miércoles, 8 de marzo de 2017

Diario de un pobre Diablo (35)

¿EL JUICIO A CDC TUMBARÁ EL PROCESO SOBERANISTA?

De momento, tanto Félix Millet como Jordi Montull parecen estar dispuestos a contestar todas las preguntas que les formule la fiscalía. Veremos si son los únicos, o los 19 acusados de malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, falsedad documental blanqueo de capitales y fraude al fisco, actúan de la misa manera y optan por minimizar condenas a cambio de ampliar confesiones. Estamos ante el proceso a CDC, cuando CDC ya no existe y la sigla enguarrada por miles de corruptelas ha dado paso a la virginal PDeCat. Solo en el Palau de la Muscia se defraudaron y desviaron 22 millones de euros. Realmente poco, ni siquiera la punta del iceberg, sino un caso sintomático del clima de saqueo que ha vivido Cataluña en los últimos 40 años. A la vista de su provecta edad, ni Millet ni Montull entrarán en la cárcel y si lo hacen será de manera anecdótica, en régimen de cinco estrellas y con una promoción de grado instantánea (prisiones está transferido a la administración autonómica cuyo presidente forma parte del PDeCat…). Ahora bien, deben abandonar toda esperanza quienes piensen que este proceso que va a recordar a los catalanes lo que todos los catalanes ya sabían –a saber, que la corrupción estaba instalada en el corazón de la Generalitat desde los tiempos del primer puolismo- contribuirá a desarmar el proceso independentista, se equivocan. De hecho, en Cataluña, el proceso apenas interesa y pasará casi desapercibido para los medios de comunicación de la Generalitat o subvencionados por la institución. El proceso que inició Mas en 2010 tenía como objetivo presionar al gobierno para evitar que Pujol y su gang se sentaran en el banquillo de los acusados. De momento, la primera tanda –los Montullo y Millet y sus adláteres- ya están allí ubicados. Los miembros del clan Pujol les seguirán en apenas unos años (y si no al tiempo). Nada nuevo bajo el sol de Cataluña. Ni devolverán el dinero, ni cumplirán penas de prisión. Ni siquiera servirán para demostrar que el proceso independentista ha sido capitaneado por piratas del Mississippi o por sus grumetes aventajados (de ERC y de la CUP). El independentismo circula por otra realidad socio-política: es muestra de la crisis que afecta al Estado Español, una crisis identidad y de convicción en sí mismo. También es un efecto de la crisis económica desatada en 2007 y del que los independentistas han dicho que se debe “a España” (respuestas simples a problemas complejos siempre seducen a los más bobos). No creemos que el proceso independentista se vea afectado por este juicio que apenas es un recordatorio de lo que fueron los tiempos de CiU y del pujolato. Tampoco creemos que cambie nada esencial porque en un papel se diga que estos tipejos son culpables. Ni siquiera cambiará la forma de adjudicar obra pública de la Generalitat (ni del Estad). Cómo máximo hará más prudentes y reservados a quienes cometan esos delitos. Y, sobre todo, lo que no creemos es que el proceso independentista puede ir bien en ningún caso: no morirá de éxito, sino de aburrimiento. Cataluña lleva quince años mareando la perdiz de un “nou estatut” que nunca tuvo demanda social y de un “procés independentista” que solo interesó a los independentistas y aburrió a todos los demás. Lo peor no es que Cataluña seguirá unida a España, sino que lo hará por inercia y aburrimiento. Incluso los nacionalistas españoles no advierten que una nación es un proyecto y un destino, incapaces de definir uno y otro, ignoran que se han quedado sin nación. Y en cuanto a los independentistas, de tanto aludir a la “construcción nacional”, no es raro que sus líderes hayan hecho el negocio inmobiliario un modus vivendi.


