lunes, 29 de septiembre de 2025

LA DERECHA HUELE PODER. LA HORA DE LOS OPORTUNISTAS (1) - LA "OPERACION ESPINOSA"


Introducción

La crisis y, sobre todo, el proceso de desmoralización nacional actual se inició con las elecciones de 2023, en las que el “grupo de los perdedores”, encabezado por el PSOE, logró una mayoría absoluta sumando impotencias (perdieron votos en relación a las anteriores elecciones, el PSOE, Sumar-Podemos, Junts, ERC, solo Bildu logro mejorar sus votos a costa del PNV). Desde el principio se prometía una legislatura inestable y catastrófica, pero las previsiones fueron superadas con creces por la mala gestión del gobierno en todas las áreas, unido a los casos de corrupción, al aumento asindótico de la deuda y a una presión cada vez más insoportable para el ciudadano medio, incluso la “robotización” masificada de las multas de tráfico, el descontrol creciente de la inmigración, de la criminalidad, el narcotráfico, el deterioro de la vida social, las tensiones autonómicas, las cesiones a los chantajes para mantener en pie al gobierno, los cambios en política exterior. En 2023, todos imaginábamos que la legislatura sería un desastre, pero nunca pudimos suponer que nuestras peores previsiones quedarían superadas. Hoy España se haya convertido en cabeza europea de la delincuencia y en cola en la eficacia de la enseñanza y en la inversión pública, en el consumo de drogas y en la ineficiencia del ministerio del interior, en capital mundial de la okupación, siendo el país en el que el precio de la vivienda y el nivel de ingresos está más distanciado.

La buena noticia es que todo esto son elementos suficientes como para pensar que entre seis meses y año y medio se producirá, de forma inevitable (salvo sorpresa final y con el sanchismo el poder no hay que excluir la peor y más traumática de las hipótesis) un cambio de ciclo político.


¿Cómo se iniciará el final de la última parte del pedrosanchismo?

Es presumible que los dos partidos que más se están viendo afectados por su “amistad” con el pedrosanchismo, Junts y Sumar, sean los que rompan la mayoría.

- Junts porque, literalmente, se lo está comiendo Alianza Catalana, la extrema-derecha independentista y antiinmigración. Más tarde Junts en romper y obligar a convocar elecciones, más votos perderá

- Sumar porque el mantenimiento de sus ministros, si bien les genera a ellos emolumentos extraordinarios, la pérdida de votos que auguran las encuestas independientes, crea la incertidumbre de quién estará en peores condiciones, si Podemos o la coalición representada por Yolanda Díaz (en cuyo interior figura Izquierda Unida y, dentro de ésta languidecen los restos del PCE). Porque, en el fondo, las dos formaciones de extrema-izquierda, ya solo aspiran (y rezan) cada una a quedar por delante de la otra formación.

Por lo demás, si Sánchez, decide llegar hasta el final de la legislatura, es probable que, tanto él como sus aliados, pierdan más de lo que pueden perder de celebrarse las elecciones antes de fin de año. Algunos partidos temen que si se convocan las elecciones generales “después” de las municipales (las generales debería convocarse como máximo para el 23 de julio de 2027, mientras que las municipales y autonómicas, serían como máximo el 25 de mayo de 2027), el desastre puede ser mayúsculo, con riesgo de que el PSOE pierda las pocas regiones en donde todavía gobierna (Asturias, Castilla La Mancha, Navarra, en Cataluña las elecciones regionales serían más tarde), disminuya el número de concejales y de alcaldías en sus manos y quede reducido a un esqueleto burocrático, sin apenas “militancia” y con una repercusión en el resultado final de unas elecciones generales, a pocas semanas de distancia, que aumentará el descalabro de la izquierda.

No creemos que el pedrosanchismo logre llegar hasta julio del 2027, le fallarán los aliados. Y los eslabones más débiles son Sumar dentro del gobierno y Junts fuera. En ambos partidos, en las bases de Sumar y entre la cúpula de Junts, crece la opinión de que romper este ciclo infernal, les puede suponer quedar por delante de sus “hermanos separados” (Podemos para Sumar y ERC para Junts). Y para ambos, esto es lo único que importa.

