Info|krisis.- Habla la “X”… pero aún no confiesa todos sus muertos. El 11 de noviembre de 2010 el ex presidente del gobierno Felipe González realizó unas declaraciones en las que reconocía que durante su mandato tuvo la oportunidad de liquidar a la cúpula de ETA y, un cuarto de siglo después, todavía medita sobre si se equivocó o no. Ciertamente, hay que poner en caución cualquier frase de Felipe González, sin duda el presidente del gobierno que mentía con más desparpajo y cinismo. Pero si esta declaración nos parece tan incuestionable como significativa es porque investigamos el episodio… en 1993. Sin embargo, hay algo que este mentiroso redomado no cuenta: en todo este episodio sí hubo una víctima que no fue precisamente del entorno etarra. Vamos a refrescar la memoria del ex presidente.
Ernest Milà77
Depende de cómo soplen los vientos, Felipe González manipula la verdad en una u otra dirección. En el mes de noviembre de 2010, las siglas “PSOE” se precipitaban por los abismos y la intención de voto en su apoyo había caído a mínimos históricos. Felipe González Márquez (a partir de ahora FGM) se creyó en la obligación de echar un capote a su partido dando una imagen “dura” que contrastaba con la debilidad y el afeminamiento de las formas políticas del zapaterismo. Es en ese contexto en el que hay que enmarcar el reconocimiento de una relación entre FGM y los GAL y la sospecha de que todavía queda mucho por investigar en esa dirección.
Unas declaraciones “desafortunadas”… pero reales
Las declaraciones de FGM reconociendo que “meditó” sobre lo oportuno de no haber actuado contra la cúpula de ETA a través del terrorismo del GAL creó “incomodidad” entre los actuales dirigentes del PSOE. Patxi López, cabeza del ejecutivo vasco, las calificó simplemente como “desafortunadas”. Barreda el presidente castellano-manchego se limitó a decir que habían sido un “error”. Las declaraciones en cuestión habían sido dadas por FGM al escritor Juan José Millás en el curso de una larga y plúmbea entrevista publicada en El País: "Tuve una sola oportunidad en mi vida de dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA (...). Sólo cabía la posibilidad de volarlos a todos juntos en la casa en la que se iban a reunir. Dije no (...). Todavía no sé si hice lo correcto"...
Las declaraciones eran extremadamente arriesgadas porque suponían el reconocimiento implícito de que la “X” de los GAL era FGM. El ex fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena, dijo que "si González tuviera datos relevantes de un hecho criminal debería ir a un juzgado a decirlo". Mena aseguró que "procesalmente sería posible abrir la causa y recabar estos nuevos datos" si la Fiscalía lo estima pertinente… La Fiscalía, por supuesto, miró a otra parte.
Como muestra del “talante” de FGM, vale la pena recordar que el 27 de junio de 2008, FGM arremetió contra la derecha en el curso de un mitin en el teatro Egaleo de Leganés, negando cualquier implicación en los GAL… ¿Qué es la verdad para FGM? Respuesta: lo que conviene a sus intereses en cada instante.
Lo que FGM calla
En 1993 realizamos una entrevista a un ciudadano centroeuropeo de origen español quien nos realizó algunas confidencias sobre la muerte de un ciudadano francés en Biarritz el 19 de marzo de 1984. La víctima, Jean Pierre Cherid, era el puntal de los GAL en ese momento y ostentaba la responsabilidad de realizar personalmente los atentados contra activistas de ETA en el sur de Francia.
Cherid había nacido en Marruecos y era uno de los cientos de miles de Pieds-Noires (franceses repatriados de Argelia cuando De Gaulle concedió la independencia a este país) que, después de haber participado en la resistencia por la Argelia francesa en las filas de la OAS (Organisation de l’Armée Secréte) recaló en España desde 1962. En 1976 tuvimos oportunidad de entrevistar a Cherid en Madrid en su domicilio próximo al Puente de los Franceses y nos comunicó algunos episodios de su vida. Tras la experiencia argelina y el terrorismo de la OAS, Cherid se había dedicado a realizar trabajos como mercenario por África e Iberoamérica. Nos explicó que jamás había vuelto a Francia y lo justificaba como nacionalista maurrasiano que era: “Francia es como una mujer a la que se ha amado mucho y que, en un momento dado te engaña. Entonces le das la patada y nunca más quieres saber nada de ella”… Sin embargo, Cherid había mantenido una red de colaboradores e informadores en los departamentos vasco-franceses que ya habían sido utilizados por los servicios de seguridad españoles desde la segunda mitad de los años 70.
Cuando ETA Político-Militar (VIII Asamblea) secuestró al capitán de farmacia Alberto Martín Barrios, miembro de una familia socialmente muy bien relacionada en medios civiles y militares, FGM dio la orden a su perro de presa en Interior, José Barrionuevo, un antiguo carlista y funcionario de la Secretaría General del Movimiento franquista desde los años 60, para que liberaran “como fuera” al secuestrado.
