El irlandés Peter Sutherland,
funcionario de alto rango de la ONU (secretario general para la migración y el
desarrollo) ha insistido una vez más en que la inmigración es beneficiosa para
los países occidentales. Lo ha hecho en Madrid, en el encuentro de IE Alumni
Forum 2016 que reúne a ex alumnos de la escuela de negocios Instituto de la
Empresa. En esta ocasión el objetivo del encuentro era “analizar los retos para el éxito personal y profesional en la sociedad
globalizada”. Sutherland (miembro del Club Bildelberg en tanto que
presidente del banco Goldman Sachs).
Sutherland explicó al auditorio
que “Europa dependerá en buena medida de
los refugiados y la inmigración para garantizar la sostenibilidad de los
sistemas públicos de pensiones en un continente cada vez más envejecido y con
edades de jubilación muy tempranas”. Recordó que la movilidad de las personas
entre países y continentes es uno de los retos de nuestro tiempo y recordó la “obligación de los países europeos de
prestar apoyo a los refugiados que huyen de conflictos como el de siria, pero
también a los que huyen de desastres naturales o falta de oportunidades
económicas”.
Sutherland estuvo acompañado por
un antiguo alumno del Instituto de la Empresa, Spencer Abbot, comandante de las
fuerzas aéreas de los EEUU y empleado del Departamento de Estado quien se
manifestó en la misma dirección que Sutherland: “No solo es deseable, sino esencial buscar la inmersión en culturas
diferentes a la tuya propia”.
Vale la pena explicar que todo
este entramado de siglas (Business School, Club Bildelberg, Naciones Unidas, Goldmand
Sachs, forman parte del mismo entramado globalizados en lo económico y
mundialista en lo ideológico: la Escuela de Negocios forma las élites
mundialistas, los encuentros de ex alumnos sirven para relacionarlos con
círculos cercanos a la “cúpula” (Sutherland, Abbot) y utilizarlos como “correas
de transmisión” para la difusión ideológica de su pensamiento. Uno de los
factores esenciales de homogeneización del mundo, de la economía y del gobierno
mundial es la inmigración, la multiculturalidad y el mestizaje.
Mientras se considere a la ONU o
a la UNESCO como “organismos internacionales de paz”, a Goldman Sachs como un “banco
de negocios”, al Club de Bildelberg como un “foro de intercambio de ideas” o a
la inmigración masiva como la “solución al problema de las pensiones” (y así
sucesivamente) no se tendrá más que una perspectiva parcial e incompleta de lo
que suponen todos estos organismos y fenómenos: elementos tácticos de una misma
estrategia globalizadora y mundialista.