SUDAFRICA QUIERE EXPROPIAR A LOS PROPIETARIOS BLANCOS

Ayer comentábamos la masacre de granjeros bancos en Sudáfrica. Hoy sabemos que no se trata de la casualidad o del aumento de la delincuencia, sino de una estrategia utilizada ya en Zimbabue (Rodhesia) que mereció el silencio y la complicidad internacional. Un buen día, el presidente Robert Mugabe simplemente confiscó las fincas a los colonos blancos alegando que los distribuiría entre la población… y lo hizo, especialmente, tierras baldías, porque el gurpo de amigos del presidente se llevaron las parcelas realmente productivas. Dado que los receptores de estas tierras tenían ambición pero no preparación para explotar una propiedad agrícola, este sector, hasta ese momento, puntal de la economía rodhesiana, simplemente se derrumbó y con él la economía basada en la exportación agrícola. Hay que recordar que Mugabe es simplemente un político sin escrúpulos, un verdadero salvaje con cuenta corriente en Suiza y poder en su país. Entonces nadie protestó porque tomar partido por la minoría blanca rodesiana podría ser considerado como racista. Luego, cuando la economía de aquel país se hundió, las ONGs convirtieron el lugar en teatro de operaciones (esto es, de negocio) y todos tan contentos… menos los granjeros blancos expropiados y en muchos casos, asesinados. Este proceso se va a volver a repetir en Sudáfrica. Y se hará según los mismos parámetros y ante el silencio cómplice y estúpido de las cancillerías europeas. Los medios blancos sudafricanos han considerado la propuesta Zuma como “declaración de guerra racial”. Sabemos lo que seguirá: expolio, reparto a los amigos, masacre de granjeros, hambre en el país. Otra Rodhesia con diamantes y vuvuzelas. Y todo esto ante el silencio europeo, no sea que la nueva situación en Sudáfrica arroje al lodo mitos como el de Nelson Mandela y señora o aquel otro de que en la Sudáfrica posterior al apartheid, blancos y negros viven mejor: en realidad, solo los amigos de Zuma viven mejor, el resto, blancos (amenazados con el expolio y frecuentemente asesinados) y negros (carcomidos por el SIDA) viven mucho peor. Reconocerlo forma parte de la incorrección política.

AHORA LES TOCA A LOS MOSSOS D’ESQUADRA

La Vaguardia publica un artículo hoy en el que se alude a los “trabajadores públicos” ante el referéndum independentista, objeto de un informe de la Asamblea Nacional de Catalunya. El informe alude a lo que deberían estar obligados los trabajadores de la Generalitat para hacer que el referéndum independentista sea “efectivo”. Los Mossos d’Esquadra están situados en el centro de las medidas propuestas. Según el artículo 11 de la Ley de Policía de Cataluña los Mossos d’Esquadra están obligados a cumplir y hacer cumplir la Constitución, pero sobre todo el Estatut y la “legislación vigente” y hacerlo con “neutralidad política e imparcialidad”. Las cosas están claras, pues: siendo la Constitución de más rango que la Ley de Autonomía de Cataluña, los Mossos d’Esquadra ya saben a lo que están obligados. Esto no gusta a la ANC que propone una modificación unilateral de la ley que los regula y que suponga la desaparición de la supeditación a la Constitución y al Estado. Incluso los “cerebros” independentistas han redactado la modificación: “Todo el proceso para el referéndum no se someterá en ningún caso a autoridad o instrucciones españolas”. A esto le llaman “Ley de Transitoriedad” que debería regir en Cataluña en este tiempo intermedio entre la vinculación de la Generalitat al Estado Español y su transformación en Estado independiente. No es raro que para esta martingala establezcan que “ningún funcionario público `puede ser acusado de desobediencia si recibe una instrucción clara y precisa de una instancia superior como el Govern o el Parlament”. Obviamente, todo esto es una pérdida absoluta de tiempo y demuestra el nivel de inanición jurídica que preside el “proceso independentista”. No solamente se da como “seguro” que en un referéndum la opción independentista triunfaría, sino que las modificaciones legislativas previas podrían realizarse sin que fueran recurridas por el Estado… como si éste ya no pintara nada en Cataluña y la mera voluntad unilateral de crear un Estado independiente fuera suficiente para poder modificar las leyes al propio antojo. Y uno se pregunta qué en dónde han cursado estudios los “juristas” que se mueven en el entorno independentista…

YIHADISMO Y DROGAS, SANTA ALIANZA

El primer grupo terrorista organizado de la historia, los “Assassins” el siglo XII, cometían sus atentados más terribles bajo el efecto del “haschisch” y diestramente manipulados por “el Viejo de la Montaña”. La droga como medio de manipulación mental siempre ha sido un recurso al alcance de cualquiera que desee debilitar una sociedad o simplemente tener a su disposición mano de obra barata para cometer atentados. Todo esto viene a cuenta de que la policía griega descubrió ayer un laboratorio de la “droga de los yihadistas” en un barrio de Atenas. Además de 635.000 pastillas, les fueron ocupadas armas. Los beneficios obtenidos iban a parar a las organizaciones yihadistas que operan en Oriente Medio. La droga producida es un fármaco que antes se vendía libremente en Europa el “captagón”, utilizado en otro tiempo por estudiantes para mantenerse despierto y soportar el esfuerzo. El fármaco entró dentro del catálogo de drogas por su contenido en anfetaminas y por los efectos secundarios que producía: insensibilidad al dolor, neutralización de los sentimientos, bloqueo de cualquier impulso emotivo. En los años 70 la droga fue utilizada en los medios ciclistas hasta que el laboratorio que la fabricaba con licencia cambió la fórmula e introdujo cafeína como estimulante. En la actualidad, esta fórmula también ha sido prohibida, pero ya como droga se sigue fabricando en la península arábiga en donde cada año se fabrican en torno a 15 toneladas. Sin olvidar, por supuesto, que Afganistán es el mayor productor mundial de heroína, aunque aquí cabe preguntarse si los culpables son los talibanes, la intervención norteamericana o ambos al alimón.