Barrionuevo envió a miembros del cuerpo nacional de policía en misión encubierta al territorio del sur de Francia. Estos miembros tuvieron innumerables percances (fueron localizados por la policía francesa y algunos resultaron detenidos, otros se perdieron simplemente en Bayona incapaces de hacerse entender al no dominar el francés, y otros secuestraron por error a Segundo Marey que no tenía absolutamente nada que ver con ETA…) y no consiguieron evitar que ETA, finalmente, asesinara a Martín Barrios después de que sus exigencias no fueran satisfechas (ETA pidió la liberación de los etarras y miembros del partido independentista catalán PSAN, detenidos desde 1980 por el intento de asalto al Cuartel de Cazadores de Montaña de Berga).
El episodio del secuestro y asesinato del capitán Martín Barrios supuso el pistoletazo de salida para la creación de los GAL que en una segunda etapa –después del fracaso y de lo comprometido que resultaba enviar a funcionarios españoles al sur de Francia donde se movían literalmente como un pulpo en un garaje- recurrieron a Jean Pierre Cherid como punta de lanza.
Cherid había realizado previamente algunos atentados contra etarras en el período de gobierno de UCD, pero se trataba de acciones sugeridas por guardias civiles amigos suyos mucho más que de operaciones planificadas por Interior. En realidad, Cherid era un militante anticomunista fanático que estaba dispuesto a operar por su cuenta sin necesidad de órdenes superiores e incluso sin remuneración. Cherid nunca firmó sus acciones y son absolutamente falsas las vinculaciones que se han establecido sobre su pertenencia a siglas difusas como “Antiterrorismo ETA”, “Batallón Vasco-Español” o “Alianza Apostólica Anticomunista”. También es rigurosamente falsa su participación en el asesinato de Beñarán Ordeñana (a) “Argala”, responsable del atentado contra el presidente del gobierno español Luis Carrero Blanco, asesinato que fue cometido por militares en activo del arma de Marina. Su participación en los ametrallamientos a Domingo Iturbe Abasolo (a) “Txomin”, entonces jefe de ETA, a Enrique Álvarez (a) “Korta” o a Martín Sagardía, parece probada. También es completamente falsa la información según la cual secuestró a Eduardo Moreno Bergareche (a) “Pertur” en 1977 y que tiene su origen en un “arrepentido” italiano que jamás ha tenido la más mínima relación con España y que lo ignora todo de aquella época.
Entre noviembre de 1983 y marzo de 1984, Jean Pierre Cherid se convirtió en el frío ejecutor de etarras al servicio de los GAL. Hombre impulso, aventurero, de reacciones imprevistas, fanático combatiente contra ETA mucho más allá de las órdenes recibidas, con Cherid se inaugura el período más demoledor en la historia de los GAL. Todo debió terminar el 19 de marzo de 1984 cuando Cherid falleció víctima de una bomba que intentaba colocar. Los medios de comunicación no fueron mucho más explícitos: no informaron de contra quién pretendía atentar, ni siquiera la peritación del explosivo reveló las particularidades del atentado ni porqué la bomba había estallado inopinadamente causando la muerte del terrorista.
Y sin embargo, quedaban dos testigos…
Un extraño atentado todavía no explicado
Cuando en 1993 entrevistamos a un ciudadano centroeuropeo de origen español que formaba parte del mismo comando del GAL supimos algunos de los extremos del episodio que costó la vida a Jean Pierre Cherid. El atentado en cuestión había sido planificado por el propio Cherid el cual pudo enterarse a través de sus colaboradores y de seguimientos realizados por él mismo, de que la cúpula de ETA se reunía en un piso situado en las afueras de Biarritz. En aquella época, todavía ETA se movía con relativa libertad en el Sur de Francia y apenas adoptaba medidas de seguridad. Cherid supo que tras las reuniones celebradas en un primer piso, los etarras descendían juntos por las escaleras, caminaban unas decenas de metros, pasaban por debajo de un pequeño túnel sobre el que discurría la vía del ferrocarril y se iban a sus domicilios o bien de txikiteo… Al cotejar las fotografías de los etarras considerados como dirigentes de la banda, Cherid supo que aquellas reuniones englobaban a la dirección de ETA y su espíritu implacable le sugirió la posibilidad de realizar un atentado que, de un solo plumazo, acabara con la dirección de la banda. El lugar adecuado era, por supuesto, el pequeño túnel bajo el puente en donde los efectos de la explosión serían devastadores e incompatibles con la vida.
Cherid comunicó a su contacto en el GAL la posibilidad de realizar ese atentado... Con toda seguridad ese es el episodio al que tardíamente alude FGM cuando explicaba en noviembre pasado que tuvo en su mano la ejecución de la cúpula de ETA. Sin embargo, el crimen hubiera tenido varias implicaciones: de un lado, no era lo mismo matar etarras a cuentagotas que liquidar de un plumazo a la cúpula de la banda lo que podía generar fricciones con el gobierno francés y, por otra parte, entre la cúpula de Interior se veía a los GAL como una posibilidad de saquear los fondos reservados y acabar con la cúpula de ETA (esto es, con ETA…) hubiera supuesto matar a la gallina de los huevos de oro que todavía debía de rendir beneficios durante tres años más… De ahí que FGM negara su autorización para el atentado. Pero quedaba un problema: Jean Pierre Cherid.
