Querido nacionalista:
Te escribo cuando sin duda estás
asistiendo a la peor crisis de la opción política que defendías desde tus
tiempos de scout o desde que
estudiabas en las Escuelas Virtelia o eras compañero mío en los Escolapios. El
hecho de que hayamos pasado por algunos territorios comunes y que no te
considere fundamentalmente una mala persona, sino como máximo, un pobre
incauto, es lo que me anima a escribirte hoy.
Durante décadas, elección tras
elección has votado a CiU, has hecho oídos sordos a las pocas noticias que se
filtraban en Cataluña sobre la honestidad, moralidad y ética de quienes
dirigían ese partido y has decidido que un catalán “de seny” solamente podía
apoyar la opción que te parecía más razonable en tanto que defendía los
intereses de Cataluña, su forma de ser y su tradición. Y, bruscamente te
enteras de que la cúpula del partido al que entregabas tu confianza, te ha
traicionado. Más aún, empiezas a entrever, que te han utilizado, que una banda
de desaprensivos se ha envuelto en los colores de la bandera catalana y,
nuevamente, ha utilizado “el patriotismo
como trinchera de los bribones”.
Sí, han jugado con tus
sentimientos y con tu instinto de arraigo en la tierra que te ha visto nacer.
Pero han hecho algo peor, algo que todavía no entrevés: han falseado la
tradición catalana, la han retorcido para mayor gloria de sus negocios y la han
intentado separar del resto de la tradición española. Porque, aunque no te lo
parezca todavía, el mayor delito del gang
Pujol (¿por qué llamarlo “clan” cuando todos pertenecemos a algún clan
familiar? cuando todo el “clan” se pone de acuerdo para delinquir, lo que estamos
es ante un gang mafioso, una banda de
gánsters sin escrúpulos que ha saqueado a todo un pueblo; ¡empecemos a llamar a
las cosas por su nombre¡) no es haberse lucrado; se roba a quienes se tiene
cerca, a ti, a mí, a nuestros vecinos y nuestros conciudadanos en un período
histórico; el gang Pujol es todavía
más culpable por que ha traicionado a la Nación a la que pertenece Cataluña. Una
“nación” es algo más que una generación que coincide en el tiempo, es el
discurrir de generaciones, es pasado, presente y futuro, es el conjunto de
esfuerzos de todos los que han contribuido a crear esa unidad histórica a lo
largo de la línea del tiempo.
Ya sé que hoy todavía no puedes admitir eso.
Se empezó definiendo a Cataluña como “nacionalidad”, lo cual es cierto a
condición de ponemos antes de acuerdo en los contenidos de este concepto. Está
claro que una tierra sobre la que se habla un determinado idioma, es una
“nacionalidad”. Pero las cosas no son tan simples. El problema es doble: en
primer lugar porque desde hace mucho en Cataluña se habla, catalán... y
castellano. Dicho de otra manera, existen dos identidades en Cataluña,
generadas por la riada de migraciones que viene registrando esta región desde hace mucho tiempo, motivada por las necesidades y ambiciones económicas
de la burguesía catalana que desde hace tiempo son muy superiores a su
capacidad para procrear. Por eso han llegado millones de españoles procedentes
de otras regiones a Cataluña, porque hace más de dos siglos empezó a demostrar
una vitalidad industrial superior a otras zonas del Estado.
El hecho de que existan dos
identidades coexistiendo en Cataluña no es algo negativo, ni bochornoso para
nadie. Tampoco implica necesariamente la aparición de tensiones. Aparecen
cuando irrumpen los nacionalismos y especialmente, en la Cataluña actual,
cuando una de las dos identidades intenta imponerse sobre la otra. Algo que no
tiene porqué ocurrir necesariamente y que cuando ocurre es porqué una parte
aspira a ser hegemónica y asfixiar a la otra.
