martes, 27 de mayo de 2025

REFLEXIONES SOBRE LA CRISIS DE ESPAÑA (V). Unas líneas para resolver el problema de la inmigración masiva

Partimos de la base, constatada por la experiencia empírica, de que la inmigración masiva ha constituido una tragedia para España y para toda Europa Occidental. Tragedia, si se quiere, relativa, porque cada día más europeos están tomando conciencia del problema y adoptan una posición decidida que hace 40 años ni siquiera habrían soñado. Pero, en términos generales, y dadas las políticas de la UE, de la socialdemocracia europea y de los partidos liberal-conservadores, no hay motivos para pensar que en algún momento pongan coto a la inmigración masiva. Todo lo contrario.

La cantinela habitualmente repetida dice que la inmigración compensa la falta de nacimientos. Si de eso se trataba, hace treinta años, cuando empezó el fenómeno -no olvidar que fue Aznar quien abrió las puertas a la inmigración masiva para favorecer su modelo económico- ya advertimos que hubiera bastado una “campaña en favor de la natalidad” para revertir el problema. Hubiera bastado con incentivos fiscales, con subsidios directos e indirectos, etc., para que hoy, tuviéramos una generación que acabaría de cumplir los 30 años sin necesidad de que hubiera cambiado el paisaje de nuestras calles, ni se hubieran disparado los índices de criminalidad, okupación o el gasto público. No se hizo y ahora vivimos los fangos traídos por esa omisión.

Nadie con dos dedos frente puede eludir el hecho cierto y comprobado de que allí en donde ha llegado inmigración masiva y descontrolada, se han producido los mismos fenómenos que han llegado a España tardíamente en relación a otros países de Europa Occidental y que amenazan con generar convulsiones cada vez mayores.

LAS RAZONES POR LAS QUE EL STABLISHMENT
NO HACE NADA ANTE EL FENOMENO

¿Por qué la clase política ha accedido a este “suicidio nacional”:

  • en el caso de la izquierda marciana (Podemos y Sumar), porque lleva la locura en las venas (primero con la legalización de las drogas, más tarde con sus “estudios de género” y el paquete LGTBIQ+ y, por supuesto, con el “Welcome refugies”),
  • en el caso del psoe, simplemente porque precisan una nueva clientela electoral: las experiencias en Francia y Alemania, especialmente, les han indicado que los “nuevos europeos” llegados de África, una vez conseguidos los papeles (y los subsidios) optan por votar a quien más les promete.
  • en el caso de la derecha liberal pepera se ha plegado a lo que podemos llamar “efecto imitación” basado en la sospecha de que si no evidencian rasgos de “progresismo” serán considerados “fascistas”, pero también por identidad con el movimiento neoliberal y con los principios de la Agenda 2030 (“Si lo propone la ONU, no puede ser malo”).

Con una izquierda suicida y una derecha estúpida (que solamente habla de la inmigración para restar unos cuantos votos a Vox, pero sin creer en lo que está diciendo, ni concretar medidas que piensa adoptar la frenar a la inmigración masiva), España, da la sensación de que, en apenas una década será el país con más inmigración y, por tanto, con más riesgos de guerra civil racial-étnica-religiosa.

En general, los “especialistas” explican que la inmigración ha sido “positiva” para el país desde el punto de vista económico. Es falso. La inmigración ha constituido para países como España, una sangría económica enmascarada por “cifras macroeconómicas”: está claro que cuantos más inmigrantes lleguen a España, más “crece” el PIB… que mide el movimiento de dinero. Pero ese dinero generado por la inmigración no supone un mayor volumen de riqueza, sino un mayor número de subsidios que se traducen, por una parte, en un mayor aumento del consumo (las subvenciones revierten en la compra de alimentos y de objetos de consumo y todo esto genera un IVA que va a parar a las arcas del Estado), pero genera así mismo un aumento de la presión fiscal. Lo que cuenta, como medida del progreso de un país, no es el PIB, sino el aumento de la riqueza, medido por el PIB per cápita. Se podría dar la aparente paradoja de que el PIB nacional descendiera con la expulsión de cuatro millones de inmigrantes… sin embargo, el PIB per cápita, podría aumentar a partir del momento en el que la presión fiscal de redujera a cuotas asumibles.



Producto Interior Bruto: El dato del que alardea el sanchismo: siempre en aumento...
Habrá crecimiento mientras haya flujo de inmigración masiva


El dato que cuenta el PIB per cápita: en la cola de Europa. 
Seguiremos en la cola, mientras no se detenga el flujo de inmigración masiva

En este terreno todas las cifras aportadas por el Banco de España o por el gobierno resultan incompletas o falsas: es evidente que, cuando se trata de valorar los “pros” y los “contras” de la inmigración masiva, son muchos los factores a considerar, incluso aunque solamente sea desde el punto de vista económico: por ejemplo, a la hora de valorar los gastos que ha implicado la inmigración, no basta con reducirlos a sanidad y educación, ni contemplar solo el IVA proporcional a la inmigración, sino también los gastos de control de fronteras, los subsidios a los miles de chiringuitos presentados como ONGs, los gastos de juzgados, los gastos de prisiones, los gastos de albergue y manutención de ilegales, los subsidios directos, los que afectan a los MENAS, los gastos de traslados de ilegales en avión de Canarias a la península, los gastos de distribución de los inmigrantes por todo el territorio nacional, los gastos ocasionados a las aseguradoras que se ven obligadas a pagar los costes de robos y vandalismo, los costes generados por robo de cables de cobre y los perjuicios generados, y, finalmente, los subsidios entregados a medios de prensa para evitar investigar en todas estas direcciones y mantener oculto el origen de la sangría económica. Mientras no existen cifras contrastables y completas, estamos en el derecho de pensar que la inmigración constituye una de las losas más pesadas para nuestra economía y uno de los principales factores que justifican (junto con el Estado Autonómico) la increíble presión fiscal a la que está sometido el español medio.

MEDIDAS, HABLEMOS DE LAS MEDIDAS QUE SON NECESARIAS

¿Medidas? La sociedad española “pensante” (es decir, una fracción de la sociedad que no ha abandonado la “funesta manía de pensar”) debería proponer dos paquetes de medidas:

1) una destinado a cortar en seco la inmigración masiva.

2) otro destinado a revertir el fenómeno y generar un movimiento de retorno.

