viernes, 28 de febrero de 2020

LA LUCHA POR EL LIDERAZGO EN EL MUNDO ISLÁMICO Y EN ORIENTE MEDIO (1 de 6)


Los cuatro actores regionales en la zona de Oriente Medio son: Israel, Turquía, Irán y Arabia Saudí. A lo que hay que añadir, la tutela directa que EEUU ha ejercido hasta ahora sobre el Estado de Israel y la proximidad rusa a esta zona que la convierte en estratégicamente importante para los diseños políticos de Moscú. No hay que olvidar que la llamada “dorsal islámica”, convierte en solidarios a los países europeos (en contacto con el mundo islámico a través del Mediterráneo y de los Balcanes), con el mundo ruso (con una amplia frontera común con países islámicos) y con el mundo chino (a causa de la confesión musulmana de la etnia uigur que puebla el sudoeste de China). El liderazgo del mundo islámico y todo lo que ocurra en esa zona, afecta -aunque de manera muy diferente- a las distintas regiones de Eurasia.


Si hasta ahora hemos examinado la situación actual, a febrero de 2020, de lo que ocurre en parte de esa zona (en Turquía, en Siria y en el Kurdistán), ahora vamos a centrarnos en dos adversarios simétricos que ejercen como líderes del mundo sunnita y del mundo chiíta, respectivamente, Arabia Saudí e Irán.


Ambos aspiran a ser potencias regionales y a ponerse al frente de lo que cada uno considera como la versión más pura y legítima de la religión islámica. La distancia que separa a ambos países en todos los terrenos (étnico, lingüístico, cultural y religioso) es total: no están muy alejados uno del otro -de hecho, el brazo de mar que los separa a través del Golfo Pérsico tiene apenas 150 km de amplitud, mientras que su frontera terrestre está separada por una estrecha franja de terreno que constituye la desembocadura del Trigris y del Eufrates y por el Estado de Kuwait- sin embargo, son dos mundo que han tenido orígenes y evoluciones históricas completamente diferentes y que pueden considerarse como equidistantes y casi simétricos.


Arabia Saudí cuenta con 32.275.000 habitantes, mientras que Irán casi la triplica con 83.000.000. Los primeros se extienden sobre una superficie de 2,149.690 km2, mientras que la extensión de Irán alcanza 1.648.195 km2. La densidad de población de Irán es de 50 habitantes por km2, mientras que la de Arabia Saudí es de 15 km2, sin embargo, la distancia económica es mucho menor: el PIB de Arabía Saudí es de 1,845 billones de dólares y el de Irán de 1,627 billones. La diferencia estriba en la renta per capita de 55.859 dólares para Arabía Saudí, mientras que la de Irán es de 19.540 dólares. Pero estas diferencias habría que matizarlas -algo que haremos en páginas siguientes- para demostrar que son sociedades cuya proximidad geográfica, oculta profundas diferencias, y que la economía, no juega, precisamente, a favor de Arabía Saudí, a pesar de las cifras parezcan indicarlo así.

La década que se inicia ahora va a ser decisiva para ambos y, cuando se cierre, estará claro cuál de las dos naciones consigue la primacía en la zona. Va a ser una década de grandes cambios científicos, políticos y económicos. Ambos gobiernos lo han advertido y de ahí el apresuramiento de Arabia Saudí para implementar el “Plan 20-30” y el énfasis colocado por el gobierno de Irán en materia educativa y universitaria, sin contar con su proyecto de desarrollo de una energía nuclear con fines, inicialmente, pacíficos.

Si tenemos en cuenta que la “tercera para” del mundo islámico en la zona, Turquía, ha desarrollado también ambiciosos planes para desarrollar en la próxima década -buena parte de ellos en cooperación con Rusia- cabe preguntarse ¿en qué posición se encontrarán los diversos países europeos en relación a estas potencias regionales?, habida cuenta de que, para la clase política europea, no existe futuro más allá de los cuatro años que median de una elección a otra y que la Unión Europea sigue siendo, cuando se cumple más de medio siglo de su fundación, una estructura burocrático-administrativa, lenta, pesada, con múltiples instancias de decisión, incapaz de afrontar los retos de un mundo que cambia a mucha más velocidad de lo que tarda en tomar una decisión…

Lo que vamos a procurar en este estudio es realizar un análisis, lo más pormenorizado posible, de la realidad de estos dos países, Arabia Saudí e Irán, a fin de ir avanzando en nuestro en el examen sobre los problemas de Oriente Medio. El estudio ocupará cinco partes:
- una evolución histórica de ambos países,
- unos datos antropológicos y culturales,
- el estudio de los planes saudíes para evitar su dependencia del comercio petrolero,
- un estudio de las líneas maestras del actual gobierno iraní.
- seguido de unas conclusiones.