En Junts, incluso, la propia figura de Puigdemont (que nunca ha destacado por sus cualidades políticas, por cierto) se está cuestionando en sectores cada vez más amplios. Es significativo que, tanto en Junts como en ERC, se esté produciendo una fuga de los cargos que podían defenderse mejor en la empresa privada o en la enseñanza superior, y una paralela rebelión de las bases por haber sido las direcciones lo suficientemente estúpidas para creer en las promesas de Cerdán primero, de Zapatero después, que no han ejercido más que transmisores de las mentiras de Sánchez.

Es curioso, pero dentro de la izquierda, el llamado “plan Rufián” (presentar una candidatura unida de toda la izquierda), sería la única alternativa de todo este sector político para mantenerse a flote en el próximo ciclo. Pero su propio partido ha desautorizado a Rufián y, por otra parte, tanto Podemos como Sumar creen poder beneficiarse finalmente del descalabro del PSOE.

Vista a la derecha (I): la “operación Espinosa”.

Iván Espinosa de los Monteros, hijo del IV marqués de Valtierra, promotor inmobiliario, consultor y político liberal, antiguo portavoz de Vox en el parlamento estatal, casado con la arquitecta hispano-cubana, Rocío Monasterio, ex portavoz de Vox en el parlamento regional de Madrid, ambos figuraron entre los fundadores de Vox. Él fue secretario general del partido y luego vicesecretario de relaciones internacionales. No fue el mejor período en la historia de Vox: de haber persistido en esa dirección, no habría pasado de ser una especie de PADE formación escindida del PP formada por los que habían quedado fuera del reparto de cargos en el primer gobierno Aznar y cuyo único interés era volver al partido.

En ese período, los objetivos de Vox se limitaban a combatir al terrorismo, al no al aborto y temas antiautonómicos. En las elecciones de 2014, el partido quedó solo un poco por delante de la extrema-derecha clásica: entre el 0’30% y el 3,5%.

Espinosa estaba en la cúpula del partido. No era un tipo simpático para la militancia, ni particularmente combativo, ni siquiera con una idea propia de lo que debía ser el partido. Como máximo aspiraba a que fuera una especie de PADE más eficiente. Poco más. A pesar de ser elegido para ocupar la segunda plaza en la lista electoral para las elecciones europeas de 2014, no salió elegido y en las elecciones al Senado de 2015 y 2016, obtuvo, respectivamente 27.222 y 20.373 votos, alejadísimo de los más de 700.000 votos obtenidos por el último candidato elegido.

Y entonces se produjo el problema: Abascal fue lo suficientemente inteligente como para acceder a las presiones de lo que Espinosa llamaba despectivamente “los falangistas” (Buxadé y Ortega Smith) que habían logrado introducir el tema antiinmigracionista en el programa del partido. Fue a partir de ese momento y no antes, cuando Vox se disparó en las encuestas y, desde entonces no ha dejado de crecer.

El 8 de agosto de 2023, presentó su renuncia al cargo de diputado “por razones personales”. Lo más probable es que sintiera cierto vértigo al observar que lo que traía votos al partido era justo lo contrario de lo que él proponía: euroescepticismo y remigración. A la vista de las pocas explicaciones, resulta lícito pensar que tuvo miedo de que sus “amigos liberales” le reprocharan el “euroescepticismo” y que los medios pudieran tacharle de “racista”. Eso mismo ya había hecho que el PADE, diez años antes quedara embarrancado en la nada más absoluta.

Y Espinosa se dedicó de nuevo a los negocios. Su verdadera vocación.

Cuando ya nos habíamos olvidado de él, percibió el aroma de “fin de ciclo socialista” y de próximos cambios y decidió que no era un mal momento como para presentar un “think tank”, la Fundación Atenea. Es muy fácil interpretar porqué se empeñó en reunir una tarde a antiguos militantes de Ciudadanos, a diputados de la derecha pepera y a algún personaje de Vox.

¿Cuáles son esas razones?