Y en esto se trata de ser tan realistas como originales: desde el punto de vista realista, las medidas que plantearemos a continuación pueden ser consideradas como un “atentado a los derechos humanos” por las almas sensibles. Pero, a decir verdad, si se quiere resolver una cuestión grave, lo primero que hay que tener en cuenta es redefinir cuáles son esos “derechos humanos”. Porque, en la Declaración Universal de Derechos Humanos, el redactor olvidó colocar el primer derecho, situado por delante de todos los demás, el derecho a la seguridad, sin el cual, ningún otro derecho puede ejercerse. Yo, tengo derecho a mi seguridad y la de los míos, a mi propiedad y a la de los míos, a la seguridad de mi comunidad y de mi país. Si no tengo esas seguridades, de poco importa que pueda tener derechos y libertades: lo más probable es que no los pueda ejercer, ni siquiera salir de un bunker asediado…

Así pues, toda nación tiene derecho a su seguridad, a la soberanía de sus fronteras y, por supuesto, a elegir el tipo de inmigración que prefiere. Si es que prefiere algún tipo de inmigración. Luego, después, están todos los derechos humanos de los inmigrantes. Obviamente, nadie que gobierne -en un gobierno “normal”- puede ser un psicópata o un sádico entretenido en hacer la vida imposible a la inmigración. Pero tampoco nadie en su sano juicio accedería a engordar a quien solo piensa en muñir la vaca del Estado Español, sin dar nada a cambio. Así pues, una vez más, la dureza de la espada debe acompañar a la suavidad de la rosa.

MEDIDAS PARA FRENAR FUTURA OLEADAS DE INMIGRACIÓN ILEGAL

Por tanto, medidas destinadas a frenar las llegadas de nuevos inmigrantes no solicitados:

  • Lo razonable sería proceder a las “devoluciones en caliente”: entras ilegalmente, sales inmediatamente. Sin dilaciones, sin complicados procesos judiciales, sin mareos y sin alegaciones humanitaristas.
  • El gran “coladero” de la inmigración masiva es la petición de “asilo político”. Esta petición debería ser un privilegio realizado solamente en las embajadas más próximas al país de origen. Cualquier otra forma de “hechos consumados” (“he llegado hasta aquí y no he pedido asilo político en la media docena de países que he cruzado, porque es aquí donde me interesaba llegar y es aquí donde me pienso quedar”) debería ser objeto de “devolución en caliente”.
  • El otro “coladero” es el turismo fake. Un visado turístico permite estar 90 días en España. Acabado el plazo, debería de irse a su país de origen. Si el interesado no se va, incumple la normativa legal, por lo que debería de dársele una fecha improrrogable para abandonar el territorio nacional. Y, en cualquier caso, en esta circunstancia, al incumplir la legalidad vigente, se estaría incurriendo en una falta que debería inhabilitarle a perpetuidad para regularizarse.
  • Una ley de inmigración digna de tal nombre debería contemplar con claridad las posibilidades de un extranjero para residir en España: por motivos de trabajo (en sectores en los que haga falta trabajadores de su especialidad), por motivos de estudio universitario y postgrados, por motivos familiares, o bien por elección personal en el caso de jubilados, en cuyo caso habría que acreditar que se dispone de medios suficientes para vivir en España y se pague un seguro sanitario.
  • Los inmigrantes ilegales, no solicitados, incluidos los MENAS, no deberían de permanecer en centro habilitados en la península. El Estado debería de habilitar “puntos de concentración de inmigrantes ilegales” en donde deberían residir a cuenta del Estado español hasta que se resolviera su situación. En la actualidad se tiene experiencia suficiente como para saber que estos centros constituyen una fuente de problemas y su instalación suele ser rechazada por los habitantes del entorno. No queda más remedio que habilitar campamentos para inmigrantes ilegales en islas deshabitadas que abundan tanto en Baleares como en Canarias, incluso en las Islas Adyacentes. Dado que su situación es provisional, bastaría con levantar barracones militares para albergarlos, proceder a la construcción de sanitarios y garantizar cada día la llegada de suministros para su supervivencia, dándoles la oportunidad de que se autoorganizaran interiormente, hasta que el Estado determinara su destino y podrían moverse con entera libertad por el islote. La vigilancia costera evitaría casos de fuga o llegada de cargamentos ilegales. Las comunicaciones serían garantizadas solamente por radio. La estancia en estos islotes no debería de superar los 100 días.
  • Inmigrantes que no pudieran (o quisieran) demostrar su origen (es habitual que rompan sus documentos de identidad y se nieguen a facilitar su filiación) deberían ser, por ese mismo hecho, devueltos inmediatamente, provistos de un salvoconducto provisional para regresar a su país de origen o al último país del que han procedido.
  • Solamente se entregarían permisos de trabajo a aquellos inmigrantes que fueran capaces de demostrar fehacientemente que poseen alguna capacidad profesional y que el mercado laboral español precisa de mano de obra en ese sector.
  • Los MENAS procedentes de África podrían ser albergados en las instalaciones del Peñón de la Gomera, fronterizo con Marruecos, esto es, lo más cerca de sus padres y familiares. El Estado Español no tendría la obligación de “tutelarlos”, sino, simplemente, de devolverlos a su familia y, en caso de no ser localizados, a las autoridades marroquíes para que sean tutelados y educados por su propio país.


La isla de Cabrera, al sur de Mallorca, un paraíso, ideal para concentrar inmigración magrebí.

El Peñón de la Gomera, 86 metros de frontera con Marruecos. Lugar ideal para concentrar MENAS a la espera de reunirse con sus familias


La isla de Alegranza al Norte de Fuerteventura, el lugar ideal para concentrar inmigración
procedente del África subsahariana

Estas medidas serían suficientes como para que la persona decidida a inmigrar, percibiera los riesgos de hacerlo ilegalmente o confiando a mafias: nadie entre 2.500-3.000 euros a una mafia si sabe que va a ser devuelto al país de origen. La mala costumbre de distribuir a los inmigrantes ilegales por comunidades autónomas debería ser sustituida por concentrarlos en islotes deshabitados lo más próximos posibles a su lugar de residencia. La otra mala costumbre de albergarlos en hoteles de cinco estrellas en primea línea de mar, subsidiados inmediatamente llegan, debería de ser sustituida por la austeridad propia de una situación de excepción: tiendas de campaña, literas, cocinas de campaña y tiempo para meditar sobre el error que han cometido.