BANCA CATALANA: LA MADRE DE TODAS LAS CORRUPTELAS
Si Franco, al llegar a Cataluña,
hubiera aceptado una vertebración del Estado como la que proponía el carlismo
(fuerte en Cataluña desde el siglo XIX) en base a los “fueros” y si la lengua
catalana hubiera podido expresarse de manera natural en lugar de ser
considerado como sospechosa de masonería, republicanismo y separatismo
(¡cuántos catalanes que hablaban y pensaban en esa lengua –entre ellos mi padre–
se vieron obligados a cruzar la frontera francesa clandestinamente, entrar en
España de nuevo por Irún! ¡Cuántos catalano parlantes murieron defendiendo la opción
franquista!), es posible que nadie se hubiera acordado nunca más de revitalizar
el nacionalismo catalán en la postguerra.
Pero hubo uno que vio en ese
recurso emotivo y sentimental (la defensa de la lengua y de la cultura catalana), una posibilidad para medrar a costa de tontos
útiles como tú. Se llamaba Jordi Pujol y su propio padre le enseñó cuál era el
camino: ya que no había redaños para emprender la vía de la clandestinidad, ya
que construir células ilegales parecía muy arriesgado y era tarea de los que
solamente tenían imaginación y valor para hacer eso en defensa de sus ideales,
él intentaría eludir el camino de la política y limitarse a “hacer país”. Fue entonces cuando, para
demostrarlo, constituyeron, padre e hijo, Banca Catalana...
Cuando acaba el período
franquista, el nacionalismo en Cataluña no suponía socialmente nada. Desde 1964
había prensa catalana que se vendía en las calles. Es cierto que el semanario Tele|Estel, publicado por DOPESA, no
estaba subvencionado y que se vendía bien, acaso por su amplitud de miras o
porque el editor no estaba contaminado por la fiebre nacionalista. Otras
publicaciones como Presencia, en
cambio, que se querían portavoces públicos de las corrientes políticas de
izquierdas y nacionalistas, encontraban más dificultades para salir adelante.
En 1940 –repito, en 1940– la Caixa
había editado el primer libro que se publicó en catalán en la postguerra, una
recopilación de versos de Verdaguer, y a mí, en el curso 62–63 en el Colegio de
los Escolapios de Balmes, el “pare
Pedemonte” nos daba una hora de catalán a la semana. Todo esto era poco, pero te
demuestra que la peor persecución que hizo el franquismo fue no subvencionar,
ni promover la lengua catalana, ni considerarla co-oficial. Sin olvidar, por supuesto, que, un servidor que
en su infancia se movía por el Penedés, oía hablar catalán en los años 50 y 60
en esas zonas mucho más que en la actualidad. A veces cuando intentas imponer una lengua obtienes el efecto contrario. Por lo demás, en algunas zonas de Cataluña, por si no te has enterado, la lengua más utilizada es el castellano, seguida por el árabe y algún rarillo, incluso, habla catalán. Es la Cataluña que ha construido tu gente...
Acabado el franquismo, Banca
Catalana ya tenía un respetable número de clientes y empresas que imponían allí
sus depósitos y realizaban sus negocios utilizándola como operador. El problema
era que, desde muy pronto, Banca Catalana desvió cantidades descabelladas del
dinero de sus impositores hacia determinadas asociaciones de carácter político–cultural
que iban difundiendo un clima nacionalista en la sociedad. Pujol se estaba
pagando la campaña electoral con el dinero de otros... hasta que el invento quebró. Pujol no fue procesado por dos motivos: en
primer lugar porque supo llegar a la primera de las sucesivas componendas que
la arquitectura constitucional le permitía y que se reducía a esto: “manos libres en Cataluña a cambio de apoyar
al que gobierne en Madrid”. Así se hizo durante treinta años. En segundo
lugar, porque gentes como tú, pobre y triste nacionalista, nunca llegasteis a
creer que la descapitalización de Banca Catalana (la madre de todas las
corruptelas del gang Pujol) fuera un
delito, sino que os tragasteis con una ingenuidad pasmosa que las medidas
judiciales contra Pujol eran un “ataque a Cataluña”. A partir de ahí, el gang Pujol perdió todo sentido de la
medida y de la ponderación y llegó a exigir el 20% de los contratos de obra
pública y de los contratos con la Generalitat.
