viernes, 1 de octubre de 2021

CRÓNICAS DESDE MI RETRETE: TRES TEMAS DE REFLEXIÓN

Me levanto y, antes de ponerme a trabajar veo -en el retrete, por supuesto- las noticias del día. No hay ninguno dominante (lo del volcán estará presente durante mucho tiempo y lo del “récord” alcanzado por el precio de la luz será el pan de cada día durante meses) y, si bien es cierto que me ha sorprendido la última declaración “indigenista” de Bergoglio o la reconciliación en el clan de los Pantoja, optó por comentar, en tono menor, tres temas: una encuesta realizada en Cataluña sobre el “procés”, una idea lanzada por Marina Le Pen que debería ser recogida en toda Europa y, finalmente, una noticia que no aparecerá en los medios de comunicación sobre el colegio en el que estudié de 1957 a 1968…

EL 75% DE LOS CATALANES OPINA QUE EL “PROCÉS” FUE UN FRACASO

Hoy se conmemora el 4º aniversario del malhadado seudoreferéndum convocado por Puigdemont “el aventurero” y sus mariachis “indepes”. Aquello fue algo peor que un referéndum frustrado: fue una payasada, como lo había sido el anterior convocado por Artur Mas. Una historia interminable. No creo ser muy duro calificando aquello de “payasada”: de hecho, fue una triple payasada.

En primer lugar, dando por sentado cuál sería el resultado de la consulta, el “parlament” ya había aprobado “leyes de desconexión” con el Estado, los medios de lavado de cerebro de la gencat llevaban más de un lustro insistiendo en el “derecho de autodeterminación” y ni siquiera la propaganda acumulada favorable a la gencat había decantado el voto a favor del sí a la independencia. La segunda payasada consistía en pensar que, si la consulta daba el resultado de 50,01% a favor del sí a la independencia, contra un 49,99% en contra, ese porcentaje legitimaba a la gencat para declararse independiente, seguir como si nada en la UE y, tan amigos. Nadie en la gencat pensó que, en aquellos momentos, con la mitad de ciudadanos de Cataluña en contra de la independencia, la viabilidad de una nación partida por gala en dos, era altamente improbable. La tercera payasada consistía en haber construido un argumentario de chichinabo en todos los terrenos, incluido el económico, cuyo punto álgido era la convicción de que una Cataluña recién escindida de un Estado-Nación y a las bravas, seguiría siendo “miembro de la UE”… Por todo ello, entenderán, que llame payasada a lo que no fue más que una payasada de ilusos, aventureros, buscavidas, y tontos de baba.

Bien, eso es agua pasado y hoy ya nadie se acuerda de aquel 1º de octubre de 2017 (yo andaba por Budapest, teniendo muy claro lo que iba ocurrir en mi tierra: nada). Pero, Metroscopia lanza ayer una encuesta y dice: “El 75% de los catalanes opina que el “procés” fue un fracaso”. Yo no fui consultado, pero estoy en ese porcentaje que corresponde al de gente que ve el sol y dice, "coño, es de día"; ve la luna y dice, "esto es noche". Como quien ve una colilla y dice “aquí han fumado”. Parece lógico, y hasta aquí, normal. El problema viene cuando nos planteamos “¿y qué opina el 25% restante?”. ¿Qué fue un éxito rutilante? ¿Qué fue, como nosotros, no sólo un fracaso, sino, además, una payasada impropia del “seny” catalán?

La encuesta nos aclara que esta cifra del 75% es la media, pero que está desigualmente distribuida en los partidos. Y así sabemos que la convicción de que fue un fracaso está presente entre los votantes de todos los partidos en proporciones superiores al 50%... ¡salvo en JxCat en el que más del 50% creen que el “procés” ha triunfado! En CUP el 42% piensan que fue un fracaso y en ERC el 48%... En el resto de partidos, de derechas y de izquierdas, no específicamente indepes, el porcentaje de fracasos está sobre el 90-99%, incluido el PSC y los podemitas regionales.