MEDIDAS PARA REVERTIR EL NUMERO DE INMIGRANTES ESTABLECIDOS EN ESPAÑA

En lo que se refiere a las medidas destinadas a revertir el fenómeno de la inmigración, deben ser suficientes como para que el Estado sea capaz de demostrar su fortaleza, su autoridad y su correcta gestión de los recursos públicos:

  • Un inmigrante legal debería de tener derecho a dos años de margen improrrogable para estabilizar su situación en España; provisto de permiso de trabajo, si en ese plazo no ha logrado cotizar a la seguridad social unas cuotas mínimas por su trabajo, si poniendo en la balanza los subsidios recibidos y los gastos generados por su presencia, el resultado fuera negativo, debería de dársele un plazo para abandonar el país.
  • Desde su llegada a España, el inmigrante debería contratar un seguro sanitario privado para garantizar su asistencia médica. La “sanidad universal” es uno de esos inventos de la “izquierda marciana” que solamente ha logrado desmantelar un poco más el sistema sanitario público.
  • Parece bastante claro y sobre estos es difícil que no exista unanimidad que extranjero que comete un delito, cierra con ello la posibilidad de pedir la nacionalidad española. Más bien se hace acreedor de un proceso rápido, cumplir la sentencia y abandonar el Estado Español. En el caso de que disponga de la nacionalidad española, la comisión de un delito debería super, automáticamente, la pérdida de nacionalidad; y al segundo delito, la expulsión inmediata.
  • En el caso de miembros de bandas latinas, menores de edad, la mera pertenencia debería suponer la imposibilidad de recibir la nacionalidad española y cualquier delito cometido como acto de participación en una banda debería de implicar la expulsión de España y si se trata de un menor, acompañado por su padre o su madre.
  • En lo que se refiere a inmigrantes procedentes de países musulmanes, se les debe imponer la obligación firmada de renunciar al “sexo pilar del islam” (la yihad), para poder residir en España. Y si se trata de africanos la renuncia a la práctica de la ablación genital para sus hijas.  
  • Cada dos años, la seguridad social debería establecer un examen de la situación laboral del inmigrante para valorar el resultado de su permiso de trabajo: los meses y las cantidades por las que ha cotizado a la seguridad social y las prestaciones que ha recibido, los meses que ha trabajo y aquellos otros en los que ha permanecido en paro; lo que recibe en concepto de subsidios y lo que aporta en concepto de impuestos directos e indirectos. Si el saldo es negativo, no debería de renovarse su permiso de residencia.
  • Los juzgados de guardia deberían estar en condiciones de dictar sentencia inmediata contra detenidos en flagrante delito, estando representado el detenido por un abogado de oficio, de tal manera que su ingreso en prisión fuera inmediato y no se diera la posibilidad de seguir cometiendo delitos hasta llegar a casos en los que un ilegal ha sido detenido hasta en más de un millar de ocasiones sin haber pisado la cárcel.
  • La detención de un extranjero en flagrante delito debe estar acompañada de la incautación de sus propiedades para pagar los gastos del juicio, la indemnización a la víctima o la responsabilidad civil. Mientras estos gastos no estén cubiertos, el reo debería cumplir íntegramente su condena sin poder acogerse a ningún tipo de beneficio penitenciario, ni promoción de grado.
  • En general, la nacionalidad española solamente debería darse a aquellos inmigrantes que acepten la asimilación en la sociedad español (es decir, asumir la identidad, las costumbres, el idioma, la forma de ser de la sociedad en la que viven) para evitar guetos y bolsas étnicas generadas por las políticas de “integración” que se han mostrado ampliamente perjudiciales en todo lugar en el que se han aplicado. Sin “asimilación” no debería existir posibilidades de obtener la nacionalidad.

LO QUE DEBE EXIGIRSE A LA INMIGRACIÓN

A estas medidas podrían añadirse otras siempre con el objetivo de que la inmigración que resida en España se atenga siempre:

1) Al respeto y emulación de la identidad española.

2) Al cumplimiento estricto de la legislación española.

3) A aportar beneficios a la sociedad española y no generar problemas ni distorsiones.

4) A generar los mínimos gastos al erario público.

Parece evidente que, con los datos que actualmente pueden intuirse, la aplicación de medidas de este tipo contribuiría a ahorrar miles de millones en subsidios, a un descenso radical de la inseguridad ciudadana, a liquidar la existencia de guetos en los que ya no existe sombra de legalidad constitucional, ni la policía se atreve a entrar, se liquidarían la inmensa mayoría de los 100.000 locales actualmente ocupados, existiría la posibilidad de enderezar servicios públicos que en estos momentos están gravemente deteriorados (educación y sanidad) y disminuiría la presión fiscal. Porque, si alguien lo duda, la inmigración ilegal y masiva, en estos momentos es la mayor aspiradora de recursos públicos en forma de subvenciones directas, en forma de perjuicios causados por la delincuencia, incluidos el gasto policial, los atascos judiciales y las prisiones y, para colmo, los chiringuitos subvencionados de “ayuda al inmigrante”.

 

  



 








lunes, 26 de mayo de 2025

Reflexiones sobre la crisis de España (IV). El papel del Ejército y quién manda en las FFAA

La constitución del 78, en su artículo 8 atribuye a las fuerzas armadas la misión de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y [la coletilla] el “ordenamiento constitucional”. Pero ¿qué ocurre cuando un gobierno permite que cada día nuestra soberanía quede vulnerada y nuestras fronteras horadadas por millones de menesterosos llegados de no importa dónde que aspiran a vivir subvencionados y mantenidos por el Estado Español, esto es, por el contribuyente español que, a fin de cuentas, es el que paga los cinco niveles administrativos (el nivel estatal, el nivel municipal, el nivel autonómico, el nivel europeo y, para colmo, las diputaciones provinciales y, como guinda, en Cataluña, los “consells comarcals”)? ¿qué pasa cuando un gobierno renuncia a defender la “integridad territorial” como está ocurriendo en estos momentos? Pues pasa que, entonces se aplica, la coletilla: “las fuerzas armadas deben proteger el ordenamiento constitucional”… a pesar de que eso implique defender a un gobierno que vulnera, traiciona, día a día y desde décadas, la soberanía y la independencia nacional. La pescadilla constitucional se muerde la cola cuando topa con la realidad cotidiana.

LAS FUERZAS ARMADAS ¿QUIÉN ES EL MANDO SUPREMO?

Esto sin contar, por supuesto, con que los valores militares y los valores “democráticos” están diametralmente opuestos: donde las fuerzas armadas dicen “jerarquía”, la democracia dice “igualdad”; donde las fuerzas armadas dicen “unidad”, la democracia dice “partitocracia”, “taifas”; donde las fuerzas armadas hablan de “valores” y entiende por tales derechos y obligaciones, incluso hasta ofrecer la vida misma…, los “valores democráticos”, en la práctica, son “derechos”, que, simplemente se arroga todo aquel que se encuentra -aunque sea de paso o haya entrado ilegalmente- en nuestro país.

