obsesión soberanista.


Hay otros problemas mucho más importantes en España y que no tienen tan fácil resolución. El proceso de desindustrialización, el monocultivo turístico, la atomización del próximo parlamento, el fin de la época de las mayorías absolutas, el inicio del tiempo de las coaliciones inestables, las revueltas étnicas que antes o después estallarán, el yihadismo que ya tiene DNI español, la deuda de más de un billón de euros que apenas da para pagar los intereses, pero no para disminuir el mayor, los constructores que, a falta de imaginación, han vuelto a poner en marcha las grúas cuando aún no se han extinguido los ecos de la anterior crisis inmobiliaria, la falta de política exterior coherente, el no saber que pasó el 11-M con el riesgo de que en cualquier momento vuelta a repetirse algo parecido, unas instituciones que funcionan de manera muy deficiente, un sistema de enseñanza quebrado y una seguridad social de la que se nos anuncia que en apenas 7-10 años ya no tendrá dinero para pagar las pensiones, una natalidad que no se recupera y que es ligeramente positiva por los nacimientos de hijos de inmigrantes, una división de poderes que no existe en la práctica, por no hablar, claro está de la corrupción, ni de los procesos sin fin, ni de los jueces incómodos que son sustituidos por otros jueces que comen de la mano de quien les pone, con cárceles sobrepobladas, país preocupado por si el tabaco mata pero que ni se preocupa de que las drogas estén, sino legalizadas, sí al menos normalizadas socialmente… un país, en definitiva, sin objetivos, sin fines, sin misión, sin destino, con una sociedad apática, indiferente, refugiada en lo individual y que prefiere no pensar en el abismo que tiene por delante y en el vacío que aguarda a sus hijos. Eso es España.

Por eso, en España puede preverse que, también como aquí, la temporada de lluvias, se retrasa pero, finalmente, ya estamos a las puertas del gran diluvio político-económico-social: ha tardado 38 años en llegar, pero, finalmente, ya está entre nosotros. No es que el pueblo español vaya a reaccionar (si se ha narcotizado a la población es precisamente para que no reacciones ni a las duras ni a las más duras), es que el propio sistema corre el riesgo de colapsar al estar gestionado por una clase política surgida de una selección a la inversa: especie de sumidero al que, cada vez de manera más evidente, van a parar desechos sociales, ambiciosos sin escrúpulos y depredadores de la hacienda pública.

La noche se cierne sobre San José, pero a las 5:30 saldrá el Sol. La noche se cierne sobre España, pero vivimos una situación especular en relación al Imperio: efectivamente, “El país en donde nunca nace el Sol”. A no confundir la luz del día con el Sol de la vida y del esplendor de un pueblo. La temporada de lluvias políticas y sociales está a punto de comenzar en España.

40º ANIVERSARIO DE LA “MARCHA VERDE”: ENCUADRAR AQUEL EPISODIO DENTRO DEL EXPANSIONISMO MARROQUÍ Y ANTICIPO DE QUE EL NUEVO CURSO EN ESPAÑA IRÍA MAL

Se cumplen estas semanas cuarenta años de aquel episodio triste y bochornoso que fue la “Marcha Verde”. En primer lugar, porque Hassan II, tuvo la habilidad de aprovechar el momento en el que Franco estaba enfermo y moribundo para asestar un zarpazo a España y casi duplicar su territorio anexionándose el Sáhara Español. La primera gestión de Juan Carlos I fue firmar la salida del ejército español del Sáhara. En tanto que comisionista nato que era (y es) cabría preguntar si cobró mordida de su “primo marroquí”. A estas alturas, todo es posible.

Vale la pena mencionar el papel de los saharuís… Fue triste en todo este embrollo. Desde 1970, el Frente POLISARIO iba matando esporádicamente soldados españoles, realizando emboscadas y acciones de puro bandidaje. Absurdo, porque España ya había aceptado iniciar el proceso de descolonización del territorio al amparo de las Naciones Unidas. Los “polisarios” tuvieron lo que su aventurerismo y acciones criminales merecían: una guerra que no podían ganar jamás y los campamentos de refugiados de Tinduf al final del camino. Y en eso siguen. Mientras, el Sáhara ha sido recolonizado por marroquíes y ahora ya es completamente imposible realizar un referéndum. Solo queda plegarse a la realidad de facto y aceptarla: Marruecos que, en principio fue la potencia “administradora”, ha incorporado el territorio del Sáhara y nada le hará cambiar de opinión. Soy de los que lloran por los soldados españoles muertos por las balas “polisarias”, antes que salir en defensa del F.Polisario, que hoy representa ya muy poco.