1) Espinosa es un individuo de derecha liberal al que le produce náuseas la propuesta reiterada de Feijóo de que su “primera opción de pactos”, es el PSOE, matizada luego con el añadido de “un PSOE liberado del sanchismo”. La alergia de Espinosa al sanchismo no procede de la ineptitud del gobierno actual en todos los terrenos, sino, más bien, del intervencionismo en economía del que hace gala en favor de sus amiguetes. Esa especie de “gran coalición” a la alemana, generaría un extraordinario desasosiego entre los electores de ambos partidos y, por lo demás, haría imposible el cumplimiento de un programa de “derecha liberal”. Uno de los peores efectos en el lanzamiento de "Atenea" fue la presencia de Víctor de Aldama, el gran corrupto del sanchismo. El que ahora apunte contra sus antiguos amigos, no implica que su apoyo sea bien recibido en la derecha. No hay corruptos amigos de derechas y corruptos enemigos de izquierdas: hay corruptos, sin más.

2) Ante el próximo cambio de ciclo político, Espinosa aspira a postular una “unidad de toda la derecha”. No es la primera vez en democracia que esta consigna se ha lanzado, siempre desde posiciones liberales. Incluso en plena transición, Cruz Martínez Esteruelas ya propuso un “frente nacional desde UCD hasta Fuerza Nueva” en las elecciones de 1979 e incluso mantuvo hasta pocas horas antes de cerrarse la admisión de listas, la ficción ante Blas Piñar. En este caso, Martínez Esteruelas, actuaba por iniciativa de Fraga, para neutralizar a Fuerza Nueva. En el caso de Espinosa, en nuestra opinión su actitud obedece a un simple cálculo personal: amigos en el poder = promesa de buenos negocios.


Alguien se preguntará si Vox es tan sectario como para rechazar que uno de sus “nombres más prestigiosos”, no ocupe un papel relevante en su organización a causa de “querellas intestinas”.

Los "líos judiciales" de Espinosa

Pero todo esto se entiende mejor si se recuerdan los “líos judiciales” de Espinosa que le inhabilitan para ocupar cargo de responsabilidad alguno en un partido que contempla la lucha contra la corrupción como uno de sus principales objetivos: porque, la constitución del 78 ha permitido que la corrupción floreciera en toda España y no solo abarcara a la izquierda, sino también a la “derecha liberal”.

En la página de Wikipedia dedicada a Espinosa, el último parágrafo alude a “Procedimiento judiciales” y cita una condena en firme en 2019, ratificada por la Audiencia Provincial de Madrid a pagar 57.038 € a una constructora por obras en su domicilio. La sentencia fue ratificada en diciembre de 2021 y condenado a pagar 61.183 € más intereses y asumir las costas. Como tres meses después seguía sin abonar la cantidad se le embargó el sueldo como diputado… El sueldo en bruto de un diputado suponía 8.017,37 euros al mes. La dimisión se produce 16 meses después de la orden de embargo, lo que, más o menos correspondería a la cantidad de la condena a pagar más las costas. Es posible que, una vez embargada la cantidad, alegase la “presión de los falangistas” para abandonar el partido.

Finalmente, se referencia también en abril de 2023, una denuncia de Hacienda (que incluía a su esposa, Rocío Monasterio) por “facturas falsas por un valor de 169.000 euros e inventaron que dos sociedades suyas vendieron un edificio por valor de 625.000 euros”

Abascal reaccionó con cierta displicencia a la reunión de la Fundación Atenea, auspiciada por Espinosa. 

Por nuestra parte, no creemos que la operación “reinserción” del promotor vaya muy lejos. Tenía cierta lógica, dada la actitud ambigua de Feijóo y el descontento interior de la derecha “pepera”. Recuperar a antiguos miembros de Ciudadanos y encaramarse como “profeta” de la “unidad de la derecha”, obligando a Feijóo a un giro decidido es sobre lo que Espinosa quería cimentar su “operación retorno”.

Nada importante, en definitiva. Aunque fuera necesaria una “unión de las derechas”, el futuro marqués de Valtierra no es la persona más adecuada para promover la operación.