Y es, entonces cuando la constitución del 78 (señalamos el año, para resaltar que en España ha habido constituciones para parar un tren: la Pepa de 1812, la de 1837, la de 1845, la de 1869, la de 1876, la de 1931 y “la inefable”, “la piropeada”, “la coja”, esto es, la de 1978) se saca de la manga el segundo párrafo de su artículo 8: “Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios de la presente Constitución”. Hubo que esperar dos años para que los mismos “cerebros privilegiados” que redactaron una constitución que, desde el principio funcionó mal y que ahora nos damos cuenta de que es una catástrofe que ni siquiera garantiza la división de poderes, establecieron la Ley Orgánica 6/1980, de 1 de julio, por la que se regulan los criterios básicos de la defensa nacional y la organización militar. Fue así como los militares se convirtieron en otro cuerpo funcionarial…

Quizás, la gran falacia constitucional -que en su momento pareció un acierto- fue atribuir al Rey el mando supremo de las fuerzas armadas. Error. Más que error, mentirijilla. Porque el artículo 97 de la constitución establece que: «El gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado», y el artículo 64 estipula que «Los actos del Rey serán refrendados por el presidente del gobierno y, en su caso, por los ministros competentes»… Así pues, el Rey de España ejerce nominalmente el “mando supremo de las fuerzas armadas”, pero… sometido al capricho del presidente del gobierno y del ministro de defensa.

Esta es la puta y jodida -perdonen las expresiones- realidad. En otras palabras, un gobierno cuyo presidente está cercado, sitiado y asediado por casos de corrupción como nunca antes se haya producido en país alguno del mundo, un gobierno español que se mantiene en el poder sólo apoyado por la no-España (independentistas) y por la izquierda marciana (Sumar y Podemos), es el que, en última instancia detenta en realidad el mando supremo de las fuerzas armadas… Horror, vergüenza, bochorno.

EL DESCONTENTO SE PUEDE TAPAR: AUMENTOS SALARIALES Y PROMOCIONES…

La constitución se aprobó en 1978. Los treinta años siguientes evidenciaron lo que el papel podía dar de sí: terrorismo (hasta la victoria policial sobre ETA en los primeros años del milenio, transformada por Zapatero en “proceso de paz” cuando la banda de matarifes estaba ya liquidada interiormente por delaciones internas), corrupción (todos los gobiernos democráticos, desde el primer momento, han tenido sus cuotas de corrupción y estas han ido in crescendo en cantidad e in decrescendo en “calidad”: sí, porque si bien un Bárcenas vestía y tenía ademanes de capo mafioso neoyorkino, la corrupción del sanchismo es propia de una banda de barriada capaz de apropiarse de botines y rescates a lo Ali-Babá, sin olvidar que el padre de la “presidenta” era “empresario de saunas gays” y su tío, para colmo, de “garitos de prostitución”…), partidocracia (los partidos, una de las figura más desprestigiadas en España en estos momentos, junto con los sindicatos, tienen, paradójicamente un poder absoluto en todos los niveles del Estado y de la sociedad), centrifugación autonómica (sin duda, la losa más pesada que se carga a espaldas del contribuyente español), y, para colmo, pérdida de identidad, multiculturalismo, inmigración masiva, paro real (2.500.000 oficiales, 3.500.000 reales, sin olvidar un 25% de la población en torno o por debajo del umbral de la pobreza), degradación de los servicios públicos (transportes, carreteras, seguridad, enseñanza, educación), etc, etc, etc.

Si una constitución se mide por sus logros, habrá que convenir que “la piropeada”, “la inefable” o “la coja” del 78, compite con las que han dado peor resultado en la historia de España. Y en las salas de banderas, aunque no se pueda hablar de esto, existe unanimidad: “España va mal, muy mal”.

Pero, aquí no pasa nada, porque el gobierno, con el estamento militar, actúa como con cualquier otro cuerpo funcionarial: por una parte, se promociona a los “amigos”, se tapona a los que son tímidamente críticos; se suben los sueldos para tapar bocas (resulta curioso observar en con Sánchez se ha duplicado el “gasto militar” (pasando de 6784 millones en 2016 a 14.058 en 2024…¡lo que hay que hacer para asegurarse la lealtad!); se crean “incentivos” alejando a los militares más inquietos hacia misiones en países en donde no se nos ha perdido nada y que nada tienen con nuestra soberanía nacional. Son las pomposamente llamadas “misiones paz”, aquellas que el “ministro Bono” decía que eran “para repartir bocadillos” (era el mismo ministro que, en ejercicio de su cargo de ministro de defensa, decía que prefería que lo mataran a matar a alguien, lo que en boca del titular de la defensa es un mal chiste…).

Desde principios del milenio, el napoleonchu de turno, en este caso, José María Aznar, con la legítima voluntad de aumentar el peso internacional de España, se embarcó en una serie de operaciones militares (recuperación del islote de Perejil… y negociación posterior con mediación de Collin Powell que concluyó en que España detentaba la soberanía de Perejil… pero no podía hacerla efectiva mediante presencia civil o militar, ni exteriorizarla con la colocación de una bandera nacional) y gestos políticos (Cumbre de las Azores). Y así hemos visto a nuestros muchachos y a la oficialidad en escenarios como Líbano, Somalia, Irak, Colombia, Mozambique, República Centroafricana, Senegal, Turquía, Bosnia, Golfo de Guinea, Libia… Algunos destinos se han pagado con la sangre de nuestra gente sin que ninguno de estos destinos, en definitiva, tuviera algo que ver con nuestra defensa nacional, con nuestros intereses, ni siquiera con la lógica militar más elemental. Un soldado voluntario puede percibir hasta 3.000 euros al mes en estas misiones, dependiendo de los complementos y un oficial puede cobrar el doble dependiendo del rango y la peligrosidad. Pero, lo más importante es que se envía lejos a los más inquietos y con más ganas de ascender. En cuanto a la fidelidad, se garantiza con un sueldo fijo, por ocho horas de trabajo, cinco días a la semana, ascensos y estabilidad en el empleo…