No podías creer que aquel hombre
cuyo único mérito había consistido en organizar una protesta en el Palau y
haber pasado unos meses de cárcel, era un poca
solta, un sinvergüenza educado para ser eso y nada más que eso y que además
iba a educar a sus hijos para seguir la tradición... No podías creer que aquel
hombre al que se le llenaba la boca hablando de Cataluña y predicando ética,
buen sentido y patriotismo, fuera un simple vendedor de humo que vendía la
“marca Cataluña” con la habilidad con la que un charlatán vende un crecepelo o
con la insistencia utilizada en Teledienda
para colocar el producto más absurdo.
He visto en algunos de vosotros
discurrir lágrimas por vuestras mejillas cuando os han recordado que Companys
se descalzó para pisar tierra catalán cuando fue fusilado. He visto la emoción
en otros cuando os han repetido el “Catalans,
Catalunya” o cuando han cantado la habanera llegaba al estribillo de “Visca Catalunya, vista el Catalá”… En
el fondo, como todo nacionalista, eres emotivo y sentimental. Pujol te ha
manipulado apelando a esta parte blanda y romántica de ti mismo. Tú crees que
eres nacionalista, pero antes que nacionalista eres víctima de una serie de
engaños encadena que han permitido al gang
Pujol y a las cúpulas de CiU llegar a convertir a Cataluña en la zona más
corrupta de todo el Estado.
UNA “NACIONALIDAD” NO ES UNA “NACIÓN”
La primera mentira fue semántica.
Una “nacionalidad” (y Cataluña si es algo es una “nacionalidad”) no es lo mismo
que una “nación”. Al término nacionalidad se le dan distintas acepciones. No es
lo mismo “tener nacionalidad” que “pertenecer a una nacionalidad”. La
“nacionalidad” que aparece en el pasaporte, no es lo mismo que el concepto
histórico de nacionalidad. Una “nacionalidad”, hablando con propiedad, es
simplemente una parte de un conjunto mayor, habitualmente un Reino o un
Imperio, en el que sus gentes son reconocibles por algún rasgo antropológico y
cultural, básicamente el lenguaje común. Aun a pesar de que la observación de
la realidad catalana actual indica que existen sobre ese territorio dos
“identidades” y dos grupos lingüísticos, puede admitirse con alguna reserva
mental, que Cataluña sea una “nacionalidad”. Lo que nunca ha sido, es una
“nación” y ahí es donde te han engañado...
El concepto de “nación” aparece
en la historia a finales del siglo XVIII y de la mano de la Revolución
Francesa. Antes, lo que existía era “el Reino”. La Nación nace con el chasquido
de las guillotinas y con los disparos de los kentuckys de la Revolución Americana.
¿Vale la pena que te
recuerde, pobre nacionalista, que el siglo XIX fue el siglo más español de
Cataluña? Se inicia con la resistencia heroica de los menestrales de Barcelona
a la ocupación napoleónica y el rechazo generalizado al emperador que había
ofrecido a Cataluña un estatuto especial… en Francia. Rechazo reiterado en el
Bruc, en los sitios de Gerona y en la sublevación de los menestrales. Sólo unos
años antes, Cataluña se había movilizado masivamente contra los jacobinos.
Después volvería a movilizarse para impedir la independencia cubana.
¿Fue Cataluña un reino? No, lo
que te han hecho llamar “confederación catalano–aragonesa” nunca existió. Lo
que existían eran lazos dinásticos y feudales de lealtad entre el Reino de
Valencia, el Reino de Aragón, el Reino de Mallorca y los condados catalanes…
Esos condados catalanes siempre (como todo condado) fueron feudatarios de
alguien, nunca fueron independientes en el sentido que se atribuye hoy a la
palabra independencia. Y, por supuesto, los distintos condados catalanes, nunca
tuvieron ni la más remota idea de constituir una “nación”… concepto que aparece
siglos después en la historia.
¿Y antes? Para algunos
historiadores nacionalistas, el hecho de que en un momento dado, los romanos a
efectos de administración del territorio constituyeran la división
Tarraconense, o que en el período anterior a la “pérdida de España” con la
invasión musulmana, se produjera en parte del actual territorio catalán y en la
Septimania, la revuelta del “conde Paulus”, han sido utilizados como infantiles
precedentes de la “nación catalana” y de su “deseo secular de independencia”.
