Otra forma de ver la
vida y la obra de Ramiro Ledesma. Entrevista con Ernesto Milá autor de Ramiro Ledesma a contraluz, publicado por eminves
¿De dónde salió la
idea de publicar esta obra?
Este libro es una refundición de cinco
artículos que publiqué en la Revista de
Historia del Fascismo entre 2011 y 2013 sobre la figura de Ramiro Ledesma,
su vida y su obra, a la que le hemos añadido una conclusión que da coherencia a
estos ensayos. La idea surgió a la vista de los errores de interpretación sobre
este líder político y doctrinario que aparecieron a partir de 1979 y que lo
presentaban de manera exótica, poco realista y sin muchos contactos con el
Ramiro Ledesma real. En este caso, como en muchos otros, los “devotos” son mucho
más peligrosos que los enemigos. En efecto, los “devotos” no se detienen a la
hora de deformar en beneficio propio la obra de su icono. En cualquier caso, el
estudio sobre Ledesma era una parte de un estudio más amplio que nos habíamos
propuesto realizar desde el número 1 de la Revista
de Historia del Fascismo destinado a revisar la trayectoria de este sector
político en España.
¿Así pues hay que
hablar de un “proceso de revisión” en la historia del “fascismo español”?
En efecto, se suele pensar que solamente
existió una rama “fascista” en España. No fue así. Empecemos por decir que el
fascismo puede entenderse de manera estricta
como un movimiento que apareció en Italia después de la Primera Guerra Mundial
dotado de determinadas características o bien, de forma genérica como el conjunto de movimiento aparecidos en el período de
las “entre guerras”, un poco por todo el mundo y que tenían siete rasgos
propios: 1) nacionalismo, 2) antiparlamentarismo, 3) antimarxismo, 4)
corporativismo, 5) estilo militar, 6) cesarismo y 7) características propias
vinculadas a la nación sobre la que irrumpió. En este sentido, todas estas
características pueden aplicarse en España, tanto a las JONS, como a Falange
Española, como a Renovación Española y a varios pequeños grupos formados en
torno a personalidades notables como Giménez Caballero. Creo que, en sentido
genérico es hora de revisar la historia del fascismo español, resituarlo en su
tiempo y explicar porqué fue una oportunidad frustrada durante la II República,
después de la guerra civil y en la transición.
¿Cuáles han sido las
principales deformaciones sobre la obra de Ramiro?
En primer lugar se ha visto en Ledesma a un
revolucionario “furibundo”, una especie de fanático incendiario que agitaba las
teas desde las barricadas anticapitalistas. Nada más ajeno a la realidad.
Ledesma es un revolucionario solamente porque plantea los valores, las ideas y
las vías para invertir la decadencia histórica de España. Otros han querido ver
en él a un “nacional-bolchevique” o a un “europeísta”, cosas que nunca fue ni
por asomo. Se ha dado importancia a un antisemitismo del que nunca hizo gala.
Se ha dicho de él que era un “fascista”, cuando él consideraba a este término
como específicamente aplicable a Italia y él se definió siempre como
“nacional-sindicalista”. Se le ha presentado como un hombre de izquierdas, algo
que despreciaba profundamente. Y se ha dicho, finalmente, que era ateo o,
simplemente, que “murió donde quiso”… en realidad, murió tras haber comulgado
clandestinamente en la cárcel y siendo fusilado en una de las sacas habituales
de la época junto a otros miembros de partidos de extrema-derecha. También se
ha falseado sus opiniones sobre la derecha…
¿Así pues no estaba
contra la derecha?
Si lo estaba. La crítica que realiza a Gil
Robles, por ejemplo, es implacable. Pero hay que recordar que Gil Robles era
una especie de democracia-cristiana de derechas de la época y que existieron
otras formas de derecha en la II República: los carlistas (a los que jamás
criticó), los alfonsinos (con los que mantuvo amistad desde los primeros
tiempos de La Conquista del Estado y
que le ayudaron en varias ocasiones), la revista Acción Española (con la que colaboró y con cuyo fundador, Ramiro de
Maeztu mantuvo una amistad y un debate que llegó a momentos antes de su
asesinato), con Calvo Sotelo, etc. Ledesma solamente ataca despiadadamente, es
cierto, a la CEDA y a Gil Robles, no al resto de componentes de la “derecha de
la derecha”. El desprecio que nutre hacia el doctor Albiñana es relativo y se
basa en que su espíritu matemático y filosófico chocaba con la simplicidad de
postulados del Partido Nacionalista Español, con uno de cuyos miembros, Delgado
Barreto, colaboró en la iniciativa de El Fascio.
Aludes a la estrategia
política ideada por Ramiro Ledesma ¿a qué te refieres con ello?
