viernes, 26 de septiembre de 2014

España y la deconstrucción de la lógica aristotélica


Info|Krisis.- En un país “normal” la detención de un pederasta, la de un esquizofrénico que acuchilla a mansalva en plena calle, la dimisión de un ministro y un proceso soberanista no tendrían nada que ver, ni siquiera cuando se dieran el mismo día. Las primeras noticias aparecerían en un programa sobre delitos y seguridad ciudadana, mientras que las otras dos formarían parte de la crónica política. En España no: unas noticias tapan a hora con descaro, hasta el punto de que hay que sospechar que este solapamiento no es casual sino voluntario. En 1956, los tanques soviéticos esperaban a las puertas de Hungría para invadir el país. La luz verde vino cuando los paracaidistas ingleses y franceses saltaron sobre Suez. Suez tapó para las conciencias occidentales la masacre de Budapest. Desde entonces, todos los Arriola de la vida, han hecho de esta enseñanza una norma...

Habría que congratularse de que, finalmente, la policía hubiera detenido a un pederasta y violador. La tardanza en detener al fulano, sin embargo, ha empañado la tarea policial. Hay que preguntarse si un violador y pederasta, reconocido por varias de sus víctimas, puede tardar medio año en ser detenido, cuando ya tenía antecedentes por los mismos delitos y hubiera bastado desde el primer momento enseñar las fotos a las víctimas… Y es que hay cosas que hacen pensar.


Una historia odiosa de terrorismo

Les voy a contar una historia de terrorismo. El 29 de mayo de 1991 un coche bomba con 200 kg de amonal estalló en el cuartel de la Guardia Civil en Vic, causando 10 muertos y 44 heridos. Entre las víctimas figuraban cinco niños de 8, 10, 11, 14 y 17 años. El atentado es considerado como uno de los más criminales de la banda, suficiente por sí mismo, para “contextualizar” el terrorismo vasco en el lugar que le corresponde en la historia de las carnicerías sin sentido y de los matarifes psicópatas. Al día siguiente, los terroristas Jon Félix Erezuma y Joan Carles Monteagudo (ex miembro de Terra Lliure) fueron milagrosamente localizados y ejecutados. Porque se trató de una verdadera ejecución.
Hay que recordar que en aquella época, el director del cuerpo era Luis Roldán y un electricista de pocas chispas gobernaba los fondos reservados de Interior. Extrañamente, el comando asesino había logrado esquivar a la Guardia Civil en dos ocasiones anteriores. Corrió el rumor de que meses antes del atentado de Vic, las fuerzas de orden público habían localizado el chalet en el que se escondían en la esperanza de que algún dirigente de la banda acudiera al lugar y pudieran detenerlo. En ese tiempo fue cuando se produjo el atentado de Vic y Roldan –al decir de los rumores de la época- permitió la “ejecución” en represalia por el asesinato de mujeres y niños en Vic... pero también para eludir afrontar la cuestión de si realmente se había producido un fallo en la vigilancia de los terroristas que hubiera permitido la comisión del atentado.

En otras palabras: la “ejecución” de los asesinos, supuso el corrimiento de un tupido velo al fondo de la cuestión. La decisión con la que Roldán defendió el episodio supuso para él un balón de oxígeno cuando ya dentro de la Guardia Civil los rumores sobre sus cobros de comisiones estaban ampliamente extendidos y empezaban a llegar a los medios. Fin de la historia.

De Gallardón al pederasta, pasando como el Pisuerga, por la xenofobia

El mismo día en que Gallardón se autoinmola en el altar de la coherencia política y de la dignidad perdida, resulta detenido el pederasta violador y, de paso, en Lérida resulta también detenido un esquizofrénico que el día anterior había apuñalado aleatoriamente a cinco personas. Vayamos primeros a por estos dos últimos casos.

Tarde, muy tarde, es lo que cabría decir al ministro del interior en relación a la detención. El pederasta no era la primera vez que actuaba: era, pues, conocido y estaba en el registro de pederastas del ministerio. No hay, pues, excusa para la tardanza en detenerlo. Da escalofríos el saber que este tipo de psicópatas y depredadores sexuales pueden estar seis meses operando, a pesar de estar registrados sus huellas, sus fotos y su historial, antes de ser detenidos. Llama la atención igualmente que el ministro del interior aludiera a que, uno de los rasgos que daban credibilidad a las acusaciones era ¡que acudía a gimnasios y practicaba artes marciales!... como si estas fueran motivos como para sospechar de él.

Pero, donde el “relato” del ministro con minúsculas se vuelve ya absolutamente tendencioso es cuando alude a sus “antecedentes xenófobos” (¡!) que, por lo demás, vuelven a aparecer el mismo día como rasgo del esquizofrénico de Lérida… también con “antecedentes xenófobos”. Hay que recordar que hace una semana el desalojo de un local ocupado por patriotas y desalojado en Madrid en el mismo barrio en el que otros cinco centros de izquierdas permanecen ocupados desde hace años EN EL MADRID GOBERNADO POR EL PP, generó una amplia opinión pública a favor de la iniciativa. Los medios “progresistas” se encargaron de ensuciar el buen nombre de la iniciativa con alusiones a la “xenofobia y al racismo” que una semana después el ministrillo recupera en la detención de dos odiosos delincuentes. El guiño está claro: los chicos del Ramiro Ledesma eran “xenófobos”, el pederasta y el apuñalador eran también “xenófobos”, luego todos van a parar al mismo odioso saco.