Y vale la pena enmarcar la Marcha Verde dentro del expansionismo marroquí y la inexorable marcha hacia esa ficción geopolítica llamada el Gran Marruecos que incorpora al territorio del Reino de Marruecos, a Sidi Ifni y al Sáhara Occidental, a los territorios de Tinduf y Bechar pertenecientes a Argelia, a buena parte de Mauritania, a las plazas de Ceuta y Melilla, a las Islas Adyacentes, a las Islas Canarias… Eso es lo que los doctrinarios del Istiqal llamaron “Gran Marruecos”, proyecto nacionalista buena parte del cual se realiza a expensas de España. Así que si el 40º aniversario de la Marcha Verde debe servir para algo, es para recordar que España tiene un enemigo en el Sur, un enemigo que está practicando una “guerra de baja cota” exportando inmigración islámica, toneladas de haschís y haciendo competencia desleal a los productos agrícolas españoles. Y este es el problema, que estamos en guerra y no nos hemos dado cuenta.


ROBERT LACEY: “MUCHOS JÓVENES BRITÁNICOS SON YIHADISTAS DE VACACIONES”… UN PROBLEMA DE IDENTIDAD

Robert Lacey es historiador especializado en Arabia Saudí: “En teoría, Arabia Saudí no debería existir... Su supervivencia desafía las leyes de la lógica y de la historia. Se trata de un país que lleva el nombre de la familia que lo gobierna. Los cinco monarcas saudíes que han gobernado el reino desde la década de los cincuenta son todos hermanastros (…) Las tiendas cierran cinco veces al día para la plegaria, las ejecuciones son públicas.., y para qué hablar de la situación de las mujeres. Para averiguar por qué 16 de los 19 terroristas eran saudíes. (…) El wahabismo, fuente del fundamentalismo islámico, ayudó a que la casa de Saud conquistara Arabia Saudí. Fueron los saudíes los que explotaron la yihad”… y este es el problema porque los príncipes del petróleo que crearon la “yihad” ahora han perdido su control.

Desde finales de los años 60, Occidente debió elegir entre el panarabismo y el islamismo. En lugar de eso, los EEUU lanzaron el canto de sirena de la democracia. Destruyeron el panarabismo (el egipcio con el desenlace de la Tercera Guerra Árabe-Israelí, el baasismo iraquí con la invasión de 2003, el régimen laico de Gadhafi con los bombardeos de 2012 y ahora apuntan contra el baasismo sirio), pero las democracias jamás nacieron: en su lugar se abrió el paso al fundamentalismo. Europa se equivocó al seguir a los EEUU en sus locas aventuras coloniales. Ahora ya es tarde para rectificar. Mucho más tarde aún si tenemos en cuenta que el islamismo ya está dentro de Europa.

Lacey se muestra pesimista: “Es que hay un montón de jóvenes británicos musulmanes -que hablan, comen y visten como yo mismo- que se han convertido en un enemigo difícil de controlar. Hasta ahora los jóvenes alienados salían a manifestarse o, antaño, se iban a luchar a la guerra civil española, de lo que los ingleses se sienten muy orgulloso. La yihad no es tan diferente, aunque por supuesto no sea un orgullo nacional”. Son los “yihadistas de vacaciones”.

¿Qué se puede hacer ante este fenómeno? Plantarle cara y ser implacables con él. El mismo Lacey lo apunta: “lo único que nos queda es no permitir en casa los lavados de cerebro. Yo era contrario a la radicalización de los franceses contra el velo, ahora lo apruebo”. No basta: hay un planteamiento más correcto. El fundamentalismo islámico no es una religión. Es una superstición. Las supersticiones no pueden acogerse a las mismas leyes de libertad religiosa que permiten la difusión y predicación de cualquier credo… entre otras cosas porque el Islam no es una religión como las demás: es la única que propone como uno de sus “pilares”, la guerra santa. Permitir la difusión del Islam en Europa es, simplemente, una de las muchas formas que los europeos han elegido para suicidarse.


EL CONSTITUCIONAL APRUEBA POR UNANIMIDAD NO SUSPENDER EL PLENO SOBERANISTA… COMO EL CAZADOR QUE NO IMPIDE QUE LA RATA SE APROXIME AL QUESO DE LA TRAMPA

La decisión del Tribunal Constitucional de no suspender el pleno soberanista parece hasta razonable: la constitución no impide “los debates”… ahora bien, si impide las consecuencias que se deriven de ese debate. Que es como no prohibir los garbanzos, pero condenar las flatulencias, como recomendar hartarse de porros, pero juzgar inaceptables las psicosis canábicas subsiguientes… Si esta es una muestra de “democracia”, nosotros casi preferimos mejor definirla como hipocresía. Todos saben de lo que se va a hablar en el Parlament en el pleno del día 9 y qué es lo que se va a aprobar: la desconexión y la desobediencia cívica.