La Cataluña del abad Oliva es heredera del Reino Visigodo de Toledo y los
primeros núcleos de la Reconquista en los Pirineos nacen con la misma intención
que los núcleos astures: la recuperación de la unidad del Reino visigodo y su liberación de la ocupación islámica. En cuanto
a la colonización romana, su sentido geopolítico les hizo llamar a todo el
conjunto peninsular Hispaniae y las
distintas divisiones territoriales en las que dividieron ese conjunto, nunca
tuvieron nada que ver con algo parecido a unidades “nacionales”.
No vamos a entrar en la cuestión
de fondo que supuso la entrada de los Borbones en la historia de España, pero
sí recordarte que hubo catalanes que apoyaron a la dinastía francesa, como los
hubo otros, mayoritarios, que apoyaron a los Habsburgo. Pero ni los primeros
luchan “por España”, sino por la dinastía borbónica, ni los otros lo hacían por
la “Catalunya Lliure”, sino por un imperio español con un Habsburgo al frente, con todo lo que ello implicaba.
Si te has creído esa historieta de que el pobre Rafael de Casanova era un
nacionalista catalán, simplemente el que te lo ha contado, te ha engañado.
Tú eres nacionalista. Exaltas a
lo que consideras tu nación. Vale la pena que te preguntes cómo apareció esta
doctrina en Cataluña. Te han dicho que fue con la Renaixença y que la Oda a Cataluña
de Buenaventura Carlos Aribau supuso el pistoletazo de salida. Y, por supuesto,
te han engañado. Aribau apenas escribió nada en catalán y el poema en cuestión
fue un intrascendente encargo para el aniversario del financiero Gaspar de
Remisá que, como él, vivía en Madrid… El nacionalismo catalán no fue un
fenómeno de recuperación cultural sino de acumulación de capital por parte de
un sector de la burguesía residente en una determinada zona del Estado.
Existió burguesía catalana
pujante porque existió proteccionismo para los productos fabricados en Cataluña
durante un largo período del XIX. Pero cuando la burguesía catalana se sintió
lo suficientemente fuerte, simplemente creó el nacionalismo utilizando el "factor diferencial" de la lengua catalana y algunos elementos dispersos en la antropología regional, creando directamente otros, y
todo ello para que el entramado emotivo y sentimental y el recurso a la “patria
chica” hiciera más digerible una mayor autonomía en la administración… de sus caudales
y de su patrimonio.
DE LA MANIPULACIÓN HISTÓRICA A LA HISTORIA FREAKY DE CATALUÑA
Hacía falta que buenas gentes como
tú, con sentimientos a flor de piel, experimentaran el arraigo en la
“patria chica” como una fuerza de atracción que generara un patriotismo de tal
manera que quien pronunciara la palabra “Cataluña” con el énfasis suficiente
fuera inmediatamente reconocido como “salvador de la patria” y “redentor del
pueblo catalán”. Los dineros del Conde de Güell sirvieron para crear una cultura
catalana a medida y para justificar la hegemonía político–económica de la burguesía
catalana; en ocasiones esa “cultura” era incluso grotesca. Gentes como tú,
querido y triste nacionalista, estaban sentados en la platea mientras Eusebio
Güell i Bacigalupi, explicaba con una seriedad pasmosa en el discurso inaugural
de los Juegos Florales de 1905 que el catalán era más antiguo que el latín y
derivaba del idioma que todavía se habla en los Alpes Rhéticos… Todos los
presentes le aplaudieron a rabiar a pesar de la enormidad de la teoría. Todos
(y entre ellos estaban los grandes nombres de la cultura catalana de la época
cuyos nombres omitimos por pudor y para no avergonzarte un poco más) quisieron
creer al conde que su entorno conocía como “patricio” y como “prócer
renacentista”. Otros nacionalistas, más moderados ellos, sostenían que el catalán
era una lengua galo–romance simplemente porque eso parecía dar más cuerpo a la
teoría de una Cataluña que nunca había tenido nada que ver con España. Hoy, por
cierto, no hay un solo lingüista que se atreva a defender este origen y se
acepta unánimemente que el catalán es una lengua hispano–romance.
