Querido Diario:
Viajo de San José a Cartago (la
ciudad que fuera primera capital de Costa Rica); como en el restaurante de unos
amigos (un lugar encantador en plena naturaleza), conozco un par de iglesias
coloniales de la zona y la catedral de la ciudad, una planta hidroeléctrica y
visito un pantano con el hijo del ingeniero que lo diseñó. Día completo y bien
aprovechado para conocer un país. El personaje que me acompaña es un antiguo alto
funcionario. Hablamos sobre la política local y me comenta algunas cosas
sorprendentes. La clase
política de por aquí es tan deshonesta como la de cualquier otro punto del
planeta, pero con la salvedad de que aquí te puedes encontrar al presidente
tomando una cerveza en cualquier bar, con apenas un par de escoltas en la mesa
de al lado. Si usted tiene a gala considerar al presidente del país un
perfecto impresentable, le puede invitar a una cerveza y en la euforia del
brindis, espetárselo a la cara. Impensable en Europa en la que cualquier alto
cargo de la administración se considera un privilegiado y es capaz de pedir a
sus escoltas armados que le acompañen al retrete y le bajen la bragueta. En España, a la que un alto
cargo, le coge gusto a la poltrona, empieza a tenerse como miembro de una raza
superior y diferente a la del común de los mortales.
Claro que aquí es una cuestión
histórica: la capital del Virreinato del Perú quedaba lejos y otro tanto ocurría
con la de México. Los gobernadores enviados a esta zona aislada prácticamente
llegaban con lo puesto y desde aquella remota época de la colonización, estaban
obligados a vestirse y vivir como los lugareños y a no diferenciarse mucho de
ellos. Aquellas modestas aguas, trajeron estos felices lodos.
Mi interlocutor se encontró un
día en la calle a la esposa del presidente del gobierno con la esposa de Jimmy
Carter y tuvo que cruzar entre ambos sin que ambas estuvieran acompañadas por
escoltas de ningún tipo. Le he tenido que contar que en mi Barcelona natal, el
tráfico se colapsaba y la vida se detenía cuando la princesa Helena tenía que
cruzar la ciudad desde el lujoso chalé de Pedralbes en el que convivía con
Urdangarín para acudir cada día a su trabajo en La Caixa, en el otro extremo de la ciudad, allá por la Vía
Layetana, acompaña por un despliegue policial digno de mejores causas. Un
trabajo de carácter populista dado que, en tanto que borbona, disponía de renta del Estado y de la fortuna de papá (amén
de la de su marido que iba en aumento de día en día, hasta el descalabro final
y las imputaciones de todos los colores).
No voy a mitificar a la clase política costarricense –en todas
partes cuecen habas- pero si agradezco que, al menos quede en ellos una mayor
sensación de proximidad que ya estuvo presente en los gobernadores españoles de
la época colonial. Y en los tiempos que corren, esto ya es bastante…
CDC O CÓMO ESCONDER LAS SIGLAS ANTE LA PRÓXIMA DEBACLE QUE SE AVECINA
EL 20-D. LA COALICIÓN FANTASMA
Cuando resulta todavía problemático conocer el futuro
político de Artur Mas, su partido CDC intenta enmascarar su absoluta debilidad
política, creando una coalición con un par de micropartidos, para evitar que su
sigla, desprestigiada y cubierta de lodo por 35 años de corruptelas, dé la cara
en solitario ante el electorado. Los parteners para esta ridícula
operación son dos minúsculas formaciones políticas de las que, salvo sus
promotores, nadie tenía prácticamente conocimiento de su existencia: el Reagrupament de Joan
Carretero y Demòcrates de Catalunya, un escuálido puñado de afiliados de UDC
que se escindieron hará una año.
Sobre el primero cabe decir que
lo formó en 2009 el que fuera miembro de ERC y conseller de gobernación del tripartito. Al no salir elegido para
la secretaria general de ERC, Carretero se escindió y dio vida a esta
organización sin lustre, afiliados, color, ni repercusión. De hecho, nunca nadie en Cataluña entendió muy
bien porqué Carretero se fue de ERC para fundar un partido con los mismos
principios que defiende ERC. Querer entenderlo es tiempo perdido y sirve
solamente para penetrar en las querellas intestinas de las distintas sectas
soberanistas deseosas cada una de ellas de arrogarse el marchamo soberanista
más puro acusando al resto de “tibios y desleales para con Cataluña”. Por otra
parte, el Reagrupament, es algo así como una espinilla que CDC tiene clavada en
el flanco de ERC, una especie de sigla títere a la que CDC recurre en cuanto
tiene necesidad de escenificar el que no está sola.