INCLUSO LA INDIFERENCIA FUNCIONARIAL TIENE LÍMITES

Políticamente, el militar español actual es aparentemente apático: salario, estabilidad en el empleo y posibilidades de promoción, son lo que animan a mantener la boca cerrada y colocarse grilletes en el cerebro. Es humano. Humano, pero no heroico. Y lo que la población espera del estamento militar, es que cumpla con su deber. Además de “esperar órdenes” (que nunca llegarán o que siempre llegan a destiempo y no serán las correctas), hubo un tiempo en el que se enseñaba en las academias militares que el honor estaba por delante de la “disciplina constitucional”. El problema es cuando algunos militares empiezan a pensar que la situación de España -y es un hecho cierto que en las academias militares todavía se cultiva el amor a la Patria- es grave, sino gravísima y que el país está yendo a la deriva, o lo que es peor, con salteadores de caminos al volante. La sumisión, la prudencia, la indiferencia funcionarial, las obligaciones constitucionales, la nómina de fin de mes, todo ello tiene un peso humano en la ecuación mental del militar de nuestra España. Pero también tienen un límite. Es muy triste haber aspirado a vestir el uniforme militar para defender a la Patria, por tradición familiar o para vivir una aventura heroica, para luego darse cuenta de que el papel ejercido no llega siquiera al nivel del pretoriano, sino que está, más bien a la altura del honesto funcionario sin iniciativa propia que está sirviendo a un gobierno especializado en actuar de espaldas a los intereses nacionales, vendido al “enemigo del Sur”, un gobierno de moralidad cuestionable, que actúa negando la ética más elemental (ignorando incluso lo que es la ética) y que, ha colocado a una ministra de defensa -que no es de lo peor que tiene este gobierno y que, al menos, tenía una carrera y una plaza por oposición de secretaria judicial, algo que no todos los ministros, ni siquiera el presidente puede del gobierno puede alardear- que entró en el cargo sin saber absolutamente nada -pero es que, nada, nada, nada- de defensa y que, para colmo, es objeto de burla por parte de quien la ha puesto en el cargo (mensajes de Avalos a Sánchez y viceversa, tachando a Margarita Robles de “pájara” y de “dormir con el uniforme”. En realidad, un militar con honor que respetara a su jefa directa, debería haber enviado sus padrinos a quien profiriera tales juicios sobre una mujer puesta al frente del ministerio.

Vivimos, además, un tiempo en el que se habla mucho de “defensa”, de la OTAN y del “presupuesto de defensa”. Seamos claros: Rusia no es nuestro enemigo. Los tiempos de la guerra fría ya han quedado atrás. El conflicto ucraniano es un conflicto localizado en el que Kiev tiene que agradecer a Rusia que, desde el primer momento, no haya realizado un ataque total y demoledor contra Zelensky y se haya limitado a un ataque localizado en las zonas rusófonas o de interés estratégico para salvaguardar la seguridad propia. Después de tres años de decirnos los medios de comunicación que Zelensky estaba ganando la guerra y que -como hemos oído- Rusia estaba agotada y había recurrido a utilizar tanques y vehículos sacados de museos de la guerra, ahora, resulta que Rusia es una amenaza para “Occidente” y que puede llegar en pocos días a Finisterre… por lo que hay que proveerse de un “kit de supervivencia”…

Ni la OTAN era necesaria a partir de la caída del Muro de Berlín, ni era necesario introducir a Ucrania en la OTAN (lo que suponía amenazar la seguridad rusa y garantizar la respuesta rusa): hoy, tres años después, tras medio billón de dólares entregados por Biden, tras miles de muertos, Ucrania tiene TODAS las infraestructuras destruidas, casi siete millones de “desertores” (a la sazón llamados “refugiados”) que no han querido saber nada de la guerra en la que la OTAN sumergió a su país, instalados en Europa y 3,5 de “desplazados” por el conflicto, dirigido por Zelensky que parece competir con el de Sánchez en corrupción, con una situación militar insostenible y, también como España, con una sociedad al borde del desplome. Y todo esto gracias a la brillante idea de incluir a Ucrania en la OTAN… El absurdo de la OTAN se demuestra precisamente por haber instigado este conflicto.

Pero los errores cometidos durante años por la UE ahora pasan factura: el recién elegido canciller alemán Merz, el presidente Francés Macron (que esperamos se haya recuperado de su continuo goteo nasal), han concluido que la globalización debe seguir, lo que implica que, en cinco años, la competencia china habrá liquidado la industria automotriz franco-germana. Por tanto, la locomotora franco-alemana se ha visto obligada a una alternativa: promover la industria armamentística europea, maximizando el “peligro ruso”. Pero la realidad, es tozuda: lo han advertido en EEUU y por eso la nueva administración desea volver a la situación anterior al inicio de la globalización: de ahí los aranceles y que China se adapte a la pautas morales del comercio internacional (nada de exportar materias primas para la fabricación ilegal de drogas, nada de indisciplinas en la legislación sobre propiedad intelectual, nada sobre exportación de productos alimenticios sin trazabilidad y plagados de metabolitos peligrosos para la salud, nada de prácticas de dumping, y nada, en definitiva, todo lo que, en los últimos treinta años ha radicado el “milagro chino”; ahora toca aranceles, deslocalización, políticas aduaneras rígidas, etc). El aumento del gasto militar no va a servir para impulsar una industria alternativa, ni mucho menos para reemplazar los puestos de trabajo que se van a perder con la tierra quemada industrial que supone la globalización para Europa. Harina de otro costal, sería que la UE intentara asegurar su autonomía y defensa fuera del marco de la OTAN. Pero eso es algo que no entra en los planes de los maltrechos dirigentes políticos de Francia y Alemania.

Todo esto queda demasiado lejos al gobierno Sánchez asediado por procesos judiciales, por la presión de los que le mantienen en el gobierno (mindundis ridículos y capitanes fracaso estilo de Puigdemont o viejas glorias ya sin parroquia, héroes del “procés” e irrisiones políticas a lo Junqueras con el cerebro parado en octubre de 1934 -para olvidar el bochorno del “procés”- y el delegado del gremio de matarifes, a lo Otegui), preocupado por conceder a unos, engañar a otros y subvencionar a los amigos y nacionalizar como “españoles de papeles” a quienes le garanticen el voto. Y mantener tranquilo, por supuesto, a Mohamed VI, no sea que le dé por ir filtrando la cartera de todo el material a disposición de la inteligencia marroquí gracias a Pegasus, lo único que puede explicar la política sanchista en relación a Marruecos.

Pero hay algunos elementos que demuestran que algo no está funcionando…

¿QUÉ ESTÁ PASANDO -AQUÍ Y AHORA- DENTRO DE LAS FUERZAS ARMADAS?

No hay ruido de sables. Ni hay, ni se le espera. Pero si hay llanto y crujir de dientes. Raro sería si el ejército fuera el único grupo social al que, ante la situación actual de España, no se le removiera el estómago ante lo que cada día exhiben unos titulares de prensa y ocultan otros.