Sin olvidar a otro “prócer”, el
archivero Próspero Bofarull, preocupado por falsear sistemáticamente el listado
de colonizadores del Reino de Valencia y por destruir documentos históricos que
contradecían las tesis nacionalistas. Bajo el rectorado de Bofarull al frente
del Archivo de la Corona de Aragón desapareció, sin ir más lejos, el testamento
del Buen Rey Jaume I, que mencionaba explícitamente a Barcelona como condado
feudal, sin mencionar a Cataluña. Sin olvidar el Libro de Hechos de Armas de Cataluña datado en 1420, pero escrito
en el siglo XVII en el que se han basado algunas de las falsificaciones
históricas enseñadas hoy en las escuelas, falsificación que descubrió un
historiador próximo al nacionalismo y no un españolista recalcitrante, Miquel
Coll i Alentorn...
Desde entonces, los dirigentes
del nacionalismo, han aprendido bien la lección y saben perfectamente que es
posible crear una historia a medida con la que encandilar a un pueblo y lograr
que te vote de corazón. Se empieza alterando la historia ligeramente para
lograr un esquema que beneficie a las propias pretensiones y se termina en el
reino de la anormalidad, lo chusco y la chabacanería, afirmado que Colón, Santa
Teresa, Cervantes eran catalanes de soca
i arrels y que Leonardo pinto la Mona Lisa al pie de Montserrat. Siempre
hay algún freaky que está dispuesto a
llegar hasta el final en el camino emprendido por otros, especialmente cuando
la Generalitat subvenciona con cargo a tus bolsillos la búsqueda de las más
inverosímiles y paletas afirmaciones históricas.
Eres una víctima de la gente en
la que has creído hasta ahora. Sí, no solamente te han robado, sino que además
te han tomado el pelo. Tus líderes, tus inspiradores, tus “molt honorables”,
tus historiadores, buena parte de tus folkloristas simplemente te han contado
historias que luego no se correspondían sino mínimamente con la realidad y a
las que te aferrabas pensando que los españoles son como diablos, cuya única
intención es robar, engañar y esquilmar a Cataluña. Y un buen día, pobre
nacionalista de base, te levantas y te enteras de que, precisamente los que te
han imbuido estas ideas, mira por donde, han estafado, robado, conspirado,
engañado y extorsionado precisamente con dinero de los catalanes y han exigido
más a España, no para repartirlo entre tú y yo y tantos otros catalanes de a
pie, sino para mayor gloria de sus trapacerías.
LA PERCEPCIÓN SOBRE CATALUÑA HA CAMBIADO GRACIAS AL GANG PUJOL
Tú que has gritado contra el
procesamiento de Pujol por el Caso Banca Catalana, tú que has mirado a otra
parte cuando desde hace décadas se sabía que en Cataluña no existía el más
mínimo recato en la práctica del nepotismo y de las corruptelas, tú que te has
manifestado los últimos 11–S con el “Espanya
ens roba” y que crees que si no votas el 9–N te están escatimando un
derecho básico (como si las naciones se crearan y se destruyeran mediante una
consulta en la que la pregunta es tan opaca como la intención de los
convocantes), tú no eres más que un pobre diablo al que un grupo gansteril
aureolado de “honorabilidad” y vendedor de “ética”, ha tomado el pelo
persistentemente durante 30 años…
Todas las ideas merecen un
respeto y todos los tontos el reconocimiento de su tontería. Por eso te
escribo. Desde tiempo inmemorial tus jefes y los inspiradores originarios de
tus jefes, los Güell, los Prat de la Riba, los Cambó, han sostenido que
Cataluña era la “parte seria del España” y que, por tanto, reivindicaban el
derecho a dirigir España. Y lo decían con cierto desprecio hacia el Sur de
España. Pues bien, hoy, gracias a la gestión de esos dirigentes nacionalistas,
la parte más parecida a Cataluña es precisamente Andalucía. Ambas, en efecto,
son rivales en corrupción, la diferencia quizás estriba en que la presidente de
la Junta de Andalucía no se aureola del título grotesco, pomposo y pretencioso
de “molt honorable”. Ambas autonomías
son rivales en persistencia de castas locales que han acaparado el poder
durante décadas siendo, a la postre, inamovibles. Ambas tienen idénticas tasas
de paro, especialmente de paro juvenil, su gran carta económica es el turismo,
no la industria (por eso la burguesía catalana, lo poco que ha invertido en Cataluña en los últimos años, lo ha hecho en la industria hotelera: han convertido a ciudades como Barcelona en parques temáticos para turistas; ese es el talante de su "patriotismo catalán"). Y ambas tienen a sus clases políticas entrando y saliendo de
los juzgados… sin que esto afecte mucho a los resultados electorales. Nunca
Cataluña ha sido tan parecida a Andalucía como durante los gobiernos del gang Pujol.
