Es significativo que Francisco Bravo, otro historiador falangista,
mencione solamente en dos ocasiones en su libro a Mussolini (1) y ninguna a los
CAUR, a los Congresos de Montreux o a Eugenio Coselschi. A pesar de su
minuciosidad en algunos temas, Bravo evita cualquier de manera significativa,
cualquier alusión a los pasos que José Antonio dio fuera de España. A pesar de
todo, Bravo alude a que a finales de 1935: “Terminó
aquel mes con una campaña activa en contra de las sanciones acordadas por el
Parlamento, a propuesta del Gobierno, contra Italia por sus planes de conquista
de Abisinia. Y de entonces arranca el que nuestros militantes–casi los únicos
italianófilos del país denominasen abisinios a cuantos en todo momento se
manifestaban contra el país hermano y su alto Jefe, Mussolini” (2).
Otro de los autores falangistas que despacha el tema de manera
apresurada y de una manera contradictorio con lo que estamos intentando
demostrar (a saber que, no solamente, participó José Antonio en el segundo
Congreso de Montreux, sino que asumió las tesis centrales que justificaban su
convocatoria en aquel momento) es David Jato, el cual escribe: “La Falange había declarado que no se sentía
ligada a ninguna internacional ideológica y declinaba asistir a una reunión
fascista en Montreux. Y aun cuando en el verano de 1935 José Antonio había
accedido a la renovada invitación, lo hizo por una mezcla de cortesía y
curiosidad, pues deseaba conocer a los distintos jefes fascistas europeos. Su
intervención consistió en señalar lo contradictorio de la pretendida internacional
de partidos nacionalistas” (3). Es inevitable ahora que hagamos alusión al
contenido de la intervención de José Antonio en aquel encuentro.
José Luis Jerez es quien ha aportado datos más concretos sobre esa
intervención. Escribe en José Antonio
fascista:
“El Jefe de Falange tuvo una breve intervención pública en
las sesiones de trabajo, que duró algo más de quince minutos, de saludo a los
asistentes. Hizo su entrada en la sala de reunión, donde se celebraban las
sesiones, a las diez de la mañana del día 11 de septiembre, a la hora
concertada con el presidente de los C.A.U.R. Coselschi, quien interrumpió el
desarrollo del orden del día, según lo previsto y como golpe de efecto,
para conceder la palabra a José Antonio en estos precisos términos, según
consta en las actas taquigráficas:
“Me permitirán
interrumpir esta exposición para saludar al representante de la Falange
Española, Primo de Rivera que lucha denodadamente contra el comunismo en su
Patria.
La Falange Española
tiene una aureola de martirio y de gloria porque casi todos los días en las
calles, se combate en España, y porque la juventud de este país vierte su
sangre por defender el ideal que nos ha reunido a todos.
Estoy seguro de
expresar los sentimientos de todos vosotros, saludando, en Primo de Rivera, a
la joven España y os ruego guardar un minuto de silencio en memoria de los
caídos que son numerosos de la Falange Española, y además a todos los caídos de
todos los movimientos que aquí están representados”
"Primo de Rivera sigue desde hace mucho tiempo con simpatía
nuestra organización y si no forma parte efectiva de ella es por las razones de
política interior que el mismo os explicará. Para cuando hayamos formado el
Frente Único, que será la conclusión de nuestras conclusiones, Primo de Rivera
habrá, pienso, preparado a la opinión pública de su país que sentirá la
necesidad de no estar ausente de una reunión como esta.
Pienso que los sentimientos de España en cuanto a esto —y si me
equivoco que me lo diga Primo de Rivera— provienen de la aversión que tiene a
verse mezclada en asuntos internacionales.
El español posee un individualismo que le empuja a rechazar toda
organización internacional; pero ustedes verán por las conclusiones del
Congreso del KOMINTERN que cuando se trata de construir un Frente Único se ve
llegar hasta los partidos de extrema derecha socialista (radical–socialista)
para desencadenar la revolución mundial que sería el fin de la civilización
europea. Pienso, pues, que unirse no es hacer internacionalismo, sino responder
con la unión de las fuerzas puras y sanas a la unión de las fuerzas que quieren
desencadenar la revolución sangrienta” (4).
Entonces cedió la palabra a José Antonio
el cual pronunció un breve parlamento cuyo texto íntegro reproducimos:
“Agradezco muy sinceramente la
emocionante acogida que habéis tributado no a mí, sino a la Falange Española
que combate cada día en las calles ensangrentadas de mi país. Me siento muy
conmovido por vuestro recibimiento y os trasmito muy sinceramente el saludo de
la Falange Española y el mío. De momento, estoy en la obligación de no
participar en los trabajos de vuestra Comisión. El Presidente os ha dado las
razones. España no está preparada todavía a unirse por mi mediación, a un
movimiento de carácter no ya internacional, sino supranacional, universal. Y
esto no sólo porque el carácter español es demasiado individualista, sino
también porque España ha sufrido mucho por las Internacionales. Estamos en las
manos de tres internacionales por lo menos: una masónica, una socialista, otra
capitalista y quizá de otros poderes, de un carácter extranacional que
intervienen en los asuntos españoles. Si apareciésemos ante la opinión española
como unidos a otro movimiento, y esto sin una preparación lenta, profunda y difícil,
la conciencia pública española, e incluso la conciencia democrática
protestaría. Es preciso, pues, preparar a los espíritus en vista de estos
trabajos supranacionales.