Esto indica que el mundo independentista, es el que integra en solitario prácticamente ese 25% de gente que considera que el procés fue un exitazo de narices. Bueno, pues es ese 25% de chalados que ni siquiera son capaces de ver la realidad de manera objetiva, el que gobierna la gencat. No les extrañe si un buen día cualquiera de sus capitostes les saluda con un “bona nit”, justo cuando acaba de salir el sol.

Un “éxito político” se define cuando se han alcanzado los objetivos propuestos. “Fracaso” es cuando te has quedado a más o menos distancia. Desde principios del milenio, Carod-Rovira propuso la fecha de 2014 como “año de la independencia” (el 300 aniversario de la caída de Barcelona en manos borbónicas y de rendición de sus defensores austriacistas, esto es partidarios de un titular austríaco para la monarquía española). Vamos por el 2021. Solo eso.

UNA IDEA DE MARINA LE PEN PARA TODA EUROPA:
REFERENDUM SOBRE LA INMIGRACIÓN

La idea ha sido lanzada en la antesala de la campaña electoral para las elecciones presidenciales francesas que tendrán lugar el año que viene. Marine Le Pen no va a ser la única candidata anti-inmigración, habrá otros (incluido Erik Zemour, intelectual de origen argelino) y en su caso, el éxito sería llegar a la segunda vuelta y mejorar las posiciones que obtuvo en la anterior elección presidencial.

Las cosas están yendo muy mal en Francia: además de atentados yihadistas, el ciudadano medio va viendo cómo el país se reduce cada día más. Las autoridades republicanas ya no tienen peso, influencia, poder, ni siquiera fiscal o coercitivo, en cada vez más barrios franceses: allí gobiernan las mafias, las bandas étnicas, los grupos de delincuentes y la policía ni siquiera puede entrar en esos barrios, so pena de desencadenar disturbios históricos. Así pues, Macron (o, más bien, Micron) un mequetrefe político, construido a prisa y corriendo para afrontar en las anteriores elecciones presidenciales a Marina Le Pen, ha optado por replegarse y procurar que los medios pasen de soslayo los disturbios y el hecho de que la casi totalidad de delincuencia en Francia procede de “grupos halógenos”. Algo que, por lo demás, es del dominio público.

Si por el ciudadano medio fuera, Europa sería como la ha visto siempre: pero el ciudadano medio de la “Unión Europea” es como una mierda, pero sin el “como”. Está obligado a pagar y callar. Lo que cuenta es la legislación europea y ésta hace prácticamente imposibles las expulsiones y el control de entradas. Y llama la atención, sobre todo cuando viajamos a EEUU, Canadá, Australia, en donde el ciudadano europeo, poco o nada conflictivo, debe de mostrar visado (en EEUU, incluso aunque solamente sea de paso y no salga de la zona internacional del aeropuerto) y responder a decenas de cuestiones a los aduaneros, llegar provisto de seguro médico, billete de retorno, dejar las señas en donde uno se va a albergar y demostrar que lleva encima dinero para la estancia. Sin embargo, es usted yihadista, llega a Europa y aquí hay vía libre y, además, lo tiene todo pagado.

En la UE falla algo y quienes fueron artífices después de la conferencia de Maastricht del “espacio único europeo” deberían ser juzgados por “crímenes contra Europa” y condenados de por vida a trabajos forzados. Porque si Europa no puede expulsar inmigrantes ilegales y está obligado a sostenerlos de por vida, es gracias a la legislación europea y a la interpretación que las izquierdas humanistas y las derechas globalizadoras hacen de esa legislación.