Lo triste –y de lo dice alguien
con raíces catalanas– es que, a partir de ahora, un catalán no va a ser
considerado como un ser especial, serio y trabajador, digno de confianza: la caída del gang Pujol lo ha convertido en pura
irrisión. Francesc Pujols, una de las personalidades mas exuberantes del siglo
XX catalán, decía aquello de que “llegará
el día que los catalanes cuando viajen por el mundo lo tendrán todo pagado…”.
Pues bien, hoy Cataluña es conocida en todo el mundo, como el jardín privado de
un gang familiar, de una banda de
salteadores de caminos, sin escrúpulos y con habilidades delincuenciales
transmitidas de abuelos a nietos, que consiguieron tomar el pelo al electorado
durante tres décadas y lograr, hacer que los catalanes, metafóricamente, además
de hacer de putas, pagaran la cama, votándoles elección tras elección. Te has convertido, querido amigo, en una
broma siniestra. El hereu, els nebots, la
tieta, las puvillas y els fadrins Pujols, el pare i la mare, tots plegats, era
una colla de poca soltas. Tú que dominas el catalán sabes perfectamente lo
que quiere decir todo esto, para tu bochorno y oprobio.
TRES ACTITUDES VITALES Y SÓLO UNA ACTITUD LÓGICA
A partir de ahora pueden ocurrir
varias cosas. La primera que actúes como los nacionalistas vascos que decían en
relación a ETA: “son unos hijoputas, pero
son nuestros hijoputas”. El gang
Pujol, en efecto, son todos unos chorizos… pero son “nuestro chorizos”. Puestos
a que te roben, igual piensas, mejor que te robe uno de tu tierra. Así pues, el
gang Pujol tiene una disculpa, porque
todo lo que han hecho ha sido, sí, por sus bolsillos, pero han aportado un gran
impulso al nacionalismo catalán que ha dominado la política autonómica en los últimos
treinta y tantos años y han abierto el camino hacia el independentismo. Entonces sigue
votando a CiU y olvídate del mundo vivo y cambiante de la realidad; no es para
ti.
Lo segundo es que pienses, “si el nacionalismo y sus líderes nos han
traicionado, nos han engañado y nos dejado en ridículo… pero “Espanya ens roba”
y, por tanto, quiero llegar hasta el final en el camino a la independencia.
Ya no votaré más a CiU, sino que, a
partir de ahora lo haré a ERC”… Si eres de estos, medita sobre lo que voy a
decirte: la honestidad y la defensa de la verdad están por encima de cualquier
otro valor humano. Todos, absolutamente todos los cuadros dirigentes de ERC
sabían perfectamente de las corruptelas del gang
Pujol (y falta saber si en sus siete años de tripartito no llegaron a
actuaciones similares, lo cual es más que probable). Las han ocultado como el
hermano del violador que oculta las vergüenzas de su familiar porque le podría
perjudicar a él. ERC ha evitado siempre torpedear a muerte al gang Pujol en la creencia –no desencaminada por otra parte– de que
una mancha infamante sobre el nacionalismo repercutiría negativamente en el
proceso independentista.
