martes, 4 de julio de 2023

EL CONFLICTO UCRANIANO Y LA DERIVA DE LA POLÍTICA INTERNACIONAL (3 de 3) - los "camaradas ucranianos"

 
ANEXO: SOBRE LOS “CAMARADA UCRANIANOS”

En Ucrania existen organizaciones nacionalistas, social-nacionalistas, neo-nazis y de extrema-derecha, variedades que es preciso no confundir. Pero es muy importante tener claro:

1) Que en Kiev no está asentado un gobierno neo-nazi, ni siquiera de extrema-derecha populista. Cuando se inició la nueva fase del conflicto en febrero de 2022, Putin declaró que luchaba contra el “gobierno nazi ucraniano”. Nada más lejos de la realidad: la declaración tenía como único objetivo legitimar la guerra, remitiéndola a la “gran guerra patria” a efectos de política interior y al “antifascismo” tan habitual en los países de Europa. En Ucrania existen grupos de las distintas variedades de extrema-derecha, como existen en Rusia y en cualquier otro país. Pero en Ucrania no tienen un peso político específico, se trata de grupos minoritarios que han sido reciclados como carne de cañón para la política de Zelensky.

2) Que en el momento actual en Ucrania no existen libertades políticas. El escenario político está dominado por un partido, el que llevó al poder a Zelensky, Servidor del Pueblo, partido all-catch (en el que entra todo y niega tener ideología), que proclama que su único objetivo es “una Ucrania fuerte, poderosa y libre”. El resto de partidos están prohibidos desde marzo de 2022. El principal partido de la oposición, la Plataforma de Oposición – Por la Vida, rusófilo y euroescéptico, junto con otros 10 partidos menores están prohibidos. En junio de 2022 se prohibieron otros 17 partidos. La excusa es siempre la misma: sospechas de rusofilia. Dicho de otra manera: Ucrania no es una democracia. Solamente son “aceptados” aquellas formaciones que cumplen los requisitos marcados desde el Washington: entrada en la OTAN e ingreso en la UE, negativa a negociar con Rusia. Así pues, los partidos de extrema-derecha que siguen operando en el país, son los que han aceptado e incorporado esta temática.

3) El principal partido de extrema-derecha es Svoboda (“Libertad”, antes Partido Nacional Social de Ucrania). Declaran 20.000 afiliados y en las elecciones de 2019 quedaron en noveno lugar con 307.244 votos lo que suponía un 1,62% del total. Es la organización que se reclama heredera de Stepan Bandera sucesora de la histórica Organización de Nacionalistas Ucranianos. Su programa es muy simple: nacionalismo conservador, su programa de 9 puntos podría ser compartido por cualquier partido populista europeo, al menos, en 8 de sus tesis. Su momento de gloria fue tras el golpe de Estado que apeó a Yanokovych del poder en febrero de 2014, cuando cuatro miembros de Svoboda formaron parte del nuevo gobierno. La otra formación “neo-nazi” es la Unión Nacional de Ucrania, a partir de la Unión Social Nacional Ucraniana. Su símbolo es el “wolfsangel” y su lema “Raza, Nación Tierra”. Sería el grupo neo-nazi por excelencia que estuvo presente en el “euromaidán” y cuenta con un millar declarado de afiliados.

4) A esto habría que sumar grupo nacionalistas clásicos (la Asamblea Nacional Ucraniana, el Právy Sektor, el C14 formado por nacionalistas radicales, etc, los cuales mantienen formaciones paramilitares. Cabe decir que la extrema-derecha ucraniana es bastante similar a la de cualquier otro país del Este, incluida Rusia. Su papel político en Ucrania es, en la actualidad, minúsculo. Sumados no llegan al 5% del electorado (cifra mínima para tener acceso al parlamento). Ahora bien, el conflicto y las primeras declaraciones de Putin para justificarlo ante Occidente han generado cierta confusión, a las que se sumó la presencia de algunos voluntarios de extrema-derecha europea y norteamericana en el Batallón Azov. Pero se ha tratado de incorporaciones individuales, reducidas a unas pocas decenas de personas.

En conclusión, puede afirmarse que la presencia de grupos de “extrema-derecha” en sus distintas variantes en Ucrania no justifica una toma de posición a favor de este país por parte de los que, en países occidentales, se identifican con estas posiciones. Y esto por tres motivos:

- el papel de estos grupos en el gobierno de Zelensky está hoy reducido a cero; algo que se entiende perfectamente dado el poder de la oligarquía judía en el país y el origen judío del propio Zelensky y de otros altos cargos de su gobierno, incompatible con el antisemitismo histórico del que hacen gala estos grupos.

- en Rusia existen grupos similares: el equivalente al Svoboda sería el Partido Liberal Demócrata de Rusia, liderado hasta su muerte por Vladimir Zhirinovski, y el equivalente a la Unión Nacional de Ucrania sería el ya disuelto Pamiat, al Frente Patriótico Nacional, la Unidad Nacional Rusa (ilegalizada en el 2000 y que contó con 20.000 afiliados), la Unión Panpopular de Rusia de Serguei Baburin y, por supuesto, el círculo en torno a Alexandr Duguin.

- un análisis de política exterior no puede estar lastrado por las filias o las fobias, por la presencia de “amigos” o “camaradas” en uno u otro bando. El análisis de un conflicto de política internacional debe estar realizado desde un triple punto de vista: el histórico (cómo se ha originado una crisis y cuáles son sus raíces últimas), el de las partes implicadas (los actores y sus alianzas) y el de las repercusiones que tiene para la zona geográfica desde la que se realiza el análisis. Y esto es precisamente lo hemos intentado hacer en esta serie de tres  posts.