Ledesma fue un doctrinario, pero también un
hombre de acción. Era consciente de que meditar sobre las ideas solo es
admisible si se tiene el valor de llevarlas a la práctica. Eso implica elegir
una estrategia, unas tácticas, unos objetivos políticos, un criterio
organizativo y formar una clase política dirigente. Se ha aludido bastante al
Ramiro Ledesma doctrinario, pero nada en absoluto al estratega político. Y a
partir de 1933 tenía una estrategia muy clara: la formación de un “gran partido
fascista español” que agrupara a distintas ramas dispersas hasta entonces y a
distintos líderes, necesarios todos ellos para alcanzar la masa crítica
suficiente para derrocar a la frustrada república y construir un Estado
Nacional Sindicalista. En ese sentido, el camino seguido por Ledesma es la estrategia de construcción del partido
sumando distintas fuerzas ya existentes y dispersas hasta ese momento, algunas
de las cuales incluso en el mundo anarco-sindicalista. Si Ledesma participó en
la experiencia de El Fascio fue
precisamente por eso, para favorecer una iniciativa unitaria, y si a última
hora lanzó Nuestra Revolución fue
para crear un medio “aceptable” para que sectores del anarco-sindicalismo asumieran
los mismos ideales por los que estaba trabajando Falange Española.´
¿Ramiro y José Antonio
compartían idénticos puntos de vista?
La evolución en el pensamiento de José Antonio
fue rápida y sorprendente y de ella dimos cuenta en nuestro estudio titulado José Antonio y los no-conformistas. La
evolución en Ledesma fue menos drástica. Simplemente, fiel a su proyecto de
construcción de un gran partido fascista en España, tras colaborar en El Fascio, ingresó en Falange Española.
Se dieron errores de conducción política en aquellos primeros pasos de FE y,
para colmo, aparecieron rivalidades entre los dos líderes, fomentadas por
personajes de poco valor más preocupados por sembrar cizaña que por sacar adelante
el movimiento. Ledesma se escindió del partido y estuvo separado de José
Antonio durante algo más de un año. Especialmente las primeras semanas
posteriores a la escisión fueron de una dureza inusitada que se expresó a
través de La Patria Libre por parte
de Ledesma y de los primeros números de Arriba
por parte de José Antonio. Dos meses después los ataques mutuos se atenuaron y luego
desaparecieron, gracias al esfuerzo de los varios amigos comunes entre ambos.
Ledesma aprovechó para escribir sus dos obras, ¿Fascismo en España? y el Discurso
a las Juventudes de España y fue consciente de que había quedado
descabalgado de la estrategia que él mismo había contribuido a crear. A partir
de entonces, ambos, Ledesma y Primo de Rivera, iniciaron una reaproximación que
llevaría al primero a visitar en la cárcel al segundo y a establecer algún tipo
de colaboración tardía, en las semanas previas al estallido de la guerra civil,
de la que Nuestra Revolución fue el
eco.
¿Terminaron
reconciliándose?
En mi opinión sí. Hay datos suficientes para
pensar en la posibilidad de esa reconciliación. Ambos eran impulsivos, pero al
mismo tiempo inteligentes. Se necesitaban el uno al otro. Y lo sabían. Después
de la crisis de la escisión en el verano del 35 se inicia la reaproximación que
culminará en mayo con la visita de Ramiro a la cárcel y con el posterior
lanzamiento de Nuestra Revolución.
En tu libro nos ha
llamado la atención el que dediques un capítulo a la novela de juventud de
Ledesma, El sello
de la muerte ¿a qué se debe?
En primer lugar, hay que decir que se trata de
una novela de juventud, poco trabajada, argumentalmente floja especialmente en
su segunda parte, pero que aporta datos sobre la psicología de Ledesma en su
juventud. De hecho, es el único testimonio sobre las convicciones de Ledesma en
su adolescencia y sobre su psicología. Hay que recordar que tras ese período
juvenil, Ledesma se dedicó al estudio de la filosofía, conoció a Giménez
Caballero quien lo introdujo tanto en las nuevas corrientes que circulaban por Europa
en la época y luego se dedicó a la política. Para tener una visión completa de
la aventura intelectual y existencial de Ramiro Ledesma era inevitable que
aludiéramos con detenimiento a El Sello
de la Muerte.
¿Cuál es tu opinión
personal sobre Ledesma?
En el libro hay más de 500 citas bibliográficas
sobre Ledesma, así que he procurado elaborarlo como tesis mucho más que como
opinión personal. No todo el pensamiento político de Ledesma es rescatable en
nuestros días (su concepción del sindicalismo, por ejemplo, era el de los años
30 que respondía a las exigencias de lucha contra el capitalismo de aquel
momento histórico y que no se parece en nada al actual), era inevitable que en
el análisis del capitalismo o del marxismo, Ledesma se refiriera a una época
que ya queda muy distante en el tiempo. Pero de Ledesma queda sobre todo su
método de análisis de la historia reciente de España en los dos últimos siglos (esa
“gran pirámide de fracasos”) que creo mantiene todavía actualidad y vigor, su
patriotismo de carácter social y, finalmente, su estilo de hombre de teoría
pero también de acción, una síntesis que hoy está casi completamente ausente.
Ledesma no fue como algunos nos han dicho que era, pero es una personalidad que
vale la pena conocer, forma parte de nuestras raíces históricas y culturales,
enseña que sin estrategia las ideas políticas son construcciones en el aire,
inaplicables en la realidad. Nos dice mucho sobre el estilo, la austeridad y el
temple necesarios en nuestros días.
Ficha de la obra:
Título:
Ramiro Ledesma a contraluz.
Subtítulo:
Por un comprensión integral de su vida y de su obra
Autor:
Ernesto Milá
Editorial:
EMInves
Formato: 15
x 23 cm, tripas en papel ahuesado
Portada:
cuatricomía, plastificada en mate, con solapas
Número de páginas: 414
Precio:
22,00 euros + 4,00 de gastos de envío
Pedidos: eminves@gmail.com