Dice Marina Le Pen: hay que someter a voto lo que quiere el pueblo europeo en materia de inmigración. Y sabemos lo que quiere que no es, precisamente, lo que quieren las élites mundialistas, ni la izquierda marciana. Dice Marina Le Pen que “los extranjeros que cometen delitos graves deben ser expulsados”. Natural. Y aquellos a los que se les tocó la nacionalidad en una tómbola y cometen delitos deberían ser, privados de nacionalidad, y al segundo delito retornados a su país de origen. Y todo así. Si el Estado existe todavía debe ejercer su autoridad, un Estado que no ejerce autoridad, sino que se limita a crujir a impuestos a las clases medias para comprar la paz étnico-religiosa-social a base de subsidios, no es Estado sino una ONG, como todas, dirigida por mangantes y (¿para qué nos vamos a engañar?) simples chorizos.

Sí, ya sé que Marina Le Pen ha lanzado esta idea para poner tierra por medio a la candidatura de Zemour, pero la idea es buena y en nuestras latitudes alguien debería asumirla y empezar la recogida de firmas. ¡ESTAMOS TARDANDO!

LA NUEVA CHAPA DE MI COLEGIO:
“GENCAT 1936”, HOMENAJE AL EXPROPIADOR

No guardo muy buen recuerdo del colegio de los Escolapios de la calle Balmes. Mis padres me iban a enviar a los salesianos del barrio (el Ensanche), pero llegaron tarde a matricularme y, por casualidades de la vida, acabé en un colegio donde empezaba el barrio de Gracia. Hice pronto amigos, así que no me importó mucho. El problema vino cuando a mediados de los años 60 el clima del cole cambió. Todos los curas que tuve -salvo el padre Valls y el padre Entralgo, y un par más- fueron a parar al PSUC y participaron en aquella manifestación de sotanas en 1966. Diez años después, prácticamente todos los escolapios de aquella época ya habían abandonado la orden. Uno de ellos, Jaume Botey, llegó a ser secretario general del PSUC-Viu y ocupó varios cargos por Iniciativa per Catalunya. No lo recuerdo ni como un gran pedagogo, ni siquiera como un profesor notable. Daba clases de religión y las daba mal.  Afortunadamente, en el cole había profesores laicos, con varios de los cuales seguí manteniendo relación al acabar los estudios y que me enseñaron mucho: Corral, Billar, Manzano, Moreno, Plens, Blanco, Perucho, Álvarez, etc, etc, etc.

Lo curioso de aquel cole es que, una vez iniciada la guerra civil, fue incautado por las gencat de Companys. En la puerta de acceso, cada mañana, al entrar en el cole, pasaba debajo del “Ave María” esquematizado. Me parecía normal, a fin de cuentas, era un colegio religioso (a pesar de que nunca, en pleno franquismo, recibí una especial enseñanza religiosa e, incluso, en 1967, una de las dos clases de religión semanales era aprovechada para dar “clases de catalán”, sí, esa lengua “prohibida” durante el franquismo…).

Hará unos años, el último escolapio que quedaba en el centro, el padre Tort, ejercía así mismo de rector. Era la última noticia que tuve del que fuera mi colegio. Hasta ayer, cuando estuve en BCN con un amigo que me comentó las últimas novedades del centro. El emblema de los escolapios bajo el que pasé durante más de 10 años, había sido picado y destruido ¡para recuperar el emblema de la gencat, esa tortilla con pimientos, que se colocó durante la guerra civil después de la incautación! Sin olvidar, por supuesto, que durante ese período fueron asesinados no pocos escolapios catalanes por los "incontrolados de Companys". Así que, los escolapios, además de cornudos, apaleados: y ahora la historia hemipléjica nos recuerda que aquel centro fue de la gencat, pero evitar decir que fue una incautación y que los faieros fusilaron a cuantos escolapios pillaron con el vist i plau de Companys.

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Y, ahora es el momento de levantarme de mi retrete y dedicarme a cosas más serias. ¿Quiere un consejo? Nunca opine de política, le bajarán las defensas inmunológicas, se aburrirá y, además, no sirve para nada, salvo para dejar constancia de que usted es un Anarca (esto es, que huye del pensamiento masificado).