Sin embargo, en las últimas semanas, estamos asistiendo a “maniobras militares” y “despliegues de fuerzas” que no entran en la lógica del gobierno. Ponemos algunos ejemplos:

  • El pasado 10 de marzo, se iniciaron las maniobras de la operación Eagle Eye 25-01, un simulacro para proteger el Sur de España con la activación de los tres Ejércitos. El gobierno las justificó alegando que Sánchez había logrado incluir en la última reunión de la OTAN que se pusiera “especial importancia a la seguridad en el flanco sur de la UE”… Supone un eufemismo hablar desde España del “flanco sur” que solamente puede significar “Marruecos”. La cuestión no es discutir sobre ese riesgo (que, repetimos) es el único riesgo estratégico que tiene España en estos momentos: la cuestión es por qué Sánchez está realizando desde hace cuatro años continuas cesiones, concesiones, envíos de ayuda imposibles de evaluar en términos monetarios a Marruecos…

  • El 26 de abril de 2025, España volvió a participar en las maniobras militares African Lion 2025, organizadas por el AFRICOM (el mando militar para África del Pentágono) que se desarrollan en Túnez, Marruecos, Senegal y Ghana. Participaron 10.000 efectivos de 40 países, de los que 7 son miembros de la OTAN. España había estado ausente de estas maniobras desde 2019. Ahora bien, los militares españoles no participaron en las maniobras en territorio marroquí, hecho que fue interpretado de maneras muy diversas.

  • Un mes antes, los alumnos de la Academia de Artillería del Ejército de Tierra, apoyados por el Regimiento Mixto de Artilleria nº 30, habían llevado a cabo un ejercicio de tiro antiaéreo en Ceuta, utilizando cañones antiaéreos GDF-007 de 35 mm capaces de detener ataques aéreos a baja y muy baja cota. Y aquí si que no había dudas: las maniobras eran la respuesta al rearme militar marroquí.

  • El 27 de octubre de 2024, mientras Marruecos realizaba maniobras apenas a 140 kilómetros de Canarias, la aviación española realizó el ejercicio SIRIO24 en la que participaron 1.500 miembros de la fuerza aérea, planificadas por el Mando Aéreo de Combate. El objetivo de estas maniobras era entrenar y evaluar a todas las unidades aéreas implicadas.  "Se entrenarán las capacidades de contramedidas aéreas, guerra antibuque, transporte aéreo logístico y reabastecimiento en vuelo", añadía el comunicado del ministerio de defensa.

  • Poco antes de estas últimas maniobras aéreas, los medios de comunicación marroquíes, ya se habían hecho de manera crítica de las maniobras realizadas por España en Melilla (recordando, por supuesto que Melilla forma parte del “Gran Marruecos”). Fueron pequeñas maniobras las celebradas en la segunda semana de octubre de 2024: ejercicios de francotiradores, operaciones de reconocimiento por parte de unidades del Regimiento Mixto de Artillería nº 32, patrullas nocturnas del Grupo Táctico de Ceuta en el interior de la ciudad.

  • Manuel Ángel López, comandante de la patrulla “Isla Pinto” (P-84) estacionada en Melilla, lanzó una clara advertencia a Marruecos: “Tanto en Ceuta como en Melilla, debemos recordar a Marruecos que España sigue siendo soberana. sobre las dos ciudades”. Esta actitud contrasta -y mucho- con la posición oficial del gobierno español a través de los ministerios de Defensa y Exteriores que se desentendieron completamente de las maniobras marroquíes frente a Canarias…

Estos ejemplos pueden ser interpretados de dos maneras:

1) Puestos a resaltar las contradicciones del sanchismo y su indiferencia ante cualquier cosa que no sea el saqueo de fondos públicos, es posible que la política de apoyo absoluto a Marruecos y de concesiones continuas, y el entreguismo en relación a Ceuta y Melilla, tengan su obligada contrapartida -para equilibrar- en la realización de maniobras para demostrar cierta “fortaleza” ante Marruecos. De hecho, no sería la primera vez que el gobierno dice una cosa y hace la contraria.

2) Las maniobras que tienen como objetivo reconocer que Marruecos es el único enemigo geopolítico de España, parten del estamento militar, incluso de mandos destacados en Ceuta y Melilla, sin tener en cuenta las consideraciones y las conveniencias “políticas” del gobierno Sánchez. Se presentan como “cosas decididas” a la titular del ministerio que, ya sea por que las entiende e, incluso, es posible que comparta su necesidad, o por temor a enfrentarse a los militares, no dice nada en contra.

Lo que parece muy claro y que presentamos a modo de conclusión razonada es:

1) El papel de la OTAN está en estos momentos muy disminuido ante la nueva política de la Casa blanca y, de hecho, ante la ausencia de “enemigo” desde la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS.

2) La cuestión del aumento del gasto militar planteada por EEUU a los aliados europeos y especialmente a España, es, literalmente, dinero tirado a la basura, al afrontar una amenaza inexistente. Rusia no alberga ambiciones territoriales sobre Europa: es el país más extenso del mundo con una Siberia repleta de riquezas minerales inexploradas. Rusia solo pretende garantizar su propia soberanía. La Casa Blanca, ha entendido perfectamente que la lucha por la hegemonía mundial en el inicio de la Cuarta Revolución Industrial es entre EEUU (potencia hegemónica durante la Tercera Revolución Industrial) y la República Popular China (potencia aspirante a la hegemonía en la Cuarta Revolución Industrial).

3) Francia, Alemania y el Reino Unido, países cuya industria se va a ver muy afectada por la nueva llegada de productos tecnológicos y mecánicos de China, intenta resucitar en contrapartida una “industria militar europea” para evitar una total desindustrialización de Europa. Y para ello está orquestando campañas ridículas de generación y extensión del miedo a una “ofensiva rusa sobre Europa”, aptas solo para aumentar la desinformación. ¿No sería más lógico dar la globalización como un ejercicio finiquitado y saldado con el fracaso?

4) España no puede aumentar significativamente el gasto en Defensa -y ¿en qué modelo de defensa si nuestros intereses y los de la OTAN son radicalmente diferentes?- dada su precaria situación económica, el aumento brutal de la deuda y del gasto público y la imposibilidad de aumentar la presión fiscal sobre el contribuyente. Lo más que puede hacer España en estos momentos, es racionalizar el gasto optimizando recursos y evitando misiones inútiles en el extranjero. A esto se une el que el gobierno sanchista se mantiene en el poder gracias a la no-España y a la izquierda marciana, ambas de tradicionales sentimientos antimilitaristas.