La no autorización para cometer el atentado no hubiera sido comprendida ni por Cherid ni por sus amigos guardias civiles. Por otra parte, Cherid era lo suficientemente impulsivo y osado como para realizar el atentado por sí mismo sin necesidad de órdenes superiores o contraviniendo las órdenes recibidas. Existía, pues, la posibilidad de que actuara por su cuenta.
En lugar de transmitirle la negativa para que cometiera el atentado, se le entregó a Cherid un artefacto explosivo ya preparado del que le dijeron que era de mayor potencia y más efectividad para liquidar a la cúpula de ETA. Solamente había que colocar la batería en el último momento.
Cherid acudió aquella noche a su cita con la muerte acompañado por dos activistas de los GAL, el ciudadano centro-europeo en cuestión y otro colaborador argentino que vigilaron las inmediaciones separados cada uno unos 75 metros. En el momento en que Cherid colocó la batería se produjo la explosión que acabó con su vida. El ciudadano argentino fue el primero en darse cuenta de lo que había sucedido retirándose hacia donde estaba situado el centro-europeo que permanecía incrédulo ante la muerte de su compañero. En los meses siguientes, este ciudadano argentino visitó varios medios de comunicación intentando vender estas informaciones que, sin embargo, no se publicaron jamás.
La muerte de Cherid no pudo ser eludida por los medios de comunicación que, sin embargo, se limitaron a dar unas cuantas informaciones no siempre auténticas sobre su vida y su pasado y que nada dijeron sobre contra quien intentaba atentar. Meses después se supo que la Guardia Civil había concedido una pensión a la viuda de Cherid como “miembro del cuerpo”, lo que suscitó el encono de los diputados de Izquierda Unida.
En 2009, cuando escribimos en infokrisis (http://infokrisis.blogia.com) nuestras “Ultramemorias” ya mencionamos este episodio, anterior en año y medio a las declaraciones de FGM. Al expresidente, permanente desmemoriado que se enteraba por la prensa de cualquier cosa sobre los GAL, le faltó decir que en su “meditación” sobre si valía la pena asesinar a toda la cúpula de ETA, su decisión acarreó un muerto: Jean Pierre Cherid.
El GAL: otra madre de las corruptelas
Este país no hubiera llorado a ninguno de los etarras asesinados por el GAL a los que, por primera vez se habló en un lenguaje que eran capaces de entender. Quien desencadena un proceso de violencia y crímenes, frecuentemente se ve arrastrado por él y lo que el pueblo español reprochó a FGM no fue tanto que decidiera acabar con ETA poniendo la “directa”, como que los GAL se convirtieran en un pozo de corruptelas y en la excusa para el saqueo de los fondos reservados de Interior por parte de las sucesivas cúpulas que dirigieron el ministerio entre 1983 y 1996.
En muy pocas ocasiones (que nos conste, en ninguna) los 40.000.000 de pesetas habilitados en la Operación GAL por etarra muerto llegaron a los mercenarios que ejecutaron los crímenes. Esas cantidades se fueron perdiendo en los distintos escalones de interior y en el nivel más bajo, el protagonizado por Amedo, se dilapidaron en puticlubs, casinos y bingos… Amedo llegó a cometer un atentado por sí mismo, posterior a la orden de Barrionuevo de liquidar a los GAL (tras el asesinato por parte de un improvisado comando del “Gal Barcelona” de Robert Kaplan, ciudadano francés que no tenía nada que ver con ETA) y antes, incluso, había prometido a los pequeños hampones que sustituyeron a Cherid en la comisión de los atentados, que cuando vinieran con la esquela del Egin del etarra muerto les pagaría los 40.000.000 de rigor… pero antes de que abandonaran territorio galo se limitaba a avisar a su amigo del alma, un policía francés, para que detuviera a los autores, recibiendo por ella los correspondientes emolumentos.
Los GAL no fueron más que un saqueo sistemático de los fondos reservados amasados con los impuestos de todos los españoles, un caso sin precedentes en donde la vulneración de los principios del Estado de Derecho en materia de lucha antiterrorista, quedan superados por la corrupción que durante el felipismo se enseñoreó de la vida política de nuestro país.
FMG no es solamente un fantasmón, pedante, ególatra y mentiroso, residuo de otros tiempos. Él mismo ha reconocido ser la “X” de los GAL sin que ni la fiscalía general del Estado, ni la fiscalía de la Audiencia Nacional le requirieran para que ampliara datos. A esto se le llama “división de poderes”. Tenía razón el amigo del alma de FGM, Alfonso Guerra, cuando decía aquello de que “Montesquieu ha muerto”. Lo que vive y goza de buena salud es la corrupción…
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