En cuanto a Demócratas de Cataluña, apenas está
formado por un pequeño grupo de cuadros nacionalistas que tienen su eje en la “Cataluña
profunda”. Si las pasadas elecciones del 27-N apearon a UDC de su
presencia en el parlament, su escisión ni siquiera tuvo fuerzas para presentar
candidatura.
Ahora CDC echa mano de ambos grupos para eludir demostrar
su debilidad, al menos durante unas semanas: trabajo vano porque ninguno
de estos grupos aportará nada importante a la coalición, ni sacará de la sima al
partido fundado por Jordi Pujol en la transición. Según como termine el “procés”
(y terminará pronto), CDC corre el riesgo de haberse convertido en una
irrisión, no sólo por depender de los votos de la CUP, sino por tratar de
fraguar una coalición con dos partidos de calderilla. Otro síntoma más de que el
ciclo soberanista se está agotando.
¿QUÉ LE PASA A PODEMOS CON EL
EJÉRCITO? ¿A QUÉ VIENE ESE AFÁN DE INCORPORAR MILITARES [PROBLEMÁTICOS] A SUS
FILAS?
A poco de pasar de ser un movimiento inconexo a obtener un rutilante éxito
en las elecciones europeas, Podemos
ya alardeó de contar entre sus “círculos” con un tenientillo polisancionado que luego resultó que tenía en
las fuerzas armadas todo, menos amigos. Ni recordamos su nombre, ni
creemos que valga la pena perder un minuto buscándolo. Luego trataron de
incorporar a la capitana Zaida
Cantero, pero ésta, finalmente, optó por aparecer como número seis en la lista
del PSOE por Madrid.
Así que el fichaje
estrella, finalmente, ha sido el del general José Julio Rodríguez, ex jefe de
Estado Mayor de la Defensa y el hombre de ZP en las fuerzas armadas durante el
período de Carme Chacón como ministra de defensa. En Podemos, ni siquiera se lo creían. Al
igual que los otros dos nombres que hemos citado, Rodríguez no es un hombre particularmente popular en el
ejército. Se recuerda que la versión que la Chacón y Rodríguez dieron al
alimón sobre el bochornoso desenlace del secuestro del Alakrana
por piratas somalíes resultó ser puro fraude y que la Asociación
Unificada de Militares Españoles que mantiene relaciones de Podemos, pone a Julio Rodríguez a caer
de un burro.
No creemos que la decisión de Pablo Iglesias se una buena opción: en
realidad, Rodríguez que
presumiblemente saldrá elegido no tiene apenas identificación con el ideario
real de Podemos y corren el riesgo de
situar en el congreso a un diputado que, antes o después, pasará al grupo mixto.
Por otra parte, si de lo que se trata es de querer demostrar que Podemos es un partido en el que caben “militares
demócratas”, no han elegido bien al candidato: lo último que se recuerda de él es que fue el máximo
responsable de las Fuerzas Armadas españolas durante las operaciones de
bombardeo en Libia en 2011… un operación encuadrable dentro de la “estrategia
del caos” de los EEUU en Oriente Medio y en la mayor parte del Magreb. Resulta
difícil de entender como un responsable de operaciones recientes de bombardeo,
a partir de las cuales, Libia ha quedado inmersa en el caos más absoluto y se
ha convertido en un “Estado fallido”, encaja dentro de una formación que se
quiere pacifista, antimilitarista y anti-imperialista.
Lo que debía ser anuncio de una “gran
incorporación” se ha convertido en una decisión irrelevante que indica el grado
de despiste político de Podemos y que
puede volverse contra ellos. No pinta bien
el futuro de Podemos con
incorporaciones que generan muchos más problemas de los que resuelven.
EL PAÍS, O LAS VELEIDADES DE INGENIERÍA SOCIAL DEL “GRAN DIARIO” DE LA
TRANSICIÓN. ZAPATERISMO CUANDO YA NADIE SE ACUERDA DE ZAPATERO