5) El único enemigo geopolítico de España en estos momentos y el único país que mantiene abierto un conflicto territorial con España es Marruecos. Por tanto, todo esfuerzo de defensa, todo gasto del ministerio debe centrarse en proteger el eje Canarias – Estrecho – Baleares. Vale la pena recordar las palabras de J.D. Vance, vicepresidente de los EEUU en la conferencia de seguridad de Munich el pasado mes de enero: “Europa tiene el enemigo dentro”. El enemigo son millones y millones de islamistas inintegrables y que creen firmemente en la Umma (la comunidad islámica mundial) mucho más que en las naciones en las que ahora viven y que les han otorgado la ciudadanía, que creen en una superstición propia del desierto, sostenida sobre “seis pilares”, el último de los cuales es la “yihad”, la guerra santa, como forma de alcanzar rápidamente el paraíso sensual prometido.

6) Esto implica clausurar “misiones en el extranjero”, desarrollar una industria armamentísticas propia y prescindir de las exigencias de la OTAN. Desarrollar planes de defensa ante dos tipos de contingencias: el peligro de una escalada de conflictos con Marruecos que, cuando se sienta lo suficientemente fuerte, reivindicará Ceuta, Melilla, las Islas Adyacentes e incluso Canarias; y el peligro de un conflicto interior, sobre el modelo de una guerra civil que puede tener las características de conflicto étnico-social-religioso, que se agravará con la presencia de mafias fuertemente armadas y que ya hoy cuentan con “zonas liberadas”. Cualquier otra amenaza es inexistente en las actuales circunstancias.

 

  


 







viernes, 23 de mayo de 2025

España ¿tiene todavía remedio? (III). Un "cirujano de hierro" para el Siglo XXI

 

La situación actual la podemos resumir con estas palabras: la constitución es culpable, pero no podemos reformarla. Para reformarla haría falta que PP y PSOE se pusiera de acuerdo y, a la vista de las simetrías políticas actuales y de la presencia de partidos menores, hay que descartar por completo esa posibilidad. Y, por lo demás, a la vista de que el nivel de nuestra clase política no es menor que la que teníamos en 1978, sino muchísimo menor, más impreparada en un mundo mucho más complejo, no habría que descartar que una “reforma constitucional” diera como resultado un marco todavía más nefasto que el actual

Así pues… ¿qué queda? O, dicho en otras palabras: ¿qué tenemos por delante?

LO QUE TENEMOS POR DELANTE

Mejor no hacerse ilusiones con falsos artificios. Para eso está la prensa subsidiada y los canales oficiales de comunicación. Tenemos una situación que empeora cada minuto que pasa. Pero no tenemos la posibilidad de revertir la situación a la vida de la imposibilidad manifiesta para reformar la constitución o establecer otra nueva.

Todo esto implica:

1) que nuestras estructuras políticas están cada vez más desprestigiadas (partidos, autonomía, acciones de gobierno, estructuras del Estado),

2) que nuestros servicios públicos están cada vez más erosionados (transportes, educación, sanidad),

3) que la situación político-económico-social se degrada (inmigración masiva, aumento del paro, aculturización creciente, brutalización de la sociedad, creación de empleo público innecesario y presentado como “éxito”, precariedad creciente),

4) el orden público está fuera de control en algunas zonas (narcotráfico, mafias, delincuencia étnica, okupaciones, yihadismo),

5) la situación económica evoluciona de la peor manera posible (coyuntura internacional con restablecimiento de aranceles, aumento de la deuda y de los intereses a pagar, presión fiscal disparada, mala utilización de recursos por parte de todos los niveles de la administración),

6) con una moral pública por los suelos (amnistía e indultos a delincuentes políticos condenados por tribunales ordinarios, percepción directa de los ciudadanos de dificultades cada vez mayores, encarecimiento de la vida visible en la cesta de la compra, noticias alarmantes, encarecimiento de la vivienda, imposibilidad de tener hijos, aumento asindótico de la inmigración masiva e ilegal subsidiada, entes públicos convertidos en chiringuitos para colocar a inútiles, cuñados y a queridas y así sucesivamente).

Y, cada hora que pasa, todo esto aumenta más y más y más. Lo que traducido quiere decir que las posibilidades de salir del hoyo disminuyen en la misma medida.

Así, pues, la pregunta sigue en pie: ¿Qué nos queda?

LA PRIMERA ALTERNATIVA: ADDIO ESPAÑA, ADDIO:

La posibilidad más fácil, incluso razonable y sensata, es, sin duda, abandonar el país, establecerse en un país extranjero (o bien en algunos países de la Europa del Este o en países iberoamericanos). Lo que implica reconocer que España no tiene remedio.

Los que decidan quedarse, lo van a pasar mal o muy mal en los próximos años. Y no por riesgo de ese conflicto internacional del que la UE nos va advirtiendo solo para justificar el gasto militar franco-británico, sino por desplome interior de la sociedad y del Estado (que puede producirse en cualquier momento y por circunstancias muy diversas: cese de las subvenciones a los grupos subsidiados, mayoritariamente de origen no europeo, caos del orden público al intentar acabar con el fenómeno de la ocupación, conflicto internacional con Marruecos, el único conflicto internacional posible contra el único enemigo de España: el enemigo del Sur, guerra civil étnica, social y religiosa impuesta por el islamismo radical, suspensión de pagos del Estado con impago de sus obligaciones contractuales, especialmente contra el sector más débil: los jubilados). Todo esto es más que viable en la medida en que ninguno de los dos partidos mayoritarios habla claro a la ciudadanía y le explica la situación real.

Los que decidan quedarse deben asumir la dimensión de la crisis y, sobre todo, el hecho de que ninguno de estos partidos mayoritarios está en condiciones, ni siquiera interesado, en hacer nada por el ciudadano medio.

Lo hemos visto ya demasiadas veces: los partidos tienen tantos afiliados como cargos públicos y estos defiende “lo suyo”, no lo de la comunidad. Y los intereses de los partidos -lucrar a sus miembros durante los cuatro años que estén en el poder, sin pensar en lo que pueda ocurrir el día que lo abandonen-, nunca como hoy, han estado tan divorciados de los intereses de los ciudadanos y desinteresados por el futuro de la Nación.

EL CIRUJANO DE HIERRO COMO ÚNICA ESPERANZA

Seguimos sin responder a la pregunta central: ¿Hay alguna esperanza? El cirujano de hierro, por supuesto. El líder nietzscheano que actúa al margen de la legalidad vigente, de espaldas a los intereses del stablishment y de los partidos que lo amamantan, que prefiere caer en la ilegalidad ante leyes coyunturales, antes que en una traición a su Patria.

Ese “cirujano de hierro” no necesita tres quintos de los diputados para modificar la constitución, sino una papelera próxima, porque, a fin de cuentas, por mucho que se la haya sacralizado, la constitución no es más que un papel. Simple papel, porque como norma de convivencia no sirve: cada cual la interpreta según le conviene.