Los jefes están obligados, con mucha
frecuencia, a refrenar a sus propios partidos. Si yo comprometiera mi condición
de Jefe, iría probablemente contra la opinión de la mayoría de mi partido.
Ahora bien, ustedes saben que la Falange Española, para su gloria y su
desgracia, ha tenido ya treinta y cuatro muertos (combatimos todos los días;
Barone me decía hace un momento que los periódicos franceses relatan un
encuentro en el que hemos tenido la suerte de triunfar, pero en el que ha
habido muertos y heridos) y esto me crea lazos más fuertes que el sencillo
deber o la vanidad y me amarra a mi puesto de Jefe... Estoy atado por la sangre
de nuestros mártires, por lo que no me considero autorizado a contrariarlos.
Pero creo que frente a los peligros comunistas e internacionalistas hay que
reconocer que los pueblos civilizados tienen el derecho y el deber de
transmitir esta civilización a los más retrasados.
Yo creo que todos
nosotros estamos obligados a preparar la opinión en nuestros diferentes países
antes de iniciar una acción colectiva. Yo prometo a todos vosotros hacer lo que
pueda en este sentido y despertar una conciencia nacional.
Ahora debo abandonar
esta reunión por las razones que he expuesto y también porque tengo varios
trabajos que realizar. No obstante, espero poder participar próximamente en
vuestras reuniones" (5).
Lo que puede deducirse de esta corta intervención (la
presentación de Coselschi y la intervención de José Antonio apenas abarcaron 10
minutos en total) es:
1) Que José Antonio no ha acudido a Montreux en nombre
propio, sino de Falange Española.
2) Que transmite que España “no está preparada” para una
iniciativa de ese tipo.
3) Que previamente José Antonio ha pactado con Coselschi esta
intervención.
4) Que existe un compromiso personal para “preparar” al
partido y a los españoles para una participación más activa en un proyecto como
el que representaban los CAUR para “una acción colectiva”.
5) Que espera poder participar en otras reuniones cuando las
circunstancias hayan madurado.
No hay en esta intervención síntoma alguno de disidencia o
rechazo en relación al proyecto. No podía haberla por la sencilla razón de que
el gobierno italiano estaba ayudando a Falange Española. No podía haberla
porque José Antonio rendía servicios al gobierno italiano (informes políticos
sobre España e intervenciones en el parlamento en orden a lo que el gobierno
italiano pretendía al convocar la segunda reunión de Montreux de los CAUR:
evitar que los distintos países votaran de manera favorable a las sanciones
contra Italia por la invasión de Abisinia…). No es que José Antonio fuera para excusarse
por no poder asistir. Es que José Antonio fue a Montreux para lo esencial:
recibir informaciones sobre la actitud a adoptar ante la cuestión de Abisinia.
Ya hemos visto la línea que defendió poco después sobre el tema en el debate
parlamentario sobre las sanciones. Un artículo “muy duro” sobre la materia
debía haberse publicado en el semanario Arriba
del 2 de octubre de 1935, pero no llegó a publicarse al haber quedado
suspendido la revista por decisión gubernamental. El dicho artículo atacaba la
política anti–británica y a la diplomacia de aquel país en relación a la cuestión
de Abisinia (6).
NOTAS A PIE DE PÁGINA
(1)
F. Bravo, op. cit.,
págs. 49 y 43.
(2)
Ídem, pág. 49.
(3)
D. Jato, op. cit.,
pág. 102.
(4)
J. L. Jerez, op. cit., pág. 147-148.
La fuente de la que ha extraído el dato es el Acta taquigráfica de las
reuniones de la Comisión para la Entente del Fascismo Universal. Montreux, 11
de septiembre de 1935, reproducida por Gisella Longo. I
tentativi per la costituzione di un'internazionale fascista: gli incontri di
Amsterdam e Montreux attraverso i verbali delle riunioni, Storia
contemporanea XXVII, 1996. Las mismas actas de las reuniones fueron
consultadas por M. Cuzzi, op. cit.,
pág. 214-215, autor que ha recurrido al documento “Reunion de la Commission pour l’Entente du Fascisme Universel,
Montreux (Hotel Palace) 11 de septiembre de 1935”, pág. 5, en ACS, Carte
Asvero Gravelli, Busca 4, Fascicolo 4. Otra referencia a esta intervención se
encuentra en la obra de Antonio Gibello, José
Antonio ese desconocido, Editorial Dyrsa, Madrid 1985, págs 193-4.
(5)
Reproducido de J.L. Jerez, op. cit.,
pág. 148. Publicado por primera vez en España en Fuerza Nueva, núm. 498,
24 de julio de 1976.
(6) J. L. Jerez, op. cit., pág. 149.
José Antonio, Falange y los CAUR - Falangey la “Internacional Fascista” (1 de 7)
José Antonio, y la “InternacionalFascista” - Eugenio Coselschi, perfil de un funcionario oportunista (2 de 7)
José Antonio, Falange y los CAUR - LosCAUR en España: una historia breve pero muy real (1ª parte) (3 de 7)
José Antonio, Falange y los CAUR – Los CAUR en España: una historia breve pero muy real (2ª parte) (4 de 7)
José Antonio, Falange y los CAUR - José Antonio y los congresos de Montreux (1ª parte) (5 de 7)
José Antonio, Falange y los CAUR - José Antonio y los congresos de Montreux (2ª parte) (6 de 7)