Para ERC la independencia se
sitúa por encima de la honestidad y de la legalidad. Si opinas lo mismo y eres
uno de estos Maquiavelos con barretina, pon el adhesivo con el burro catalán en
tu vehículo, proclama que Cervantes era catalán y que se descubrió América
gracias a un catalán… y ya puestos, vota a ERC. Ahora bien, si crees que de la
corrupción absoluta no puede nacer nada bueno y eres consciente de que ERC es
muy parecida a CiU y que sus ideales son idénticos, entonces vete con cuidado
porque el hecho de que hasta ahora no se haya publicado nada sobre la gestión
de los tripartitos catalanes con presencia de ERC, no quiere decir que estos
sean unas almas cándidas. Nacionalismo, independentismo, no son muy diferentes
en Cataluña, tienen personajes intercambiables (Ángel Colom, puede ser tanto
secretario general de ERC como paniaguado de La Crida subsidiada por CiU, como jefe del Partit per l’Independencia, como el funcionario “diplomático” de la
Generalitat en Rabat destinado a atraer a contingentes de inmigrantes
marroquíes a Cataluña; “Sis Ales”
está allí en donde está la VISA Oro. Por no hablar de la Rahola, aquella de “no sabe usted con quien está hablando”,
la defensora más cerrada y patética de la “honorabilidad” que les ha salido a
los Pujol hasta ahora…).
Finalmente, si eres una persona
que todavía sitúa la honestidad y la bonhomía por delante de la emotividad y el
sentimentalismo nacionalista, es posible que, a la vista de todo lo que ha
salido estos días a la superficie, tiendas a razonar a la manera socrática “si el gang Pujol son unos bribones, si han jugado con mis ideales y mis
ilusiones, si me han engañado, siendo el peor tipo de estafadores (los
estafadores a todo un pueblo), son por tanto son carne de presidio”. A
partir de ahí tienes la posibilidad de desandar lo andado, repensar todo lo que
has creído en las últimas décadas y saber si eres capaz de realizar un esfuerzo
de honestidad intelectual que te llevará –no lo dudes– a posiciones
radicalmente diferentes a las que hasta ahora tenías como ciertas.
Creo que solamente unos pocos –me
alegraría que fueras tú, francamente– optarán por esta tercera opción. No tengo
la menor duda de que CiU es ese tipo de “partidos cadáver”, próximos a que su
tiempo concluya y que difícilmente superarán las próximas elecciones
municipales y a las elecciones autonómicas que, sin duda, se adelantarán. Te
escribo pocas horas después de que Artur Mas augurara que en los próximos días
hará falta demostrar más “fortaleza psicológica” ante el aluvión de nuevos
datos sobre corruptelas y desgobierno de la Generalitat que vendrán. CiU va a
contar muy poco a partir de ahora, ni en la política catalana, ni para la
gobernabilidad del Estado. Lo que hasta hace poco era su fuerza y la
salvaguardia para que sus exacciones no salieran a la luz pública, se ha
disipado. Si CiU ya no es nada, ni va a volver a ser nada ¿para qué evitar
hacer públicas sus vergüenzas? Si ya no va a poder garantizar la gobernabilidad
del Estado apoyando hoy al PP y mañana al PSOE, mejor descargar contra él las
iras de la opinión pública y, hasta de paso, se puede torpedear el proceso
soberanismo por ellos emprendido.
En cuanto a ERC hasta hace poco
era la única “opción de protesta” en Cataluña, junto a Ciutadans… pero allí también ha aparecido Podemos y si bien ERC, de manera inmediata se va a convertir en
clave para la gobernabilidad de Cataluña, su tiempo pasará pronto por
incapacidad para pilotar un improbable proceso independentista que sería
suicida para Cataluña y para la sociedad catalana. Pero esta es otra historia.