¿Hay que esperar a que se produzcan los primeros actos de desobediencia y se tenga el texto definitivo de la declaración del Parlament de Catalunya? Para el Tribunal Constitucional, sí. En su inefable optimismo, los sesudos magistrados se dirigen al Parlament par que “en un plazo que no exceda de 10 días remitan certificación de las actuaciones parlamentarias correspondientes a los acuerdos impugnados”… olvidando que cerrado el pleno se iniciará la desconexión porque el Parlament se declarará soberano y constituyente. Pero las formas quedan salvadas.

Todos los síntomas indican que el Estado ya ha tomado una decisión sobre lo que hacer: suspender algunas transferencias, asumir directamente los pagos de la Generalitat sin que el dinero pase por sus manos, transferir el control de la Consellería de Gobernació a la delegación del gobierno, y, por supuesto, empapelar a la “tieta” que preside el Parlament y que, como el propio Mas y la banda mafiosa de CDC, ha cometido el error de sentirse más fuertes de lo que realmente son (a fuerza de creer sus propias cifras falseadas sobre los asistentes al 11-S y de esa absurda manía a hablar en nombre de toda Cataluña) y creer que el Estado es más débil e lo que realmente es.

La semana que viene terminarán casi 15 años de parálisis soberanista en Cataluña. Y terminarán mal. No se puede decir que el soberanismo no lo haya buscado. Lo más gracioso es que el Tribunal Constitucional, parece incitar a la Forcadell a que tire adelante con el plan soberanista, simplemente para luego poder golpear más y mejor; así tendrán los magistrados un casus belli. Tiempos aquellos en los que a la hipocresía se le llamaba “hipocresía” y no “libertad de debate”…


LOS BRITÁNICOS DECLARAN LA GUERRA A BENIDORM… CUANDO BENIDORM NO ES UNA EXCEPCIÓN Y DELINCUENTES DE TODA LA GALAXIA SE HAN CITADO EN ESPAÑA

El monocultivo turístico es un modelo económico difícil e inestable. Se basa en dos factores: los gustos del turismo y la comodidad de las zonas a visitar. Los gustos cambian… o se les hace cambiar. En cuanto a la comodidad es fundamental: los turistas aspiran a relajarse, no a visitar comisarías, presentar denuncias, sufrir tirones o, simplemente, ser expoliados. Y esto es lo que está pasando, no solamente en Benidorm sino en toda la costa mediterránea. Además no es algo nuevo, es una situación de inseguridad que se viene registrando desde hace un par de décadas. Un turista que circule por las Ramblas de Barcelona a según qué horas, es una “presunta víctima”. Si no le roban hoy, le expoliarán mañana, de eso puede estar seguro.

Ahora bien, la masificación de la delincuencia es algo que solamente aflora de tanto en tanto en la prensa extranjera. Los intereses de los tour operadores que desvían turismo hacia España bloquean que este tipo de noticias salga frecuentemente a la superficie. Sólo muy de tanto, en tanto, algún diario publica cartas y reportajes, declaraciones y sueltos con testimonios de turistas que han ejercido de víctimas en su visita a España.

Pero ahora las cosas han cambiado. Las redes sociales existen y es fácil formar “grupos” para denunciar algo. Es lo que ha ocurrido cuando un turista que fue sometido a robo en su visita a Benidorm ha abierto un grupo en Facebook denunciando a Benidorm como “ciudad sin ley”. De momento se han apuntado 3.000 personas. Su objetivo es que las “autoridades españoles reacciones y sepan que el turista no va a consentir que todo siga igual”. No es el único “grupo” inglés que denuncia este tipo de cosas. Otro, British Benidorm, afirma que la Policía Nacional se “muestra pasiva ante la delincuencia”.

Igualmente harta está la colonia británica afincada y empadronada en la ciudad alicantina: unas 6.000 personas. Para el 23 de noviembre se manifestarán ante el Ayuntamiento para pedir medidas contra la delincuencia. Los residentes ingleses denuncian la presencia masiva de carteristas violentos, timadores, prostitución con niños en barrios residenciales… Un panorama desolador, ciertamente.

Siempre hemos dicho que España tiene en sus manos la gallina de los huevos de oro en forma de negocio turístico. No es un negocio de alto valor añadido, pero al menos es un sector en el que España podría destacar ofreciendo servicios turísticos de calidad. Benidorm es la meca del turismo masificado, de los tostaderos en la playa y los viajes del Inserso. Pues bien, incluso todo esto puede perderse, no solamente en Benidorm, sino en toda España, a poco que se conozca la verdad oculta: que el turista al cruzar la frontera o descender del avión merece la calificación de “presunta víctima” de delincuentes llegados de todo el mundo. Bastaría que uno de estos delincuentes matara a algún turista para que repercutiera en el Reino Unido disminuyendo drásticamente las pernoctaciones en España. El turismo es un negocio que siempre pende de un hilo y en España este hilo está ya muy deshilachado.