PREFACIO
El deseo de muchos de nosotros era que Europa hubiera podido
existir como unidad creativa y viva, autónoma e independiente, liberada del
nuevo orden mundial y del poder de la plutocracia; pero Europa ha revalidado lo
que ya intuíamos que era antes del inicio del conflicto ucraniano: un enano
sumiso a las decisiones del Pentágono, una entidad completamente descoyuntada,
demostrando que casi ochenta años después del final de la Segunda Guerra
Mundial, seguía siendo territorio ocupado por los EEUU.
Para el Evola de los años 50, la unidad europea solamente podía
apoyarse en las ideas de Imperio y Autoridad, y, por tanto, oponerse a las
construcciones “iluministas” del siglo XVIII, era una falsa solución.
Resultaba imposible proponer una “Europa unida” a partes tan
distintas, sin existir ni raza, ni religión, ni identidad común. La historia
pasada demostraba enfrentamientos entre las distintas naciones europeas,
revalidados por los nacionalismos; ni siquiera podía apelarse al catolicismo
porque parte de Europa era protestante y la otra parte profesaba la ortodoxia.
Y, en cuando al “cristianismo” el recurso era demasiado ambiguo. Tampoco
existía una “unidad étnica”, ni siquiera dentro de las naciones y mucho menos
entre las naciones.
Su alternativa –que él mismo, reconocía como “problemática”–
implicaba partir de una “reconstrucción orgánica de Europa” a través de sus
partes (los Estados–Nación) y de la construcción de élites en cada uno de tales
partes, para que luego, las cúpulas pudieran forjar esa unidad que estaba por
encima de las partes: no en vano, las aristocracias medievales tenían una
conciencia supranacional de unidad (algo que José Antonio Primo de Rivera ya
anotó en sus últimos escritos en prisión).
Hoy, ya no se trata de pensar en la posibilidad de “crear una
unidad europea”, sino de entrar en un nuevo ciclo de Cultura (la Kultur
spengleriana), tarea que solamente podía ser asumida por élites, esto es por
“nuevas aristocracias”.
La concepción jacobina de Europa, enunciada por Jean Thiriart,
podía entusiasmar momentáneamente a unos cientos de jóvenes en el continente
decididos a quemar unos años de su juventud en la pira del activismo frenético,
pero carecía de bases sólidas: era un simple proyecto voluntarista que ni
siquiera tenía en cuenta las condiciones objetivas que vivía Europa en la
segunda postguerra. La concepción de Varenge, mucho más coherente y anclada en
ejemplos históricos, era igualmente inviable por lo que ya hemos dicho.
Quedaba, pues, esperar; hay problemas que no tienen solución y la
actitud más absurda que puede plantearse es obstinarse en buscar soluciones a
algo que solamente el paso del tiempo podrá aportarlas. Solo queda reconocerlos
y asumir las consecuencias de la imposible unidad i para aquellos europeos que
creemos que hemos llegado al fin de los Estados–Nación, pero que percibimos que
todavía no están maduras las condiciones necesarias para Europa concebida como
Imperio.
Quedan las catacumbas, no para eternizarse en ellas, no como
cómodo refugio, ni para justificar un absentismo del terreno político, sino
permaneciendo en guardia, a la espera del surgimiento de nuevos liderazgos, la
afirmación de una nueva generación de personalidades dominadoras, y, claro
está, para mantener la llama encendida de la Tradición (y de la “transmisión” a
nuevas generaciones que la propia idea implica). Hay que saber esperar. Estar
preparado para “cuando llegue el momento”. Antes o después (y, en las
circunstancias actuales, todo induce a pensar que será más bien antes que
después) el cadáver del adversario siempre termina pasando ante las puertas.
Medio siglo después del fallecimiento de Julius Evola, estas ideas
siguen igualmente en pie y siguen siendo las más coherentes. Hoy, incluso, mucho
más que ayer. Por eso hemos decidido traducir, editar y prorrogar este
cuaderno.
SUMARIO
PREFACIO
EVOLA Y LA IDEA DE EUROPA
EUROPA UNA- FORMA Y PRESUPUESTOS
I - Nacionalismo y colectivismo
II - El problema “europeo” en la Conferencia “Volta”
III - Elementos de la idea
europea
IV - Sobre las condiciones espirituales y estructurales de la
unión europea
V - Europa Unida: forma y condiciones
APÉNDICES
El estado patológico de la Europa contemporánea
La leyenda del Grial y el “Misterio” del Imperio
Metternich
Acerca de la “Fidelidad”
“Servicio al Estado” y Burocracia
CARACTERÍSTICAS:
Tamaño: 15 x 23 cm
Número de páginas: 186
Impreso en papel blanco de 80 grms.
Portada en cuatricomía.
Precio de venta al público: versión convencional 20,80 € - versión
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