¿Un militar? Hay que desengañarse sobre la capacidad de que el estamento militar desprenda ese cirujano de hierro, casi medio siglo de sometimiento a la cultura democrática y a las instituciones parlamentarias, han convertido a las FFAA en un grupo funcionarial más que solamente manifiesta su protesta cuando se ha jubilado o pedido la excedencia. El patriotismo que se enseña en la Academia Militar es el “patriotismo constitucional”, por lo tanto, hay más posibilidades de que los militares apoyen la “constitucionalidad” de un psicópata como Pedro Sánchez y a una “presunta organización criminal” como su partido, antes que a un cirujano de hierro que haya llegado para sajar los órganos enfermos y restablecer la asepsia del cuerpo social debilitado por los macroorganismos que están chupando hasta sus entrañas.

Es mucho más probable que el “cirujano de hierro” surja de un movimiento social nacido entre lo que queda de las clases medias, del conservadurismo clásico consciente de que ya tiene muy pocas cosas que conservar, en alianza con sectores tecnológicos emergentes conscientes de que la sociedad española (y, por extensión, en Europa Occidental), se encamina hacia una situación de crisis sin precedentes. En esas condiciones, con un Estado en quiebra y una sociedad caótica, multiétnica (y, por tanto, multirracista), una paz étnico-social comprada a base de subsidios y subvenciones, no es, desde luego, el mejor marco para el desarrollo y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

LA ALIANZA ENTRE LAS CLASES MEDIAS Y LAS EMPRESAS TECNOLÓGICAS

En efecto, lo que estamos proponiendo es una alianza entre el conservadurismo español y las empresas tecnológicas surgidas de la Cuarta Revolución Industrial. Una alianza coyuntural y no exenta de contradicciones en el futuro, pero que tiene en la partidocracia, en la banca, en la voracidad de hacienda, en la falta de previsión y planificación de una clase política intelectualmente indigente y técnicamente infradotada, a su “enemigo principal”.

No somos muy optimistas, pero estamos persuadidos de que se aproximan convulsiones político-sociales en toda Europa Occidental, de una dimensión desconocida hasta ahora. Estas convulsiones, serán, fundamentalmente, de carácter étnico-social… pero superarán con mucho ese carácter: será también una crisis de deuda, una imposibilidad de reducir el gasto público y de aumentar aún más la fiscalidad, una guerra comercial con China en la que la UE ya se ha rendido (en cinco años, es probable que la industria automotriz europea haya desaparecido por completo o haya emigrado a EEUU) con la excusa del neoliberalismo y la globalización.

Y solamente aspiramos a que sea una lucha "radical": que no liquide solamente las contradicciones coyunturales, sino que apunte a las raíces del problema. ¿Cuáles son estas raíces? Partidocracia, en primer lugar. Corrupción, derivada de la partidocracia. Concepciones ultraliberales de la economía. Conceptos ultrahumanistas del género “Welcome refugies” o “ningún ser humano es ilegal”. Ideas y actitudes etnocidas.

LAS TAREAS TITÁNICAS DEL “CIRUJANO DE HIERRO”

¿Qué debería proponer y llevar a la práctica un cirujano de hierro?

1) Restablecer la autoridad del Estado (ya sea monarquía con poderes restablecidos -y la historia de España, es la historia de la monarquía desde el período visigótico), o una república presidencialista.

2) Convertir a los partidos en responsables civiles subsidiarios de las acciones de sus miembros.

3) Achicar el Estado liquidando escalones enteros de la administración.

4) Liberar a las clases medias del rackett de Hacienda.

5) Juicios sumarísimos con castigos ejemplares para casos de corrupción política.

6) Planificando la economía mediante técnicos, empresarios y expertos, asegurando en política económica, en política fiscal.

7) Estímulos fiscales y de vivienda a la natalidad entre españoles.

8) Política de defensa orientada a afrontar la soberanía de nuestras fronteras y a contener al “enemigo del Sur”: no más inmigración de la necesaria.

9) Repatriaciones de menas, delincuentes e inmigrantes que en dos años de permanencia en España no hayan conseguido cotizar un mínimo a la seguridad social.

10) Cero delincuencia, cero delincuentes en las calles.

11) En política internacional, líneas constantes inamovibles gobierne quien gobierne: renegociación acuerdo con la UE o Hispanexit y estrechamiento de vínculos con Iberoamérica.

12) Reforma institucional: optimizando los niveles administrativos, asegurando la división de poderes.

13) Reducción drástica del peso de los partidos en la vida social, política y económica: introducción de una cuota de representantes de colegios profesionales, de las FFAA, de las universidades y del asociacionismo en el parlamento. En una palabra, disminuyendo el papel de los partidos en la sociedad y aumentando la capacidad de decisión de técnicos y expertos de indudable patriotismo y capacitación.

14) Reforma del “sufragio universal” con medidas de “crédito social”: la estúpida idea de “un hombre – un voto” debería de ser abandonada. Hoy sabemos que la mayor parte de la población es influenciable por la propaganda o por la información sesgada. De la misma forma que se eligen miembros de las mesas electorales al cumplir determinadas condiciones y no está abierto a todos los electores el ejercer como “sumo sacerdote” en un altar electoral, el voto debería computarse según el nivel de conocimientos e intereses, de responsabilidad y de preparación. No es posible que el voto de un experto en relaciones internacionales, valga lo mismo que el de alguien al que le trae al fresco las cuestiones internacionales; no es posible que el voto de un policía valga lo mismo que el de un delincuente; no es posible que alguien que participa en iniciativas solidarias tenga el mismo voto que un okupa, además, subvencionado. Y hoy existen medios técnicos e informáticos suficientes como para dar a cada persona el “crédito” que merece. 

PENSAR EN EL SIGLO XXI, NO ACEPTAR LA HERENCIA DEL XVIII

Tenemos que pensar la democracia del siglo XXI, no vivir en la del siglo XVIII. Necesitamos una “metanoia nacional”, esto es, un “cambio radical de conciencia” nacional. Aceptar que tenemos unos gobiernos que nos están llevando directamente a la pendiente y que pueden hacerlo gracias a que una constitución avala sus exacciones.

Este país ha sido históricamente sorprendente: cuanto más hundido a estado con más rabia ha ejercido una especie de “efecto rebote”. Quizás lo que falta en la hora actual es “rabia”. Y seguramente el “cirujano de hierro” aparecerá suscitando rabia, revuelta y, por qué no emplear la palabra, revolución. Porque de eso se trata: de una verdadera revolución.