Quiero terminar con una última
acusación. Te han tomado el pelo, pero la culpa no es íntegramente de CiU ni de
su clase política dirigente, ni de unos medios de comunicación locales ultra–subvencionados
sin los cuales no hubiera sido posible mantener la impunidad del gang Pujol durante tanto tiempo, hay
otras responsabilidades que ni tú ni yo podemos perdonar ni olvidar. Como
español me resulta bochornoso que todas las miserias de la Generalitat (y las
que saldrán de aquí al 9–N) han emergido simplemente como cortafuego al proceso
independentista. Si Artur Mas hubiera mantenido la prudencia y se hubiera
dejado de maximalismos independentistas, es lícito pensar que Cataluña hubiera
seguido siendo esquilmada ad infinitum por
el mismo gang y sus secuaces. La
tontería se paga y Artur Mas tiene toda la vida para preguntarse por qué no
pasó a la historia de la independencia de Cataluña pero si fue el detonante
para que el gobierno central abriera las espitas de la verdad jurídica sobre la
corrupción en esa autonomía.
MADRID TAMBIEN TIENE SU PARTE DE RESPONSABILIDAD
Lo que me resulta más
estremecedor de toda esta historia es que todo esto haya salido a la luz
pública porque un tipo sin carisma, ni capacidad de gobierno, un individuo
gris, mediocre e irrelevante, sin posibilidades de ofrecer a los ciudadanos
éxitos político–administrativos, un inepto que se ha visto arrastrado por una
banda de irresponsables (ICV), borrokas
a la catalana (CUPs) y aventureros políticos primitivos y viscerales (ERC) a la
vía independentista, HAYA SIDO EL DETONANTE PARA QUE EL GOBIERNO CENTRAL SE
DECIDIERA A DESVELAR TODO EL ENTRAMADO DE CORRUPTELAS Y SINVERGONZONERÍAS
EJECUTADOS POR UN GANG MAFIOSO. Sinceramente, creo que la causa de la “unidad
del Estado” merece mejores argumentos. Éste de la corrupción de los Pujol (y de
las cúpulas de CiU, o casi mejor lo que podemos llamar en rigor “CASO
GENERALITAT DE CATALUNYA”) es un tema para juzgados, educadores de prisión, funcionarios
penitenciarios, criminólogos y psiquiatras. Por tanto, no me alegra que haya
salido ahora, sino que considero bochornoso que el Estado SOLAMENTE ahora se
haya visto obligado a ponerlo en el candelero de la actualidad.
Pero pienso también que Rajoy no
es consciente de lo que ha hecho. No solamente ha contribuido a desmantelar el
eslogan soberanista “Espanya ens roba”
y a sustituirlo por el infamante “Pujol
roba a Catalunya”, sino que además ha herido de muerte a CiU partido que
nunca logrará recuperar ni el prestigio, ni la influencia, ni el peso perdido.
Te lo repito, tu partido, es hoy un cadáver que como los protagonistas de esas
películas de fantasmas, todavía no se ha enterado de que ha muerto. Rajoy ha
hecho mucho más. En un momento en el que el PSOE demuestra que la elección de
un nuevo secretario general es incapaz de sacar al partido de una crisis que ya
se muestra como estructural y no meramente coyuntural, el hundimiento de CiU,
implica el que dos partes de la “banda de los cuatro” (el grupo de poder
formado por PP, PSOE, PNV y CiU) se han repartido los equilibrios de poder en
las últimas décadas, están hundidas y que, por tanto, en el futuro no podrán
volver a repetirse tales equilibrios. Falta ahora saber cómo quedará el PP
después de las municipales y autonómicas de mayo de 2015 (en las que el centro–derecha
perderá ayuntamientos y comunidades) y lo que queda del PNV cuando las urnas
certifiquen el surpaso por parte de
la izquierda abertzale. Un mundo, el del régimen nacido en 1978, se está
hundiendo ante tus ojos y ante los míos. Tú lo lamentas, yo en cambio me limito
a dar testimonio y a jalear esta época de “fin de régimen”. La única sombra que
veo ante la vista es que, me da la sensación de que el régimen de 1978 no será
sustituido por un nuevo modelo constitucional superior al anterior, sino que la
inestabilidad se convertirá en la palabra clave de nuestro futuro. Algo que si te
queda algo de seny rechazarás para
Cataluña, como yo rechazo para España.
Tuyo afectísimo
© Ernesto Milà – infokrisis – ernesto.mila.rodri@gmail.com –
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