La enloquecida marcha al centrismo que nos espera (de nuevo)

Pero no era este, desde luego, el objetivo mayor de la operación, sino tan solo el objetivo secundario (por aquello de aprovechar las circunstancias). El objetivo central era que la dimisión del ministro Gallardón pasara a segundo plano en los informativos.

Desde hace años, ante el aburrimiento que genera en los telediarios la información nacional (siempre con los mismos rostros, siempre con los mismos problemas, siempre con las mismas declaraciones de las mistas gentes, siempre con los mismos debates) y que inducen al cambio de canal y al bostezo, las distintas cadenas han optado por dar carnaza más suculenta a un público ávido de noticias “fuertes”: el miserable violador-pederasta, desde hacía meses iba incubando en los informativos, generando alarma social a pesar de la insignificancia de la noticia para la sociedad española y que solamente constituía un drama en un barrio  concreto de Madrid en donde si existiera un fuerte movimiento vecinal de protesta se hubieran creado patrullas cívicas, se hubiera exigido a los responsables policiales que se actuara con mayor diligencia y celeridad y se hubiera presionado para resolver un problema que, por lo que se había visto, hubiera podido ser resuelto desde el primer secuestro y violación.

Si comparamos la dimisión de un ministro que afecta a todo un país, con la detención de un pederasta que afecta a un barrio madrileño y que pertenece al capítulo de sucesos, nos daremos cuenta del desenfoque impuesto por los medios: se da un alcance nacional a una noticia que apenas debería ocupar un relieve local y se presenta como éxito lo que, a la postre, ha sido un verdadero fracaso en la investigación policial, sobre la que, además, existen las más serias sospechas de negligencia. ¿Por qué el pederasta no fue reconocido antes por las víctimas? ¿Se les enseñó a estas las fotos de alguien “con una verruga” que tuviera antecedentes por el mismo delito? ¿Por qué llevara tiempo en casa de sus tíos vigilado pero no detenido? ¿Por qué se decide su detención ahora y no hace quince días?

Todo lleva a anunciar a bombo y platillo la detención para ocultar y minimizar los daños que acarrea la dimisión de Gallardón.

¿Por qué para la estrategia marcada por Arriola es imprescindible ocultar esa dimisión? En primer lugar porque las elecciones están cerca y los dos partidos mayoritarios están intentando desde hace unas semanas correrse hacia el centro, donde Arriola y los “analistas” como él siguen pensando que está la bolsa de votos esencial. Hemos visto como los asesores de esa ilustre mediocridad que dirige el PSOE, Pedro Sánchez, le han impuesto una “línea centrista” contraria al pacto con Podemos y hemos visto también como esa misma línea es la que ha obligado a Rajoy a negarse a modificar la ley del aborto que ha desencadenado la crisis-Gallardón. Algo que queda confirmado por el “centrismo” de su sucesor, cuyas primeras declaraciones sobre la “especificidad catalana” no han podido ser más desafortunadas. En las próximas  esta “carrera hacia el centro” se va a acelerar.

Dentro de esta perspectiva, la dimisión de Gallardón, considerado como centrista dentro del PP, suponía un menoscabo y abría la caja de los truenos en el PP: a la derecha se recordaba el incumplimiento de la promesa electoral de modificar la ley del aborto, mientras que el centro del partido se sentía decepcionada por la dimisión de su ministro-fetiche. Así pues, era preciso encontrar una noticia que tapara este destrozo mediático. La noticia ha sido la detención del violador-pederasta.

La deconstrucción de la lógica aristotélica

En realidad, estamos asistiendo a un proceso de recalificación de la información: cualquier noticia que genera alarma social, a pesar de su irrelevancia para el conjunto de la comunidad, pasa a primer plano en detrimento de cualquier noticia verdaderamente importante para el futuro del país, pero que no interesa publicitar.

La noticia sobre el ingreso en prisión de la Pantoja TAPA la noticia sobre la permanencia en libertad del gánster de Castellón, Carlos Fabra, a pesar de que una irrelevante tonadillera de pocos escrúpulos y menos cerebro, sea una anécdota comparada con un gánster que durante treinta años ha mantenido atada y bien atada a toda una provincia para mayor gloria de la derecha liberal. La calificación sistemática de “xenófobo” para cualquier delincuente TAPA la comprensión de la que ha hecho gala la opinión pública sobre la actividad del Centro Ramiro Ledesma y sobre las circunstancias selectivas que llevaron a desalojarlo por “vía de urgencia”. Los paracaidistas de Suez tapan a los tanques soviéticos. La foto de un niño africano aparentemente hambriento y la de las víctimas del ébola, TAPAN los asaltos a la valla de Melilla y la inmigración masiva subsahariana. El proceso soberanista TAPA la corrupción de la cúpula de la Generalitat… y así sucesivamente.

Es la destrucción de la lógica aristotélica: la “premisa menor” TAPA a la “premisa mayor” y se absolutiza. Esto solamente es posible por un trabajo previo (que en España dura ya cuarenta años y que apareció en los últimos años del franquismo con la Ley General de Educación del año 73-74) de amputación del sentido crítico a las nuevas generaciones. Y no tiene remedio: la posibilidad de acceder a fuentes diversas de información para formarse una opinión, a través de internet, queda anulada por esa ausencia de espíritu y capacidad crítica insertadas en la sociedad española hasta en su ADN.

Ya lo he dicho otras veces: en los aeropuertos españoles y en las fronteras habría que colocar el mismo cartel que Dante colocó en las puertas de su infierno: “Abandonad toda esperanza los que aquí entréis”.

© Ernesto Milà infokrisis - ernesto.mila.rodri@gmail.com - Prohibida la reproducción de este articulo sin indicar origen.